La planificación del riego como base de una agricultura eficiente
El ingeniero agrónomo Miguel Lora de Saint Paulet presentó su publicación Planificación Técnica y Empresarial de un Equipo de Riego, una guía indispensable para asesores, empresarios y operadores del sector. Con un enfoque práctico y herramientas digitales, la publicación busca optimizar la selección de sistemas de riego, reduciendo costos y mejorando la eficiencia energética.

De derecha a izquierda, Miguel Lora junto a Pablo Gómez Holguín, actual gerente general y su socio en Innova Hidroandina.
“Este es un libro que me hubiera gustado tener cuando me embarque en esta historia del riego tecnificado”, destaca el ingeniero agrónomo Miguel Lora de Saint Paulet, quien acaba de lanzar su publicación Planificación técnica y empresarial de un equipo de riego. Según describe, su interés radica en brindar información útil para que el asesor, empresario u operador del riego tomen las mejores decisiones a la hora de definir los equipos que le convienen, tanto a nivel técnico como económico.
Pionero en la instalación de riego presurizado en el país, Lora recuerda que, al comenzar su trayectoria, no encontró referencias bibliográficas que le permitieran optimizar la selección y diseño de sistemas de riego. Para llenar este vacío, su libro ofrece herramientas prácticas, incluyendo una fórmula en Excel que permite estimar el monto de inversión y el costo energético del sistema. “En la planificación del riego surgen múltiples interrogantes”, enfatiza Lora.
La planificación parte del análisis de múltiples factores, tales como las características del terreno, que incluyen su pendiente, textura y capacidad de retención de agua; el tipo de cultivo, ya que cada especie tiene requerimientos hídricos específicos; las horas de riego por día, que determinan la capacidad máxima del sistema; y la demanda hídrica máxima, que corresponde a la cantidad de agua necesaria en los periodos críticos del cultivo.
Por ejemplo, menciona que uno de los primeros pasos para un diseño eficiente es disponer de un plano detallado del área donde se distribuirán los sectores de riego. “Por razones económicas, se divide el terreno en sectores de riego, cada uno operado por una válvula. En la práctica, el riego no se realiza válvula por válvula, sino combinando varias de ellas en turnos estratégicos, según la distribución en el campo”, explica.
A partir de esto, se definen aspectos técnicos esenciales como la longitud de las líneas de riego, que puede ser de 80, 100 o 150 metros, según el diseño hidráulico; el espaciamiento de los goteros, que influye en la uniformidad de aplicación del agua; y el caudal de los goteros, un factor determinante en la eficiencia del sistema. “Estos tres elementos están interrelacionados. No se puede definir la longitud de la manguera sin conocer el caudal del gotero y su espaciamiento. Del mismo modo, si el propietario del campo exige un espaciamiento y una longitud específicos, será necesario calcular el diámetro adecuado de la tubería”, indica Lora.
Además del diseño hidráulico, la planificación del riego influye en aspectos clave como la fertilización, explica. “El propietario necesita saber cuántas horas al año destinará a la fertirrigación. Conociendo el caudal del sistema y la conductividad eléctrica de la solución nutritiva, se puede determinar la dosis óptima de fertilizantes”, explica.
Optimización de costos y eficiencia energética
Una planificación adecuada permite mejorar la relación beneficio/costo del sistema de riego. Las decisiones tomadas en la selección de los goteros, el espaciamiento y el diámetro de la tubería influyen directamente en el tamaño del sector de riego, lo que se traduce en un cálculo preciso de dos factores fundamentales: el monto de inversión, que abarca los costos de infraestructura y equipamiento, y el costo de energía, optimizando el consumo eléctrico del sistema de bombeo.
Entonces, la publicación incorpora un código QR que dirige a una hoja de Excel diseñada específicamente para facilitar la planificación del riego. Al ingresar las variables del sistema, se generan estimaciones precisas tanto del monto de inversión como de los costos operativos. “Si la inversión inicial resulta elevada, es posible evaluar diferentes alternativas, como ajustar el diámetro de la tubería, modificar el espaciamiento entre goteros o reducir la longitud de las líneas de riego”, explica Lora. Este ejercicio de optimización es fundamental para lograr un diseño eficiente y económicamente viable, enfatiza.