Una hélice móvil y de bajo costo de operación TOW & BLOW: Flexibilidad y eficiencia en control de heladas
Pier Zecchetto recuerda la impresión que le causó el desastre producido por la gran helada polar de 2013. Eso lo motivó a establecer contacto con la firma de Nueva Zelanda Tow & Blow para introducir a Chile su desarrollada tecnología de control. Hoy es representante para Chile y Sudamérica a través de su empresa Zimex, ubicada en Rancagua. Las primeras unidades se introdujeron en la temporada 2014 y
ahora inician su tercera campaña.Pier Zecchetto
Actualmente alrededor de 50 hélices Tow & Blow funcionan entre las regiones de Valparaíso y Biobío. La mayoría se ha destinado a cerezo, dada la rentabilidad de ese rubro, pero también se han implementado para arándano, kiwi, palto y vides. Los clientes han quedado tan satisfechos con los resultados que ya muchos de ellos han comprado nuevas unidades esta temporada, indica el representante.
Las hélices fijas tienen un factor de pérdida de alrededor de un 70% en la transmisión de energía mecánica debido a que, por razones de prevención de riesgos, deben ubicar el motor en el suelo, lejos de la altura de las aspas.
–Nuestra hélice tiene dos motores –describe Zecchetto–; uno eléctrico, pequeño, que hace que la hélice rote en el ángulo seleccionado o bien rote en redondo. Dispone de una batería cargada con paneles solares integrados, para el inicio de la operación, y luego se abastece del segundo motor. Este último, bencinero, se ubica en el cabezal donde están las aspas, de manera que no pierde energía, y cuenta con un anillo aerodinámico que disminuye sus requerimientos de fuerza.
A diferencia de las torres (cuyas aspas únicamente pueden girar en 360°), permiten operar con distintos ángulos y así dirigirse en el mismo sentido que el movimiento de las heladas, por lo cual resultan más eficientes. Ello posibilita asimismo cubrir las formas irregulares de un campo, que casi siempre tienen rincones o salientes inusuales. También cuenta con Auto Start, sistema de partida automática según la temperatura.
ACCIÓN FOCALIZADA DE ACUERDO A LAS NECESIDADES
El área cubierta por un equipo Tow & Blow va de 4 a 6 hectáreas, dependiendo de la dureza y duración de la helada, superficie equivalente a la que abarca una torre tradicional. Frente a heladas más fuertes y prolongadas, el área protegida disminuye, lo cual en el caso de los equipos fijos se traducirá en sectores dañados entre los espacios protegidos. Eso dificulta las labores posteriores, en cuanto las aplicaciones, manejos y cosecha no se pueden hacer con la misma continuidad. La portabilidad de las máquinas neozelandesas les otorga una gran ventaja, porque el productor puede reunirlas para proteger paños ininterrumpidos, eligiendo áreas de sacrificio, por ejemplo en los sectores de bajos rendimientos, o focalizando su acción en las especies/variedades de mayor retorno.
Aunque el aire a la salida de la hélice es mayor en las torres, su velocidad inicial es prácticamente la mitad de Tow & Blow, equipo que además cuenta con láminas direccionadoras para evitar que el aire salga en espiral. Por lo anterior el alcance del aire empujado es mayor y su eficiencia aumenta, pues el aprovechamiento del volumen de aire es superior.
Tow & Blow es inaudible a 300 metros
VENTAJAS ECONÓMICAS
El consumo de combustible es de 5 litros/hora, comparado con las torres a petróleo que requieren de más de 40 L/hora, y las a gas que superan los 70 L/hora.
–Para estar preparados frente a la ocurrencia de heladas, los estanques de las torres se deben mantener llenos –remarca Pier Zecchetto– y al terminar la temporada muy pocas veces se retira el combustible que no se utilizó. En un campo con 30 hélices y estanques de 1.500 litros, puedes quedarte con muchos millones de pesos enterrados. En cambio, las unidades Tow & Blow tienen 66 litros de bencina, poseen un sistema para sacarla y se puede perfectamente usar en tus camionetas u otra maquinaria.
El costo del equipo, del orden de 33.000 dólares, es levemente superior al de los ventiladores tradicionales, que se ubican en unos 30.000 dólares. Sin embargo, a diferencia de las hélices fijas, no se incurre en obras civiles para su instalación, que se traducen en unos 4.000 dólares adicionales por unidad. Después, en la operación, mientras para Tow & Blow bastarán 40.000 pesos de combustible para una noche de funcionamiento normal, el sistema fijo requerirá del orden de $300.000 a $400.000. Incluyendo en la evaluación los menores costos de operación, en cuatro o cinco años se ahorra la mitad de la inversión al comparar con las torres antiguas.
–Tienes la tranquilidad de ponerla a funcionar frente a un pronóstico de helada sin que signifique un gasto excesivo –menciona su representante en Chile–. Con las otras suele esperarse hasta el último momento para evitar el costo, y como las hélices tardan de 45 minutos a 1 hora en proteger toda el área, se corre el riesgo de perder una parte de la producción.
Uso en plantaciones en pendiente (paltos y viñas, por ejemplo)
Pesa 1.100 kg, la movilidad es muy fácil, basta un vehículo liviano. Al instalar una torre fija, lo más probable es que el mejor lugar en términos de efectividad quede en medio del huerto productivo, lo que obliga, por ejemplo en el caso de una viña, a abrir camino retirando los alambres de los espaldares, y difícilmente se evitará provocar algún daño a las plantas. La distancia entre ruedas de la hélice móvil es de 1,5 metros, se conduce sin problemas por la entre hilera y al llegar al sitio óptimo simplemente se estiran los soportes estabilizadores entre las espalderas sin tener que romper ni sacar nada. Incluso permite trabajar en lomas, lo que se da mucho en viñas o en paltos.