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Es fundamental la incorporación de materia orgánica al suelo

Una mirada a la nutrición de los cultivos de musáceas desde las propiedades físicas, químicas y microbiológicas del suelo

Para mejorar la productividad y la sustentabilidad de las plantaciones bananeras y plataneras se debe partir de un manejo integral del suelo, mejorando las propiedades físicas, químicas y microbiológicas. Así lo explica la asesora Isolina Mora Palomeque, subrayando que no solo se deben considerar la aplicación de fertilizantes, sino también la descompactación del suelo, incorporación de materia orgánica y la aplicación de microorganismos. Asi mismo, destaca que se deben propiciar las condiciones para que el carbono, que se está quedando retenido en la atmósfera, regrese al suelo buscando así que los ciclos globales de carbono y nitrógeno sean eficientes en beneficio de los cultivos.

15 de Octubre 2021 Ximena González V. Fotos: Isolina Mora

La agricultura enfrenta actualmente uno de los retos más grandes, producir alimentos para una población que se incrementa significativamente año tras año. Sin embargo, hay que tener en cuenta que una mayor oferta de alimentos dependerá de varios factores. Uno de ellos es que la fotosíntesis de las plantas sea óptima y, para ello, es necesario intervenir aquellos factores que hoy la limitan y/o que haya adaptación a las condiciones adversas, sobre todo porque la productividad de los cultivos, en general viene decayendo por diferentes motivos, entre ellos, el cambio climático y el calentamiento global.

Isolina Mora Palomeque, ingeniera agrónoma y asesora en nutrición de cultivos.

Las áreas de cultivos de musáceas en Colombia no han sido ajenas a esta situación ya que ha habido un agotamiento de los suelos debido a la extracción de nutrientes durante el periodo de cosechas, por la dinámica que se viene dando con el carbono, incremento de la temperatura, disminución de la materia orgánica, precipitaciones mal repartidas y disminuidas y la baja actividad de los microorganismos. Estos factores, según destaca Isolina Mora Palomeque, ingeniera agrónoma y asesora en nutrición, han causado una disminución de la producción en estas plantaciones. Frente a qué áreas han sido las más afectadas dice que el cambio climático los afecta a todos, sin embargo, los cultivos menos afectados por este son los que han aplicado mejor las buenas prácticas agrícolas.

Anteriormente la productividad y la calidad de la fruta producida, tuvo otras condiciones debido a las características de los suelos, temperatura, entre otros, que permitían que con un mínimo manejo, la productividad estuviera en un 35% a 40% por encima de la actual.

“Antes, la corteza terrestre tenía todos los nutrientes requeridos por el cultivo, la relación macroporos y microporos era óptima, mientras que hoy en día, las plantas encuentran mayores limitaciones para producir biomasa”, destaca Mora y subraya que los suelos donde están plantados los cultivos de banano fueron muy ricos en su momento pero que han ido perdiendo fertilidad.  Por ello, para obtener una mayor producción de banano se hace necesario dar un manejo integral al suelo, considerando no solo la aplicación de fertilizantes, sino también el desarrollo de trabajos de descompactación, incorporación de materia orgánica y la aplicación de microorganismos. En este sentido, Mora señala que los productores hacen uso de los residuos de las cosechas, se proveen de materias orgánicas y microorganismos producidos por compañías que llevan a cabo buenas prácticas de producción y que hacen análisis microbiológicos.

Vale resaltar que, un estudio de E. Lahav y D.W. Turner (1992), ya habían recomendado el uso de hasta 50 toneladas de materia orgánica/ha/año en el cultivo de banano.

MANEJO INTEGRAL AL SUELO

De acuerdo con la experta, el reto de mejorar la productividad y la sustentabilidad de las plantaciones bananeras y plataneras debe partir de un manejo integral del suelo, mejorando las propiedades físicas, químicas y microbiológicas. “Se deben propiciar las condiciones (aireando el suelo e incorporando materia orgánica) para que el carbono que se está quedando retenido en la atmósfera regrese al suelo buscando así que los ciclos globales de carbono y nitrógeno sean eficientes en beneficio de los cultivos, no hay que olvidar que existe una relación muy importante entre los ciclos de carbono y nitrógeno en beneficio de la producción de biomasa”, dice.

Aireación con maquina antes de la siembra.

Así mismo, Mora señala que un suelo saludable almacena más carbono que lo que hay en la propia vegetación y en la atmósfera y, a su vez, el carbono aporta energía a través de los microorganismos para la mineralización del nitrógeno.

Por ello, prácticas como la aireación y la incorporación de materia orgánica provenientes tanto de los residuos de cosecha como las que se adicionen de otras fuentes darán estabilidad a los agregados e incrementarán la actividad de los microorganismos, influyendo, además, en el mejoramiento de la estructura y la infiltración del suelo. La siembra de coberturas es muy importante como mecanismo para introducir más carbono al suelo.

Mora destaca que hay muchas arvenses o malezas nobles (porque le hacen competencia al cultivo por espacio y luz) que funcionan como coberturas, además cuenta que hay algunas que son nativas y otras que por sus características deseables se transportan entre fincas o regiones. Además, agrega que, incrementar las coberturas en las plantaciones, traerá muchos beneficios a los cultivos.

Los requerimientos de elementos minerales en las musáceas son altos y, como ya en el suelo se han agotado, se debe recurrir a la aplicación de fertilizantes, los cuales no son eficientes sino hay las condiciones que se han venido mencionando.

