Mitigación del daño por estrés salino en paltos Hass
Uno de los estreses con los que se está enfrentando la fruticultura chilena, con más frecuencia, es la sequía y la salinidad, sobre todo en la zona centro y centro norte del país. La aplicación de extractos de algas, a base de Ascophyllum nodosum, en plantas bajo situación de estrés, ha demostrado estimular diferentes genes asociados a la tolerancia a condiciones abióticas desfavorables para las plantas.
El presente estudio tuvo como objetivo evaluar el efecto de la aplicación vía riego de Acadian, como fuente de Ascophyllum nodosum, en la respuesta vegetativa y productiva en paltos ‘Hass’ afectados por salinidad y su efecto en las propiedades físicas y biológicas del suelo. Para ello se trabajo, durante la temporada 2019 – 2021, en huerto adulto de palto Hass injertados sobre Mexícola, a una distancia de 5x2m, bajo condiciones de salinidad en la localidad de Santo Domingo, región de Valparaíso. En la Figura 1 se muestra el lugar de estudio y los dos cuarteles escogidos; uno con Acadian (con aplicaciones mensuales de 4 L/ha) y el otro como testigo.
ANTECEDENTES EN EL ESTABLECIMIENTO DEL ENSAYO
Dado que el experimento no contó con un diseño experimental convencional y, por lo tanto, podía existir algún sesgo en la respuesta de los tratamientos, debido a la ubicación espacial de sus repeticiones, previo al establecimiento de los tratamientos, se realizó un análisis de la variabilidad espacial y temporal del vigor en el campo completo y se seleccionaron dos cuarteles homogéneos entre sí (7 ha cada uno). Se utilizaron cinco imágenes satelitales de la temporada previa al establecimiento del ensayo, es decir 2018/19. Las fechas evaluadas para realizar este diagnóstico fueron 15 y 30 de diciembre de 2018, 13 de febrero, 5 de marzo y 14 de abril de 2019, momentos en que el área foliar estaba completamente desarrollada, las cuales se procesaron para obtener el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada Verde o GNDVI (figuras 2 y 3). El GNDVI estima la fracción de radiación fotosintéticamente activa (PARi), que es interceptada por la vegetación y la intensidad del color verde de la vegetación, y su uso, permitiendo una mayor sensibilidad en huertos con copas más densas y a los contenidos de clorofila (Gitelson et al., 1996), y ha sido un buen indicador del vigor en paltos (Beyá-Marshall et al., 2020).
De esta manera, en la figura 3 se observa la variabilidad del vigor en los cuarteles seleccionados; se puede apreciar que al inicio de la temporada los valores fueron cercanos a 0,60, mientras que al fin del verano alcanzaron valores de hasta 0,82 en ambos cuarteles. Al clasificar por vigor, ambos cuarteles presentaron 2 zonificaciones, siendo la de mayor superficie la de valores de GNDVI promedio de 0,72. Así, en septiembre de 2019, se seleccionaron 16 árboles (8 para cada cuartel) sanos y homogéneos entre sí, en cuanto a tamaño de copa, número de ramas (3 a 5) y nivel de floración, cuando las panículas se encontraban en estado de “panícula expuesta” (514 BBCH). Una vez seleccionados los árboles (figuras 1 y 3 con puntos rojos), se georreferenciaron para extraer el valor de vigor del área en la cual se encontraban, con el objetivo de evaluar si existían diferencias en vigor entre tratamientos, de manera de poder conocer de antemano y además de confirmar, si existía algún sesgo en la disposición de las plantas seleccionadas en cada tratamiento que pudiese tener un efecto en la respuesta de ellos. Los resultados muestran que, a priori, no existieron diferencias significativas de vigor entre los tratamientos (figura 2), por lo que las posibles variaciones de rendimiento y/o calidad de la fruta, producto de los tratamientos a imponer, fueron estadísticamente representativas, dado que se consideró la dependencia espacial presente en el cuartel y el nivel de floración.
Se aplicó mensualmente 4 l/ha de Acadian (Ascophyllum nodosum), desde octubre de 2019 hasta abril de 2020 (en marzo 2020 no se aplicó); siendo en total 36 l/temporada. Este programa se repitió en 2020/21. Este tratamiento se contrastó con un testigo campo sin ninguna aplicación. Todas las aplicaciones se realizaron vía riego. En relación con las labores agronómicas, como riego, poda y fertilización, se sometió al manejo implementado por la empresa.
