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Claves para diseñar un programa de fertilización

Una actualización en el manejo de la nutrición en cerezo

Recomendaciones de nutrición de huertos de cerezo -actualizadas hasta 2023- de la experta chilena Bernardita Sallato, extensionista de la Universidad Estatal de Washington, en EE UU. Cómo el crecimiento inicial del cerezo dependerá de las reservas acumuladas en raíces, yemas y madera. Asimismo, la fertilización con nutrientes móviles deberá ser programada en función de reducir las pérdidas.

19 de Agosto 2024 Por Bernardita Sallato, extensionista de la Universidad Estatal de Washington
Una actualización en el manejo de la nutrición en cerezo

Figura 5. Síntomas no relacionados con problemas nutricionales. Arriba a la izquierda, oscurecimiento de las hojas por ataque de ácaros. Arriba a la derecha virus del enanismo (PDV). Abajo a la izquierda, desorden de la hoja arrugada. Abajo a la derecha, síntomas de virosis en cerezo.

La mayor tasa de absorción de nutrientes en los árboles de hoja caduca ocurre entre la floración y el rápido crecimiento vegetativo. Por su parte, el crecimiento de raíces en cerezo comienza cuando la temperatura del suelo se acerca a los 15°C en primavera, usualmente después de floración (en las condiciones del estado de Washington). De acuerdo a Artacho y Bonomelli (2016), el crecimiento -en el caso del portainjerto Gisela 6- comienza aproximadamente 30 días después de plena flor (DDPF), en tanto que la mayor tasa de crecimiento de fruto, asociado a la etapa de división celular, ocurre entre 21 y 28 DDPF. Estos resultados confirman que el crecimiento inicial: floración, crecimiento del tubo polínico, área de la hoja del dardo, crecimiento temprano del brote y de la fruta dependerán de las reservas acumuladas en raíces, yemas y madera. Por esto, la fertilización con nutrientes móviles deberá ser programada en función de reducir las pérdidas.

Entre los principales aspectos a considerar a la hora de desarrollar un programa de fertilización está determinar qué nutriente necesita el cultivo y cuándo lo necesita. Un enfoque simple para responder la primera pregunta es definir la demanda de los árboles y la cosecha en base al rendimiento estimado y ajustar las cantidades considerando los aportes de suelo, enmiendas y agua de riego. Sin embargo, el cuándo está muy relacionado con el ciclo de cada nutriente en el suelo y en la planta. Para los elementos móviles, como el nitrógeno (N), el tiempo de absorción es una consideración importante, en tanto que, para los inmóviles, como el fósforo (P), el tiempo es irrelevante.

NITRÓGENO, POR SU MOVILIDAD SE DEBEN CONSIDERAR TODAS LAS FUENTES

Es un nutriente móvil tanto en el suelo como en la planta. El requerimiento de este elemento en cerezo es normalmente mayor a lo que el suelo y el agua pueden aportar, particularmente en los casos de huertos de alto rendimiento. El rango de la demanda de N en cerezo se mueve entre 1,2 y 6,5 kg por tonelada de fruta (Geisseler, 2016, adaptado de Fallahi et al. 1993, Silva y Rodríguez, 1995). En 2022, Sallato y Whiting (no publicado), actualizaron los valores de extracción de nutrientes para las variedades de cerezo ‘Chelan’, ‘Skeena’ y ‘Coral Champagne’ (Cuadro 1).

Cuadro 1. Extracción de nutrientes en kilos (kg) de nutriente por tonelada de fruta producida. Actualizado por Sallato y Whiting, 2022, para Chelan, Skeena y Coral Champagne. No se observaron diferencias significativas entre los cultivares.

