Se viene el ‘boom’ del banano orgánico
En los últimos siete años, casi todo el crecimiento global del consumo del banano ha estado ligado al banano orgánico. Hoy, en el Perú, se exporta más del doble de ese producto respecto al 2010. Eso dicen los expertos, como el gerente general de la división Sudamérica en AgroAmérica, Luis Falcón y Edgar Bocanegra, gerente de operaciones de Orgánicos Río Verde. Para ellos, 2018 va a comenzar muy fuerte, en relación a este cultivo. Empresas grandes se consolidan y otras anuncian proyectos de 1,000 ha. ¿La contraparte? La intensa mano de obra que se requiere, el desorden de los pequeños productores y la falta de cultura bananera en el país.
Por Gabriel Gargurevich Pazos
En el año 2005, las pocas empresas que se dedicaban a comercializar el banano en el mundo, veían la necesidad de incluir el orgánico en su oferta, pues lo empezaban a demandar los mercados internacionales. Así, grandes como Dole Food Company, Port International, AgroFair y Chiquita Brands International, empezaron a comprar el producto a las asociaciones de pequeños productores en el Perú, que fueron aumentando sus hectáreas, cuenta Edgar Bocanegra, gerente de operaciones de Orgánicos Río Verde, y que hoy maneja la finca orgánica de banano más grande de Sudamérica, un campo de 453 ha, ubicado en Piura.
Bocanegra fue testigo de esta incursión de las grandes empresas en el banano orgánico, antes de que en las secciones económicas de los diarios se hablase de la posibilidad de que el Perú pudiera convertirse en el primer proveedor de ese tipo de fruta para EE UU, desplazando a República Dominicana. Las exportaciones de este rubro al mercado norteamericano superaron los US$ 53 millones en el 2015; al mundo, llegaron a US$ 145 millones, ese mismo año, según informó la Oficina Comercial (Ocex) del Perú en Los Ángeles, en noviembre del 2016. Los envíos de banano orgánico peruano crecieron 94% en los últimos cinco años, posicionando a Perú como uno de los principales proveedores de este producto a nivel mundial, comunicó, entonces, dicha institución. “Las condiciones para el banano orgánico en el Perú son únicas y puedo decir que es la mejor calidad de fruta en el mundo, teniendo en cuenta además que puede obtener una certificación que acredite la condición orgánica de manera estricta”, dice Edgar Bocanegra. “Lo que sucede –sigue– es que aquí no tenemos Sigatoka Negra, enfermedad que hoy por hoy se está controlando con químicos”.
Las grandes corporaciones se preguntaron: ‘Pero si nosotros compramos orgánicos en el Perú, ¿por qué no creamos empresas productoras del rubro en ese país?’. Pero se encontraron con limitantes relacionadas al agua, a la tierra y a los costos en general, debido a que en nuestro país no hay una cultura bananera. “Dentro de las grandes empresas, la primera finca de orgánico que conozco en el Perú es Dole; yo participé en la instalación de esa empresa, específicamente en el proceso constructivo del sistema de riego. Luego comienza San José, con 175 ha; Agronorte con 100 ha; Musterion con 80 ha… Otras empresas grandes como Chiquita Brands International, siguen comprando la fruta a las asociaciones de los pequeños productores para cumplir con su cuota de orgánico pero la única que produce y compra es Dole”, explica Bocanegra.
A fines de 2014, la guatemalteca AgroAmérica, una de las más grandes empresas comercializadoras de banano en el mundo, expandía sus operaciones en Panamá, Ecuador y Perú. La firma produce bananos orgánicos, usando métodos de agricultura sostenibles. Pero antes, de la mano de Edgar Bocanegra, visitaron algunas fincas en Perú, como por ejemplo la de Dole, y así decidieron desarrollar 400 ha de banano, a través de Orgánicos Río Verde. Es así como esta finca se convierte en la orgánica más grande de Sudamérica.
“Aplicamos el ‘know how’ de la familia Bolaños, fundadores de AgroAmérica, que cuentan con 40 años de experiencia en el manejo del banano; aplicamos un sistema de riego totalmente nuevo, subfoliar, con cables vía que nosotros mismos construimos, con una empacadora que nosotros mismos diseñamos… Al inicio comprábamos a los pequeños productores pero la calidad no cubrió nuestras expectativas. Así que invertimos los US$13 millones en el proyecto y empezamos a sacar la fruta. Ahora nuestro banano orgánico está en los mercados más exclusivos de EE UU; nosotros no pasamos por ningún intermediario, sino que ponemos el producto directamente en las góndolas”, precisa Bocanegra.