EVALUACIONES
En forma mensual, se tomaron muestras de agua para determinar variables de salinidad. Al momento de cosecha, 4 de diciembre de 2020, se contó el número de frutos y se determinó el peso total de la fruta por árbol. Todos los frutos por árbol se pesaron de forma individual para realizar la distribución de calibres. Esta distribución se realizó en base a los calibres de exportación para EE UU (caja de 11,2 kg neto), claisficándose 8 categorías de calibre (según rango de peso), desde precalibre hasta calibre 40, determinándose también el contenido materia seca a cosecha. Desafortunadamente, la segunda cosecha (diciembre 2021) no fue posible de realizar debido a intensas heladas que dañaron gran parte del cuartel, dejando los árboles prácticamente sin hojas. Las variables de número de frutos y kg de fruta por árbol, se uniformaron con el valor del Área de Sección Transversal de Tronco (cm2 ASTT) de cada árbol, valor tomado a 10 cm del suelo. Expresión vegetativa espacio temporal: Para comparar la variación espacio-temporal del vigor del cuartel tratado con el cuartel sin tratar, se utilizaron productos satelitales de reflectividad superficial de las plataformas satelitales Sentinel 2A y 2B, con una resolución espacial y temporal de 10 x 10 metros y 10 días, respectivamente, cada uno. De esta manera, se utilizaron imágenes disponibles desde diciembre de 2018 a noviembre 2020, las que, si bien poseen una resolución temporal de 10 días, no siempre es posible utilizar la totalidad de ellas, debido, principalmente, a las condiciones de nubosidad en que se encuentra la zona de estudio, al momento de pasar el satélite. Por lo anterior, se pudo recopilar un total de 5 imágenes de diagnóstico previo a la aplicación de tratamiento y 18 imágenes postratamiento. Se utilizó el GNDVI para estudiar la variación del estado de la vegetación, o vigor, en el tiempo y espacio. Este índice mejora la sensibilidad a la variación del contenido de clorofila en el cultivo, asociado a la cantidad de nitrógeno en el follaje, y es considerablemente más sensible a la variabilidad de la vegetación cuando la cobertura (LAI; índice de área foliar) es elevada. Los píxeles con valores mayores a 0,2 se asocian de manera directamente proporcional con el aumento progresivo de la cubierta vegetal (estado de desarrollo de las plantas) y la sanidad del cultivo. Propiedades físicas de suelo: Tras dos temporadas de aplicación, en octubre 2021, se realizó una evaluación de las condiciones físicas de suelo a través de calicatas distribuidas en el área experimental. Para ello, se describieron cualitativamente y se tomaron muestras disturbadas y no disturbadas por horizonte de suelo a distintas profundidades del perfil, evaluando textura, densidad aparente (Da), distribución de tamaño de poros y retención de agua, en laboratorio, según Sandoval et al. (2012). Mientras que, en terreno, se midió la resistencia a la penetración (RP), en condiciones de capacidad de campo, con un medidor de fuerza digital EXTECH según la metodología propuesta por Lowery et al. (2002). Los análisis de suelo para su caracterización física fueron realizados en el Laboratorio de Física de suelos de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile. Propiedades biológicas de suelo: Paralelo a la toma de muestras para análisis físico de suelo, se recolectaron 6 muestras superficiales (0-10 cm) de suelo por tratamiento, dentro del sector en el cual estaban ubicadas las unidades experimentales (árboles en seguimiento). En estas muestras se evaluó la distribución de la materia orgánica. La materia orgánica total (%) fue determinada por la metodología de calcinación (360°C por 16 horas, en muffla), primeramente, se determinó en el suelo sin tamizar, es decir, con contenidos de materiales sin descomponer, como hojas y raíces. En segundo lugar, se tamizó a 2 mm. Así, la materia orgánica de mayor tamaño fue removida, dejando una materia orgánica de suelo en intimo contacto con las partículas minerales actuando activamente en propiedades físicas, químicas y biológicas. La materia orgánica disuelta (MOD) del suelo se determinó mediante el método de extracción con K2SO4 (modificado de Vance et al., 1987). A su vez, se realizó un fraccionamiento de la materia orgánica, dado que el carbono del suelo no es una entidad uniforme, es importante la separación del carbono del suelo en dos fracciones funcionalmente diferentes, partículas y materia orgánica asociada a minerales (POM y MaOM, respectivamente). Esta separación permite una predicción más precisa de la vulnerabilidad del suelo a perturbaciones, como el cambio climático y para informar mejor los manejos del suelo. Para obtener estas fracciones se pesaron al aire 20 g de suelo seco, previamente tamizado a 2 mm; es decir, la materia orgánica y fracciones de suelos mayores fueron retiradas del análisis (raíces de mayor tamaño o materiales como hojas secas en proceso de descomposición). Luego, se tamizaron los suelos a 2 mm y a 45 µm (las fracciones inferiores a 53 µm se consideran materia orgánica digerida y expulsada por los microorganismos de suelo y las asociaciones órgano minerales).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La calidad del agua, durante el periodo de la temporada de mayor demanda hídrica se encontró siempre por sobre el rango límite para el cultivo del palto según bibliografía (figura 4). La conductividad eléctrica estuvo cercana a 2,0 dS/m y los cloruros entre 200 y 250 mg/L, siendo incluso limitante para portainjertos de paltos tolerantes a las sales, como lo son los de la raza antillana (Schaffer y Wiley, 2002). De esta manera, los paltos del ensayo estuvieron siempre bajo condiciones severas de salinidad.