Diagnóstico: Una deficiencia de N se manifiesta en detención del crecimiento, clorosis generalizada (hojas amarillas) y fruta pequeña (Figura 1). Un exceso o toxicidad llevará a crecimiento vegetativo exuberante, retraso de la cosecha y mala calidad de fruta. Los síntomas aparecerán primero en las hojas más viejas. El análisis foliar de N total es un buen indicador de exceso o deficiencia del nutriente, pero se debe considerar que la concentración de N en las hojas comenzará muy alta (alrededor de 3%), para decaer continuamente hasta bajar del 1,0% durante el otoño. Por esto, para utilizar el análisis foliar como indicador, es importante muestrear hojas recientemente maduras de brotes sin fruta de la temporada. El análisis de contenido de N en el suelo (NO3 o NH4) no es un buen predictor de la demanda del elemento.

Figura 1. Hojas cloróticas de cerezo.

Manejo: Los árboles absorben el N como nitrato (NO3) y amonio (NH4). Una posibilidad es calcular la demanda de N en base al rendimiento esperado (Cuadro 1). Se deben considerar todas las fuentes posibles en el sistema. La oferta más importante del suelo proviene de la materia orgánica (MO). Una estimación razonable considera 4,5 kg de N por cada punto porcentual de MO en el suelo. En algunas zonas el agua de riego es una gran aportadora de N en la forma de NO3 (fácilmente disponible para la planta), cuyo monto puede ser determinado mediante análisis de laboratorio. Así, la demanda total menos los aportes combinados dará un estimado de la dosis requerida. Es importante recordar que el N es un elemento muy móvil por lo que puede haber importantes pérdidas que afectarán la eficiencia de la aplicación.

Consideraciones: Para los productos inorgánicos que están más fácilmente disponibles (urea, nitrato de calcio, fósforo monoamónico, etc.) es recomendable parcializar la aplicación comenzando desde caída de pétalos hasta un mes antes de cosecha. Aplicaciones excesivas de N poco antes de cosecha pueden ralentizar la coloración y retrasar la cosecha. Si los árboles están demasiado vigorosos o la carga frutal es baja (por heladas o problemas de polinización), se deberán ajustar los requerimientos. Las aplicaciones foliares de N en otoño pueden ayudar a construir reservas para la temporada siguiente, pero no son recomendables las aplicaciones de N al suelo durante el otoño.

FÓSFORO, MUY INMÓVIL EN EL SUELO, PERO MUY MÓVIL EN LA PLANTA

Las plantas absorben P como H2PO4– un proceso activo que requiere energía. La demanda de P en un huerto de cerezo es baja en comparación de la de N y K. De acuerdo con Silva y Rodríguez (1995), la demanda en los huertos de cerezo es de aproximadamente 0,3 kg de P por cada tonelada de fruta (0,71 – 0,86 lbs/US Ton). 1 US Ton = 0,90719 t. Algunos suelos presentan bajos niveles de P disponible, especialmente en el caso de los limosos en zonas de mayor profundidad, lo que en parte puede explicar el rango del cuadro 1.

Diagnóstico: Una deficiencia puede reducir o retrasar el crecimiento y llevar a una coloración rojo oscuro en las hojas debido al aumento de pigmentos antociánicos. Como el P es tan móvil en la planta, las deficiencias aparecerán primero en las hojas más viejas (figura 2).

Figura 2. Hojas de cerezo con síntomas de deficiencia de K (iz.) y deficiencia de K y P (der.). Foto: B. Sallato.

Manejo: El análisis de suelo de P-Olsen es un buen indicador de la disponibilidad de P. Los niveles en el suelo se deben mantener en entre 15 – 40mg/kg. Si los niveles de P-Olsen están por debajo de 15 mg/kg una única aplicación de 45 kg de H2PO4– por hectárea proveerá suficiente fósforo para un par de temporadas (40 lb/acre). 1 lb = 0,45 kg; 1 acre = 0,405 ha. Si los niveles están muy bajos (menos de 5 mg/kg), corregir los niveles de P en el suelo requerirá de varios años. Debido a su baja movilidad en el suelo, el P puede ser aplicado en cualquier momento de la temporada y de una sola vez, sin que haya riesgo de pérdidas. Sin embargo, la misma falta de movilidad hace que sea difícil desplazarlo en profundidad, lo que puede llevar a deficiencias cuando el fertilizante no alcanza la zona de raíces. Por esto, el mejor momento para fertilizar con P es durante la preparación de suelo en preplantación.

