Un desafío superado con mérito
Las exportaciones de cerezas chilenas crecieron un 96% en la última temporada, con China como el principal destino, por lejos. A pesar del amplio volumen comercializado, los precios descendieron levemente. Lo que indica que la industria tiene espacio para crecer. ¿La receta? Diversificar la demanda, profundizar los canales de distribución en China y mejorar la calidad de la fruta.
La última temporada de exportación de cereza ha dado mucho de qué hablar, no solo a esta industria, sino también a otras que pueden ver en la cereza un ejemplo de la potencia comercial que puede tener la fruticultura chilena. Aumentó las exportaciones de cereza en 96% en solo un año, llegando a 186.707 toneladas (t) comercializadas hacia el exterior.
“Fue un año muy especial. Esto implicó un desafío para todos, lo que se tradujo en colocar de buena forma una gran producción que antes no teníamos. Haberlo conseguido es un mérito”, afirma Isabel Quiroz, directora ejecutiva de iQonsulting, empresa que cada temporada publica el Anuario del Mercado de Cerezas.
Hubo distintos facilitadores que colaboraron a que se lograran condiciones que propiciaron los buenos resultados de Chile. El clima fue benévolo para obtener una buena producción en cantidad y calidad y, en la cosecha, la incorporación de mano de obra extranjera ayudó a que se pudiera extraer la fruta en los tiempos adecuados. Finalmente, en el principal destino –el mercado de Jiangnan en Guangzhou, la puerta de entrada más importante de la fruta chilena a China- al momento de recibir las cerezas (enero y febrero), las temperaturas rondaron, en promedio, un margen de 5ºC a 8ºC en vez de los 18ºC que se presentan en muchas ocasiones.
CHILE: EL 94% DE LA OFERTA DEL HEMISFERIO SUR
Las exportaciones de cereza provenientes del hemisferio sur tuvieron un gran crecimiento en 2017/2018. Aumentaron el 87% en un año, pasando desde 106.630 t en la temporada 2016/2017 a 201.680 en la siguiente. En este contexto, Chile se mantiene como el principal productor y exportador de cereza de esta zona geográfica y ha solidificado su posición: si en 2015/2016 sus ventas representaban el 87% de la oferta, hoy llegan al 94%.
En los últimos periodos, el desempeño productivo y comercial de Chile ha sido mejor que el del resto de los exportadores de cerezas. Si en 1996/1997 comercializaba 6.403 t, para 2010/2011 llegaba a 57.947 t. La última temporada fue el récord histórico. Con 186.707 t enviadas al exterior, Chile supera largamente lo hecho por Argentina, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica. “Esta es la competencia que tiene Chile, país que continuará dominando el mercado por mucho tiempo”, afirma la directora ejecutiva de iQonsulting.
En comparación, en el mismo periodo Argentina pasó de vender 2.946 a 4.841 t, consolidándose como el tercer exportador del hemisferio sur. Sin embargo, recalca Isabel Quiroz, “sus expectativas de crecimiento son mucho más moderadas que las de Chile. Entre 2010/2011 y 2017/2018 solamente aumentó casi 2.000 t, aproximadamente”. A pesar de ello hay que destacar que sólo en el último año tuvo un alza de 23%, con una producción impulsada por la Provincia de Neuquén, que apunta a abastecer un lapso de consumo temprano y de altos precios en China.
Australia, en tanto, pasó de vender 1.005 t a 4.273 t en siete años, con un aumento de 52% en el último período. Junto con Nueva Zelanda –que dispone de 4.932 t (2º exportador), cifra que prácticamente se encuentra estancada desde 2015- conforma una oferta consolidada en China en el rango de 7.000-8.000 t por año. Y Sudáfrica, con sus 723 t exportadas (que representan casi el doble de las 367 t vendidas en 2014/2015, pero solo un alza de 6% en relación al año anterior), apunta a una producción temprana, pero con bajos calibres. A esta oferta se suman intentos por producir cerezas en Perú, aunque este país todavía presenta algunos problemas de calidad, especialmente en lo relacionado con el tamaño.
