Durante la última década, la industria frutícola chilena ha podido constatar cómo el acceso a la genética se transformó en un factor determinante en la competitividad del negocio. Y en Chile son pocas las empresas que se dedican de forma exclusiva al desarrollo de nuevas variedades. Entre ellos, ANA Chile® se ha posicionado como uno de los principales proveedores de variedades de frutales y, a su vez, en una voz cada vez más activa en la defensa de propiedad intelectual.

Conversamos con Andrés Valdivieso, gerente comercial de ANA Chile®, para conocer su visión respecto del desarrollo de la genética de variedades frutales en Chile.

-¿Cuál ha sido la evolución del desarrollo varietal en los últimos años?

-Las cosas han cambiado rápidamente en nuestro país. Por un lado, la cantidad de programas genéticos disponibles se ha multiplicado. Por otra parte, observamos como una tendencia positiva la inclusión de un mayor número de empresas en el desarrollo de los programas, en contraste con las primeras experiencias, años atrás, donde solo se licenciaba a unas pocas exportadoras. Junto con eso, hemos sido pioneros en desarrollar modelos donde los productores son directamente licenciados, dándoles la libertad de decidir con qué exportadoras comercializar su fruta. Este es un cambio muy relevante para los productores, que permite a empresas productoras pequeñas y medianas hacer su negocio más vertical, integrando a su paleta nuevas variedades.

-¿Cómo han actuado las empresas frente a la expansión de la oferta genética?

-Una gran mayoría de las empresas ha entendido que la nueva genética aporta competitividad y, por eso, se han ido involucrando rápidamente, dedicando más tiempo y recursos a conocer de cerca la oferta varietal en etapas tempranas, sobre todo haciendo un seguimiento que les permita tomar decisiones oportunas y tener ventajas comerciales.

-¿Qué ha significado para ustedes abrir las variedades a una mayor cantidad de participantes?

-Ha sido un desafío muy importante. Hemos avanzado mucho en la apertura varietal a más actores, asumiendo un cierto nivel de riesgo al ofrecer nuevos productos a una base productiva más amplia, haciendo nuestros mayores esfuerzos por transmitir la experiencia y el conocimiento técnico adquirido en los años de evaluación y de trabajo con asesores externos, para que los resultados productivos y comerciales de estas variedades sean exitosos. Pero también constatamos que el escenario actual de respeto a la propiedad intelectual no está suficientemente desarrollado en el país. Creemos que, para continuar con esta mayor apertura, las empresas deben tomar un mayor grado de responsabilidad y consciencia sobre los derechos asociados a las variedades. Sin asumir esa responsabilidad, se hace difícil avanzar. Debiera ser parte natural del proceso de madurez de nuestra industria.

EXPLOTACIÓN RESPONSABLE DE VARIEDADES PROTEGIDAS

-Ustedes están haciendo campañas para concientizar a la industria sobre la explotación responsable de variedades protegidas. ¿Como surge esta idea?

-Llevamos bastante tiempo intentando generar conciencia, y la intensificamos notablemente a partir del 2021, año que creamos al interior de ANA Chile® el Departamento de Normalización y Vigilancia. La necesidad provino de la experiencia que tuvimos en el proceso de regularización de casi un millón de plantas de manzanos de las variedades Rosy Glow cv. y Lady in Red cv., que se encontraban plantadas sin licencia en Chile. Fue algo muy impactante, que nos remeció y nos llevó a tomar acciones más concretas e integradas. Entendimos que no bastaba solo con perseguir a los productores con plantaciones ilegales, sino que debíamos realizar campañas comunicacionales más educativas sobre el tema.

-Pero la vigilancia de plantaciones ilegales no es algo nuevo en la gestión de los administradores de variedades.

-Efectivamente. La vigilancia de posibles viveros infractores y de huertos ilegales siempre ha sido parte de nuestra actividad. Los administradores de variedades tenemos una gran responsabilidad con los obtentores y licenciantes, quienes son los creadores de las variedades y que confían en nuestra gestión para desarrollarlas. Desde sus inicios, ANA Chile® ha estado monitoreando para desincentivar la propagación ilegal, pero lo hacíamos a través de esfuerzos puntuales y aislados. Con el incremento de la oferta varietal y, sobre todo, al ampliar los modelos de desarrollo a más actores, fuimos entendiendo que necesitábamos crear algo más estructural para poder controlar, un departamento interno de la empresa que estuviera a cargo, que también abordara el tema en forma preventiva y con mirada de largo plazo, desde la toma de conciencia de los productores.

LA IMPORTANCIA DE RESPETAR LA PROPIEDAD INTELECTUAL

-¿Cuál es el mensaje principal de este esfuerzo?

