Rodrigo Pizarro Yáñez

Ni la pandemia ni el debut de un nuevo Gobierno frenaron los planes de Ecosac. La firma agrícola, pionera en el cultivo de uvas en Piura,  puso en marcha un ambicioso plan de desarrollo para los próximos dos años, que le permitirá ampliar la superficie de vides en 500 hectáreas (ha) con el objetivo de llegar a las 1.700. La empresa piurana acaba de cumplir su vigésimo aniversario creciendo un 18% respecto a la campaña pasada, aunque su fundador y presidente del directorio, Mario Mustafá, no se atreve a proyectar qué pasará con la próxima, advirtiendo que aún “no hay reglas claras con el nuevo gobierno”. Aun así, el empresario tiene claro que el negocio debe crecer y el primer peldaño es la instalación de 250 ha de uva de mesa, que se concretarán gracias al financiamiento de US$93,5 millones, provenientes de tres entidades internacionales.

Se trata de dos préstamos senior garantizados, cada uno de ellos por US$35 millones, otorgados por BID Invest, integrante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la German Development Finance (DEG), una institución alemana que pertenece al Grupo KfW, que entrega financiación a empresas de países emergentes o en vías de desarrollo. El tercero es un aporte de US$23,5 millones del banco neerlandés Rabobank. Además de expandir la superficie de vides, este dinero se usará para mejorar las eficiencias productivas, financiar el capital de trabajo permanente y el refinanciamiento de deuda. “Solo la instalación de estas 250 ha permitirá la apertura inmediata de 1.000 puestos de trabajo directos”, subraya el presidente del directorio de Ecosac. A continuación, vea un extracto de esta entrevista cuya version completa se incluirá en la próxima edición impresa de Redagrícola.

– ¿Por qué decidieron buscar este tipo de financiamiento?

– Ecosac es una empresa que está cumpliendo veinte años y siempre estamos buscando mejorar constantemente. Ese ha sido uno de nuestros retos. En términos de financiamiento, comenzamos con la banca peruana, pero es difícil transmitirle cómo es la fenología de las plantas, es decir, que estas deben plantarse y que debemos esperar los meses que sean necesarios para tener una primera producción. Con este ‘club’ de bancos con los que estamos trabajando, hemos logrado integrar ese ‘periodo de gracia’ de dos años para poder cancelar la inversión completa. Ese fue el primer reto. El segundo, son las tasas de interés, porque nosotros competimos con el mundo y las tasas de interés en Perú eran un poco más altas, pero estamos trabajando con una banca internacional y logramos el objetivo de que fueran más bajas.

– ¿Este financiamiento implicó algún cambio de estrategia, en lo que se refiere al desarrollo de cultivos?

– Teníamos una estrategia y un plan de desarrollo en torno a la uva de mesa y este financiamiento iba acompañándolo. Ese era nuestro objetivo.

– Esa estrategia es ampliar el cultivo de uva de mesa en Piura.

– Sí, tenemos un plan estratégico de llegar a 1.700 ha de uva de mesa de aquí a 2024, de un total de 3.000 ha que tenemos por desarrollar. Además de contemplar el desarrollo de otros cultivos, el objetivo es continuar con el desarrollo de la uva de mesa.

LA POSIBILIDAD DE AMPLIARSE A OTRAS ZONAS DEL PAÍS

Veinte años han pasado desde que, junto a su socio, Guillermo León, decidieran instalar media hectárea de Red Globe y otra media hectárea de Sugrarone. “Nos trataron de locos”, recuerda Mustafá. Lo cierto es que, tras dos décadas, Ecosac posee hoy 5.800 ha, con 2.500 en diferentes fases productivas en cultivos como uva de mesa (1.200 ha), pimientos (700 ha) y langostinos (500 ha) y otros que están en diferentes fases de desarrollo como paltos y limón Tahití. “Hay 3.000 ha que tenemos por desarrollar”, precisa empresario, sobre un plan que, si bien está sobre la mesa, aún no tiene claro cuándo se concretará. “Ese plan de desarrollo está, pero después del Covid y de no tener reglas claras, porque estamos con un gobierno que, lamentablemente, todavía no se define, necesitamos reglas claras para concretar una inversión a largo plazo, para crecer dentro o fuera del país, porque ese crecimiento comercial también se podría dar en la parte productiva”, añade.

– ¿Han sondeado el arándano?