US$ 12 LA CAJA, EN PROMEDIO
El mercado bananero es un mercado maduro. Los bananos son una de las frutas más consumidas del mundo; son una buena fuente de fibra, suplementos, carbohidratos, nutrientes, vitaminas, potasio y proteínas, además de ser reconocidos por su dulzor. Forman parte de la alimentación cotidiana del común de la gente en el mundo, lo cual explica su gran demanda. Es un hecho que, en los últimos años, la demanda de banano orgánico en EE UU ha crecido considerablemente.
Los hábitos de consumo de los estadounidenses cambiaron; se busca una alimentación con altos beneficios para la salud y el interés en los productos orgánicos es notable. Más de la mitad de todos los hogares compran productos orgánicos y, solamente el banano orgánico, representa en ese país un mercado de US$165 millones, según informó la Asociación de Comercio Orgánico (OTA) a la Ocex, en noviembre del 2016. Un crecimiento de más de 30% mostró este producto en el 2015, en relación al año anterior, según cifras publicadas por la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USITC).
“En los últimos siete años casi todo el crecimiento del consumo del banano ha sido en el banano orgánico. En EE UU, por ejemplo, la diferencia entre uno orgánico y otro convencional, podría ser de 18 y 20 centavos de dólar por libra (en ese país se vende por libra); si en este momento está en 58 centavos el banano convencional, podría esperar que el orgánico esté entre 78, 80 centavos de dólar. Pero el banano orgánico da la sensación a la gente de estar consumiendo una fruta más sana.
Con el tiempo, el banano orgánico ha bajado su precio de venta al consumidor. Los primeros se vendían fácilmente en US$23 la caja; hoy la caja está a US$12, tal vez la más cara cueste US$14, dependiendo del tipo de empaque. En los últimos siete años, la demanda ha crecido en un 20% por año, aproximadamente; hoy se consume y se vende más del doble de lo que se vendía en el 2010”, explica el gerente general de la División Sur América en AgroAmérica Fruit Company, Luis Falcón.
Para Falcón, lo único que ha crecido en términos de fruta orgánica en el mundo es el banano. Dice: “Por ejemplo, la diferencia entre la uva orgánica y la convencional es de 50, 60 centavos por kilo aproximadamente; la producción de uva orgánica es mucho más costosa, que en el caso del banano; además la oferta es ínfima, realmente hay muy poco productor de uva orgánica, de albaricoques, de melocotones, de sandías; por poner más ejemplos. En hortalizas sí ha crecido mucho la oferta orgánica. En California, baja California y parte de México, los productores han logrado la certificación orgánica en hortalizas y es posible comerse una ensalada relativamente surtida con este tipo de productos. Pero hay mucha menos oferta de fruta orgánica”.
TEMAS LOGÍSTICOS ENCARECEN EL COSTO PRODUCTIVO
La calidad y volumen de agua para los bananeros en el Perú, concentrados en el norte, en zona desértica, es lo crítico. Si no hay un riego adecuado, las plantas no van a parir. Las más de 20,000 ha que tiene el Grupo AgroAmérica repartidas en los países con los que trabaja, se riegan con el sistema subfoliar.
En Piura, Edgar Bocanegra encontró que los pequeños agricultores en las vegas de los ríos, riegan por inundación. Explica: “Usan un volumen calculado de 22,000 m3/ha /año, tienen una suficiencia de riego del 40% y una pérdida por lixiviaciones de 60%, aproximadamente. Es un sistema tradicional donde utilizan pozas, surcos… Yo no estoy de acuerdo con este tipo de riego. En Guatemala, por ejemplo, trabajamos unas hectáreas con este tipo de riego y vimos que el banano en producción, cuando está en la etapa de parición, aproximadamente a las 24 semanas, en este proceso de riego deja de comer, por así decirlo. Es decir, se cierran los estomas, deja de respirar y hay un retraso en las doce semanas que tenemos para la cosecha. Eso afecta porque las plantas se arrepollan, vemos una saturación total del suelo. Comúnmente sembramos el banano en suelos pesados, con alta concentración de arcilla; con una infiltración lenta, el lavado por lixiviación arrastrará todos los nutrientes que pueda tener el suelo. Si tengo una limitación de agua, no me puedo llamar bananero o reduzco mi área a solo lo que pueda regar bien. Porque el estrés del banano me puede ocasionar desde matas improductivas, virado de matas, plantas que paren y abortan, hasta racimos muy pequeños; voy a tener que hacer desmanes muy severos para llegar a tener una planta con cuatro, cinco manos comerciales, obteniendo ratios muy bajos. Y lo que queremos es que una plantación de banano produzca unas 3,500 cajas/ha, en un R1”.
