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El negocio del espárrago no será viable sin una óptima nutrición

Una buena cosecha va de la mano con una buena fertilización

Hacerlo en el momento óptimo, vía riego y evitar a toda costa una sobre cosecha, son tres claves fundamentales de la fertilización en el espárrago. Ello permitirá contar con turiones de buena calidad que demandan los mercados.

05 de Mayo 2022 Equipo Redagrícola
Una buena cosecha va de la mano con una buena fertilización

Por Marienella Ortiz

Sin duda alguna, el espárrago es uno de los cultivos más demandantes en fertilización frente a otros de la canasta agroexportadora. “La uva de mesa escasamente requiere de más de 100 unidades de nitrógeno. En tanto, en el espárrago, una buena fertilización no debe ser menor de las 300 unidades. En caso contrario, hay pérdida de vigor en la planta y los rendimientos serán menores a los proyectados”, afirma el asesor e investigador de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), Guillermo Sánchez.

Guillermo Sánchez, asesor e investigador de la UNALM.

Lamentablemente, comenta que la deficiente fertilización que reciben los espárragos en un gran número de campos es una situación que viene ocurriendo desde hace unos años atrás, como consecuencia de la caída del precio de la hortaliza en los mercados internacionales. Esto se agudiza en el actual escenario, en que la pandemia trajo como consecuencia un incremento de los precios de los fertilizantes que, en gran parte de los casos, se han más que duplicado.

Adicionalmente, un gran número de productores son pequeños y medianos, que tienen dificultades para cubrir los costos de producción. “Los pequeños productores son los que menos fertilizan y además sobre cosechan, es decir, exigen más a la planta en cada cosecha, queriendo obtener altos rendimientos, pero sin nutrir bien al espárrago”, explica.

Si nos basamos en la fórmula general, refiere que la fertilización tiene como base tres elementos principales con las consiguientes dosis: 300 unidades de nitrógeno, 200 unidades de fósforo y 400 unidades de potasio. “Esa sería la fórmula más apropiada para obtener buenos rendimientos en el espárrago y, gracias a ello, se podrían obtener producciones de 15 t/ha en dos campañas al año”, sostiene sobre los niveles productivos que se consiguen manteniendo un programa nutricional.

El panorama es bien diferente en los campos donde se están obteniendo entre 5 t/ha y 10 t/ha. “El problema actual recae en los pequeños, ya que algunos no están fertilizando, debido al aumento de los costos de los fertilizantes, y también por los bajos rendimientos que ya vienen de años atrás”, analiza el investigador de la UNALM.

ELEMENTOS PRINCIPALES. La fertilización base está compuesta por 300 unidades de nitrógeno, 200 unidades de fósforo y 400 unidades de potasio.

APLICACIÓN SE CONCENTRA HASTA LOS 50 DÍAS

En líneas generales, Sánchez destaca que el mayor costo productivo en la fertilización se concentra en postcosecha, una etapa decisiva para determinar cuán productiva será la siguiente campaña.

El nutriente más importante, como ocurre en la mayoría de cultivos, es el nitrógeno, que se utiliza dentro de los 50 días del periodo vegetativo de la esparraguera junto con el fósforo, calcio, magnesio y el boro. ¿Exactamente en qué momento de esos 50 días? Eso dependerá del periodo en que se quiera cosechar, según el calendario comercial, aunque la mayoría lo hace a los 120 días, pero también puede organizarse para que los turiones se cosechen a los 150 o hasta los 180 días.

“La decisión sobre el momento de la cosecha y el inicio de la fertilización postcosecha, tendrá que ver con las ventanas comerciales y la superficie del huerto, pues si se tiene áreas relativamente grandes no se podrá cosechar todo al mismo tiempo. Entonces, se irá prolongando el ciclo de algunas áreas. Sería imposible, por ejemplo, si alguien tiene 3.000 hectáreas (ha), y se programe para cosechar todo al mismo tiempo. Se necesitaría mucha mano de obra y eso es difícil hoy en el mercado. Para ello, son necesarias las cosechas escalonadas, que van prolongando el ciclo en algunas áreas”, refiere.

