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Resultados obtenidos en España en huertos plantados el año 2000 y 2007

Variedades y densidades de plantación de olivos en seto

En este artículo el investigador Diego Cabello, del Grupo Pomología del Departamento de Agronomía de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y Montes de la Universidad de Córdoba, explica los resultados obtenidos en los estudios realizados en huertos súper intensivos (olivar en seto), de 12 campañas, en los que ensayaron el comportamiento productivo de 5 variedades y además estudiaron el comportamiento de la variedad Arbequina en 9 diferentes densidades de plantación. Esta información fue entregada durante el pasado Encuentro Nacional de Aceite de Oliva organizado por Chile Oliva.

28 de Marzo 2017 Equipo Redagrícola
Variedades y densidades de plantación de olivos en seto

Una de las principales líneas de investigación del grupo que representa Cabello es la obtención de nuevas variedades de olivo. En este ámbito, con financiamiento de autonómico andaluz, desarrollaron la variedad Sikitita; en tanto que mediante financiamiento privado trabajan en la obtención de variedades con alta concentración de ácido oleico, resistentes a verticillium y de maduración precoz. “Además, explica el experto, tenemos una línea de investigación del olivar en seto en la que estudiamos parámetros tales como densidades, variedades, dosis de riego, orientación de las filas, etc.”.

Cabe mencionar que en su tesis doctoral Cabello evalúa las necesidades de frío de distintas variedades de olivo, “variable que provoca problemas de floración en zonas de Argentina y México, debido a que los olivos no acumulan el frío necesario para florecer adecuadamente”, apunta.


¿QUÉ ES EL OLIVAR EN SETO O SÚPER INTENSIVO?

Explica Diego Cabello que el sistema de cultivo en huertos súper intensivos formados en seto se inició en la década de los 90’ por iniciativa privada, fundamentalmente del sector viverístico en conjunto con el de las maquinarias vendimiadoras. El interés de la industria se explica en que, por un lado los viveros venden más plantas y por otro, las máquinas vendimiadoras pueden ser utilizadas en un cultivo complementario al de la vid. “Lo que por cierto fue una visión muy acertada”, dice Cabello pues lo considera un aporte a la industria del olivo.

El olivar en seto se caracteriza por una alta densidad de plantación de los huertos, la que –“dependiendo de la disponibilidad de agua”- irá desde 500 a 2.000 olivos por hectárea y ofrecerá como principal ventaja la cosecha mecanizada. Así mismo, “entre las ventajas de la recolección mecanizadas está que se pude cosechar todo lo temprano que se quiera lo que a su vez se traduce en una mejor calidad de aceite. Así mismo aporta una gran rapidez de cosecha, en torno a 0,5 ha por hora, lo que permite que la fruta se esté procesando en poco tiempo y reduce enormemente los costos de cosecha”, señala el investigador.

Para estos sistemas se prefieren variedades precoces en la entrada en producción y de alta productividad. “En general, al segundo o tercer año luego de plantación alcanza su máxima producción, frente al olivar intensivo o al tradicional que puede alcanzar la máxima producción a los 8, 10 o 12 años”, aclara Cabello. Por otro lado es un sistema que se justifica en grandes superficies, de por ejemplo, 50, 100, 500 o 1.000 ha y más. 

Entre los inconvenientes de los olivares súper intensivos Cabello señala los mayores costos de inversión; el que requieren de terrenos planos o de poca pendiente (<15%) de modo que las máquinas trabajen adecuadamente; la necesidad de un mayor conocimiento técnico por parte del agricultor; y que se debe disponer de variedades poco vigorosas y de ramificación lateral; pese a que tradicionalmente los agricultores han buscado las características contrarias en las selecciones de olivos. 

En la práctica, en estos huertos “se hace obligatorio controlar el vigor mediante podas y riego deficitario. Desde su origen en el tiempo, en estos sistemas se ha enfrentado una falta de experimentación y de variedades adaptadas. Entre las principales variedades, Arbequina y Arbosana son dos variedades españolas desarrolladas en Cataluña, a las que se suma la griega Koroneiki; tres variedades que se conocen desde tiempo inmemorial”, apunta Cabello.

