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Entomóloga Patricia Estay de INIA

Plagas en tomate en invernadero: Trampeos masivos y alternancia de agroquímicos en períodos críticos

Patricia Estay se refirió a la situación actual del control de plagas en tomate de invernadero haciendo mención a las principales plagas que afectan al cultivo, esto es polilla del tomate, mosquita blanca, pulgones, trips de California, Gusano cogollero, gusano del fruto y arañita y las medidas de Manejo Integrado de Plagas que el agricultor puede emplear, integrando por ejemplo, prácticas culturales, trampeo masivo, alternancia de grupos químico según modo de acción, entre otros.

30 de Diciembre 2016 Equipo Redagrícola

“Hoy muchos trabajos, dice Patricia Estay, muestran resistencia plagas en tomatede polilla del tomate (Tuta absoluta) a organofosforados… pero todavía existe espacio para usar más algunos controladores biológicos, como ocurre en España, donde el 35% de los productores usa control biológico. INIA cuenta con un programa de simulación para el control de la polilla del tomate y con estudios que han detectado de seis a trece generaciones anuales del insecto entre las regiones Metropolitana y de Valparaíso. Esto es un dato valioso a la hora de tomar decisiones de aplicación de plaguicidas en el momento oportuno y su incidencia según grupos químicos y modos de acción”.

“Durante los últimos tres años se ha generado información respecto al manejo de la polilla del tomate, una de las principales plagas del tomate junto con la mosquita blanca”, afirma Patricia Estay y propone acciones de manejo más amigables con el medioambiente y la salud de las personas.

Según la entomóloga, nuestro país desde el punto de vista de los avances y estudios existentes sobre control de plagas en tomate bajo invernadero es un referente importante. “En Chile y Brasil han sido bastante estudiados los aspectos biológicos, que muestran las características taxonómicas y morfológicas en los distintos estados de los insectos”, explica.

Los problemas de manejo de plagas en tomate tienen que ver principalmente con los ciclos biológicos cortos y la resistencia a insecticidas reportada para Chile. Patricia Estay propone estrategia MIP contra polilla del tomate en las que se integran prácticas culturales, trampeo masivo, control químico y control biológico.

TRAMPEO MASIVO Y ALTERNATIVAS QUÍMICAS SOLO PARA PERÍODOS CRÍTICOS

El trampeo masivo contra polilla del tomate se basa en el uso de una feromona que es específica para atraer los machos de polilla del tomate. “Al no haber machos no va a existir fecundación de la hembra y de esa manera se bajan las poblaciones”, dice Estay y asegura que es una buena herramienta para los períodos iniciales de infestación con Tuta absoluta. “Cuando se producen poblaciones críticas se adicionan los insecticidas que son eficaces para controlar. Lo que se recomienda, eso sí, es dejar las alternativas químicas para los períodos críticos para así evitar crear resistencia”.

Patricia Estay recomienda mantener el trampeo masivo hasta tres a cuatro semanas después de haber retirado los rastrojos del cultivo. “Al detectar tres a cuatro polillas en las trampas de monitoreo se debe iniciar trampeo masivo con 40 trampas con feromona por hectárea”, afirma.

CONTROLADORES BIOLÓGICOS CONTRA MOSQUITA BLANCA

Una de las conclusiones en materia de control biológico
es que plagas en tomatehay problemas de abastecimiento de controladores biológicos, especialmente para hortalizas. La entomóloga es enfatiza que “pese a que hay tanto trabajo de investigación en control biológico, no hay interés de parte de las empresas que los desarrollan a nivel mundial o en Chile”. ¿Por qué ocurre esto? “Porque el mercado es pequeño en hortalizas, porque no hay una exigencia legal ni se ha implementado un programa del Estado; y, porque prevalece el criterio de superficie (volumen del negocio)”.

“Falta establecer programas de liberación ya que hay disponibilidad de controladores biológicos (Trichogramma, Dineulophus, Apanteles, Macrolophus). Existen controladores biológicos de mosquita blanca (Trialeurodes vaporariorum) tales como Encarsia formosa Eretmocerus corni, Encarsia porteri, Encarsia lycopersici, Encarsia haitiense y Encaesia luteola los que pueden ser perfectamente utilizados por los agricultores.

VALIDACIÓN DE MODELO FENOLÓGICO DE LA POLILLA DEL TOMATE PARA QUILLOTA

El SAG a través de RPF (Red de Pronósticos Fitosanitarios)
estáplagas en tomate desarrollando varios programas para reducir el uso de plaguicidas y en este contexto se trabaja en el ajuste y validación de un modelo fenológico de la polilla del tomate para la provincia de Quillota y la Región Metropolitana tanto al aire libre como en invernadero. La ventaja es que ya existe información previa. INIA a través de un proyecto FDI (hoy Innova Chile de Corfo) estudió el ciclo biológico de la polilla del tomate, los umbrales y las acumulaciones térmicas del insecto a través de un modelo que fue validado en las regiones VI y VII (http://www.inia.cl/entomologia/sim/polilla.php).

Hoy, dado el problema en Europa y la necesidad de actualizar esta información, un equipo de técnicos y entomólogos trabaja en ajustar este modelo fenológico de la polilla del tomate con el propósito de actualizarlo para las condiciones de producción de tomate bajo invernadero en las regiones V y RM. “Estamos trabajando en ajustes y validación de modelos fenológicos para Tuta absoluta en tomates para la Región de Valparaíso y Metropolitana a través de un proyecto de la Red de Pronóstico Fitosanitario (RPF) que depende del Servicio Agrícola y Ganadero”, explica Estay.