En relación a la expresión vegetativa durante la temporada se observó que, en febrero de 2020, previo a la poda de verano realizada en el campo, los árboles tratados con Acadian presentaron mayor aumento del “vigor” del huerto (incremento del valor GNDVI), siendo estadísticamente significativo previo a la poda de verano (‘topping’). El efecto se perdió, prácticamente, durante 4 meses, periodo en el cual las hojas nuevas en crecimiento mantuvieron los árboles con similar valor de GNDVI y no se observó un incremento en este valor (figura 5). Sin embargo, una vez que las nuevas hojas, generadas después de la poda, fueron adultas, es decir, desde mediado de otoño y previo a cosecha, también se observó un mayor aumento del ‘vigor’ (incremento del valor GNDVI) con respecto con la situación inicial. Similar respuesta se observó en la segunda temporada de tratamiento. Hay que recordar, que en general, los cloruros se acumulan en las hojas durante toda la temporada, pero el daño se manifiesta a partir de enero o febrero en adelante, lo que coincide con la respuesta de GNDVI observada entre tratamientos (figura 5).
En términos productivos, no existieron diferencias significativas en la carga frutal (número de frutos por árbol) entre tratamientos (cuadro 1). Ello indica que no hubo mayor cuaja, pero esto era de esperar dado que la primera aplicación, recién coincidió con termino de floración e inicio de cuaja. Sin embargo, tanto el tamaño de frutos como la producción (kg de fruta por árbol) y productividad incrementaron en el tratamiento con Acadian; el cual generó un incrementó entre 7 a 11% en producción y tamaño de fruto, respectivamente.
Al momento del análisis, se uniformó por tamaño de árbol, al expresar la producción por kg de fruta por cm2 de área de sección transversal de tronco, y, a su vez, se tomó en cuenta el efecto de la carga frutal; es decir, se compararon los tratamientos a un mismo nivel de carga y tamaño de árbol, aspectos que no siempre son considerados en ensayos agronómicos pero que son relevantes a la hora de evaluar los efectos de los tratamientos impuestos. De hecho, en la figura 6, se puede observar como el tratamiento con Acadian presentó un desplazamiento de la curva de calibre del peso medio hacia calibres más grandes, la producción y la productividad en función de la carga frutal. Se observa una mayor respuesta de aumento de peso medio en niveles de carga bajos, indicando que aún con baja competencia de hidratos de carbono, al haber menos frutos (sumideros), existiría una limitante en la fuente, por lo que la condición de estrés salino, en la cual estaban sometidos los paltos, si fue severa.
El aumento del tamaño de fruto, en el tratamiento con Acadian, modificó la distribución de los calibres (figura 7), incrementando la proporción de frutos en los calibres 50, 40 y 36. Esto representó, en promedio, el 60% de la producción en estos calibres para Acadian, mientras el testigo sólo presentó el 37% en estos calibres. Este aumento en el tamaño de los frutos no indujo un retraso en la maduración, expresada como porcentaje de materia seca (cuadro 1), siendo similar entre tratamientos.