Al buscar puntos de comparación de la evolución que ha tenido Chile en la exportación de cereza a nivel mundial, Isabel Quiroz destaca a Estados Unidos. “Es importante hacer una relación, debido a que tenemos muchas similitudes en aspectos tales como la producción temprana en California y variedades parecidas a las que se cultivan en Washington, el principal productor de Estados Unidos. También hay semejanzas en cuanto a las maquinarias que se están utilizando y los mercados de destino. Ellos están exportando también a China y obtienen precios muy atractivos, en torno a US$100 por caja de 5 kilos y US$120 por aquellas de 8,2 kilos a comienzos de su temporada. Las cerezas que producen Chile y Estados Unidos son de una calidad similar en cuanto a calibre, variedades y color, a diferencia de la local en China, que sigue siendo una cereza de bajo calibre, con una cosecha muy madura y sin la fineza con la que trabajan Chile y Estados Unidos”, explica Isabel Quiroz.
Si bien en la temporada 2010/2011, ambos países presentaban ventas similares (57.947 t de Chile v/s 63.442 de Estados Unidos), en la temporada 2013/2014 Chile lo sobrepasó por primera vez, exportando 68.544 t en relación a las 65.156. En el último año Estados Unidos exportó 108.710 t, equivalente al 58% de las cerezas chilenas comercializadas en el extranjero.
ZONAS PRODUCTIVAS Y VARIEDADES
De las diversas zonas cereceras nacionales, la centro-sur sigue dominando, con casi el 90% de la producción. En este contexto, la Región del Maule presentó una evolución muy favorable en la última temporada, ya que en un año pasó de producir el 22% al 42% de la cereza exportada, mientras que la de O’Higgins bajó del 57% al 40%. Asimismo, el aporte de la RM ha tenido una leve evolución, debido al recambio de uva de mesa por cerezo, para pasar de representar desde el 3% de las ventas en 2015/2016 a 9% en el periodo 17/18. En tanto, desde la Región del Biobío hacia el sur, ya se produce el 8% del total de las cerezas del país.
Al analizar las variedades plantadas, Lapins ha ido consolidando un liderazgo en la industria. Sus exportaciones escalaron desde 13.780 t en 2014/2015 a 23.313 en 2016/2017 y 46.045 en 2017/2018, con un 25% de participación. Bing, en tanto, bajó en el mismo periodo desde 48.257 a 42.858 t, quedando en segundo lugar con una porción del 23% de las exportaciones. De todas formas, ambas subieron sus envíos en 98% y 89% en el último año, respectivamente.
De las otras especies, Santina subió de 12.934 a 29.277 t en el último periodo, con un alza de 126% y una participación de 16%. Sweet Heart ascendió desde 9.535 en 2016/2017 a 16.470 en 2017/2018 y ocupa el 9% de las ventas. Atrás vienen Regina, con el 8% de participación, Royal Dawn con 6%, Kordia con 3%, Skeena (2%), Rainier (1%) y Bing 3 (1%). De estas últimas, Kordia ha tenido un alza importante: subió 459% -de 896 a 5.007 toneladas– en la última temporada.
Sobre esta oferta varietal, Isabel Quiroz plantea diversas preguntas: ¿es buena esta distribución de variedades?, ¿cuáles son aquellas que se han comportado mejor en China, para avanzar a otros mercados asiáticos similares como Corea?, ¿qué variedades se necesitan para aumentar las ventas a mercados como Estados Unidos y Europa?.
HISTORIA DE UN CAMBIO DE MERCADOS
El panorama de las exportaciones de cerezas desde Chile ha ido variando de manera drástica en los últimos 20 años. En la temporada 1996/1997, el principal destino de cerezas nacionales comercializadas era América Latina, con el 39%, seguida de Europa con el 30%, y Estados Unidos con el 29%. El Lejano Oriente (China/Hong Kong, Taiwán, Corea del Sur, principalmente) aparecía apenas con el 1%.
