En la zona aledaña al Proyecto Olmos, la megairrigación situada a 90 kilómetros al norte de la ciudad de Chiclayo, las empresas Sur Andina e Inveragro han instalado un ambicioso sistema de riego por pivotes, que provee del recurso hídrico a cerca de 700 hectáreas de maíz y leguminosas.

Se trata de una experiencia inédita en esa zona del país. Si bien es cierto, en Olmos, la empresa AgrOlmos viene usando desde hace años el sistema de pivotes para regar sus 10.800 hectáreas de caña de azúcar, en Perú se desconoce el uso de esta tecnología para irrigar cultivos de maíz y leguminosas (en este caso, frijol Loctao y Castilla).

Sur Andina es parte del Grupo Tattersall, grupo de capitales chilenos, que en Perú es reconocido por sus segmentos de venta de insumos agrícolas (Tattersall Agroinsumos) y su oferta de tecnología de riego y osmosis inversa (Agroriego Tattersall), que con esta nueva compañía decidió incursionar en el negocio de la producción agrícola. Inveragro, por su lado, es una empresa familiar de capitales Peruanos.

En el fundo de 1.000 hectáreas que tenía Inveragro en Olmos –de las cuales, vendió 500 a Sur Andina–, ambas compañías tienen montados ocho pivotes, cuatro cada una, que riegan en conjunto un total de 480 hectáreas de maíz y 160 hectáreas de frijol Loctao y frijol Castilla. El maíz es vendido a compañías locales de alimentos para aves y cerdos. El frijol, que se instaló recién este año, será exportado a mercados como Corea y Colombia.

Estas 640 hectáreas constituyen, además de un negocio agrícola para las dos empresas, una oportunidad para que Agroriego Tattersall pueda mostrar la tecnología de riego que ofrece,
especialmente sus sistemas de pivotes, y los beneficios que puede aportar a la agroindustria del país.

PIVOTES PARA COLONIZAR LOS CAMPOS

–Los proyectos agrícolas y frutícolas que se han ido desarrollando, sobre todo en zonas como Olmos, implican grandes montos de inversión y operaciones de habilitación gigantes– explica Germán Wielandt, gerente general de Agroriego Tattersall Chile. –Nosotros, como empresa, le proponemos a todo el sector agrícola una alternativa distinta para colonizar esos campos. Y no solo lo proponemos, sino que lo aplicamos.

Según Wielandt, colonizar los campos significa transformar tierras áridas, donde casi no hay materia orgánica –como lo era originalmente el fundo Sur Andina–, en tierras apropiadas para una agricultura sofisticada, como la de los cultivos frutales.

–Cuando desarrollas un proyecto de fruticultura, que, sin duda, son cultivos mucho más rentables, tienes costos de inversión altísimos– dice. –La tecnología del pivote te permite habilitar los campos de una manera extensiva, con un costo de inversión relativamente bajo y con un cultivo que te permite un retorno rápido. Entonces, antes de hacer fruticultura, puedes ir haciendo etapas previas con pivotes, conquistando el suelo, dándole movimiento. Y cuando tienes que desarrollar la fruticultura, puedes levantar el pivote y encontrarle un mercado secundario. Eso es lo que estamos haciendo con Sur Andina.

¿Por qué eligieron el maíz? Cristian Soller, Gerente Comercial de Agroriego Tattersall Perú, dice que lo hicieron porque es un cultivo de ciclos cortos, riesgos bajos y retornos rápidos. Germán Wielandt complementa, señalando que, en principio, las condiciones de suelo, clima y agua en Olmos eran apropiadas para este cultivo, pero que, además, porque tiene una gran demanda en el mercado interno.

TECNOLOGÍA PARA CULTIVOS DE GRAN EXTENSIÓN

Cristian Soller indica que el manejo agronómico del fundo está a cargo de Inveragro, que sus gerentes, Walter y Hugo Rojas, se encargan de operar exitosamente la tecnología de pivotes con el soporte técnico de Agroriego Tattersall, quien desarrolla la ingeniería, suministro e instalación de dichos equipos desde hace 6 años en Perú.

Los resultados presentados por Walter Rojas, gerente general de Inveragro, han sido muy alentadores.

–Cuando comenzamos, el rendimiento del maíz era de entre 8 y 10 toneladas por hectárea y ahora estamos llegando a las 14 toneladas– dice. – La campaña dura cinco meses, o sea que al año se pueden hacer dos campañas y, si se tecnifica bien la operación, dos campañas y media.

