Perú busca su propia variedad élite de maracuyá
Con investigaciones en mejoramiento genético, propagación y nutrición, el INIA busca desarrollar una variedad peruana de maracuyá de alto rendimiento, resistente y adaptada a las demandas del mercado agroexportador.

En un esfuerzo conjunto entre el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) y la Asociación de Exportadores del Perú (ADEX), el país avanza hacia un objetivo ambicioso: desarrollar y liberar su propia variedad mejorada de maracuyá amarillo (Passiflora edulis f. flavicarpa), adaptada a las condiciones locales y a las exigencias del agroexportador. Así lo explica el Ing. Julio Cruz, coordinador nacional del proyecto PROFRUT, que es ejecutado por la Dirección de Desarrollo Tecnológico Agrario (DDTA) del INIA, quien lidera esta iniciativa con miras a obtener los primeros resultados concretos en un plazo mínimo de dos años.
“Maracuyá es nuestra fruta bandera”, afirma Cruz. “Estamos trabajando de manera integral en campo y laboratorio con la finalidad de obtener una variedad propia que sea liberada por el INIA a favor de los agricultores”.
Como parte de un convenio específico firmado entre el INIA y ADEX, los esfuerzos se han centrado en tres ejes fundamentales: mejoramiento genético, propagación de material promisor y capacitación técnica. En materia genética, el proyecto PROFRUT ha desplegado un paquete de investigaciones orientadas al desarrollo de nuevas líneas mediante biotecnología. Destaca entre ellas el uso de técnicas de cultivo in vitro de anteras para la obtención de dobles haploides, que permiten reducir drásticamente los tiempos tradicionales de mejoramiento para la obtención de líneas puras en este cultivo, pasando de ocho años a uno solo.
Identificación de accesiones promisorias
En paralelo, se han identificado accesiones promisorias de maracuyá que ya están siendo validadas en campo. Se han producido alrededor de 60 mil plantones, entregados a agricultores organizados por ADEX, con quienes ahora el INIA realizaran evaluaciones a lo largo de la costa norte y central, para validar la estabilidad y adaptabilidad del material genético promisorio. Las características deseadas son claras: alto contenido de °Brix, elevado rendimiento en pulpa y jugo, aroma típico de la fruta amarilla, mayor cantidad de pulpa por fruta, y una cáscara no muy gruesa que permita optimizar los rendimientos para la industria.
“En estos momentos no es parte de los objetivos trabajar con pasifloras como la maracuyá morada o roja que se cultiva en Asia. En Perú, el objetivo es el maracuyá amarillo, y buscamos accesiones que superen el promedio de producción nacional de 25 toneladas por hectárea. Incluso aspiramos a pasar las 35 toneladas”, señala Cruz.
Importación de material genético y virus
Uno de los mayores desafíos ha sido el ingreso no controlado de material genético de origen colombiano, que, según Cruz, ha provocado una baja en la calidad del fruto y un aumento preocupante en la incidencia de enfermedades. “Se ha introducido virus por material genético y/o agentes transmisores de manera involuntaria. Nunca se había reportado en el país más de cuatro especies de virus (Cucumber mosaic virus, Maracuja mosaic virus, Soybean mosaic virus, Passiflora latent virus), y ahora se ha identificado al menos cuatro confirmadas mediante un análisis metagenómico (basado en estudios de RNA). Esto ha sido consecuencia de introducir semillas y/o material vegetal de manera informal.
A nivel internacional, Brasil lidera la producción mundial de maracuyá, concentrando el 70 % del volumen total. En Sudamérica, le siguen Colombia, Perú y Ecuador, y en otras regiones, países como México, Australia, Zimbabue y Kenia (MIDAGRI, 2020). En el caso peruano, el cultivo se concentra en cinco departamentos de la costa norte y centro —Lima, La Libertad, Lambayeque, Áncash y Piura— que en conjunto representan el 96 % de la producción nacional (MIDAGRI, 2022).
El aumento de la demanda, tanto en la agroindustria como en el consumo interno, ha llevado a la expansión de las áreas cultivadas en los últimos años. Según Renzo Gómez Moreno, vocero de la Mesa de Frutas para la Industria de ADEX, el mayor volumen actual se destina a abastecer a la agroindustria, que acopia frutos frescos para procesarlos y exportarlos como jugo, principalmente a los Países Bajos y Estados Unidos. En este contexto, uno de los principales requisitos de calidad es el contenido de sólidos solubles totales, medidos en grados Brix.
Curvas de absorción de nutrientes y otras investigaciones en marcha
Desde el punto de vista técnico, el proyecto PROFRUT también está desarrollando curvas de absorción de nutrientes para el cultivo de maracuyá (macro y micronutrientes), una herramienta clave para planificar la fertilización adecuada; usando el fertirriego de manera eficiente, reduciendo excesos, costos y riesgos de contaminación de suelos y agua.
A ello, se suma un conjunto de investigaciones sobre propagación, portainjertos, polinización y nutrición (hierro y zinc), que se ejecutan en las estaciones experimentales agrarias (EEA) como Donoso, Virú y La Molina.
El tercer pilar de esta colaboración entre INIA con ADEX, es la capacitación. Los profesionales especializados en el cultivo de maracuyá, vienen brindando información directa en campo a productores, en temas que abarcan desde la sanidad, y un manejo agronómico integral del cultivo. “Nosotros (INIA) capacitamos, que es diferente a la asistencia técnica. ADEX convoca a sus agremiados y nosotros vamos al campo con nuestros especialistas. Esa es la forma en que buscamos elevar la rentabilidad del cultivo”, comenta Cruz.
Con una estrategia que combina ciencia, transferencia tecnológica y articulación con el sector privado, el Perú se propone no solo defender su liderazgo en maracuyá, sino elevar el estándar del cultivo con una genética propia, adaptada y resiliente, según Cruz.
Parte de las iniciativas de PROFRUT en maracuyá:
- Propagación de plantines:
Bajo el convenio INIA – ADEX, se ha propagado 60.000 plantines de tres accesiones promisorias de maracuyá.
- Transferencia de tecnología:
Se están desarrollando 20 experimentos de maracuyá en diferentes regiones de Perú, con el objetivo de fortalecer la transferencia de tecnología a los productores, según INIA.
- Mejoramiento genético:
Se están realizando investigaciones complementarias en campo y laboratorio para el mejoramiento genético del cultivo de maracuyá.
- Investigación y desarrollo:
Se están desarrollando investigaciones en paralelo para mejorar la calidad de la fruta, incluyendo el estudio de los parámetros que definen la calidad y manejo agronómico del cultivo.
- Apoyo a los productores:
El proyecto PROFRUT también busca fortalecer la cadena productiva de maracuyá, brindando apoyo a los productores a través de capacitaciones y transferencia de tecnología, según el MIDAGRI.