Consideraciones: La disponibilidad de P en el suelo es limitada con pH por debajo de 6,5 y por sobre 7,5. El correcto manejo del pH mejorará la disponibilidad general de nutrientes. Si los niveles de P son altos o adecuados en el suelo, pero bajos en la planta, los problemas se pueden relacionar con imitaciones por nematodos, patógenos, exceso o falta de agua, mala sanidad de las raíces, entre otros.

POTASIO (K), SU MOVILIDAD DEPENDERÁ DEL TIPO DE SUELO

La movilidad del K en el suelo dependerá de la textura del suelo y de la capacidad de intercambio catiónico (CIC). El K puede ser muy móvil en suelos arenosos gruesos y percolar fuera de la zona de raíces, especialmente en condiciones de alto riego. En suelo más pesados (limosos, franco limosos o arcillosos) el K presenta baja movilidad y se puede ir acumulando con los años. El K es muy móvil en la planta y se estima que los requerimientos son de 1,9 a 2,7 kg/t de fruta (4,2 – 6,0 lbs/US Ton, Cuadro 1).

Diagnóstico: La deficiencia se desarrollará primero en las hojas viejas como amarillamiento o necrosis de los márgenes de la hoja (figuras 2 y 3). Niveles bajos de K también se han asociado a fruta de pequeño tamaño y bajo contenido de sólidos solubles. No existen reportes de toxicidad, sin embargo, niveles excesivos de K en el suelo son antagónicos a la absorción de calcio y magnesio, llevando a desbalances nutricionales y menor calidad de fruta.

Figura 3. Síntomas de deficiencia de magnesio y potasio en cerezo. Foto. B. Sallato. 2016.

Manejo: Si bien las deficiencias son poco frecuentes, se han reportado niveles excesivos del elemento en ciertas áreas productivas. Es recomendable mantener los niveles entre 150 y 300 mg/kg (K intercambiable). Si los niveles superan los 300 mg/kg en cerezo no se requerirá aplicar K. Si los niveles bajan de 150 mg/kg, se debe corregir aportando 136 kg de K2O por hectárea (120 lb/acre). Se debe verificar el nivel de nutrientes al año siguiente para ajustar la dosis requerida. El momento de aplicación no es relevante en suelos limosos o pesados (semejante al P), sin embargo, en suelos arenosos, es mejor distribuir las aplicaciones durante la primavera (similar a N).

Consideraciones: Se pueden encontrar excesos de K en suelos de todos los tipos, incluyendo suelos arenosos, si es que estos presentan texturas variables a través del perfil, condición que evitará que el elemento lixivie. El estiércol y los compost pueden contener altos niveles de K, por lo que es recomendable analizar su composición en laboratorio.

Si el K del suelo es adecuado o alto, pero los niveles de la planta son bajos, es posible que exista alguna limitación a la absorción. Por ejemplo, nematodos, patógenos, falta o exceso de agua o enfermedad del sistema radical. Cuando existen limitaciones a la absorción radicular se justifican las aplicaciones foliares por un tiempo, pero no serán una solución permanente al problema.

CALCIO, ASOCIADO A CRACKING Y FIRMEZA DE LA FRUTA

La movilidad del elemento en el suelo dependerá de la textura y de la CIC. En suelos arenosos gruesos el Ca puede ser móvil y percolar fuera de la zona de raíces, particularmente cuando se riega en exceso. En suelos pesados (limosos, franco limosos o arcillosos), el Ca tiene poca movilidad y puede ser retenido por las cargas negativas del suelo y la MO. Existen suelos con grandes cantidades de Ca (sobre 10 meq/100 g), lo que generalmente está asociado a alto pH y presencia de carbonatos o limo (CaCO3). En tanto la disponibilidad de Ca es reducida en suelos de alto pH (sobre 9,5) o suelos ácidos (bajo 5,5), la porción disponible en la zona de raíces está en constante equilibrio con la porción no disponible. En situaciones de altos niveles de Ca (sobre 8 meq/100g), la adición de Ca no mejora la absorción. El agua de riego -así mismo- puede contener altos niveles de Ca y CaCO3, lo que puede contribuir al Ca disponible para la planta. Respecto de los requerimientos de la planta, la demanda de Ca se estima en entre 0,14 y 0,18 kg por tonelada de fruta (0,3 – 0,4 lbs/US Ton).