Sin embargo, señala que muchas veces el pequeño agricultor, según el precio de la hortaliza en el mercado externo, corta el follaje a los 90 días, es decir, ni siquiera espera los 120 días. Esta práctica afecta la calidad del turión, porque lo mínimo que necesita una planta para traslocar los azúcares al sistema radicular son 120 días.

Culminado esta primera fase de 50 días de alta fertilización, explica que solamente será necesario la aplicación de potasio, que es el otro elemento importante en la calidad del turión, en una dosis alta de aproximadamente 400 o 450 unidades. Con este componente se fertiliza al espárrago hasta un mes antes de la cosecha. “De esta forma, se logra una mejor maduración de la planta y permite el proceso de transporte de carbohidratos dentro de la planta. Esto se traduce en un mejor calibre de las yemas”, apunta.

TAMAÑOS. Una buena fertilización permite que el turión crezca y reciba un mejor precio en el mercado internacional.

El tercer elemento en cantidad que se aplica al espárrago es el fósforo que está relacionado en gran parte a la formación y emisión de raíces.

Igual de importante son los micronutrientes, entre ellos el calcio, el magnesio, el boro y algunas veces también el zinc. En el caso del calcio, indica que es importante para mantener la calidad de turión. “Normalmente cuando uno cosecha y da los primeros riegos que son pesados, el turión tiene la particularidad de rajarse en la base por el golpe de agua y esto generalmente está asociado a la deficiencia de calcio”, destaca.

En cuanto al uso irregular del zinc que influye en el crecimiento juvenil del cultivo, refiere que unos los usan y otros no, porque resulta difícil determinar cuál es la dosis ideal que necesita la planta y también es difícil estimar si una planta tiene o no déficit de zinc. En la coyuntura actual y antes de plantearse sacrificar el plan nutricional del cultivo, comenta que en ningún caso se debe prescindir de la aplicación de nitrógeno, fósforo, potasio y calcio.

Adicionalmente, entre la aplicación foliar y el fertirriego, destaca que siempre aconseja el segundo, sobre todo porque ahora se trata de ajustar los costos. “El espárrago va a tomar más el fertilizante vía sistema radicular que por el área foliar. Entonces eso es lo que se debe asegurar. Si hay recursos económicos se puede recurrir a la aplicación foliar para mejorar la calidad del cultivo”, apunta.

El objetivo debe ser tener un turión de calidad, es decir de buen calibre que le permita al productor recibir mejores precios, apunta.

ERRORES COMUNES EN LA FERTILIZACIÓN

Como ya se había mencionado líneas arriba, un tema importante es la oportuna fertilización, especialmente con el nitrógeno, fósforo, calcio, magnesio y boro es decir que la aplicación no debe pasar de los 50 días, tras la cosecha. “Hay algunos que se demoran, por ejemplo, dos o tres semanas más del tiempo límite en fertilizar especialmente con el nitrógeno y fósforo. El nitrógeno es un elemento sumamente importante en el primer mes de desarrollo del cultivo, porque es cuando las plantas se desarrollan rápidamente, se ramifican y desarrollan los filocladios. Después del primer mes, la fertilización nitrogenada ya solamente es complementaria. Es clave el primer mes en el espárrago”, apunta.

Entonces, si se deja pasar el periodo óptimo de fertilización, las aplicaciones no tendrán el mismo efecto, debido a que la planta prácticamente ha desarrollado toda su área foliar. Bajo esta idea, comenta que algunos productores fertilizan inmediatamente luego de la cosecha y otros, como máximo, al séptimo día tras el brotamiento o de haberse dejado de cosechar.

OPORTUNA. El nitrógeno es un elemento sumamente importante en las primeras semanas de desarrollo del cultivo. Luego de ello, la fertilización nitrogenada ya solamente es complementaria.

“Si no se ha fertilizado con nitrógeno y fósforo de manera temprana, y se ha sobre cosechado la plantación, y no se fertiliza además con los demás nutrientes necesarios, lo más probable es que la planta quedará pequeña, los tallos serán delgados y eso afectará la productividad de la siguiente cosecha.  Un buen tamaño va de la mano con una buena fertilización”, destaca.