Es así que en Italia, en la actualidad, se están desarrollando numerosos estudios en los que se evalúa las variedades tradicionales italianas para determinar si alguna de ellas se adapta a este sistema. Según Cabello, “ha resultado que salvo una o dos variedades, ninguna se adapta y las que se adaptan quedan atrás de Arbequina y Arbosana en las evaluaciones”.

“Cuando se abordó el sistema súper intensivo, continúa el investigador, se generó una gran incertidumbre por parte de la industria y por parte de los investigadores. No obstante es un sistema que se ha establecido y que va creciendo ya que se estima que a nivel mundial hay cerca de 300.000 ha plantadas”.

Ante este escenario, el año 2000, el Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba se planteó realizar ensayos para evaluar la adaptación de distintas variedades al sistema y estudiar el efecto de la densidad de plantación.

ENSAYOS DE VARIEDADES Y DENSIDADES DE PLANTACIÓN EN OLIVAR EN SETO DEL AÑO 2000

Los ensayos se realizaron en la localidad de Pedro Abad (Córdoba: 37º 58′ N, 4º 27′ O), sur de España. Más exactamente, en una provincia andaluza del interior en los campos de la empresa Todolivo.

Los ensayos están integrados en unos campos comerciales de Arbequina por lo que todos los tratamientos y manejos son los mismos que los del resto del campo. En el ensayo se evaluaron 5 variedades, Arbequina, Arbequina i18, Arbosana, Fs-17 y Koroneiki. El ensayo, establecido el año 2000, se diseñó con 4 bloques al azar, marco de plantación de 3,75 x 1,35 y densidad de 1.975 árboles/ha. Los principales manejos fueron riego deficitario y una poda anual.

Cada hilera del ensayo corresponde a una variedad distinta, se cosecha por separado y la fruta se pesa por separado. Los datos obtenidos corresponden a peso de la aceituna, rendimiento graso, peso de aceite y medidas de vigor tales como altura y anchura de seto, peso de restos poda y distribución de la flor. 

El gráfico 2 muestra la producción anual desde el tercer año hasta el décimo cuarto para los 5 cultivares estudiados. Se aprecia que el año 6 hubo una fuerte helada que hizo caer de manera importante la producción. También destaca Cabello que, aunque no aparece representado en el gráfico, ya en el segundo año Koroneiki tuvo una producción considerable, así como se aprecia que igualmente tuvo alta producción el tercer año. Así mismo es destacable que desde el tercer año la producción de aceite rondó los 2.000-2.500 kg/ha. Se puede observar que, salvo Fs-17, representado por la línea verde, el resto de los cultivares presentó una producción bastante aceptable, siendo las dos Arbequinas (convencional e i18) las variedades más constantes (menos añeras), en tanto que Arbosana así mismo tuvo un buen comportamiento.

El gráfico 3 muestra la producción acumulada para los 5 cultivares y se aprecia que desde el principio es un crecimiento lineal. “No se ha observado que llegue un momento en que la curva se aplane ni una reducción de la producción. Es un crecimiento lineal para las 5 variedades aunque Fs-17 es claramente la de peor comportamiento en tanto que Arbosana se muestra un poco superior en producción.

En el gráfico 4, que muestra la producción media de aceite, se observa que las dos Arbequinas, Arbosana y Koroneike están por sobre los 2.000 kg/ha.

En lo referente a vigor hemos visto que Arbosana corresponde a la planta menos vigorosa. En la foto, que corresponde a plantas de otro ensayo, se observa que en una línea de Arbosana se plantaron dos árboles de Arbequina. “Pese a que la perspectiva podría llevar a error, en la foto se puede observar la gran diferencia de tamaño entre la variedad Arbosana y Arbequina”, señala el investigador.

EFECTO DE LA DENSIDAD DE PLANTACIÓN EN LA PRODUCCIÓN

Cabello explica que en el siguiente ensayo se evaluó solamente el cultivar Arbequina de modo de poder aislar el efecto de la densidad en la productividad. Se utilizaron marcos de plantación variables, desde 3,55 x 1,25 hasta 5,70 x 2,25, y se evaluaron 9 densidades, de 780 a 2.254 plantas por hectárea. Los árboles en todas las densidades recibieron riego deficitario y una poda anual. El ensayo fue establecido así mismo el año 2000.

