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Fisiología y manejo poscosecha en flores de corte

¿Qué hace que una flor se mantenga preciosa y viva en un florero? Como en todo producto agrícola, todo se juega antes de que la flor sea cortada En las próximas líneas, Germán Moreno, especialista en nutrición, explica cómo retrasar el proceso de senescencia en las flores de corte, el rol del etileno y cómo la fisiología de las plantas juega un papel fundamental al final del ciclo productivo y llegada al consumidor final.

17 de Octubre 2024 Ximena González Vidal
Fisiología y manejo  poscosecha en  flores de corte

Calidad y vida en florero. Esas son algunas de las principales exigencias al momento de comprar una flor. Sin embargo, para llegar a eso, es necesario tener en cuenta no solo las labores culturales en campo y la parte agronómica sino también aspectos como el trabajo fotosintético de la planta, el uso de azúcares, la respiración, la producción de etileno y las relaciones hormonales. Así lo destaca Germán Moreno, ingeniero agrónomo especialista en nutrición vegetal y fertirriego, quien señala que todos estos factores influyen ya sea para tener un proceso exitoso en poscosecha o un proceso con limitantes.

En el cultivo de flores está mediado por energía y es desde esa energía que la planta puede generar respuestas para crecer, para mantenerse o para absorber nutrientes. En línea con eso, el experto comenta que es clave conocer el uso de los recursos por medio de la respiración: respiración de crecimiento, que se da cada vez que la planta está desarrollando un proceso vegetativo. Cuando la planta empieza a generar unos procesos de madurez, allí la tasa de crecimiento para y se incrementa la respiración de mantenimiento y la tercera forma de uso de los recursos a través de la respiración es la toma de iones por las raíces.

De acuerdo con Moreno, la poscosecha está completamente relacionada con el escenario de respiración de mantenimiento. “Mediante el proceso de respiración del tallo floral podemos mantener los pétalos en su posición, mantener una estabilidad estructural en florero, mantener el color y unas hojas turgentes”.

Incrementar los niveles de calcio previo a la cosecha, permite generar un proceso de mayor
estabilidad estructural y mejor vida en florero.

Así entonces, la acumulación de sacarosa y la respiración de mantenimiento son las que respaldan el comportamiento de la flor en viaje y los días que va a durar en florero. Moreno destaca que, entre menos sacarosa hay acumulada en el órgano hay menos potencial de respuesta antioxidante, menos recursos para la respiración de mantenimiento y, por ende, puede presentarse mayor velocidad en los procesos de absición de pétalos, es decir, la pérdida de los mismos.

“La respiración de mantenimiento va a generar el respaldo para que componentes como auxinas, giberelinas, citoquininas, aminoácidos y proteínas, mantengan la estabilidad de los tejidos y definan la vida poscosecha del órgano floral”, resalta Moreno.

DEFENSA DE LA PLANTA: POR ANTIOXIDAXIÓN Y SEÑALIZACIÓN

La planta tiene diferentes mecanismos de defensa ante los cambios ocasionados por el ambiente. Por ejemplo, los aminoácidos se convierten en proteínas para desarrollar una respuesta de defensa ante el cambio en el ambiente, el ataque o el estrés biótico o abiótico causado en la planta.

“Compuestos como los aminoácidos, proteínas y enzimas que generan una defensa en la planta. Este tipo de defensa es posible observarse cuando el tejido esté siendo atacado por un patógeno (hongos, bacterias, virus), y la planta utiliza estos compuestos para retener el ataque del patógeno y generar control a partir de la oxidación de sus células”.

Como otro ejemplo, Moreno señala que el aminoácido Prolina alivia el estrés oxidativo en poscosecha gracias a la aplicación exógena durante el ciclo del cultivo o previo al corte.

