Residuos de fitosanitarios en vino y frutas: “Debemos desarrollar más y mejores curvas de degradación, por zonas geográficas”
El laboratorio SIDAL se ha especializado en desarrollar proyectos de investigación sobre residuos de fitosanitarios en frutas y vinos. En la actualidad tiene dos grandes proyectos: uno sobre degradación de fitosanitarios en vinos ( para el Consorcio I+D Vinos de Chile) y un proyecto Fondecyt sobre residuos en uva de mesa y manzanas. De sus estudios emerge una conclusión muy útil para los agricultores: la temperatura y la humedad son los principales factores que determinan la degradación de los residuos de fitosanitarios. Por lo tanto, es necesario que las empresas químicas validen las curvas de degradación de sus productos en diferentes zonas geográficas, ya que las diferencias son significativas.
Ubicado en pleno campo cerca de Viña del Mar, el laboratorio SIDAL se ha transformado en uno de los principales polos de investigación sobre residuos de fitosanitarios en Chile. Sus socios Marcelo Kogan (director general), Claudio Alister (director de investigación) y Manuel Araya (jefe de laboratorio) definen a la empresa como “una sociedad de innovación, investigación y desarrollo agroindustrial”. Sus principales líneas de investigación consisten en estudios de efectividad de plaguicidas; residuos de plaguicidas en productos agrícolas, suelos y aguas; estudios de carencia de insecticidas y fungicidas a través de curvas de disipación, y dinámica ambiental de plaguicidas. También se dedican al análisis inorgánico (foliar, agua y suelo), y realizan asesorías y cursos en programas de control de malezas en cultivos, riesgo ambiental del uso de plaguicidas y residuos de plaguicidas en productos agrícolas primarios y elaborados.
“Chile es un país multiexportador, tenemos que llegar a destinos muy exigentes como Europa y responder adecuadamente en la calidad e inocuidad de nuestros productos. El tema es crítico y va a ser más crítico a medida que están bajando los límites de residuos. Y es nuestro deber como industria chilena generar la información sobre cómo se comportan los residuos de fitosanitarios en nuestros productos, bajo nuestras condiciones de producción”, señala Claudio Alister. “El problema acá, continúa, es que en estos temas hay mucho dogma y pocos estudios, pocos números. Y por eso se comenten errores porque se sigue permitiendo que cada persona haga las curvas de degradación de fitosanitarios a su pinta. Debemos establecer protocolos para realizar las curvas y tipificar las diferentes zonas geográficas. De esa forma vamos a tener un sistema que permita comparar los resultados y evitar errores”.
“Es impresionante como en esta industria se toman decisiones binarias: aplico o no aplico un determinado fitosanitario hoy, en base a tan poca información. Porque si el agricultor se equivoca, arriesga perder toda su producción o embarque”. “Otro de los aspectos que grafican esta falta de investigación es que acá las carencias son absolutas. Por ejemplo: 45 días, cuando sabemos que las carencias son un rango, hay variabilidad”.
CADA DÍA LOS AGRICULTORES EXIGEN MEJOR INFORMACIÓN
Un aspecto positivo, señalan en SIDAL, es que los agricultores y los gerentes técnicos de las empresas productoras están exigiendo mejor información sobre los fitosanitarios a las empresas. “Hemos visto como hay una mayor preocupación por entender qué pasa con las diferentes formulaciones, qué pasa con los residuos cuando llueve. En la industria del vino, por ejemplo, se están exigiendo las curvas en uva vinífera y los traspasos al vino. Y ante muchas de estas preguntas algunas empresas químicas se quedan sin respuestas”. Ante esta creciente demanda, hemos incorporado simuladores de lluvia en el laboratorio y hemos creado nuestro propio centro de vinificación para entender cómo se traspasan los residuos de fitosanitarios al vino.
RESIDUOS EN VINO: PROYECTO CON VINOS DE CHILE
Uno de los principales proyectos de investigación que realiza SIDAL se denomina “Curvas de degradación, tasas de transferencia y sistema de monitoreo para residuos de pesticidas para uva y vino en la industria vitivinícola”. El proyecto dura cuatro años y ha sido encargado por el Consorcio I+D Vinos de Chile, con el financiamento de CORFO.
Su objetivo consiste en generar una base de información técnico-científica, a través del desarrollo de estudios de curvas de disipación, y de los factores determinantes en el traspaso de residuos de plaguicidas en el proceso de vinificación, para crear un sistema de información que estará destinado a dar soporte en la toma de decisiones productivas para la elaboración de vinos inocuos.
Entre otros aspectos, la iniciativa aportará información respecto a los principales factores asociados a la disipación de los 17 principales plaguicidas que se utilizan en la producción de uva vinífera, y de los factores críticos respecto a la pérdida o concentración de residuos de plaguicidas en el proceso industrial de elaboración de vinos.