Al igual que en el estudio anterior, cada hilera corresponde a una densidad distinta y se cosecha por separado y se pesa la fruta por separado. Como en los ensayos anteriores se muestran los datos de 12 campañas.

Las variables estudiadas fueron peso de aceituna, rendimiento graso, peso en aceite, altura y anchura seto, peso de restos de poda y distribución de la flor.

Al igual que en el estudio anterior, cada hilera corresponde a una densidad distinta y se cosecha por separado y se pesa la fruta por separado. Como en los ensayos anteriores se muestran los datos de 12 campañas.

Las variables estudiadas fueron peso de aceituna, rendimiento graso, peso en aceite, altura y anchura seto, peso de restos de poda y distribución de la flor.

En el gráfico 6, producción acumulada de aceite, se aprecia que para las 12 campañas todas las densidades presentan un crecimiento lineal, desde la menos densa a la más densa. “Nosotros esperábamos que en las densidades más altas, llegase un momento en que por competencia, las producción se viniera abajo. Entonces, estamos viendo que tanto la poda anual como el riego mantienen el sistema de modo de que continua el crecimiento positivo”, destaca el experto.

En el gráfico 8 muestra la producción por árbol para las nueve densidades. “Se puede ver cómo, individualmente, en las densidades más bajas, cada olivo es más productivo al ocupar más espacio. En tanto que lo opuesto ocurre en las densidades más altas donde evidentemente el espacio es más reducido”, dice Cabello. Sin embargo, cuando los datos se traducen a producción por superficie, ese efecto se ve contrarrestado por el mayor número de olivos por hectárea de las densidades más altas. Razón por la cual las densidades más altas resultan más productivas.

El gráfico 10 muestra la producción acumulada por hectárea por metro lineal de seto por hectárea. “Es decir, a cada distancia entre calles le corresponde unos metros lineales de seto por hectárea. A 4 metros le corresponde 2.500 metros lineales por hectárea. A 5 m cerca de 2.000 metros lineales por hectárea. Esa equivalencia con su producción resultó en una curva muy bien ajustada y que nos lleva a pensar que, cuando ya el seto está formado, tiene más importancia la distancia entre calles, dentro de determinado rango, que la distancia entre árboles de una misma hilera”, determina el investigador. 

Entre los datos de vigor, en el gráfico 11 se muestra los resultados de los restos de poda por árbol y por hectárea. Se aprecia que entre las densidades más bajas los olivos individuales producen más madera que en las densidades más altas. En tanto que se aprecia el efecto contrario por hectárea.

EVALUACIÓN DEL ENSAYO DE VARIEDADES

En los ensayos de variedades realizados por la Universidad de Córdoba resultó que tras 14 años de plantación, la producción acumulada de aceituna y aceite de las 5 variedades se vio incrementada linealmente. Entre las estudiadas, la variedad Arbosana se ha mostrado como la más productiva y la de menor vigor. Sin embargo, las variedades Arbequina, Arbequinai-18 y Koroneiki, por su parte, también han tenido una buena adaptación al sistema en seto; en tanto que FS-17 no ha conseguido una buena adaptación en las condiciones del ensayo. También se debe destacar que aunque Arbosana es muy productiva, presenta el inconveniente de ser de maduración más tardía.

EVALUACIÓN DEL ENSAYO DE DENSIDADES

Al igual que en el ensayo de variedades, luego de 14 años de plantación, la producción acumulada de aceituna y aceite se ha incrementado linealmente en todas las densidades. Los problemas de exceso de vigor y sombreamiento lograron ser parcialmente evitados por la poda y el metro lineal de seto es una unidad productiva adecuada para este sistema. Cabello remarca que cada agricultor deberá decidir su densidad de plantación óptima en función de los costos de inversión y sobre todo de la disponibilidad de agua para riego. 