Diagnóstico: El calcio forma parte de la pared celular y es clave en la resistencia de esta estructura. En cerezo las deficiencias de calcio han sido asociadas con ‘cracking’ y firmeza de la fruta (Demarty et al., 1984, Christensen, 1996). Por el contrario, la fruta con altos niveles de Ca presenta reducida permeabilidad de cutícula (Christensen, 1996) y mayor resistencia de la pared celular (Glenn and Poovaiah, 1989). Si bien el Ca ha sido asociado por mucho tiempo con la firmeza de la fruta, la relación con la calidad de la fruta y vida de postcosecha es contradictoria y aun está por probarse.

Manejo: Si bien el análisis de tejido de hoja es una buena herramienta para determinar la absorción, no es correlacionable con la absorción de Ca de la fruta. Varios factores, diferentes al suministro de Ca, pueden evitar que el Ca se mueva hasta la fruta, por ejemplo, un exceso de N y de crecimiento vegetativo, sombreamiento, condiciones de estrés, etc. Si los niveles foliares son deficientes, los niveles de la fruta muy probablemente serán deficientes, pero un nivel adecuado de Ca en la hoja no necesariamente indica que se tienen niveles adecuados en la fruta.

El análisis estándar de Ca intercambiable es una buena herramienta para determinar la disponibilidad de Ca en el suelo. Si los niveles del suelo están bajo 4 meq/100g o 800 mg/kg, se puede corregir vía aplicaciones al suelo durante la primavera. Existen diferentes productos comerciales que proveen diferentes formas de Ca. El yeso (CaSO4) es una fuente barata de Ca que, además, provee azufre. Si también están bajos los niveles de N, el CaNO3 es así mismo una buena alternativa. Si no se tienen problemas de sal en el suelo el CaCl2 es una alternativa económica para los productores convencionales.

Si bien las aplicaciones foliares no son tan eficientes como las aplicaciones al suelo, existen algunas excepciones que justifican las aplicaciones foliares de Ca:

  • Niveles excesivos de potasio en el suelo (sobre 300 mg/kg o ppm).
  • Suelos fríos y secos antes de plena flor (15°C)
  • Limitaciones de la zona de raíces: patógenos, limitaciones físicas, exceso o falta de agua, nematodos, etc.

Si bien son populares en cerezo las aplicaciones de Ca durante el período de precosecha para reducir el cracking por lluvia, los resultados son contradictorios. En postcosecha, la inmersión de la fruta en una solución de CaCl2 es ampliamente reconocida como tratamiento para reducir el cracking y extender el verdor del pedicelo (Wang y Long, 2015). Wang y Long (2015) recomiendan una solución de 0,2 a 0,5% de CaCl2 (equivalente a 2.000 – 5.000 ppm CaCl2) por 5 minutos y luego pasar la fruta por agua fría (0°C) por 15 minutos para incrementa la firmeza y el brillo de la piel y para reducir la incidencia de división y pardeamiento del pedicelo.

Consideraciones:

  • La máxima absorción de Ca en cerezo ocurre durante la primavera, comenzando cerca de 25 días después de plena flor, con el nuevo crecimiento de raíces.

Si el pH del suelo es superior a 8,5 o hay alto contenido de CaCO3, es mejor manejar el pH que añadir más Ca al suelo. En suelos sódicos (altos niveles de sodio – Na), aplicaciones de yeso (CaSO4) logran remover el exceso de Na y mejorar la estructura del suelo. Se debe asegurar de tener buen drenaje. No se recomienda CaCl2 para suelos salinos o con mal drenaje (capas impermeables).

