Presidente Ejecutivo de CropLife Latin America: Apoyo legal agilizaría desarrollo de buenas prácticas agrícolas
De acuerdo al informe presentado por la OCDE y FAO sobre Perspectivas Agrícolas 2012-2021, en las últimas décadas la tasa anual de crecimiento de la producción agrícola mundial ha sido superior al 2%, gracias a la ‘revolución verde’ que trajo consigo mejoras en las variedades, uso de fertilizantes y agroquímicos. Desafortunadamente las semillas están llegando a sus límites productivos, y se estima que dentro de la próxima década la producción agrícola crezca a tasas del 1,7% anual.
Sumado a estas cifras debemos considerar que para el año 2050 está proyectado que existirán 9 billones de personas en el mundo, por lo tanto si hoy comen 5 ½ personas por cada ha de cultivo, para mediados de siglo vamos a necesitar producir alimentos para casi 7 personas por ha.
Frente a estos desafíos productivos, diversas instituciones desde áreas tales como investigación, desarrollo, innovación y difusión se encuentran realizando esfuerzos mundiales para tratar de palear esta crisis. Un ejemplo de ello es lo que hace CropLife International con su asociación regional CropLife Latin America, integrada por nueve conocidas compañías multinacionales, Bayer CropScience, FMC, Syngenta, Basf, Sumitomo Chemical, DuPont, Dow AgroSciences, Monsanto y Arysta LifeScience.
Dentro de su accionar, CropLife Latin America da apoyo técnico a 23 asociaciones distribuidas en 18 países del continente encargadas de promover la sostenibilidad de la agricultura a través de la oferta de mejores semillas, biotecnología y productos fitosanitarios. En Chile Afipa es una de ellas.
Programas que protegen el medio ambiente
“La sugerencia señalada por la FAO de hacer un triple lavado de los envases, luego romperlos para inutilizarlos y desecharlos en lugares autorizados, dio cuenta a lo largo del tiempo que el usuario final no necesariamente estaba siguiendo las recomendaciones. Lavaba los envases y terminaba usándolos hasta para tomar agua”, recuerda Perdomo.
Frente a esta situación CropLife Latin America creó el programa Campo Limpio®, con una inversión de 18 millones de dólares por año, para enseñar la importancia de hacer el triple lavado, además de recolectar los envases de los centros de acopio autorizados, y luego reciclarlos. “En Chile hay 32 puntos de recuperación y deberíamos recoger alrededor de 700 toneladas de plástico de envases, pero se están recogiendo sólo 180 ton”, comenta Perdomo, y compara con otros países de Latinoamérica. “Guatemala está recogiendo el 64% del material, y en Brasil el 95%, equivalente a 40 mil toneladas de plástico al año se recogen, y el 70% de ese plástico es reusado por la misma industria para elaborar contenedores que se vuelven a vender. Cada país es diferente en su forma de implementación”.
Para el especialista el apoyo de los diferentes gobiernos es clave para que los agricultores integren las buenas prácticas a sus labores en campo. “En Brasil la industria decidió tomar cartas en el asunto y junto con el Gobierno promovió una ley en la cual la responsabilidad de los envases era integral de toda la cadena”. Así nació en 2002 el Instituto Nacional de Procesamiento de Envases Vacíos, INPEV, que marcó la pauta mundial en recolección de envases.
-Pero lavar y llevar los envases a un centro de acopio requiere de tiempo y dinero ¿Cómo convencen a los agricultores de hacer lo correcto?
José Perdomo: -“Es una constante educación por parte de los distribuidores cuando venden el producto. En muchos países, por ejemplo Costa Rica, circulan camiones recogiendo los envases periódicamente. Es cuestión de ir creando cultura, porque conforme los agricultores van entendiendo cuál es el valor de la sustentabilidad y cuando los países empiezan a poner leyes que nos hacen responsables, es cuando las cosas se aceleran”.
Precisamente la educación es el eje del segundo gran programa que impulsa CropLife Latin America, CuidAgro®. Con una inversión de 2 millones de dólares al año este programa busca mediante la extensión y transferencia de información, desarrollar las habilidades de las Buenas Prácticas Agrícolas en el manejo de plaguicidas. El año pasado más de 150 mil agricultores de todo el continente latinoamericano recibieron entrenamiento ac
erca de cómo usar los equipos de protección, la condición final que deben tener los envases y calibración del equipo para aplicar dosis correctas. “Necesitamos asegurarnos de que usan los productos de buena manera para evitar problemas y así cerrar el círculo completo del uso de los productos”, agrega Perdomo.
La batalla contra las “medias verdades”
Dentro de las tareas asumidas por José Perdomo como Presidente Ejecutivo de CropLife Latin America, está la de potenciar a las 23 asociaciones distribuidas en el continente para que evolucionen a la par en sus respectivos países. “Afipa tiene más de 10 años funcionando en Chile y es una de las asociaciones más vanguardistas en su proactividad, pero si vas a Nicaragua ves que hay una sola persona tratando de administrar todo, así que tenemos que abocarnos en ayudarlos y llevar las mejores prácticas de las asociaciones más maduras hacia los demás países y avanzar en las estrategias”, explica Perdomo.
Así, CropLife presta apoyo legal respecto a nuevas situaciones regulatorias o proyectos de ley. “Apoyados por nuestro departamento legal y técnico, juntos revisamos muchos de los documentos para poder darle un sostenimiento técnico de nivel global a la normativa, ya que teniendo la información de otras partes del mundo, pretendemos poner estándares globales que se respeten en otros países”, dice Perdomo. En esta misma línea, la institución hace entrenamiento de autoridades de registro, autoridades de medioambiente, y trae técnicos especialistas de compañías extranjeras para ayudar en el desarrollo intelectual de las autoridades que evalúan los nuevos productos que ingresarán al mercado.
“La función nuestra es ayudar a liberar las barreras que tantas veces se presentan, debido a regulaciones que son erróneamente hechas por grupos tendenciosos que no permiten que la tecnología avance, basados en miedos y diferencias. Las medias verdades que se presentan muchas veces son las que causan que el avance y el acceso de la tecnología a los pueblos y países más necesitados no llegue a las velocidades que puedan ser”, puntualiza Perdomo, y agrega que “no es aceptable que la tecnología que es segura, aprobada y que la academia ha endosado, no avance al ritmo que podría”. Por ejemplo, según el experto, hasta el día de hoy no hay pruebas de que alguien haya muerto por consumir un cultivo transgénico.