Un visionario del agro en el desierto
Como fundador del Grupo Rocío y ex Ministro de Agricultura, tuvo la visión de impulsar una industria agrícola en medio de los desiertos en la región La Libertad. Destacando el potencial de estas áreas desérticas, introdujo tecnología de riego tecnificado y estableció alianzas estratégicas para abastecer los mercados internacionales con espárragos, palta y arándanos. Pionero en la instalación de palta Hass en Chavimochic, también incursionó con éxito en el cultivo de arándanos, evidenciando su compromiso con la innovación y el desarrollo sostenible en la agricultura peruana.
Rafael Quevedo Flores se enorgullece al decir que la agroexportación se desarrolló en el desierto, entre el mar y las estribaciones de Los Andes. Graduado como ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional Agraria La Molina, su trayectoria comenzó como administrador de fundos en los años sesenta, trabajando con diversos cultivos y siendo parte de la primera integración avícola del país en la provincia de Virú. Todo ello devendría luego en el Grupo Rocío, un conjunto de diez empresas que lidera en la producción y comercio hortofrutícola del Perú.
Gran parte del desarrollo agrícola de su empresa sucedió en el desierto de La Libertad, debido a que estas tierras áridas no formaron parte de la Reforma Agraria. Tempranamente se dio cuenta del potencial de las dunas desérticas para absorber el agua subterránea y del uso de materia orgánica proveniente de su producción avícola para fortalecer los cultivos. Impulsado por su experiencia en Israel, introdujo tecnología de riego tecnificado en la región, colaborando en la formación de agrónomos y cursos de riego en la UPAO. Gracias a ser uno de los primeros en instalar riego por goteo, elevó las producciones de espárrago de 500 Kg/ha hasta sorprendentes 11.000 kg/ha, estableciendo una base para el éxito agrícola en la región.
El Grupo Rocío amplió su gama de cultivos con capsicum, alcachofa y palta en La Libertad y Huancayo, con el objetivo de abastecer los mercados internacionales. Estas iniciativas fueron desarrolladas por Tal S.A., una empresa del grupo, que estableció alianzas estratégicas para la comercialización de sus productos. La empresa se destaca por su enfoque en la sinergia entre diversas actividades agrícolas y por su compromiso con la innovación y el desarrollo sostenible en la industria agrícola peruana.
Además, Rafael Quevedo es reconocido por su papel pionero en la instalación de palta Hass en la irrigación de Chavimochic. Se aventuró en la agricultura de palta tras una serie de casualidades que lo llevaron a asociarse con empresarios chilenos y peruanos, gestionando eventualmente 1,000 hectáreas de cultivo.
En la última década, el Grupo Rocío incursionó en el cultivo del arándano en La Libertad. La idea surgió de su hijo Ulises, CEO de la compañía, quien tras observar la demanda internacional y las tendencias de mercado, exploró diversas áreas para el cultivo del arándano, decidiendo finalmente comenzar con 25 hectáreas de la variedad Biloxi.
A pesar de algunas dificultades iniciales, como la posibilidad de competir con la producción chilena, el Grupo Rocío se estableció como líder en el cultivo de arándanos en la región. Optaron por plantar en Chao y Virú, aprovechando las condiciones climáticas favorables y el conocimiento del terreno. Con el tiempo, la empresa expandió sus operaciones en Chao, diversificándose en variedades de arándanos para mejorar su producción y competitividad.
En octubre de 2017 la chilena Hortifrut anunciaba la firma de un acuerdo de fusión relacionado al negocio de arándanos de Talsa por un valor de US$160 millones y el 17,13% de las acciones de la sociedad fusionada más un premio asociado a resultados.
Además de recibir muchos reconocimientos por su labor en el agro, Rafael Quevedo Flores, fue Ministro de Agricultura en el segundo gobierno de Alan García. A su edad, Quevedo Flores, aunque ‘jubilado’, sigue presente en el mundo empresarial, pero reconoce que es hora de que las nuevas generaciones asuman el liderazgo y apliquen las lecciones aprendidas de su larga trayectoria. Recuerda sus raíces familiares ligadas a la agricultura y la ganadería, y cómo su visión de convertir el desierto en tierras verdes se hizo realidad gracias a su determinación y visión de futuro. Concluye con una reflexión sobre la importancia de trabajar por el bienestar de los demás, basada en la enseñanza de su abuelo de que generar el bienestar de otros es también generar el propio bienestar, subrayando la necesidad de colaboración y solidaridad en la sociedad.
Esta entrevista fue publicada en nuestra edición 50
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