Pero la última temporada muestra todo lo contrario. El Lejano Oriente América acapara el 90,3% de las exportaciones de cerezas chilenas. América Latina solo recibió 6.313 t (donde Brasil representa algo más de la mitad), equivalentes al 3,4%, mientras que Europa tuvo un exiguo 1,8%, con 3.452 t. En el Viejo Continente, el Reino Unido se lleva el 54% de las ventas.
En relación a los precios, el mercado de Estados Unidos describió una curva similar a la del año anterior, a pesar del incremento en la oferta desde la semana 52 en adelante en relación a la temporada 16/17. “La primavera fue bastante más fría y, por lo tanto, la temporada partió un poco más tarde”, apunta Isabel Quiroz. Los valores tuvieron comportamientos similares entre 2016/2017 y 2017/2018, con un promedio de US$37 por caja de 5 kilos.
A Europa, en tanto, se enviaron cerezas entre las semanas 43 y 7, con un peak en la semana 50, con cerca de 300 t. Hubo un incremento de los arribos en comparación con el año pasado, especialmente entre las semanas 52 y 3. Los precios, si bien bajaron levemente, llegaron a €50 por caja de 5 kilos en promedio para venta a nivel de importador (a lo cual hay que descontar €8 a €9 por caja para llegar al precio FOB). “Son valores atractivos, aunque es muy baja la cantidad de cerezas con la que está llegando Chile y es prácticamente el único exportador junto con Argentina”, apunta Quiroz.
AJUSTADOS AL AÑO NUEVO CHINO
Asia continúa consolidándose como el principal destino de la cereza de Chile. Si en 2014/2015 representaba el 82,5% de las exportaciones nacionales, para la última temporada había subido esta participación en casi ocho puntos. Entre los principales recibidores, China destaca con el 95,7% del consumo, Taiwán con el 2% y Corea del Sur con el 1,6%. “Se ha hecho un trabajo muy eficiente y profesional con el Lejano Oriente. El proceso llevado a cabo con la cereza, ajustándola al Año Nuevo Chino, es de tal magnitud que ningún producto fresco en el mundo ha logrado esa complementación”, resalta Isabel Quiroz.
Una de las características que destaca en las exportaciones de cerezas, especialmente hacia esta zona del mundo, se relaciona con los formatos de envío. En las ventas realizadas hacia el Lejano Oriente, donde las cerezas se entregan mayormente como regalo, el tamaño de los empaques ha ido disminuyendo. IQonsulting calcula que, en la última temporada, de las cerca de 186.000 t exportadas, el 30% se comercializó en cajas de 2,5 kilos, formato al cual se destina la cereza de mejor calidad. Del resto, la gran mayoría se manda en empaques de 4 a 5 kg.
En el mercado de Jiagnan, Chile compite principalmente con fruta que arriba desde Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica. Los envíos con cerezas chilenas arriban desde la semana 43, en octubre, hasta 10, en marzo. “A fines de octubre, la cereza sudafricana obtiene precios muy altos, pero concreta solo uno o dos envíos por avión y estos valores solo se logran por el arribo temprano. A su vez, los precios de Australia –cuyas cerezas llegan a fines de año hasta la semana 5- son muy relevantes y están en el mismo rango que los logrados por la fruta de Nueva Zelanda. Estos precios son más altos que los de Chile, debido a que su fruta tiene un calibre extraordinario”, comenta Isabel Quiroz.
EL CASO CHINO
La temporada 1996/1997 fue la primera en la que Chile exportó cerezas a China, con apenas 100 t, pero su impacto llega hasta la actualidad. Hoy arriban a China/Hong Kong 161.382 t de cerezas chilenas. Este número, además, marca un aumento de 107% en comparación con las 77.958 t vendidas a este país asiático el año anterior.