MAGNESIO, UNA MODERADA MOVILIDAD EN LA PLANTA

La movilidad del elemento en el suelo dependerá de la textura y de la CIC. En suelos arenosos pesados el Mg puede ser móvil y percolar fuera de la zona de raíces, especialmente en condiciones de mucho riego. En suelos más pesados (limosos, franco limosos o arcillosos) el Mg puede quedar fijo en las partículas del suelo. Al igual que el Ca, las deficiencias se pueden dar en suelos arenosos con drenaje excesivo. El Mg tiene una moderada movilidad en la planta. Los requerimientos de la planta se estiman en entre 0,09 y 0,18 kg por tonelada de fruta (0,2 – 0,4 lbs/US Ton, Cuadro 1).

Diagnóstico: Los síntomas de deficiencia aparecen primero en las hojas más viejas como una clorosis intervenal que puede llevar a necrosis intervenal (figura 3). El análisis de tejido de hoja es un buen indicador de la absorción de Mg por la plata en general y la fruta en particular.

Manejo: Ante una deficiencia se deben corregir los niveles del suelo aplicando 30 lb de MgSO4 (sulfato de magnesio). Ante limitaciones de la absorción radicular por exceso de K, pueden ser efectivas las aplicaciones foliares de MgSO4 para mitigar la deficiencia. Como es el caso de casi todos los nutrientes, el período de máxima absorción se sitúa en primavera y el rápido crecimiento vegetativo.

Consideraciones:

  • Niveles excesivos de K en el suelo, sobre 300 mg/kg o ppm, puede dificultar la absorción de Mg.

  • Aplicaciones excesivas de CaCO3 o CaSO4 pueden impedir la absorción de Mg.

AZUFRE, DEFICIENCIAS QUE PUEDEN SER CORREGIDAS

Es un elemento móvil tanto en el suelo como en la planta. Si bien se registran deficiencias en dis-tintos tipos de suelo, estas pueden ser fácilmente corregidas.

Diagnóstico: Los síntomas de deficiencia en las hojas son muy similares a los de la deficiencia de N, con un amarillamiento generalizado de las hojas, las que -además- son más pequeñas. Los análisis de tejido de hoja son útiles para diagnosticar la deficiencia.

Manejo: Ante bajos niveles del elemento en el suelo, aplicando fertilizantes en base a sulfato, como es el caso de CaSO4, MgSO4, ZnSO4, etc., es posible mejorar los niveles de SO4. Mediante aplicaciones de yeso se puede remediar simultáneamente las deficiencias tanto de S como de Ca.

Consideraciones: Se puede provocar quemadura de hojas cuando se aplica vía foliar a una temperatura superior a 29,5°C.

BORO, FUNDAMENTAL PARA EL CRECIMIENTO DE RAÍCES Y BROTES

Si bien el B es móvil en el suelo, es muy poco móvil en la planta. En prospecciones recientes en más de 170 suelos del estado de Washington todas las muestras presentaron deficiencia de B (bajo 0,5 mg/kg) (Sallato, no publicado). Su disponibilidad se puede ver limitada en rangos de pH de entre 7,0 y 8,5, situación muy común en la zona donde se realizaron los estudios de suelo en Washington. Otros factores que pueden limitar la absorción de B son el suelo frío o seco en primavera.

Diagnóstico: El B es fundamental para el crecimiento meristemático de raíces y brotes por lo que un síntoma muy característico es la muerte de la punta de los nuevos brotes. Además, es importante para la elongación del tubo polínico durante el proceso de polinización por lo que la deficiencia puede afectar cuaja y rendimiento. Los análisis de B en tejido de hoja son un buen indicador de la absorción general, pero no se correlacionan bien con los niveles de B en la fruta.

Manejo: Es recomendable mantener niveles adecuados de B en el suelo (entre 0,5 y 1,5 mg/kg). En sitios deficientes es muy recomendable aplicar B en primavera o al final de la dormancia. La tasa de aplicación debe ser cuidadosamente calculada ya que se puede llegar fácilmente a la toxicidad, incluso con pequeñas dosis.

