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Mejoramiento genético de arroz en INIA Vista Florida

La Puntilla, una variedad productiva y de bajo consumo de agua

En la Estación Experimental Agraria Vista Florida, del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), se lanzó recientemente la variedad de arroz La Puntilla. Gracias al menor periodo vegetativo de la nueva variedad y a la técnica de secas intermitentes que se promueve entre los productores, se calcula que se logra un ahorro de agua de 580 millones de m3 de agua por todo lo producido en la costa, durante una campaña. El trabajo no culmina y para fines de 2018 o comienzos de 2019 esperan lanzar otra nueva variedad de arroz.

10 de Noviembre 2017 Marienella Ortiz
La Puntilla, una variedad productiva y de bajo consumo de agua

Con 22 años de investigación en el desarrollo y obtención de variedades de arroz, el investigador del INIA, Fernando Montero, recuerda que en la década del sesenta las variedades de mayor producción en el norte del país tenían un periodo vegetativo de 200 días; luego, esa cantidad se redujo a 160 días en la década de los noventa, mientras que hoy en día está entre 140 y 145 días. La reducción de 20 días del periodo vegetativo en los últimos veinte años significó, en la práctica, un menor consumo de agua en aproximadamente 1,000 m3 por ha, fundamentalmente gracias a las nuevas variedades precoces que se han venido lanzando de la mano del sector público y privado.

PREFERENCIAS DE LOS PRODUCTORES. De la variedad Tinajones se siembra 70,000 ha en toda la costa. Esta variedad es la una de más producida en la costa, debido a que tiene 140 días de periodo vegetativo. Luego viene la IR43, la Mallares y ahora La Puntilla que se proyecta como una opción interesante para los agricultores.

La última de ellas es La Puntilla, una variedad que tiene un periodo vegetativo de 145. Este es el resultado de la labor ininterrumpida que realiza desde el 2000 la estación chiclayana, que cuenta con 336 ha, exclusivamente para fines investigativos. Para ello, cuentan con un programa de investigación y un banco de germoplasma con un total de 500 variedades de arroz. Todos los años se hacen cruzamientos entre variedades del material genético propio, procedente del banco de germoplasma, y otras que se importan de diferentes países. Aproximadamente son diez años los que deben pasar para constatar si un cruzamiento ha sido exitoso. El próximo paso es, como no, lanzarlo al mercado.

“Dentro de este programa cruzamos en 2005 la variedad IR1529-ECIA, procedente del Instituto Internacional de Investigación del Arroz (IRRI), con sede en Manila (Filipinas), con una variedad peruana de nombre Santa Elena, la que era sembrada en los años noventa en el valle de Bagua Chica. La variedad IR1529- ECIA funcionó como madre, como parental femenino, y la Santa Elena como padre, parental masculino. De ese cruzamiento salió la semilla F1. De las plantas se hizo una selección de semillas, de las cuales se sembraron al año siguiente la generación F2. La idea siempre es seleccionar las mejores plantas con un buen tipo de grano, que macolle más (un mayor número de yemas de dónde saldrán los nuevos tallos), que no sea ni muy alta ni muy baja; las que tengan un buen tipo y un gran número de granos por panoja (la parte aérea, donde viene la floración o maduración); que sean sanas, que sean resistentes a plagas”, explica Montero. Fue así como transcurrieron poco más de diez años hasta llegar a La Puntilla.

PRODUCTIVA Y RESISTENTE A ENFERMEDADES Y PLAGAS

La principal característica de esta variedad es su alto rendimiento. En parcelas experimentales ha llegado a producir 13.5 t/ha de arroz cáscara en Chepén (La Libertad) y 13 t/ha en Fala (Lambayeque).En parcelas comerciales se han registrado rendimientos superiores a las 12.7 t/ha de arroz cáscara (91 fanegas/ha). Sin embargo, Montero considera que su rendimiento puede ser aún mayor, debido a que es altamente resistente a enfermedades y plagas.

Esta variedad es tolerante al ataque de la mosquilla y al de la sogata, que transmite el virus de la hoja blanca, ambos muy presentes durante la producción de arroz. “La variedad Tinajones (también del INIA) no es tolerante al ataque de sogata ni al virus de la hoja blanca, donde un  50% de las plantas son afectadas por este virus. En el caso de la variedad IR43 lo es en un 45% de las plantas. En tanto, La Puntilla solo tiene 1% de infección por sogata y el virus de la hoja blanca. Hay una gran diferencia entre 50% y 1%. Esta es una excelente característica que gusta mucho a los agricultores”, sostiene Montero.

