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Resumen preliminar de la situación general de la presente temporada de cerezas en Chile. El año post record de producción y sus probables consecuencias

05 de Septiembre 2018 Equipo Redagrícola
Resumen preliminar de la situación general de la presente temporada de cerezas en Chile. El año post record de producción y sus probables consecuencias

Carlos José Tapia T, Ingeniero Agrónomo M. Sc.

Especialista en producción de cerezas.

Director Técnico Avium SpA. / Corporación Pomanova.

Carlos José Tapia T.

La temporada recién pasada Chile tuvo el record de producción y exportación de cerezas de su historia, superando las 37 millones de cajas exportadas, teniendo en cuenta que representa un 96% más de exportación si se compara con la temporada 2016-2017.

Cabe recordar que el record anterior de producción fue la temporada 2014-2015 superando las 20 millones de cajas exportadas, pero con un antecedente no menos importante; lluvias en la zona central los días 29 de noviembre y 6 de diciembre del 2014, en pleno inicio de cosechas en el valle central y con consecuencias que se estimaron en pérdidas de al menos 3 millones de cajas.

Es importante destacar que el promedio normal histórico de producción en Chile es entre 6,5 a 7 toneladas por hectárea, sin embargo, el año pasado superó las 9 toneladas por hectárea, más la superficie que ha entrado en producción los últimos 3 años, es lo que podría explicar el alza. Cuáles serían los factores responsable de estos números históricos?.

Varios factores son los responsables, y que representan claramente la función de producción que año tras año tratamos de evaluar en cada uno de los huertos en particular, y que entre los más importantes se destacan: A. Estado de carga del año anterior con respecto a la condición de las plantas. B. Entrada en dormancia o aclimatación, especialmente por la calidad climática del mes de abril. C. Dinámica de la acumulación de frío invernal. D. Ausencia/presencia de situaciones climáticas adversas en primavera (lluvias y/o heladas). y E. Acciones correctivas y manejos culturales dentro de los 30 días después de plena flor (DDPF).

Uno de los factores que hemos analizado esta temporada con más detención ha sido la repercusión que pudo haber tenido las altas producciones obtenidas el año anterior en respuesta a la inducción y diferenciación de flores. Importante es destacar que ambos procesos van de la mano, desde aproximadamente 70 DDPF para inducción de flores y 100 DDPF aproximadamente para diferenciación de flores. O sea, diciembre y enero respectivamente para la producción de cerezas de la zona central de Chile.

Si bien la gran mayoría de los proyectos de cerezos modernos que tienen conciencia de un negocio digno de una “premier league”, fueron intervenidos con algún método de regulación de carga fuerte, incluso en muchos casos no siendo suficiente y obligados a realizar una segunda y quizás una tercera intervención, terminando en muchos casos muy cerca de la fecha de cosecha.

Análisis de fertilidad de yemas en dardos y ramillas de distintas situaciones reales de huertos en plena producción con el resultado de la actual temporada y comparado con los registros de las temporadas anteriores. Fuente Avium SpA.

Si bien estas intervenciones fueron en muchos casos óptimas para llevar a cabo con el objetivo de regular su carga para mejorar la condición y calidad de la fruta, tuvieron una repercusión negativa a la condición de la planta dentro de la temporada. Como por ejemplo, -cabe explicar- si un huerto puedo obtener cerca de 20 toneladas por hectárea final después de una gran intervención de regulación de carga, es inequívoco que gran parte del proceso de formación de fruta entre PF y 30 DDPF pudo pasar con una producción potencial por sobre las 30 toneladas por hectárea.

No solo una acción de regulación de carga, incluso temprana y oportuna (terminando antes de los 30 DDPF) muchas veces es suficiente para una recuperación temprana de los huertos, sino también es importante una re-organización de la estrategia y programas de fertilización dentro de la misma temporada de crecimiento, incluso la recuperación nutricional de poscosecha, efectuada en los meses de enero y febrero, debe ser considerando la sobrecarga temprana de los huertos y no necesariamente en función de lo que realmente se cosechó.