Gonzalo Salinas, analista senior de la consultora iQonsulting, viajó a China dos semanas antes del festejo del año nuevo local, para analizar la dinámica de arribo de la cereza chilena al mercado de Jiangnan.
La temporada 16/17, explica, se caracterizó por cerca de dos semanas de adelanto en relación a un periodo normal y, en comparación a la 17/18, tuvo precios promedios más bajos. “Este peor precio estuvo dado por el adelanto de la temporada, lo que se da porque los arribos aéreos fueron similares entre una temporada y otra, con 7.700 t. Hay que analizar desde el inicio de la temporada hasta la semana 51, que es cuando empiezan a llegar los primeros barcos. Ahí comienza a ocurrir el quiebre”, comenta Gonzalo Salinas.
Compara los valores de comercialización entre las semanas 2 y 8, periodo previo al Año Nuevo Chino cada temporada. “En 13/14, el año del caballo, el año nuevo se dio en la semana 6 y en las tres anteriores hubo un aumento de precio. En la siguiente, el año de la cabra, el evento fue en la semana 8, en una temporada muy tardía, pero igual hubo un incremento del valor. En 15/16, el año del mono, que fue muy atrasada, afortunadamente el Año Nuevo Chino cayó en la semana 6 y en las tres semanas anteriores creció el precio de venta. Por lo tanto, había demanda. Pero en esta última temporada, con el Año Nuevo en la semana 7, los precios comenzaron a bajar a partir de la semana 5”, explica. En la temporada 17/18 llegaron a Jiangnan 32,3 millones de cajas. En algunas semanas llegó el doble de lo arribado el año anterior en el mismo periodo: entre 18.000 y 28.000 t por semana. En el período de mayor actividad, arribaron de 80 a 100 contenedores diarios. “Fue sorprendente que la baja en el nivel de precios no haya sido proporcional a los arribos”, apunta Salinas.
“Yo llegué en la semana 5 y me topé con que partimos la semana 2 con 3,9 millones de cajas; después en la semana 3 llegaron 3,8 millones más y se fueron sobreponiendo. El mercado no fue capaz de movilizar esa magnitud de cajas y algunas se fueron traslapando con una o dos semanas de retraso. Para la semana 6 ya había cereza con más de una semana que no se había podido vender”, recuerda el ejecutivo de iQonsulting.
Tras el Año Nuevo Chino hubo entre 5 y 7 días sin actividad en el mercado. Quedaron guardados sobre 600 contenedores que no se pudieron vender inmediatamente. A partir de la semana 8, los precios se movieron desde el límite inferior hasta los US$6 por kilo, que estuvieron destinados principalmente a la fruta de peor calibre y calidad.
PESE AL VOLUMEN LOS PRECIOS SE MANTUVIERON
Las exportaciones chilenas de esta temporada subieron al doble del año anterior entre las semanas 3 y 5, previo al Año Nuevo Chino (semana 7), con arribos de entre 20.000 y 30.000 t semanales en dicho periodo. A pesar de ello, los valores se ubicaron en torno a los de la temporada 14/15. “El precio, que es normal que baje frente a un gran volumen, no descendió tanto porcentualmente. Eso quiere decir que la gente consumió más y que esta devaluación ayudó a movilizar más fruta”, reflexiona la directora ejecutiva de iQonsulting. En dicho periodo, las cerezas de calibre más grande, sobre 30mm, se situaron en el rango de US$10 por kilo.
Sin embargo, apunta, uno de los desafíos de los productores y exportadores nacionales está en la diversificación de los destinos de la cereza. “No podemos seguir dependiendo solo de China. Si bien China paga por la buena calidad y es lo que ha permitido que todo se enfoque a ese país, hay otros mercados que están esperando por la cereza chilena. Esto nos va a permitir seguir creciendo”, finaliza.