Reportajes . ...

Comparte

Efectos de suelos de alta compactación y las vías para revertir esa condición

Modificación de suelos evitó una debacle en arándanos

El trabajo de años de la empresa Los Alerces y una importante inversión en arándanos de la nueva genética parecían estar yéndose por la borda. Sin embargo, la revisión técnica del manejo agronómico y los datos climáticos no mostraban anomalías importantes. ¿Qué estaba pasando? El problema se hallaba oculto bajo tierra: una fuerte compactación de suelos arenosos en la zona de Los Ángeles hacia la cordillera. Las dificultades con el suelo son una de las causas más comunes de que los arándanos y otros frutales no alcancen su potencial rendimiento, afirma el asesor Fernando Diez.

21 de Diciembre 2021 Equipo Redagrícola
Modificación de suelos evitó una debacle en arándanos

El asesor internacional y fisionutricionista Fernando Diez sostiene que, tanto en arándano como otras especies frutales, la falta de un análisis acucioso de las condiciones del suelo es una de las razones más comunes por las cuales no se llega a un buen estado productivo ni a una alta proporción de embalaje de calidad exportable, pese a realizar importantes inversiones para el establecimiento.

Fernando Diez: “hay que pensar en alta densidad”.

En la provincia de Biobío, por ejemplo, las series de suelos Antuco, Chacayal, Collipulli, Negrete y otras, reflejan a pocos kilómetros de distancia una gran variabilidad de texturas y condiciones fisicoquímicas.

Junto al especialista, Redagrícola visitó el predio de la empresa Los Alerces, a pocos kilómetros de Los Ángeles, donde debieron enfrentar justamente un problema de este tipo.

Pedro Pablo Fernández, administrador del campo, indica que durante años se ha ido realizando un esfuerzo para el reemplazo de cultivos anuales por huertos frutícolas. Actualmente el 100% de la superficie se encuentra plantada o preparada para la plantación. En total se llegará a 130 ha de arándano y 40 ha de cerezo. Además Los Alerces adquirió en noviembre de 2020 otro campo en Cauquenes, con arándanos y viñas de producción orgánica, también a cargo de Fernández.

EL VOLUMEN DE LAS RAÍCES NO SE CONDECÍA CON LA EDAD DEL CULTIVO

Una de las decisiones que se tomaron en arándano fue la incorporación de genética nueva, lo cual implica una apuesta fuerte por el costo de las plantas y el pago de royalties.

Aunque el tratamiento agronómico, el riego y la nutrición cumplieron todas las recomendaciones técnicas, las plantas ya a los dos años de establecidas mostraban un desarrollo muy alejado del potencial esperable. El problema estaba en el suelo.

Fernando Diez (FD): La gente de la zona corrientemente piensa que la presencia de cenizas volcánicas garantiza un contenido elevado de materia orgánica. Esto es efectivo, no obstante se trata de cenizas volcánicas nuevas mezcladas con arenas andesítico-basálticas, que no entregan lo necesario para el cultivo. Por otra parte, el factor más limitante corresponde a la compactación, lo que puede sorprender en arenas, pero que se ve facilitada por un contenido del orden de 10-15% de arcillas y 20-25% de limos. Eso dificulta enormemente el crecimiento radicular y, en efecto, cuando me invitaron a visitar el predio en 2018, encontramos que el volumen de raíces no se condecía con la edad del cultivo.

Se hicieron calicatas en todos los sectores para caracterizar con exactitud los diferentes perfiles de suelo del campo. Frente a la emergencia, se estableció una estrategia con una parte mecánica y una parte química. Como medida de efecto inmediato, se empezó a flocular los suelos para ganar aireación y luego apoyar a la planta mediante inductores de crecimiento radical.

Recuperación de raíces en la variedad Cargo.

El asesor estima que parte de la problemática se origina en la sensibilidad de muchas de las nuevas variedades ante complejidades de la relación agua-aire en el suelo, generalmente asociadas a una macroporosidad y drenaje interno deficientes.

FD: En el predio de Los Ángeles se plantó con una preparación de suelos “normal” –indica Diez–, la cual, por bien hecha que esté, en situaciones como esta a los 4 o 5 años comienza a retornar a la condición original. El suelo tiene “memoria”, por sus cargas eléctricas, por sus grados texturales, por la erosión, por los vientos; busca volver a donde tú lo tomaste.

LA FÓRMULA DE LA SOLUCIÓN SE ENCONTRABA EN LA HUMILDE CASCARILLA DE ARROZ

La propuesta técnica para el largo plazo, pensando en garantizar de la forma más económica posible un horizonte productivo de 10 a 12 años, fue recurrir a la cascarilla de arroz. Por su contenido de celulosa, hemicelulosa y lignina, al principio resulta hidrofóbica, pero poco a poco va aumentando su retención de humedad hasta un grado muy interesante para el riego en arenas.