Estay recuerda que se hicieron trabajos por más de 15 años en polilla del tomate cuando se estudió el ciclo biológico de la polilla del tomate, los umbrales y las acumulaciones térmicas. “Esta plaga tiene un ciclo dependiente de las temperaturas, es decir, a medida que aumenta la temperatura se acorta el ciclo tanto en polilla del tomate como en mosquita blanca de los invernaderos. Pudimos observar que tenemos 24 días para el ciclo de polilla del tomate y 18 días para el de la mosquita blanca de los invernaderos cuando la temperatura es del orden de 25 ºC ”.

Se determinó que la temperatura umbral base que tenía la polilla del tomate a nivel de los diferentes estados de desarrollo del insecto era del orden de 7,9 ºC, es decir, sobre esa temperatura el insecto es capaz de pasar de un estado a otro. El insecto una vez que pone el huevo requiere acumular 103,2 grados para pasar al siguiente estado larvario. “Esa información fue muy valiosa, explica Estay, porque permitió determinar cuándo el insecto está más susceptible -desde el punto de vista de su estado de desarrollo- para así realizar un control más adecuado”.

“Llegamos a contar 13 generaciones de polilla luego de instalar trampas durante todo el año, mediante recuento de caída de machos. En las mismas condiciones de invernadero, en la RM, encontramos de 5 a 7 generaciones, lo que indica que la provincia de Quillota está en una condición de desmedro, comparándolo con otras regiones”, afirma la entomóloga.

El modelo fenológico para la polilla del tomate pertenece al SAG y es de acceso libre. El agricultor accede a la información y el SAG le informa cuál es la acumulación de grados días que hay desde el primero de julio y establece en qué períodos se van a presentar las generaciones de polilla.

ROTACIÓN DE INSECTICIDAS CON DIFERENTES MODOS DE ACCIÓN

Un aspecto analizado por Patricia Estay que llamó la atención de los asistentes es el manejo de resistencia mediante el uso de grupos químicos de distinto modo de acción.

Las empresas químicas a nivel mundial preocupadas por las resistencias y por la rápida pérdida de moléculas conformaron una comisión permanente de Investigación en Resistencia de Insecticidas y Acaricidas (IRAC). “Esta se encarga de levantar información y entregarla a los usuarios justamente para evitar que las moléculas insecticidas generen problemas de resistencia en los insectos” (www.irac-online.org/team /mode-of-action).

Uno de los mensajes claves apuntó a dejar las alternativas químicas para los períodos críticos. “Los productos más eficaces no podemos utilizarlos en algunos períodos críticos de manera de evitar resistencia metabólica. Hoy, son pocas las moléculas que no muestran resistencia a las plagas por lo tanto hay que cuidarlas”. Lo primero, aclaró, es conocer el ciclo biológico, luego saber cuántas generaciones se pueden presentar y entonces establecer que, por lo menos, hay dos generaciones del insecto durante los cuales no se puede utilizar el mismo grupo químico, es decir, el mismo modo de acción”.

Patricia Estay definió este “tratamiento ventana” como un período de 30 días consecutivos, basado en el número mínimo de días que dura una generación de polilla. El objetivo de este esquema es minimizar el riesgo o selección de resistencia a un determinado grupo químico.

La regla básica de este esquema es que no se puede usar insecticidas del mismo modo de acción en generaciones consecutivas. “Las aplicaciones de insecticidas deben ser hechas de acuerdo al umbral de daño económico y si se requiere una segunda aplicación, debe ser hecha con insecticida con distinto modo de acción. No se puede aplicar el mismo modo de acción hasta 60 días después de la aplicación”, dice Estay.

La investigadora explica que este esquema requiere de un mínimo de 3 grupos químicos con distinto Modo de Acción y de probada efectividad, pero otros grupos no tan efectivos pueden ser incluidos.

¿Cuáles van a ser las exigencias del mercado y cuál es el rol del Estado? El Estado, dice la experta, tiene que cuidar de los consumidores. “Existe la Agencia Chilena para la Inocuidad Alimentaria (ACHIPIA) que está haciendo un programa integrado de manejo de plaguicidas a través de un monitoreo de los mismos. En este programa participa el SAG y el Ministerio de Salud. Han encontrado que las especies frutícolas de exportación en general no tienen problemas de residuos de plaguicidas. Pero que lo que se cultiva para el mercado interno excede los límites máximos de residuos”, advierte Patricia Estay.

NUEVOS REQUERIMIENTOS DE INOCUIDAD ALIMENTARIA

Uno de los grandes desafíos del sector hortícola es lograr un equilibrio entre el sistema de control fitosanitario -impuesto por el comercio nacional e internacional basado en el uso de plaguicidas-, y las exigencias de calidad e inocuidad de los alimentos, que implican exigencias crecientes para que contengan menos residuos.

El Ministerio de Salud fijó las tolerancias de límites máximos de residuos para muchas hortalizas. Utiliza la información del Codex Alimentario y en caso de no estar allí recurre a las normas de la Unión Europea y EE.UU., que son bastante más exigentes. Esto ha implicado que existan problemas en las hortalizas ya que con la nueva resolución exenta los límites máximos de residuos son más bajos y se transgrede más fácilmente la norma.

Chile cuenta con 2.300 ha de tomate bajo invernadero y no es ajeno a los riesgos de rechazos en el contexto del consumo nacional, toda vez que esta industria no sea capaz de cumplir con las expectativas de inocuidad que hoy están demandando los consumidores.

El rubro de las hortalizas no está ajeno a cumplir con los protocolos de fitosanidad e inocuidad alimentaria y hoy ya se está viendo que las cadenas de distribución de alimentos están imponiendo normas más rigurosas. Chile tiene que avanzar en esta materia.

plagas en tomate

Dinámica poblacional de adultos de la polilla del tomate, estados inmaduros y generaciones (EM 6. R. Alarcón. V región. Temp. 2011‐2012)

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