Efecto en las propiedades físicas y biológicas del suelo: Respecto a las propiedades de suelo, que dependen de los tratamientos, en la figura 8 se presentan los resultados de las propiedades físicas, destacando la significancia de densidad aparente en todo el perfil. La macroporosidad presentó interacción con la profundidad de suelo luego de 6 meses de la última aplicación de Acadian, mientras que el agua aprovechable (PAU), no mostró efecto por los tratamientos. A pesar de haber transcurrido 6 meses de la última aplicación, el tratamiento con Acadian mostró una menor densidad aparente en todo el perfil evaluado (figura 8A; primeros 30 cm), coincidiendo con una menor resistencia a la penetración (figura 8D). A su vez, presentó una mayor macroporosidad en superficie, aunque no consistente en profundidad (Figura 8B). De todas formas, tanto el testigo como el tratamiento con Acadian presentaron valores óptimos para el crecimiento de raíces. Sin embargo, la resiliencia de la planta al estrés probablemente sea mayor mientras mejor es la condición de suelo. Respecto a la humedad aprovechable, no se observó un efecto significativo, no obstante, esta fue mayor en el suelo con aplicación de Acadian (figura 8C), con 23 mm de agua aprovechable vs 19,8 mm, lo que, en la práctica, podría aumentar en 1 día la frecuencia de riego.
Respecto a las propiedades biológicas o indicadores biológicos evaluados, los cuales integran diferentes factores del suelo, se puede observar una tendencia a mayor porcentaje de materia orgánica total (MOS) (figura 9), tanto con materiales de mayor tamaño (con hojas en descomposición y raíces), como luego ser tamizado el suelo a 2 mm, indicando, probablemente, una mayor acumulación de materia orgánica en el tiempo.
En relación a la materia orgánica disuelta (DOM), se observó un gran aumento en la concentración de esta con las aplicaciones de Acadian (figura 10), lo que puede deberse a una mayor retención de esta materia orgánica lábil de fácil utilización por las plantas y a una mayor actividad de las plantas y microrganismos debido a las aplicaciones, influyendo en un mayor tiempo de retención de agua, mayor diversidad de estructura de los agregados y una mayor complejidad en la red de poros que retienen agua a esta profundidad (0 – 10 cm), tal como se observa en la figura 8C. Es importante mencionar que, la materia orgánica disuelta (DOM), consiste en un sistema continuo, complejo y heterogéneo de agua-moléculas de materia orgánica y juega un papel central en la regulación de la salud del suelo, el comportamiento de los contaminantes y ciclos biogeoquímicos (Kellerman et al., 2014). A su vez, la DOM tiene una compleja composición química, y pueden verse afectada por una serie de factores ambientales, tales como: variables climáticas, hidrología, materia orgánica y nutrientes, procesos microbianos y propiedades del suelo, como el pH del suelo (Schmidt et al., 2011). la relación C/N y/o los óxidos de hierro. En el suelo la DOM representa la parte más activa de la MOS y es fácilmente accesible para microorganismos, aunque generalmente comprende <2% de la total MOS (Lehmann y Kleber, 2015). Entre todos los factores que afectan las propiedades de la MOS, el clima y los minerales del suelo parecen ser los más significativos, siendo también afectada por las funciones microbianas, los cuales proporcionan protección a la MOS.
Finalmente, al evaluar el fraccionamiento de la materia orgánica, se observa una mayor proporción de MaOM (materia orgánica relacionada con mayor actividad microbiológica, resiliencia, aumento de la CIC y calidad del suelo) con las aplicaciones de Acadian (figura 11). Por su parte, La fracción POM (2000 – 45 µm) es la fracción de mayor proporción dentro del suelo estudiado; es decir, predominan las partículas minerales y la materia orgánica de mayor tamaño (Lavallee et al., 2020). Respecto a estos tipos de materia orgánica se puede señalar que, el fraccionamiento de la materia orgánica permite una predicción más precisa de la vulnerabilidad del suelo a perturbaciones, como el cambio climático, y entrega una mejor información sobre el impacto de los manejos del suelo (von Lützow et al., 2007). La estructura de la POM está hecha, principalmente, de compuestos poliméricos de origen vegetal y tiene una vida relativamente corta, con tiempos medios de residencia estimados en el rango de años a décadas. Cuando la POM no está protegida en agregados, la persistencia de POM es controlada por su recalcitrancia bioquímica y la inhibición de la actividad microbiana dada por los minerales de suelo o condiciones especiales como la anoxia (falta de oxígeno en el suelo). Como la recalcitrancia no ofrece protección a largo plazo contra la descomposición, se espera que esta POM sea extremadamente vulnerable a los cambios ambientales que liberan la inhibición microbiana, como el calentamiento de suelos fríos y congelados y el secado de suelos anegados (Kleber, 2010). Por el contrario, MaOM se compone, principalmente, por compuestos de bajo peso molecular, formados predominantemente por el eficiente procesamiento microbiológico de insumos vegetales lábiles, que están protegidos contra la descomposición por la asociación con superficies minerales (Cotrufo et al., 2013). La protección de la MaOM da como resultado tiempos de residencia (tiempo requerido para que un determinado material complete su ciclo de ingreso, permanencia y egreso en un medio permeable) promedios del orden de décadas a siglos, y una menor vulnerabilidad esperada a la perturbación y cambio ambiental que el de la POM. Es relevante señalar que, la acumulación de MaOM viene con dos consideraciones importantes: 1) Su acumulación por unidad de suelo se satura, porque el área de superficie mineral disponible y su capacidad de asociación es finita (mayor contenido de arcillas, mayor cantidad de asociaciones son posibles) y 2) La relación C:N en la MaOM es menor, por lo que es energéticamente más N demandante. Finalmente, preservar y aumentar la POM es una es una estrategia de almacenamiento de carbono en el suelo con menores costos de nitrógeno; esto es importante en sistemas naturales (Lugato et al., 2021).