HIERRO (FE), MANGANESO MN), COBRE (CU) Y ZINC (ZN)

Pese a la baja demanda por estos nutrientes, son esenciales para el crecimiento, desarrollo y calidad de la fruta. Las deficiencias están frecuentemente relacionadas con una baja disponibilidad por pH alto del suelo o anoxia en la zona de raíces (exceso de agua y falta de oxígeno), condiciones en que las formas solubles de estos elementos precipitan y quedan no disponibles para las plantas.

Diagnóstico: Los síntomas visuales de deficiencia de Zn y Fe son claramente distinguibles. La deficiencia de Zn desarrolla madera ciega (‘blind’), hojas pequeñas en roseta, con internudos cortos. La deficiencia de Fe se caracteriza porque se amarilla la hoja completa (figura 4). El pH alto del suelo afecta principalmente a la disponibilidad de Fe, lo que puede desarrollar síntomas que enmascaran otras deficiencias. Los síntomas comienzan en las hojas jóvenes. Las deficiencias de Mn y Cu son menos evidentes y frecuentemente permanecen ocultas. La mejor herramienta de diagnóstico para estos elementos es medir el pH del suelo y considerar los síntomas visuales.

Figura 4. Síntomas de deficiencia de Fe (clorosis férrica) (iz.) y de Zn (der.) en cerezo. Foto: B. Sallato.

Manejo: Cuando las deficiencias de los micronutrientes metálicos se deben al alto pH del suelo, no es eficiente corregir el nivel de dichos elementos en el suelo, aunque se han obtenido buenos resultados aplicando los elementos quelatados durante la temporada de ¿ crecimiento. La práctica más recomendada es manejar el pH del suelo de modo de mejorar la disponibilidad de los micronutrientes en el perfil. Las aplicaciones foliares de Zn durante primavera o dormancia tardía también han mostrado buenos resultados. Debido a su baja movilidad en la planta, cuando aparecen las deficiencias durante la temporada, son más efectivas las aplicaciones frecuentes.

Los análisis de tejido de hoja son muy útiles para monitorear la adecuada absorción o si los árboles están en condición de deficiencia o exceso. Los síntomas visuales así mismo pueden ser útiles para diagnosticar deficiencias o excesos, pero es importante considerar que los síntomas pueden ser confundidos con otros problemas. Entre otros, plagas, enfermedades, toxicidad por plaguicida o estrés por falta o exceso de agua, viento o calor (figura 5). Un adecuado proceso de diagnóstico debería considerar herramientas alternativas (suelo, análisis de tejido).

Figura 5. Síntomas no relacionados con problemas nutricionales. Arriba a la izquierda, oscurecimiento de las hojas por ataque de ácaros. Arriba a la derecha virus del enanismo (PDV). Abajo a la izquierda, desorden de la hoja arrugada. Abajo a la derecha, síntomas de virosis en cerezo.

HOY LOS ESTÁNDARES DE TEJIDO DE HOJA NO CONSIDERAN LA CALIDAD DE LA FRUTA

El manejo nutricional del cerezo está basado en estándares de tejido de hoja, lo que es muy útil para prevenir deficiencias o toxicidades. Dichos estándares fueron desarrollados para determinar la concentración de nutrientes durante el crecimiento máximo, sin tomar en consideración la calidad de la fruta o su capacidad de guarda (por ejemplo, no hay estándares nutricionales orientados a optimizar la calidad de la fruta).

El año pasado la Universidad Estatal de Washington encomendó a Sallato, Whiting y Torres iniciar un proyecto a tres años con el título “Manejos de la nutrición para cerezas de alta calidad”, el que es financiado por la Comisión de Investigación en Frutales de Washington (WT- FRC) y la Comisión de Cerezo de Oregón (OSCC). El objetivo del proyecto es mejorar las estrategias de manejo nutricional para obtener fruta de mejora calidad y capacidad de guarda. Se espera que el proyecto aporte una mejor comprensión de la relación entre calidad de fruta y la composición de nutrientes, así como también valores específicos de extracción para cada variedad.

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