Pasado los 50 días, lo único que se desarrollará es la corona y las raíces.  “Una vez que la planta tiene entre un metro y un metro y medio de altura, ya no crecerá más, no tendrá filocladios más grandes, los tallos no engrosarán por más que se fertilice en este momento, porque el tallo ya se ha endurecido o tornado leñoso. En cambio, cuando se fertiliza de manera oportuna, se tiene un tallo flexible en las primeras etapas de desarrollo, entonces, se puede lograr plantas de mayor desarrollo y con filocladios de mayor longitud y esto se logra con una buena fertilización y con un buen riego”, destaca. “La recomendación principal es una fertilización en los momentos apropiados para lograr un buen calibre”, añade.

Fertilización orgánica, complemento perfecto

Debido a los requerimientos de los mercados internacionales, de usar productos más amigables con el medio ambiente, se puede optar por complementos al programa de fertilización. Así entonces, esa fertilización en base a biol o ácidos húmicos, no reemplazará a los fertilizantes sintéticos, recalca. “De la experiencia que tengo, es clave lo sintético como el nitrógeno, fósforo o potasio; que son asimilados muy rápidamente por la planta. Si se decide no fertilizar con la cantidad validada, lo que se puede hacer es disminuir máximo un 20% y complementarlo con otros elementos no sintéticos, como el biol”, expone.

Asimismo, la materia orgánica es un complemento perfecto en los suelos arenosos. Por contrapartida, en aquellos huertos con suelos arenosos donde no se incorporó materia orgánica, las esparragueras no alcanzaron a durar dos temporadas. “Hay casos donde se ha incorporado cada dos o tres años después del trasplante, pero luego se dejó de hacer por los costos que involucraba y por la disminución del precio del espárrago en el mercado internacional. “Sería bueno continuar investigando si es que se puede seguir incorporando materia orgánica cada cierto tiempo (2 o 3 años), pero reemplazar totalmente lo sintético va a ser bastante complicado”, advierte.

LAS VARIEDADES Y LA FERTILIZACIÓN

Pero, ¿todas las variedades hay que nutrirlas de igual forma? El especialista refiere que la UC 115 (De Paoli) es muy exigente en cuanto al tratamiento nutricional que debe recibir en cada campaña. “En las empresas que estoy asesorando tienen la UC115 y es bien exigente en fertilización pero a la vez se pueden alcanzar altos rendimientos, pudiendo llegar hasta cerca de 20tn/ha en dos campañas. En cambio la UC157-F1 es una variedad más rústica, que puede tolerar en un año una menor nutrición, pero al siguiente año de todas maneras se tiene que restituir la fertilización”, refiere tras agregar que la UC115 es susceptible a algunas enfermedades radiculares si se la debilita. Por esos motivos, explica que también tiene que recibir un riego óptimo y evitar la sobre cosecha.

Sobre este aspecto de la sobre cosecha, refiere que está afectando gravemente el negocio entre los pequeños productores. “He tenido la oportunidad de trabajar con pequeños productores que comercializan a través de empresas. Por ejemplo, la empresa les pagaban por 5 t/ha, pero ellos siguen cosechando entre 3 t/ha y 4 t/ha más para recibir un adicional, cuando ya el espárrago no rinde más. Esto se suma a que ese cultivo no recibe una fertilización adecuada”, sostiene y enumera que las claves del manejo nutricional son tres: hacerlo en el momento óptimo, vía riego y evitar a toda costa una sobre cosecha.

EXTENDIENDO LA VIDA DE LA ESPARRAGUERA

La mejor fórmula para extender la vida de una esparraguera es haciendo una buena nutrición y un óptimo manejo del riego, según Guillermo Sánchez. “En Ica y Huarmey hay esparragueras de quince a más años que mantienen sus rendimientos productivos altos”, ejemplifica. Antes solamente se lograba trabajar con una esparraguera hasta los 8 o 10 años, recuerda.

LOS SUELOS DE ICA RETIENEN MEJOR LOS FERTILIZANTES

El valle de Ica tiene excelentes suelos, retentivos. Por ello, Guillermo Sánchez indica que esos suelos no solamente retienen el agua, sino también el fertilizante. “Si se maneja bien el riego y la fertilización, Ica debería tener muy buena cosecha y sus plantaciones de espárragos bien conducidas, deberían pasar los 20 años sin problema alguno, pues además tiene condiciones climáticas excelentes para el espárrago”, apunta.

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