FD: El uso común de cascarilla llega a 200 y hasta 300 m3/ha como máximo. Pensando en reparar hasta una profundidad de al menos 50 cm, eso era nada, por lo tanto recomendé una cantidad muy superior, de 700 a 1.000m3.

El procedimiento debe efectuarse de manera muy cuidadosa, porque el capotillo no resulta fácil de distribuir uniformemente.

Pedro Pablo Fernández (PF): Se va haciendo por capas, se aplica el capotillo y se incorpora; después se aplica nuevamente y se vuelve a incorporar, así sucesivamente. El proceso incluye varios rastrajes y garreo para que vaya bajando, de lo contrario se forma una especie de colchón arriba y el material no penetra. Meter un arado y simplemente darlo vuelta no sirve, porque se forma una capa concentrada de cascarilla y el resultado es peor que lo que se deseaba reparar. Una vez completada esa primera parte, se forma un camellón con el material de las entrehileras.

La operación puede ser más o menos rápida, dependiendo de la disponibilidad de maquinaria y la superficie a tratar, pero en ningún caso conviene correr contra el tiempo. Una buena distribución no es fácil, pues se ocupa mucho volumen de cascarilla de arroz, cuesta hacer una integración homogénea, y las aglomeraciones de capotillo son fatales ya que generan una humedad desuniforme en el perfil, advierte Diez.

A la izquierda, terrón de suelo compactado; a la derecha, suelo reparado con el uso de capotillo.

Aunque el producto es barato, afirman los entrevistados, hay un costo mayor de transporte, dependiente de la distancia desde donde se lleva al predio. En el caso de Los Alerces el valor fue del orden de $3.500/m3 y se usó en 40 ha. Sumando el laboreo y uso de maquinaria, Pedro Pablo Fernández estima que la cifra total se aproximó a los $4.000.000/ha. “Arreglar un suelo ya plantado es mucho más caro”, agrega.

A la izquierda, raíces en suelo compactado, a la derecha, raíces con gran cantidad de raicillas finas en un suelo reparado.

SI LA SITUACIÓN ES MUY CRÍTICA NO HAY MÁS REMEDIO QUE LEVANTAR EL HUERTO

–¿Cuál fue la metodología con los huertos ya establecidos? 

FD: Sobre cierto nivel de resistencia del suelo medida con un penetrómetro, no queda más remedio que levantar el huerto. Eso hubo que hacerlo en algunas partes del predio, se asumió la pérdida de material genético de buena calidad. Bajo ese nivel se realiza un floculado químico con el fin de disgregar las compactaciones, para lo cual hay una amplia oferta de productos en el mercado, basados en ácidos orgánicos o en calcio, por ejemplo. Una vez abierto el camino por la floculación, empleo ácidos húmicos, que van realizando un trabajo seguro aunque no inmediato. En la siguiente etapa se comprueba la penetración y las macroporosidades, la parte física y de aireación del suelo. Si los datos son positivos, se programa el ingreso de un enraizante. También se efectuó una labor mecánica con rotura de suelos usando implementos que trabajan por debajo del pan radicular.

PF: Se hizo un subsolado pasando un pie, una especie de aleta, a 50 cm de profundidad bajo la hilera, lo que exigió el uso de un tractor potente. En cuanto a los productos aplicados, hay que considerar que no son tratamientos definitivos, deben repetirse cada ciertos años.

Pedro Pablo Fernández: “arreglar un suelo ya plantado es mucho más caro”.

–¿Cuál fue el resultado? 

FD: Extraordinario Toda esa cantidad de raíces y oxigenación no la teníamos hace un año. Eran huertos tremendamente desuniformes; hoy aprecias el crecimiento, el diámetro de las ramillas, eso ya habla de la calidad frutal.

PF: En Top Shelf, por ejemplo, en el sector más complicado del campo, pasamos de 2 t/ha en la temporada anterior a 5 t/ha en el último año. Blue Ribbon dio 8 a 9 t/ha y este año proyectamos 12-14 t/ha.

FD: Si hubiéramos partido con un suelo totalmente reparado ya estaríamos en 18 toneladas/ha.

INVERSIÓN PLENAMENTE JUSTIFICADA PARA OBTENER RESULTADOS COMPETITIVOS

–¿Hasta dónde se justifican las inversiones en el escenario actual del arándano? 