 En lo que se refiere a las respuestas de la planta por señalización, el experto indica que, si se logra mantener un mayor nivel de calcio y un mejor nivel de asimilados que permitan la presencia de aminoácidos se podrían generar respuestas de defensa en la planta, que al final generan una cadena de osmoprotección, de proteínas estabilizadoras, y movimientos de agua de forma interna.

“La combinación entre calcio y aminoácidos genera la estabilidad deseada y desencadena la señalización que permite entender rápidamente los cambios de ambiente. Esto genera respuestas metabólicas en la planta frente a los cambios que se dan en las condiciones de viaje, comercialización y consumo”, dice.

El incremento de calcio frente al potasio, previo a la cosecha, genera un proceso de mayor estabilidad estructural y mejor vida en florero en los lirios.

SOLUCIONES PRESERVANTES DURANTE LA VIDA DE POSCOSECHA DE TALLOS DE LIRIO:  CAMBIOS EN LAS VARIABLES FISIOLÓGICAS

El especialista destaca que, como parte de una de sus investigaciones evidenció que el incremento de calcio frente al potasio, previo a la cosecha, permite generar un proceso de mayor estabilidad estructural y mejor vida en florero, en este caso con lirios. Sin embargo, señala que el mensaje debe construirse y detallarse en cada especie.

“Esto nos permite entender que aportar un nivel de calcio elevado cercano a cosecha, genera unos beneficios posteriores a los cortes”, dice e indica, que podrían realizarse aplicaciones de calcio a nIvel foliar acompañado de estímulos que permitan un ingreso más eficiente del calcio, tipo Ascophyllum nodosum, aminoácidos, carbono orgánico y silicio.

De otro lado, destaca la relación que hay entre el etileno y la respiración de la planta, escenario que comenta debe tenerse en cuenta en el proceso fisiológico de la misma: entre más etileno mayor respiración. “Cuando esto ocurre, hay un efecto de decaimiento más rápido y ágil de la planta, del tallo floral, menor viabilidad de tejidos”, precisa. De esta manera la planta va a llegar a su etapa de senescencia más rápido y por ende sus días en florero serán menos. 

Al referirse al etileno, uno de los puntos más álgidos en la poscosecha, Moreno señala que lo primero que debe haber para que exista etileno es un aminoácido llamado metionina.  Por eso, explica que, hay distintas formas de evitar que aparezca esa metionina.

“Hay estrategias para evitar o limitar la aparición de la metionina, y por ende del etileno. Lo podemos hacer con el uso de componentes bioestimulantes, con esto logramos que aparezca menor cantidad de etileno y reducimos la velocidad de aparición de la hormona metionina”.

Asimismo, el peso y el tamaño del botón floral que está directamente relacionado con la acumulación de azucares y la dinámica hormonal que definiría la división y la elongación celular.

“La cantidad de azúcares acumulados en el botón floral será la base que estructuralmente defina cuántos días puede vivir la flor en su proceso de consumo”. Explica que partir de esta base se genera la fuerza del tejido y la capacidad de anti oxidación durante su proceso de maduración. “Ese primer momento de llevada de recursos (azúcares), define en gran medida lo que va a pasar con la flor después del corte”, recalca.

En cuanto al comportamiento hormonal de la planta, Moreno señala que se tiene un primer escenario dominado por el proceso de división celular, es decir, el número de células que se formen van a generar el tamaño del tallo floral. “El crecimiento se da por número de células”, dice el experto sobre un proceso en el que, además, el tamaño de ese tallo floral está determinado por la forma en que la planta moviliza azúcar y agua para hacer la elongación de esas células.

“En este escenario, tenemos una dinámica nutricional en la planta, potasio, nitrato, calcio, cloro, magnesio y la misma sacarosa atrayendo recursos hacia los pétalos”. Es decir, hay una dinámica hormonal donde primero hay división celular y posteriormente elongación del tallo floral.