Cristian Soller, explica que Agroriego Tattersall representa la marca LINDSAY Zimmatic hace más de 40 años: “contamos con una vasta relación técnica y comercial con una de las mejores marcas del mundo en Pivotes”.

Cristian nos indica las diferencias y beneficios de usar el riego por pivotes en comparación con el riego por goteo, la tecnología de riego más usada en la agroindustria peruana.

–El riego por goteo es una tecnología que permite un mayor aprovechamiento del agua, mucho de su riego es más eficiente porque se aplica directamente a la zona radicular de la planta– indica. –Pero para cultivos de gran extensión o de alta densidad, el riego por goteo deja de ser viable porque tienes que llenar el campo o aumentar la densidad de la manguera. Entonces, se hace extremadamente caro, por lo que se tiene que pasar de una tecnología de riego puntual a una de cobertura total o de riego por aspersión.

Haciendo números, Yamil Adum, gerente general del Grupo Tattersall en Perú, señala que la inversión en riego por goteo ronda los US$ 5.000 por hectárea –y que, en el caso de los cultivos de arándano, puede llegar a superar los US$ 8.000–, mientras que la inversión en la instalación del sistema de riego por pivotes fluctúa entre los US$ 3.000 y los US$ 3.500 por hectárea, en promedio.

–La tecnología del pivote es americana, explica por su parte Cristian Soller, tiene más de 50 años. Nació precisamente para zonas con cultivos de gran extensión. En el Perú, es ideal para cultivos de alta densidad como el maíz, la soya, el trigo, el cápsicum y la caña de azúcar.

EL MITO DE LAS ENFERMEDADES FUNGOSAS

Entre muchos productores subsisten las dudas sobre el uso de los pivotes. El principal miedo es que el riego constante de agua por aspersión sobre las hojas provoque enfermedades fungosas. Cristian Soller señala que Tattersall ha desarrollado ensayos en cultivos de cebolla, espárrago y frijol y que ese mito ha sido descartado.

–El pivote es una tecnología muy amigable y los emisores son muy versátiles– dice. –Si yo no quiero que el agua incida directamente sobre la planta en una determinada etapa fenológica, puedo hacer los ajustes sobre el aspersor y transformarlo en un borboteo. Y aplicar directamente el agua sobre los surcos de cultivo. Entonces, hay soluciones.

Germán Wielandt dice que el maíz les está dando buenos resultados y que no tienen apuro en salir de él, pero que el plan es migrar en el futuro a cultivos permanentes, específicamente frutales. Dice que, en tanto, Sur Andina e Inveragro han iniciado con la plantación de 60 hectáreas de limón en cada campo, estas 120 hectáreas totales son el primer paso de esta migración.

–En las 500 hectáreas de Sur Andina queremos hacer un plan de reconversión de seis años hacia la fruticultura– dice. –La primera etapa la vamos a abordar con el limón Tahití. Después, veremos si seguimos con esa u otra variedad o si cambiamos, por ejemplo, a la palta o al mango. Lo analizaremos. Pero la idea es ese enfoque, y esos pivotes que estaban con maíz, levantarlos y buscar desarrollar nuevas tierras.

OTRAS SOLUCIONES TECNOLOGICAS QUE BRINDA EL GRUPO TATTERSALL

Agroriego Tattersall, mediante su unidad de negocio de tratamiento de aguas, ha logrado posicionarse exitosamente en el mercado peruano con la implementación de plantas de Osmosis inversa para la agricultura, los proyectos que ha desarrollado en Peru atienden producciones en distintos cultivos como arándano, uva, palto, entre otros. En Perú, Agroriego Tattersall, también desarrolla la ingeniería, abastecimiento e implementación de proyectos de riego por goteo, con el soporte de una vasta experiencia de 45 años y liderazgo en el mercado chileno de riego. Por otro lado, el grupo, con la empresa Tattersall Agroinsumos brinda soluciones de especialidad para los cultivos agroindustriales, como también cuenta con la marca MASCHIO GASPARDO de maquinaria agrícola y tractores de la marca YTO.

El grupo Tattersall cuenta con una oferta de soluciones, bajo las distintas empresas, que brindan un soporte integral al cliente agroindustrial, con tecnología de valor que busca mejorar la productividad agrícola del Perú.