FD: Se han abierto muchas zonas de cultivo en el mundo –constata el asesor– y por lo tanto se avizora una gran oferta de esta fruta así como una desaparición de las ventanas comerciales más interesantes. Al inversionista en Chile, que proyecta un negocio para 20 años, lo único que lo va a defender o a maximizar la utilidad es el rendimiento en términos de fruta fresca exportada. Ya hoy el gran filtro de la comercialización internacional corresponde a la calidad y condición de los arándanos. Nos encontramos en este proceso 2.0 cambiando variedades, preparando un nuevo tipo de suelos y manejando altas densidades de plantación. Zonas como Biobío están teniendo un segundo aire si hacen las cosas bien. Yo considero que debemos hacer huertos de alto rendimiento para los próximos 15 a 20 años.

–¿Apuntando a qué niveles productivos? 

–De 25 toneladas por hectárea o más; aquí ya hemos levantado huertos de 28 t/ha. Y apuntar a un mínimo de 80% exportable en unidades de superficies grandes, como esta, en que el requerimiento de mano de obra puede llegar a 500 personas. En cultivo en macetas en el norte embalamos sobre el 95%, sin embargo hablamos de 5, 10, 15 ha, donde resulta fácil retirar los arándanos en su punto óptimo de cosecha.

Para una producción de 20.000 kg/ha/año durante 10 años, el costo de una enmienda como la efectuada por Los Alerces no pasaría de 3 centavos/kg. “Un coste que puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso del proyecto”, enfatiza Diez.

También se intervino el suelo en Brigitta en alta densidad. El rendimiento llegó a 28 t/ha.

ANTE EXIGENCIAS DE CALIDAD MAYORES HAY QUE PENSAR EN ALTA DENSIDAD

Si se tiene la disponibilidad de recursos, hay que pensar en alta densidad, plantea Diez. A 0,5 m de distancia, solo en compra de plantas, la inversión de Los Alerces es del orden de US$30.000/ha en variedades con royalty o de US$17.000/ha en variedades liberadas.

FD: Ante exigencias de calidad mayores, con más plantas tengo la posibilidad de reducir el número de yemas o frutos por cada una, sin disminuir el rendimiento por hectárea. Por ejemplo, en vez de 4 kilos/planta puedo sacar 3,5 kg, lo que tiene un tremendo impacto en la calidad del arándano. Esto, a mi juicio es más importante que el beneficio adicional de lograr un rápido pay-back.

–¿Qué se puede decir en términos nutricionales? 

FD: En esta zona lo suelos comúnmente presentan niveles muy bajos de cationes como calcio, magnesio o potasio, lo que se soluciona con el programa de fertilización. Por otro lado, de manera frecuente se adiciona materia orgánica lábil, ácidos húmicos y fúlvicos, que mejoran la capacidad de intercambio catiónico, CIC, muy baja en arenas, y la retención de elementos para que no se lixivien. Estos insumos apuntan más bien a la química de suelos, pero el gran tema es la existencia de limitaciones físicas, en que terminamos hablando de mala calidad, bajos rendimientos.

Todas las últimas plantaciones, señala Pedro Pablo Fernández, se han hecho en alta densidad:

PF: Inicialmente, siguiendo las recomendaciones de los mismos viveros, se establecieron las plantas a mayores distancias. No obstante nos fuimos dando cuenta de que perfectamente podíamos plantar a 0,7 m sobre la hilera. Terminamos probando a 0,5 x 3, que es la distancia a la cual estamos plantando actualmente: 6.666 plantas/ha, asumiendo el mayor costo.

La distancia de plantación varía según las características de la variedad, precisa Fernando Diez, por ejemplo si son más o menos arbustivas.

FD: También tenemos cuarteles a 0,6 m. Pero, por poner un caso, aquí la Cargo sencillamente fue mal plantada.

PF: Imagínate, se puso casi la mitad de plantas, 3.470/ha, a 3,2 x 0,9 ,teniendo una arquitectura completamente erecta.

–¿La alta densidad tiene algunos desafíos de manejo que considerar? 

FD: Por supuesto tiene complejidades. Por ejemplo, hay que asegurar la aplicación, porque la densidad hace que se formen microambientes de más humedad entre las plantas. Eso es solucionable mediante una poda que deje pasar las corrientes de aire.

CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE VARIEDADES

–¿Cómo eligieron aquí su paleta varietal? 

FD: Se consideró la curva de producción, de modo de tener la posibilidad de abordarla con la masa crítica de mano de obra que puede lograr este campo. Se debe garantizar la capacidad de cosechar bien. La ocurrencia de un peak de cosecha de 50.000 kg/día cuando eres capaz de sacar solo 30.000 sería un desastre. También se analizó en términos comerciales: acá movernos hacia enero resulta más atractivo que concentrar en diciembre; las cosechas más tardías logran mayor beneficio. Adicionalmente se considera la singularidad de la fruta en aspectos como tamaño, concentración de la producción, firmeza… De acuerdo a eso se juega con las densidades. A una variedad menos firme, por supuesto le tengo que pedir menos kilos por planta, o sea aplicar mayor densidad; con una variedad más poderosa, más firme, que soporta mayor tiempo en planta, se puede estirar un poco el marco de plantación apuntando a más kg/planta.