Moreno explica además que, si se ve afectada la fotosíntesis y el transporte de asimilados en la etapa de definición, en el momento del corte se afecta completamente la forma en que la planta, el tallo floral y la flor en sí misma pueda acumular el azúcar que va a ir a respaldar el escenario de poscosecha.

La acumulación de sacarosa que hay en la planta respalda el comportamiento de la flor en viaje.

COMPUESTOS ADICIONALES

De otro lado, el experto explica cómo el selenio determina la ruptura del metabolismo del etileno en dos vías: una previa a la aparición del aminoácido (metionina), que es la base crucial para la aparición del etileno, y otra previo a la aparición del ácido 1-Aminociclopropano-1- carboxílico (ACC).

En línea con esto, dice que tener selenio en forma de selenato en la solución que se aplica antes del proceso de empacado y viaje de las flores, es una acción que viene cobrando relevancia.  Manifiesta que, si no hay selenio, la tasa de respiración es alta, y el uso de azúcares y el estrés oxidativo se dispara y esto hace que la marchitez de la planta en florero sea más rápida.

“Con el selenio pierde ritmo todo el proceso de madurez y se genera unas respuestas antioxidantes demasiado interesantes. El selenio antagoniza completamente con el etileno, generando de esta manera más vida poscosecha”, resalta.

Otro factor importante que menciona el experto es el taponamiento de haces vasculares por microorganismos. Estos hacen que se pierda continuidad en el movimiento del recurso hídrico entre haces vasculares hacia pétalos y hojas arriba del tallo floral. “Cuando esto pasa la deshidratación es inminente, por eso se han evaluado compuestos que no solo generan un efecto anti etileno, sino que también generan un efecto anti acumulación de microorganismos en haces vasculares”.

Comenta que realizar tratamientos con compuestos que tengan un efecto antibacteriano será clave para determinar una menor presencia de microorganismos en los haces vasculares. “Se podría aplicar sulfato de plata con Bencil Amino, o sulfato de plata con ácido giberélico o ácido giberélico con ácido aminooxiacético (AOA)”. 

También recalca que, en los procesos de poscosecha, se pueden encontrar tratamientos con quitosano, silicio, zinc, magnesio, potasio, plata, los cuales generan un efecto antifúngico y antimicrobiano. “Esto empieza a ser esto un punto de encuentro interesantísimo entre la sanidad del tejido y la estabilidad del tejido”, manifiesta Moreno.

“DEBERÍAMOS VER LA BIOMESTIMULACIÓN NO COMO UN LUJO, SINO COMO UNA NECESIDAD”

Más allá de estos tratamientos para lograr tener una poscosecha adecuada de flores, Moreno señala la importancia de la bioestimulación. “No la deberíamos ver como un gasto, sino que deberíamos ver la bioestimulación como una necesidad, como una estrategia que ayuda a que un cultivo tolere las condiciones adversas, que genere estrategias de anti oxidación, de generación de azúcar, de translocación, de absorción de elementos y de eficiencia nutrimental que permiten una planta haciendo fotosíntesis constantemente y llevando asimilados a los órganos de cosecha”.

Puntualiza que es clave entender que la poscosecha no es la sala de poscosecha como tal. La poscosecha es en el cultivo y parte también de los procesos fisiológicos de la planta. “Es un factor que deberíamos considerar como un punto clave entre todo lo que hacemos. El manejo nos permite entender que un proceso de estímulos permite que la planta siga produciendo asimilados pese a condiciones adversas y permite acumular azúcar de respaldo ante el escenario de cambios de temperaturas y cambio de ambiente”.

Mayor longevidad y vida en florero

German Moreno comenta que la mezcla de citoquininas como bencil amino con sacarosa, hace que la vida en florero también se incremente de forma importante. “La mezcla de azúcar más hormonas es clave. No solo logramos mayor longevidad, sino que también menos pérdida de agua y menos pérdida de tejido estructural, porque las células se mantienen firmes por más tiempo”, resalta el experto.

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