DE GRANO LARGO. Una de las características de la nueva variedad La Puntilla es que su grano es más largo, si se lo compara con el de otras variedades, como muestra la foto.

En la campaña anterior, marcada por el fenómeno de El Niño y la siembra tardía (hubo un desfase de un mes respecto a una campaña normal debido a la restricción del agua) tuvo una gran incidencia del virus de hoja blanca, que ocasiona la muerte de la planta o bien afecta a la panoja, teniendo como resultado un grano marrón. Por eso, los rendimientos no fueron buenos en la campaña grande. Sin embargo, aquellos productores que sembraron La Puntilla tuvieron menor incidencia del virus.

“Para que se presente una plaga y una enfermedad, se requiere que exista el insecto o patógeno; luego, que el clima sea apropiado (alta temperatura y mayor humedad relativa). Por último, que la variedad sea susceptible al ataque. Entonces, si tenemos el insecto, la temperatura, pero una variedad resistente como La Puntilla, no pasará nada, porque uno de los tres factores falló. Con el Fenómeno de El Niño, los que sembraron Tinajones o IR43 se vieron afectados con pérdidas o resultados de 30 o 40 fanegas/ha, pero los que sembraron La Puntilla tuvieron buenos rendimientos de 70 fanegas/ha”, explica el investigador.

UN MENOR CONSUMO DE AGUA

La variedad comercial IR43 tiene 155 días de periodo vegetativo, mientras que La Puntilla logra su desarrollo entre 142 y 145 días. A menor periodo vegetativo, menor consumo de agua. El módulo de riego en la costa es de 14,000 m3 por campaña de arroz por ha, pero con esta nueva variedad más precoz se reducen 1,000 m3. Si a esto le sumamos el uso de la técnica de seca intermitente, se restan otros 2,000 m3. Entonces, el investigador comenta que el arroz puede utilizar 11,000 m3 y ya no 14,000 m3 por ha.

“En la costa peruana hay unas 170,000 ha de arroz que se cultivan todos los años. Si se multiplica esa cantidad por 3,000 m3 de agua ahorrada, prácticamente tenemos 580 millones de m3 de agua que se dejan de usar por campaña, gracias a la nueva variedad y al manejo de secas intermitentes. Esto además reduce la población de zancudos, que a su vez producen la malaria entre la población que se encuentra en los distritos rurales o las zonas periféricas cercanas a los campos donde se siembra arroz”, refiere Montero.

SECA INTERMINENTE PARA DEJAR DE INUNDAR LOS CAMPOS

El director de la estación Vista Florida, Orlando Aguilar Pasco, comenta que las secas intermitentes es parte un programa muy agresivo que se está promoviendo en los últimos años para eliminar la mala práctica de los productores de inundar los campos con agua. “Venimos disminuyendo el consumo de agua, para evitar también problemas de dengue y zancudos con las inundaciones. Estamos con un programa bastante agresivo en las zonas productoras de arroz, con los cuales hemos tenido buenos resultados”, refiere.

La técnica consiste en disminuir el uso del agua en la producción de arroz de la costa, bajo ciertos parámetros técnicos y el manejo de la lámina de agua. En el pasado, la mayoría de agricultores manejaban láminas permanentes de agua de 10 cm de altura para el cultivo arroz, durante 15 o 20 días. Ese almacenamiento de agua originaba pudrición y, por ende, más metano en el ambiente. Entonces, lo que se ha promovido es reducir la lámina a 2 o 3 cm y mantener ese volumen por periodos intermitentes: primero, durante 7 días. Tras ello, se esperan diez días para hacer el siguiente riego, igualmente con una lámina de 2 o 3 cm.