PF: Hoy la cosecha comienza con Duke, alrededor del 1 de diciembre; sigue Blue Ribbon una semana después, y unos 4 días más tarde Top Shelf. En torno al 20 de diciembre parte Brigitta, y el 25, Cargo. Vamos fuerte con esas dos variedades la primera quincena de enero, luego entra Brightwell y finalmente O’chlockonee durante todo febrero para IQF.

–¿Conviene producir destinada a congelado? 

FD: Cuando se trabaja para generar fruta de buena calidad en vez de tratar de vender material de descarte, el mercado IQF lo reconoce con precios más atractivos. Hay que trabajar programas acordes a este objetivo, los cuales son más económicos que los de exportación en fresco y complementarios en la amortización de la infraestructura productiva de la superficie total de arándanos.

PF: Y el costo de cosecha mecanizada es mínimo.

Plantas de menos de un año establecidas en un suelo ya reparado, las raíces muestran un desarrollo incluso superior a huertos que ya tienen 3-4 años.

CHILE TODAVÍA GOZA DE UNA BUENA APRECIACIÓN DE SU ARÁNDANO

Si bien hay un recambio varietal con las ya mencionadas Blue Ribbon, Cargo y Top Shelf, continúan plantando Duke, considerada una opción interesante en el inicio de la recolección. Lo más nuevo corresponde a 0,8 ha de prueba de la variedad Luna, de Fall Creek, en fase de establecimiento, que produciría desde mediados de enero en adelante.

FD: Nosotros no hacemos testeos con 100 o 200 plantas, porque el dato resultante puede ser muy erróneo y el negocio no está para eso. Por el tamaño de esta empresa preferimos efectuar un plot de una superficie que pueda someterse a la realidad agronómica como huerto, es la única manera de obtener datos duros en estos suelos.

La última temporada cerró con US$1,35/kg IQF para Los alerces, llegando a un momento peak de US$1,52 por calidad. El retorno por el arándano fresco de exportación se situó en torno a US$3/kg. La calidad y el volumen de Los Alerces le facilitan la estrategia comercial con distintas exportadoras, indica Diez, y hacen que sus liquidaciones se ubiquen sobre la media.

–¿La fruta chilena es competitiva? 

FD: Cuando uno viaja afuera se nota que todavía gozamos de una buena apreciación de nuestro arándano. Y Biobío es una zona intermedia interesante, donde se consigue una buena condición final cuando se hacen bien las cosas. Fruta bien terminada con las características chilenas de buen azúcar, un gusto que les encanta afuera, hace que muchas veces sea esperada. En Europa, por ejemplo, no sé si van a poder ir a vender más Biloxi.

FD: Blue Ribbon es una variedad chequeada por las exportadoras, los recibidores, el comercio. Gusta. Y ya se conoce bastante sobre su comportamiento. Cuando se tomó la decisión de crecer se hizo sobre algo probado. Top Shelf presenta muy buenas características organolépticas cuando se llega bien al punto de cosecha, y tiene mejor peso promedio que Blue Ribbon. Pero hay que trabajarla más porque cuando se cosecha en condición madura o levemente sobremadura los arribos no son lo que debieran. Cargo es una buena fruta, aunque de calibre medio y hay que ver la forma de aumentarlo. Pienso que Luna puede ser una interesante alternativa y también queremos probar Loreto.

–Todas son variedades de Fall Creeck, ¿hay algún compromiso con esa línea genética? 

FD: No, se eligieron esas variedades porque se pueden exportar libremente. A Los Alerces le gusta tomar las decisiones comerciales en forma independiente, por eso no se casa con una exportadora o un grupo genético que imponga una relación de dependencia en la venta. Por ejemplo, las variedades MBO, Mountain Blue Orchard, o las de OZblu, Driscoll’s y Hortifrut, e incluso algunas variedades premium de Fall Creek, exigen salir a través de quien tiene la patente de comercialización o imponen condiciones especiales.

En cualquier caso, reitera el asesor, el uso de alta densidad en genética 2.0 es un riesgo demasiado alto si no se tiene la seguridad de un suelo adecuado para lograr los flujos productivos de los próximos 15 años.

Suscríbete a nuestro

Newsletter

newsletter

Lo Más Leído

Select your currency

NEWSLETTER

Gracias por registrar tu correo

Registrate

* indicates required
Newsletters