Una Mirada Al Manejo Masivo de Hortalizas
Paulo Bertolla en conjunto con sus tres hermanos suman una superficie de alrededor de 1.000 hectáreas de hortalizas, entre terrenos propios y arrendados. Pese a que han empezado con una superficie de limones, la actividad central sigue siendo la horticultura. Más que los buenos precios actuales (“hoy puede tener buenos precios pero la temporada siguiente puede que no”, considera) decidieron establecer el huerto frutal en suelos cuya pendiente no permitía otro tipo de cultivo. Son unas 40 ha que están habilitando con las variedades Eureka y Fino.
Además de sus ancestros italianos, comparte con Bortolotti el diagnóstico sobre la complejidad del racionamiento de agua, y las bajas perspectivas de lluvias. Considera que los agricultores que han logrado estabilizarse pueden seguir sembrando gracias al agua de pozo, pero esta también presenta desafíos:
–No es de tan buena calidad, por su alta conductividad eléctrica. Tenemos que hacer lavados con la misma agua salobre y hay que hacerlo bien para que la salinidad no se transforme en un problema. Son cosas que hemos ido aprendiendo y si conocemos los suelos es más fácil.
Resalta que el impacto de la sequía no ha llegado al nivel que podría haber sido, gracias a la tecnificación del riego y también, en gran medida, a un mejor manejo del agua, “porque antes se perdía en los canales”.
FUNCIONALIDAD DE PIVOTES, COBERTURA Y CINTAS EN HORTALIZAS
En el caso de Hermanos Bertolla la mayor superficie de riego está cubierta por sus cinco pivotes, de 50-60 hectáreas cada uno. Hace 10 años incorporaron cobertura, tecnología que el entrevistado vio funcionar en una visita a California y que le ha dado buenos resultados en cultivos tan diversos como papa, lechuga, poroto verde, zanahoria. Asimismo utilizan cintas y riego tradicional por surcos en las parcelas arrendadas y en los sectores de riego eventual.
–¿Cuál evalúas como el mejor método de riego para las hortalizas que ustedes manejan?
–La cinta es más eficiente en términos de consumo de agua. Los otros mecanismos los usamos sabiendo que consumen más agua, pero son mejores que el riego por surco.
–¿Por qué no poner cintas en todo el campo?
–Porque no funcionan bien donde hay suelos con mucha piedra, sufren mucha rotura. Ahí pivote y cobertura operan mejor, aunque a la larga estamos dando prioridad a la cinta, aun cuando su costo es un poco más elevado.
–¿El pivote y aspersión no inciden en una mayor incidencia de enfermedades fungosas?
–Si tienes el control con un programa sanitario, no te afecta en nada. Al contrario, tienes menos incidencia de esos problemas. El pivote pasa regando y en 15 minutos la planta está seca.
LA MULTIPLICACIÓN DE LOS POZOS EN PAN DE AZÚCAR
En su caso, ha contado con el apoyo de los programas de fomento de riego para la cobertura con membrana de los siete tranques de que dispone junto a sus hermanos. Cuentan además con 12 pozos.
–Del año 80 hacia atrás aquí no había más de 15 pozos. Hoy superan los 200, pero ese número ya se encuentra limitado. No se pueden construir más y la Dirección General de Aguas está a cargo de la supervisión. Hoy todos los pozos tienen medidores; ese es el principio de un control. Si no los usas, hay una multa e incluso te los pueden quitar.
Por calidad del agua y por costos (energía, mantención de pozos), siempre van a dar prioridad de uso al agua del canal Bellavista, señala el empresario.
–¿Has conocido casos de multas por no uso de pozos?
–No, todos los ocupan.
–¿Se ha desarrollado un comercio del agua?
–Muy poco. Los agricultores han necesitado hacer pozos y no hay negocio de venta de agua. Somos productores que tratamos de hacer más cosas.
Por ahora, el valor de la tierra sigue siendo accesible para una actividad como la hortícola. El arriendo de una hectárea se ubica en torno a los $500.000 por hectárea al año.