Buscando indicadores que nos puedan ayudar a revelar estos efectos posiblemente adversos en la condición de las plantas, es importante el análisis de la condición base de fertilidad de centros frutales en la actual temporada como herencia de la anterior temporada.

Recordemos que tenemos dos estructuras que podemos reconocer como centro frutal: dardos y base de madera de un año.

Los dardos son estructuras renovables, donde cada yema presente es resultado de la posición axilar de cada hoja proveniente de la yema vegetativa del mismo dardo, y que este resultado viene dado de la temporada ante pasada.

A su vez, cada yema floral tiene una cantidad indeterminada de primordios de flor que son respuesta de los procesos de la inducción y diferenciación de la temporada recién pasada.

¿Qué podemos inferir prematuramente esta temporada de análisis?

Aquí algunos ejemplos reales de huertos en plena producción la anterior temporada.

Este resumen considera los análisis de yemas florales/dardo, primordios de flor/yema y su resultado como número final de primordios de flor/dardo de distintos ejemplos de cuatro productores de cereza de la zona central de Chile en situación de plena producción comparando el resultado de esta temporada con las anteriores y su % de variación con cada una. Esto es una tendencia de los análisis de esta temporada de forma generalizada y los datos presentados son repetitivos a huertos tipo.

En general lo que podemos inferir preliminarmente es que en la gran mayoría de los casos estudiados en DARDOS existe una tendencia a la baja en la disponibilidad de flores, pero no siempre con una tendencia tan clara siempre cuando se compara una combinación variedad/portainjerto.

Para el caso de RAMILLAS, muchos casos están aun mas afectados probablemente por la capacidad de este tipo de material en tener un óptimo proceso de inducción y/o diferenciación de flores.

Según los resultados de los últimos años, he podido establecer un rango de tendencia en términos cuantitativos de la disponibilidad de flores de forma general sin incorporar el factor variedad/portainjerto:

• < 15 primordios de flor/centro frutal: Deficiente potencial de floración.

• > 15 – < 20 primordios de flor/centro frutal: Normal potencial de floración.

• > 20 – < 25 primordios de flor/centro frutal: Buen potencial de floración.

• > 25 primordios de flor/centro frutal: Excesivo potencial de floración.

Antes de establecer que existe una baja real en producción es importante comprender que está de por medio el factor cuaja, que podría rondar en números normales y que las producciones vuelvan a ser cercanas al histórico en términos de carga nominal en cada caso.

De todas maneras asociado a lo anterior, y sin animo de generar una aseveración firmada de que son malas noticias, se considera como antecedente de algunos manejos particulares en cada caso.

Creo que en esta situación, es importante establecer como y de que forma será la propuesta de poda como primer paso a la regulación de carga, ya que se debieran tener consideraciones puntuales de la intensidad de esta labor. Sin embargo esto no contemplaría modificar uno de los objetivos de la poda de invierno que es la renovación de estructura, siendo esta primordial año tras año. Procurado esta información, se debiera establecer algunas directrices de manejos generales ante este tipo de situaciones, entre ellos:

• Poda de definición de estructura para mantener huertos iluminados y así asegurar la eficiencia en todos los procesos fisiológicos en el periodo de inicio de floración y cuaja.

• Programas de fertilización, especialmente nitrogenados debieran ser mas conservadores para no potenciar innecesariamente la acción vegetativa temprana de los huertos, ya que el exceso de vigor temprano podría ser causal de la caída prematura de frutos.

• Utilización de vectores polinizantes como abejas y/o abejorros bien distribuidos en el huerto, en zonas iluminadas y siempre el altura para poder ganar temperatura temprano en la mañana. Se deben necesariamente utilizar también en variedades autofértiles.

• Por su parte, en situaciones especiales poder utilizar y tener en cuenta estrategias complementarias a los programas como es la incorporación de productos de especialidad para potenciar cuaja (Ej. AVG) e incorporación de agentes que contribuyen positivamente ante tipos de stress térmicos (frío o calor) como extractos de algas tipo Ascophillum nodosum e incluso en casos especiales en función de prevenir la caída de frutos como auxinas naturales y/o de síntesis presentes en el mercado en aquellas situaciones que se han caracterizado históricamente por caída natural y tardía de frutos.

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