SIDAL ha establecido un protocolo de aplicación de los 17 principales plaguicidas, para lo que se usa siempre el mismo equipo de aplicación. El proyecto ha iniciado su segundo año, con estudios y aplicaciones en diferentes zonas geográficas. Con los resultados del proyecto se busca desarrollar un modelo de predicción de la disipación de residuos de plaguicidas en la uva en el campo, que permita determinar tiempos de carencia específicos para uva vinífera, con una base científica y con un mayor nivel de seguridad en la estimación respecto a lo que se está haciendo actualmente. Estos periodos de carencia se podrán relacionar con factores climáticos (lluvia, temperatura, humedad, entre otros).
Un componente muy importante de esta investigación es el proceso de vinificación. “El objetivo es que la uva llegue con los residuos más bajos a la bodega. Pero cuando esto es difícil o no se ha logrado, estamos estudiando cómo a nivel de proceso de vinificación se pueden bajar los residuos y obtener vinos con cero residuos: filtraciones, fermentaciones, lavado de uva, usar un filtro de resina, etc. En esta línea, están desarrollando un kit portátil que se puede usar durante el proceso de vinificación que vaya midiendo los residuos de pesticidas. Es un sistema rápido de detección, que demora unos 30 minutos en tener resultados. La idea es agrupar a los diferentes grupos de pesticidas y que este kit permita detectarlos, sin tener la necesidad de mandar las muestras a un laboratorio.
“Estamos comenzando el segundo año. Por lo que hemos visto, es posible llegar a cero residuos en vino”, señala Claudio Alister.
“Dentro de las carencias que presenta la industria vitivinícola nacional, está el no contar con un sistema de monitoreo y certificación de residuos de productos fitosanitarios en el vino. Si bien existe la información disponible en relación al comportamiento de las materias activas que contienen los plaguicidas en los procesos de cultivo, actualmente no se ha producido en Chile información científica y respaldada con relación al efecto de las condiciones agroclimáticas y otros factores sobre la disipación de los residuos de los plaguicidas en la producción de uva, y el efecto de los procesos industriales sobre la pérdida o concentración de los plaguicidas en los productos finales elaborados a partir de uva, la inexistencia de periodos de carencia específicos y validados para uva vinífera, entre otros elementos”, señala Patricio Parra, gerente general de I+D del Consorcio Vinos de Chile.
DEGRADACIÓN DE RESIDUOS: ES CLAVE LA ZONA GEOGRÁFICA
El “Estudio de factores que controlan la disipación de residuos de pesticidas en frutas y el desarrollo de un modelo de pronóstico de períodos de intervalo de precosecha para manzana y uva”, es un proyecto Fondecyt que Sidal lleva desarrollando por tres años.
El objetivo es determinar el efecto de las propiedades físico-químicas, condiciones ambientales y de los frutos en la disipación de los residuos de los plaguicidas en uva y manzana, con la finalidad de poder obtener un modelo matemático que permita estimar la concentración del residuo en el tiempo y así su carencia
Para ello, se está estudiando la interacción entre las características del fruto, del plaguicida (lipofilicidad, fotólisis, hidrólisis, peso molecular, solubilidad, entre otros factores), y las condiciones ambientales (humedad, radiación y temperatura). Además, se está trabajando sobre el efecto de la formulación del plaguicida, los adyuvantes y la aplicación (tamaño fruto, mojamiento, equipo) en la disipación de residuos de los plaguicidas en uva y manzana. Junto con ello, se está modelando el proceso de disipación de residuos de plaguicidas seleccionados bajo diferentes condiciones agroclimáticas, y evaluando el efecto de las diferentes condiciones ambientales (radiación solar, lluvia, temperatura, humedad relativa).
Una de las principales aspectos que se ha podido observar es que existiría un gran efecto de la condición agroclimática del lugar en la disipación del residuo del plaguicida. “Así, de los cinco plaguicidas estudiados durante el primer año, éstos se disiparon más rápido en la zona de San Clemente y más lento en la zona de Casablanca, y en Temuco en un grado intermedio. Estos resultados permiten pensar que para poder desarrollar curvas de disipación válidas para los plaguicidas que se van registrando en el país, tendrían que ser realizadas en más de una zona representativa para el cultivo, ya que si no, se podría estar generando información con un alto grado de incertidumbre que podría llevar al productor a generar residuos en su producto final, por sobre los LMR permitidos por su comprador”.
¿Cuántas curvas debería pedirle la industria a una empresa que quiere colocar un producto en el mercado?
“Debería haber por lo menos tres curvas de degradación diferentes. Zona costera, valle central y zona sur. Este año vamos a trabajar en San Felipe-Los Andes y veremos cómo se comportan allá”.
¿Cuál es el factor que más influye en la degradación de los pesticidas en los frutos?
Lluvia no es. Al parecer, radiación algo. Temperatura y humedad son muy importantes. Casablanca tiene buena humedad pero baja temperatura. La zona central tiene alta temperatura y baja humedad. Los Ángeles fue muy parecido a zona central, pero hay más radiación. Uno esperaría ir generando una matriz que indiquen zonas homogéneas. Queremos entregar la información base para que las empresa sepan dónde tienen que hacer las curvas. Zonificar es un paso significativo.
¿Ha habido resultados que los hayan sorprendido?
Sí, en muchos casos pensábamos que iba a haber una gran diferencia entre los diferentes productos o formulaciones, pero hemos visto que el clima local es más importante.