Cabe mencionar que Orgánicos Río Verde, por caja exportada, recibe US$8 netos y US$13 brutos. Los US$5 restantes van para los costos de producción, el material de empaque y logístico. El gerente de operaciones da más luces al respecto: “En el Perú, en Piura, sucede un tema que hay que mencionar: producir para nosotros una caja de banano significa un costo bajo; procesarla con el material de empaque, está más o menos 55 centavos de dólar; empacarla, más o menos, US$2.50. ¡Pero mi costo logístico es de US$1.60! Que esa caja entre al contenedor y vaya al puerto cuesta US$1.60, en comparación a otros países, donde eso cuesta 30 centavos de dólar. Es algo en lo que no somos competitivos con el resto del mundo. Un puerto como Paita es carísimo. Caro, caro, caro”, subraya.
GRANDES Y PEQUEÑOS EN PERFECTA ARMONÍA
¿Se puede hablar hoy, entonces, de una alta profesionalización en el mundo del banano orgánico? ¿Qué pasa y qué pasará con los pequeños agricultores? Luis Falcón, gerente general de la División Sur América en AgroAmérica Fruit Company, dice al respecto: “El banano orgánico en manos de pequeños agricultores, viene siendo capturado por Europa, donde se lo ha relacionado con el ‘fair trade’. Para una gran empresa es muy difícil logar una certificación así, porque el espíritu del ‘fair trade’ tiene que ver con trasladar la mayor cantidad de dinero posible al productor. El ‘fair trade’ se creó bajo un principio que no tiene que ver con beneficiar a una gran empresa que tiene sus recursos económicos; es para el pequeño productor que de alguna u otra forma, por su baja productividad, necesita de un impulso para poder sobrellevar el negocio”.
Tanto en Perú, como en Ecuador, la mayoría de pequeños productores están agrupados en asociaciones. Según el Ing. Axel Herrera Seminario, coordinador del P.I.P. Banano Orgánico de la Dirección Regional de Agricultura, son 75 asociaciones de banano orgánico a nivel de toda la región Piura. De una población de 8,000 productores, hay casi 8,000 ha de ese producto, cuenta. “Las asociaciones organizan a los pequeños agricultores; les dan un paquete tecnológico justamente para poder comercializar. La unidad mínima de exportación es un contenedor; si no se juntan varios pequeños productores no llenan un contenedor jamás porque uno podrá aportar 40 cajas; otro, 25; y otro 100, si es más grande”, acota Falcón.
Las reglas son las mismas para los grandes y pequeños, dice el gerente general de la División Sur América en AgroAmérica Fruit Company; y mientras más pequeña sea la producción, aumentará la capacidad de cumplir las normas al 100%. Falcón lo explica: “Por ejemplo, para una finca grande, conseguir suficiente guano para echarle un kilo a cada planta es infinitamente más complicado que para un pequeño productor conseguir unos cuantos sacos, compostearlo y hacer lo que tiene que hacer para alimentar su plantación. Mientras más pequeño sea, más accesible la posibilidad de poder cumplir con todo el protocolo. Además, el productor pequeño no tiene los costos fijos que tienen las empresas grandes. Hay menos descarte, los trabajos se hacen con mayor delicadeza; es una agricultura más familiar; una persona puede atender y hacer todas la labores de una finca de 1 o 2 ha, sin ningún problema… Y si tiene 5 ha, pues contrata a un sobrino o a alguien eventual para hacer algunas cosas”.
Luis Falcón no está de acuerdo con la idea de que los pequeños agricultores del banano orgánico vayan a desaparecer. Para él, va a haber una convivencia, definitivamente, para poder atender todos los supermercados demandantes. Dice: “Hay muchos supermercados que compran a las asociaciones, por lo que el pequeño agricultor debe tener un mayor compromiso para mantener la estabilidad del mercado.
Los pequeños productores van a tener que formalizarse para poder mantener un nivel de producción que le permita a la asociación cumplir con los compromisos de suplencia, en aras de una estabilidad en la comercialización. Pero los pequeños no van a desaparecer; por el contrario, tienen sus ventajas; ellos reciben un mejor precio que el que reciben las empresas grandes; tienen que ordenarse”.
El ‘boom’ del banano orgánico está a la vuelta de la esquina. Así lo asegura Edgar Bocanegra, gerente de operaciones de Orgánicos Río Verde, del grupo AgroAmérica Fruit Company. Dice: “La contraparte es que no hay personal calificado para banano, porque no tenemos cultura bananera. Lo que se requiere para la mano de obra es, más o menos, un jornal por hectárea al día. Por ejemplo, la uva es estacionaria, solo tiene tres meses de cosecha; el banano ocupa mano de obra las 52 semanas al año. Los contratos del personal de banano son anuales, con mucho mejores sueldos promedio ¿El boom del banano orgánico está por venir? Recién. Conozco empresas grandes con proyectos de 1,000 ha de bananos… Pasado el ‘shock’ ocasionado por el Niño Costero y todo lo que viene en este año, el otro año va a comenzar fuertísimo. Va a comenzar muy fuerte”.