 

¿QUÉ OCURRE EL AÑO 2015? PODA Y TOPPING EN 2014 ABATE LA PRODUCCIÓN: 

El tercer año del ensayo corresponde a 2002 y el decimocuarto corresponde a 2013. “Para el año 2014 ya estaba el seto de una altura y ancho excesivo y por tanto con dificultad de manejo. Entonces la empresa decidió hacer un topping y una poda lateral muy severa. Por esto, en el año 2014 la producción se vino abajo por efecto de la poda y del topping. Entonces, ¿qué esperan que pase o qué están previendo para la cosecha de este año (2015)? “Pues, esperamos que los cultivares se recuperen vegetativamente y reproductivamente. Y ya lo estamos viendo. Sin embargo, por opción de manejo del campo se decidió restringir mucho el riego, a lo que se suma que esta temporada en España este ha sido un año muy seco y caluroso en primavera y verano. Como consecuencia la aceituna se ha quedado de tamaño pequeño y un tanto arrugada”, señala Cabello.

ENSAYO DE VARIEDADES Y SELECIONES DE LA UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA Y EL IFAPA (de 2007)

En el ensayo de variedades y selecciones de la U. de Córdoba y el IFAPA, de 2007, se evalúan tres variedades: Arbequina, Arbosana y Sikitita, y tres selecciones: UCO-IFAPA 7-8, UCO-IFAPA 6-9 y UCO-IFAPA 2-35. La evaluación cumple las mismas condiciones que los ensayos de 2000.

Cabello aclara que tuvieron un problema de partida porque las plantas para el ensayo fueron entregadas muy pequeñas por el vivero, razón por la que comenzaron a medir desde el cuarto año. “Lo que se ve es que todas han tenido una buena producción de aceite, en torno a 2.000 y 2.500 kilos por hectárea, pero donde las selecciones 7-8 y 6-9 son más regulares en su producción (línea azul y línea amarilla). Concretamente, la 6-9 además presenta un problema de sensibilidad al repilo, por lo que necesita más tratamientos de los que tradicionalmente se hacen”.

Así mismo la producción acumulada de aceite muestra una curva positiva lineal, donde se aprecia que quedan rezagadas las selecciones 7-8 y 6-9. De igual modo se ve que no hay mucha diferencia entre 2-35, Sikitita y Arbosana.

 En las producciones medias por hectárea, en tanto, los resultados son de alrededor de 2.000 kg/ha para 2-35, Sikitita, Arbequina y Arbosana, las de mejor comportamiento. En rendimiento de aceite se destacaron la selección 6-9, Sikitita y Arbequina. Sin embargo, en tamaño de fruto, el mayor peso de aceituna lo obtuvieron las dos selecciones que han dado peores resultados, 7-8 y 6-9.

En lo que respecta a hábitos de crecimiento, han observado que Arbosana es la de menor vigor, pero seguida muy de cerca por la selección 2-35.

El investigador también analizó la información recabada sobre los tiempos de maduración. “Estos datos son importantes porque muestran que cada vez que se ha cosechado la variedad Arbosana no ha alcanzado a madurar. Por otro lado, en todas las variedades y selecciones tenemos un escalamiento de la maduración. Uno de nuestros objetivos es determinar variedades o selecciones de maduración más temprana. En este sentido, Sikitita adelanta entre 10 y 14 días a Arbequina, 2-35 adelanta entre 10 y 14 días a Sikitita y la selección 6-9 adelanta a todas las demás. Esta última deberemos estudiarla más porque los resultados no son equiparables al resto”, puntualiza Diego Cabello.

Todas las variedades y selecciones estudiadas presentan una buena adaptación al cultivo de olivar en seto. La mayor producción de aceituna de Arbosana no se ve reflejada en una mayor producción de aceite y por rendimiento graso destacan UCO-I 6-9, Sikitita y Arbequina, seguidos de UCO-I 7-8 y UCO-I 2-35, en último lugar Arbosana. Por último, Arbosana, Sikitita y UCO-I2-35 son las menos vigorosas. La maduración se da de manera escalonada en UCO-I6-9, UCO-I2-35, UCO-I7-8, Sikitita, Arbequina y por último Arbosana.


 Bibliografía:

Navarro y Parra., 2008. Plantación, En: Barranco, D., Fernández-Escobar R., Rallo L. (Eds.), El Cultivo del Olivo. Madrid, Mundi-Prensa, pp. 191-235.

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