– Tenemos una empresa hermana, de la cual soy socio, en conjunto con la chilena CarSol, que se llama CarSol Perú, donde hoy en día tenemos 500 ha de un total de 1.200 para un desarrollo exclusivo de arándanos.

“tenemos un plan estratégico de llegar a 1.700 ha de uva de mesa de aquí a 2024, de un total de 3.000 ha que tenemos por desarrollar. Además de contemplar el desarrollo de otros cultivos, el objetivo es continuar con el desarrollo de la uva de mesa”.

Mario Mustafá, presidente y fundador de Ecosac

– ¿Han pensado producir uva en otras zonas de Perú?

– Como grupo estamos diversificados. Además de lo que estamos haciendo con los arándanos, en el sur tenemos siembras de alcachofas en Arequipa y Cusco, que son para conservas. También soy socio de Proserla, en Chiclayo, donde tenemos 300 ha de uva de mesa y palto.

– Pero, como Ecosac, ¿lo han pensado?

– Bueno, sí lo estamos pensando. Pero acuérdate de que cuando tienes 3.000 ha por sembrar, te demoras en pensar en nuevos destinos, pero hoy en día, por diversificación de riesgo, podríamos estar pensando en proyectos en otros sitios.

– ¿Qué análisis hace de las inversiones a nivel de industria agrícola este 2021?

– Creo que se han detenido un poco. Es lo que me parece, a raíz de las conversaciones que hemos mantenido. Muchos han puesto las inversiones en espera, a fin de ver cómo va caminando esto.

– ¿Ese parón de las inversiones es por un tema político?

– Creo que es una combinación. Hemos tenido dos años de Covid y también porque ha habido un cambio político importante, en el cual aún no hay reglas claras. Eso de que un día se diga una cosa y mañana se desdiga, no incentiva la inversión. Hay muchos chilenos, brasileños y los propios peruanos que hemos invertido, que ven que esto se pone más lento.

– Ecosac produce hoy 22 variedades de uva de mesa, ¿qué importancia le asigna a la diversificación varietal?
– Es muy importante. Nosotros empezamos con variedades convencionales como Red Globe, que fue nuestra gran aliada para iniciarnos en el cultivo. Pero vimos que, cuando estamos insertos en el mercado internacional y tenemos un esquema de mano de obra, necesitamos uvas de mejor genética que, por ejemplo, se ve reflejada en un mejor sabor y una mayor producción. Eso, y otras características, son importantes cuando se escoge una variedad. Desde casi nuestros inicios, hemos ido definiendo las variedades con las cuáles queremos seguir y ha habido un desarrollo muy importante por parte del equipo de Ecosac.

– ¿Qué plantarán en esas próximas 250 ha?

– Tenemos varios ‘test block’ en desarrollo, pero para esa superficie está decidido. Ya tenemos 25 ha de Autumn Crisp y queremos continuar con esa variedad y sumar Sugar Crisp y otras variedades de sabores especiales como Cotton Candy, por ejemplo, porque algunos supermercados nos piden uvas de estas características. Las nuevas 500 ha se desarrollarán con variedades licenciadas. Hoy tenemos 22, pero a futuro, nos gustaría quedarnos solo con 15 variedades.

– Para concretar las 1.700 ha en 2024, ¿necesitarán un nuevo financiamiento?

– Si, correcto. La idea con este ‘club’ de bancos con el que trabajamos es ir cumpliendo las metas y vamos desarrollando las hectáreas. Ese plan de desarrollo continúa y vamos de la mano.

– ¿Ven algún otro cultivo con potencial para incluir en el portafolio?
– Hoy tenemos pruebas con pitahaya y nuez de macadamia. Todavía el palto no está validado, creo que tenemos que trabajar un poquito más y también tenemos las variedades ‘seedless’ de uva de mesa que también estamos probando.

– ¿Cómo ve el futuro de la uva de mesa?

– Hay varios proyectos de desarrollos hídricos en el país y es importante que se continúe con ellos. El otro tema es el desarrollo de la infraestructura. Hay muchos tramos de la Panamericana que son de una vía y es importante que haya doble vía cuando estamos transportando productos frescos. Las agroindustrias tienen estándares productivos muy altos y demandan muchos colaboradores, entonces es una actividad económica muy importante para el desarrollo del país. A nivel de Ecosac, si el país tiene las reglas claras, en cinco años debiéramos duplicar la empresa.