“El arroz no es un cultivo acuático sino semiacuático.  Antes el agua se regalaba a la agricultura, por tanto, no había cultura del ahorro. Ahora cuesta y el enfoque ha cambiado al del ahorro. Están bajando la lámina de agua y dando más periodos de secas, manteniendo una humedad en el suelo. Lo que eso genera es que la planta macolle más, y eso permite que de una planta se puedan obtener entre 25 y 30 nuevos tallos. Cuando le colocaban la lámina de 10 cm, el agua ahogaba un gran porcentaje de yemas o inhibía su crecimiento. En vez de 25 yemas producía solo 15 yemas, es decir, 10 de ellas se morían por el exceso de agua. Esta técnica ya existía, pero el productor temía el incremento de maleza, pero ahora los herbicidas se aplican antes evitando cualquier problema”, explica Fernando Montero.

Por ello, queda comprobado que las secas intermitentes han permitido un mayor rendimiento, pues si hay más macollos habrá más granos de arroz. Un nuevo brote significa 180 granos de arroz adicional.

PRODUCCIÓN NACIONAL. Si tomamos como referencia solo la costa, Lambayeque es el segundo productor con 40,000, antecedido de Piura con hasta 60,000 ha. Si observamos en la selva, San Martín produce 100,000 ha, siendo la zona de mayor producción del país.

LA PUNTILLA, UNA OPCIÓN INTERESANTE PARA LOS AGRICULTORES

En Lambayeque se cultivan unas 40,000 ha en promedio -aunque con bastante agua se llega a 50,000- de un total nacional de 398,000 ha. En toda la costa peruana existen dos campañas de arroz: La chica que empieza entre noviembre y diciembre y termina en mayo o junio; y la campaña grande que se inicia en julio o agosto y termina en noviembre o diciembre.

De la variedad Tinajones se siembra 70,000 ha en toda la costa. Esta variedad es la que más se siembra, debido a que tiene 140 días de periodo vegetativo. Luego viene IR43, Mallares y ahora La Puntilla, que se proyecta como una opción interesante para los agricultores. Recién liberada la nueva variedad, el INIA colocó 5,000 sacos de semillas, que servían para sembrar unas 2,500 ha; aunque los responsables del Vista Florida calculan que hubo piratería y finalmente se sembraron 3,500 ha de La Puntilla. En esta campaña chica que empieza no solo produjo el INIA, sino empresas privadas que compraron semillas certificadas el año pasado. La institución considera que se llegarán a 5,000 ha de sembríos de arroz La Puntilla en toda la costa.

Para la campaña grande del 2018 existe una gran expectativa de que la nueva variedad vaya ganando mayor espacio. ¿Qué variedad podría ser desplazada? Montero considera que será la IR43. Hace cinco años era la reina, cubriendo el 70% del área sembrada en la costa. Sin embargo, hoy representa aproximadamente el 40%. Según Montero, llegará el momento en que esa variedad irá desapareciendo.

LANZAMIENTO DE NUEVAS VARIEDADES

Para fines del 2018 o inicios del 2019, el INIA proyecta lanzar otra nueva variedad para la costa. El investigador asegura que también gozará de buenas características agronómicas y de grano. “Cuando se libera una variedad de arroz, esta debe cumplir con tres requisitos importantes: El primero es que la variedad rinda, es decir que llene los sacos, porque de lo contrario el agricultor no volverá a sembrarla. Ese es el principal parámetro para lanzarla al mercado. En segundo lugar, que tenga calidad de grano, es decir, que sea largo, translúcido, con una buena calidad molinera, que no tenga mucho quebrado y con gran sabor. Y un tercer criterio es que tenga resistencia a plagas y enfermedades, pero eso puede ser prescindible si con aplicaciones químicas se pueden remediar. En tanto, si un arroz se parte en la molinería no hay nada qué hacer, porque hablamos de un tema genético”, indica Montero y adelanta que la variedad que se lanzará a futuro será de alto rendimiento y tolerante a plagas y enfermedades. Otra cualidad, adelanta el experto, será su resistencia al tumbao, pues tendrá tallos fuertes que evitarán que se desprenda con la cosecha mecanizada.

En paralelo se continuará recolectando material genético para ampliar las variedades en el banco de germoplasma.  “El asunto es ampliar la base genética del cultivo de arroz en el Perú; desarrollar variedades con otra estructura genética. Probablemente, se recurra al Centro Internacional de Agricultura Tropical de Colombia o al IRRI. Lo que queremos es traer variedades resistentes a diferentes fenómenos climatológicos u otras situaciones. Por ejemplo, la India tiene variedades para suelos salinos, entonces, hay que traer esas variedades”, concluye.

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