“La fotosíntesis es el proceso más importante en la producción de la biomasa en las plantas, que depende del CO2, luz, agua, temperatura y nutrientes para que esta sea óptima. Dentro de este proceso es necesario tener en cuenta que todos los elementos minerales son muy importantes, por ejemplo  el 75% del nitrógeno que toman las plantas va hacer parte de las clorofilas  conjuntamente con el magnesio”, explica y añade que, la relación entre carbono y nitrógeno en el suelo es indispensable y se requiere mejorar mediante  prácticas como la incorporación de materia orgánica, mejoramiento de las propiedades físicas, siembra de coberturas, inoculación de microorganismos, para permitir de esta manera que los microorganismos benéficos como bacterias y hongos desarrollen su actividad en el suelo. “Los fertilizantes deben aplicarse para suplir los elementos que pueden estar agotados en el suelo”, subraya.

PROPIEDADES FÍSICAS DEL SUELO

En un suelo compactado falta oxígeno, la absorción es deficiente y no se logra el balance entre oxidación y reducción.

Como ya se mencionó anteriormente, el manejo del suelo compuesto en un 45% por minerales, un 25% por agua, un 25% por aire y un 5% por materia orgánica debe ser físico, químico y microbiológico, pero, hay que tener presente que aproximadamente un 70% del peso del racimo del banano estará determinado por las propiedades físicas del suelo. Por ello, es importante que se genere un equilibrio total para que el cultivo pueda producir racimos más grandes, con una expectativa de productividad más alta.

La preparación física del suelo en los cultivos establecidos involucra trabajos de subsolado rara vez con maquinaria por el daño que se le pueda hacer al cultivo, pero sí se realiza con un Hércules que es un trincho manual se hará menos daño al cultivo y se favorecerá la descompactación y la macroporosidad, la absorción de agua por parte de la planta y su desarrollo radicular.

Vale destacar que, en un suelo compactado falta oxígeno, la absorción es deficiente y no se logra el balance entre oxidación y reducción. La planta va a estar mal nutrida, va a crecer menos, y se embalconará, y las raíces en vez de buscar el geotropismo positivo, buscarán el fototropismo (es la respuesta de crecimiento de las plantas a la luz) y no serán eficientes porque no podrán tomar el agua y los nutrientes, gastarán la energía tratando de sobrevivir y no tomando los nutrientes. Por otro lado,vante una adecuada infiltración, las raíces podrán explorar mejor el suelo y nutrirse de manera correcta.

APLICACIÓN DE FERTILIZANTES Y DE ENMIENDAS ORGÁNICAS

El programa químico de manejo de suelo debe considerar la aplicación de fertilizantes y de enmiendas orgánicas para suplir las necesidades nutricionales del cultivo. Los fertilizantes químicos suplen necesidades de elementos minerales y en la medida que sean compuestos la nutrición será balanceada. Dentro de los compuestos los hay en mezclas físicas y compuestos químicos que son gránulos que contienen todos los elementos que representan la fórmula de ese fertilizante, conserva la granulometría, contrario a las mezclas físicas que es la mezcla de varias materias primas y no será homogénea.

La eficiencia de la toma de los elementos requeridos por la planta y que se suministrarán vía fertilizantes, dependerá del equilibrio que exista entre cationes cargas positivas y aniones cargas negativas. Cada elemento tiene un papel fundamental en la formación de estructuras, transporte, formación de sustancias orgánicas etc. El potasio, por ejemplo, favorece el transporte de los nutrientes del suelo, no forma estructuras, da resistencia al estrés de las plantas porque transporta todos los otros nutrientes. Por su parte, el calcio está ligado a la resistencia de las plantas al estrés y es considerado un metabolito secundario. Azufre y Zinc entre otros, generan compuestos antioxidantes como Glutation y Superoxido dismutasa que reducen los radicales libres en la cadena transportadora de electrones de agua evitando el daño oxidativo.   En resumen, la nutrición equilibrada favorecerá todos los procesos fisiológicos de las plantas, crecimiento y desarrollo, compuestos orgánicos etc., que a su vez favorecerán la producción y productividad.

Según la International Fertilizer Association (IFA), en una infografía publicada en el 2020,  los elementos minerales son importantes para la nutrición de las plantas y para que sean más resistentes al estrés biótico y abiótico, se recomienda considerar la aplicación de los siguientes elementos en la medida que estén agotados en el suelo: Nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, calcio, azufre, boro, zinc, níquel, cobalto, cloro, manganeso, silicio, molibdeno, cobre, hierro, iodo, sodio, selenio; los cuales conjuntamente con carbono, oxígeno e hidrógeno, son responsables de la producción de los cultivos.

DESCOMPACTACIÓN MECÁNICA DEL SUELO, UNA ALTERNATIVA DE MANEJO

La lluvia, el pisoteo de las plantas y la misma temporización del suelo va haciendo que este se compacte. Por ello, Isolina Mora resalta que “la descompactación del suelo se puede hacer con máquinas, pero sucede que en el cultivo hay calles y meter una máquina que haga aireación no es tan fácil porque se afectaría el cultivo y se dañarían muchas plantas.

Sin embargo, hay algunas herramientas entre otras el Hércules que se usa en Urabá y en otras regiones que se maneja manualmente, es una especie de rastrillo que permite airear o descompactar el suelo. Luego de hacerlo, lo ideal es aplicar la materia orgánica para que quede incorporada.

Vale destacar que, cuando se hace la descompactación del suelo con la plantación ya sembrada puede haber afectación de raíces y en un principio, a los 3 o 4 meses se va a ver una clorosis en las plantas, estas pierden algo de actividad, pero se vuelven a recuperar, para lograrlo es necesario aplicar nitrógeno de rápida absorción y algo de fósforo, después de realizada la labor.

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