-Necesitamos sensibilizar a los productores y exportadores sobre la importancia de respetar la propiedad intelectual y desincentivar la propagación y producción ilegal de variedades protegidas. Esta es una campaña con un enfoque informativo y preventivo, porque hay conceptos que la industria aún no ha interiorizado del todo y que debemos reforzar para que el cobro de royalty haga sentido. El desarrollo genético de una nueva variedad puede demorar entre 10 a 15 años, y tras cada una de ellas, existe un enorme trabajo de genetistas y desarrolladores, así como una importante inversión de capital y tiempo. Es por eso que las variedades se protegen antes de abrirlas al mercado. Junto con una activa vigilancia en terreno, la creación de estas campañas de difusión es una buena herramienta para transmitir estos conceptos a los productores y así desincentivar las malas prácticas. Por otra parte, también es importante reconocer que existe una gran cantidad de productores que cumplen correctamente las normas, y que se ven afectados por la ilegalidad de terceros. En nuestros mensajes destacamos que el producir fruta a partir de plantas ilegales es una competencia desleal, y va en detrimento de aquellos productores que sí respetan la propiedad intelectual. 

Durante los últimos tres años hemos identificado y posteriormente arrancados huertos establecidos con plantas ilegales en las regiones de O´Higgins y del Maule.  Para muchos fue muy impactante

Andrés Valdivieso, gerente comercial ANA Chile®.

-¿A través de qué medios están difundiendo esta campaña?

-Hemos ido de menos a más. Iniciamos nuestro plan de difusión en medios escritos nacionales y en nuestra página web. Decidimos publicar anuncios impresos en revistas especializadas y también en medios digitales, que han sido de gran ayuda para llegar a un público más amplio. Luego, quisimos extender nuestro alcance y comunicar a través de medios que fueran de más fácil acceso para los agricultores, implementando mensajes radiales varias veces al día en ciertos momentos del año. También hemos incorporado videos educativos especialmente creados para apoyar la campaña, y nuestro boletín informativo de noticias se difunde a través de mailing, que alcanza a una amplia base de datos con diversos actores de la industria.

-¿Qué resultados han visto de todas estas acciones?

-Esto está recién partiendo y el impacto en los cambios culturales que estamos empujando normalmente se puede evaluar mejor en el largo plazo. Hasta ahora hemos podido medir el alcance de nuestras campañas en los medios escritos y digitales, mediante estadísticas internas y estimaciones ‘IPSOS’ que ofrecen estos medios. También intentamos evaluar los resultados directamente escuchando a la industria, preguntando la opinión de productores, exportadoras, viveros, organismos reguladores, haciendo breves encuestas sobre distintos temas, y vemos donde podemos mejorar para que los mensajes que queremos dar sean más simples y fáciles de entender, y que nuestros modelos de desarrollo varietal vayan alineados con la realidad del negocio. De todas maneras, con el trabajo de vigilancia y georreferenciación de huertos hemos percibido una buena recepción y cambios positivos de parte de una gran mayoría de productores. En paralelo, hemos trabajado fuertemente para mejorar nuestras plataformas digitales, que permitan a los productores hacer sus declaraciones de plantación y producción de manera más fácil. Por otra parte, durante los últimos tres años hemos identificado y posteriormente arrancados huertos establecidos con plantas ilegales en las regiones de O´Higgins y del Maule.  Para muchos fue muy impactante, tanto así que la noticia publicada por ANA Chile® fue replicada en medios internacionales de la Comunidad Europea, Australia, Argentina y Perú. También se destruyeron miles de plantas creciendo en un vivero chileno y se ha llegado a acuerdos que consideran el pago de importantes multas con una cantidad no menor de productores, los que lamentablemente aún no interiorizan lo que significa la propiedad intelectual. Estas son señales muy potentes hacia la industria nacional, pero también hacia afuera de Chile, porque intentamos mostrar a los obtentores que somos un país donde sus variedades se pueden explotar y lograr, de una u otra forma, los réditos que esperan por sus años de trabajo creando variedades. Como resultado de toda esta actividad, estamos también aprendiendo respecto de la visión de quienes ya han asumido el rol que tienen las nuevas variedades y la importancia del respeto a la propiedad intelectual, como también de quienes hasta el día de hoy se resisten al cambio y aún no están preparados para esta etapa del comercio internacional de las variedades y de su fruta.

-¿Cuál es la importancia de concientizar al mundo frutícola sobre este tema?

-Por sus condiciones naturales y de contra estación, Chile es un referente de la fruticultura a nivel mundial y tenemos que cuidar esa posición de liderazgo y credibilidad. Para eso cada parte de la cadena debe poner de su parte. Por ejemplo, las exportadoras de fruta desempeñan un rol fundamental, ya que pueden actuar como un filtro en la comercialización de fruta proveniente de huertos de plantaciones ilegales, y así evitar que estas prácticas continúen. Lo mismo ocurre con la acción de los organismos reguladores por sobre los viveros que propagan ilegalmente; o en requerir que las variedades sean exportadas del país bajo los nombres reales con los que están protegidas.

-¿Chile está preparado para estos cambios?

-Vamos por buen camino, pero nos falta todavía. Este es un tema que llegó para quedarse y tenemos que dar el salto de madurez que necesitamos. Es fundamental que la industria tome conciencia para continuar siendo un país confiable y poder seguir trayendo nueva genética que nos permita competir. Por otra parte, hay que estar mirando qué pasa en los países donde se vende nuestra fruta, porque este es un asunto global; los recibidores y supermercados también están generando estándares más altos al comprar la fruta, y uno de esos parámetros es el respeto a la propiedad intelectual. En consecuencia, no se trata solo de desincentivar e inhibir a los infractores; más bien se trata de generar un cambio cultural en la industria. Ese es nuestro mayor desafío.