UNA MIRADA A LA RENTABILIDAD DE LOS CULTIVOS
Paulo Bertolla coincide con Bortolotti en su apreciación de que los precios han bajado respecto de la temporada precedente, en su paleta de rubros:
–La lechuga es nuestro primer cultivo; cosechamos todo el año, al igual que zanahoria. El poroto verde y el choclo tienen su época. La papa ha bajado por el tema de costos y porque los precios no han sido buenos. No es rentable sembrar lo que poníamos antes. Llevamos cinco años con la lechuga más masiva y hemos tenido presencia de Sclerotinia, Botrytis, Bremia. Son enfermedades de monocultivo. Antes la calidad de la lechuga era diferente. Hoy cuesta llegar a una lechuga de un kilo, por factores como la conductividad eléctrica del agua, porque el suelo ya no responde como antes, por ese tipo de cosas.
–¿Qué ha pasado con cultivos como la alcachofa y apio?
–Con poco agua producir alcachofa es complicado. Pero como tengo suelos salobres trato de diversificar el negocio, no poner todos los huevos en la misma canasta. Me posibilita mejorar un poquito los suelos. Es un cultivo anual y ha sido bastante parejo, positivo. En cuanto al apio, se puede trabajar todo lo año, pero no lo vamos a hacer así esta temporada, porque mis suelos y agua no me permiten llegar a un buen producto en verano. Lo mantengo en invierno, que es la época en que anda mejor.
Los precios más atractivos para La Serena normalmente va del 15 de mayo al 15 de septiembre, analiza Bertolla. Pero en 2014 hasta agosto el clima en la zona central había sido más favorable que en la Región de Coquimbo, “con mejor suelo, con mejor agua y con 500 km menos de transporte”, puntualiza.
–¿Has dejado de cultivar alguna hortaliza?
–Seguimos casi con las mismas. Antes teníamos betarraga, pero ya no, por un tema de menor rentabilidad y de ciclo más largo. Eso juega en contra de especies como la alcachofa, por ejemplo, porque es anual, tu rentabilidad tienes que dividirla por 12 meses. Y si no te va bien… Por eso muchos agricultores las sacaron de su negocio. Una lechuga en cambio prácticamente la logras en 60 días en verano, y en 120 en invierno. Pero el invierno en Serena son un par de meses…
EL SUELO ES UN TEMA QUE REQUIERE CADA VEZ MAYOR ATENCIÓN
–¿Usas fertirriego?
–Sí, y estamos haciendo pruebas con fertilizantes líquidos, con mezclas ya preparadas que simplemente inyectas al sistema. Ese sistema funciona hace años, no es novedad, pero son productos más caros y que han estado enfocados más al cultivo bajo invernaderos. En producción más masiva los costos se elevan mucho. Sin embargo creo que con el tiempo van a llegar a ser mucho más accesibles. También ha sido interesante la adopción cada vez mayor de fertilizantes monograno, con todos los nutrientes en un solo gránulo, y liberación lenta, de manera que puedes sacar tu cultivo con menos fertilizaciones y menos mano de obra.
Un motivo de interés técnico cada vez mayor para Paulo Bertolla es la respuesta del suelo.
–Hoy hacemos análisis y aplicamos materia orgánica, productos como ácidos húmicos, compost, guano de pavo y de cabra, incorporación de residuos orgánicos como la chala, por ejemplo. Incluso estamos volviendo a sembrar haba, que habíamos dejado hace años, para lograr un mejoramiento. Como los suelos están muy desgastados hemos pensado hasta en establecer praderas para darles un descanso. Hay que cuidarlos: fertilizar en forma moderada y trabajar con productos amigables.
También resalta el aumento del uso de variedades:
–Antes con un par de variedades sacábamos el año, pero el clima ha cambiado. Ahora estamos hablando de 4-5 variedades, y en el momento de transición siempre tenemos 2 o 3. Permanentemente probamos posibilidades nuevas, pero también nos hemos equivocado, ya sea porque las han afectado enfermedades, o por problemas de calibre o presentación.
En general, señala, ni plagas ni enfermedades son un problema cuando se aplica un programa riguroso de manejo, preventivo y de control. Hace hincapié en que ya han incorporado productos amigables con el medio ambiente, sin riesgo de residuos, y el uso de productos biológicos, en particular en las etapas finales del cultivo para llegar al consumidor con un producto sano.