Finalmente, al considerar los costos de aplicación y los ingresos generados por el aumento en la producción y el desplazamiento de la distribución de calibres, se observa que, en la primera temporada se logró un incremento de un 4,4% de los ingresos, con una ganancia de US$673/ha (cuadro 2). Es esperable que este incremento sea mayor con el tiempo, 2 o 3 temporadas, dado que el “bienestar” de la planta durante las temporadas repercute en mejores reservas, mejor desarrollo, mejor fotosíntesis y acumulación de fotoasimilados. Lamentablemente, el estudio no pudo ser continuado por una intensa y prolongada helada que afectó a los cuarteles ensayados.
En síntesis, las aplicaciones de Acadian vía suelo, durante la temporada, lograron mitigar el daño por sales en los paltos, lo que se reflejó en una mejor expresión vegetativa (mayor actividad fotosintética y/o cobertura), representada por el índice espectral GNDVI, y, por consiguiente, una mayor productividad y rentabilidad, debido a un mayor tamaño de frutos, efecto que se evidenció rápidamente en la primera temporada de aplicaciones. A su vez, las aplicaciones de Acadian generaron mejoras significativas en las propiedades físicas y biológicas y, probablemente, también químicas del suelo. La aplicación continua de Acadian habría aumentado la actividad microbiana del suelo, estimulando una paulatina mayor acumulación de materia orgánica, lo cual permitió disminuir la compactación (menor densidad aparente y resistencia a la penetración), mejorar la estructuración del suelo y aumentar, levemente, la retención de agua útil para las plantas. Esto último resulta relevante para el riego y la escasez hídrica de la zona, debido a que la clase textural del suelo (la cual varía de areno francoso a arenoso) presenta naturalmente una baja capacidad de almacenamiento de agua. Nuestros resultados confirman lo reportado en la literatura científica, donde se menciona que la aplicación de extractos de algas marinas de gran bioactividad, como Ascophyllum nodosum, mejoran la tolerancia de las plantas a estreses abióticos a través de la suplementación de compuestos protectores contra el estrés, provocando respuestas sistémicas de protección. A su vez, se reporta que los extractos de algas marinas pueden influir indirectamente en la salud de las plantas, ya sea a través de un impacto beneficioso en la estructura y función del microbioma de la planta, como a través del enriquecimiento de taxones microbianos simbiontes mutualistas y otros microorganismos que promueven el crecimiento de las plantas y el ciclo de nutrientes del suelo (Shukla., 2019; Hines et al., 2021).
CONCLUSIONES
En base a los resultados y bajo las condiciones en que se realizó el estudio, se puede concluir: La aplicación mensual de Acadian (4 L/ha; total 24 L/temporada), vía riego, fue eficaz en mitigar el impacto de un estrés salino en paltos ‘Hass’, mejorando el estado vegetacional de la planta, lo que repercutió en un mayor tamaño de frutos y, por consiguiente, mayor productividad y rentabilidad. A su vez, la aplicación de Acadian incrementó la calidad del suelo, al generar mejoras en las propiedades físicas (estructura, menor compactación y, levemente, agua aprovechable) y biológicas, debido a un incremento de la materia orgánica lábil (materia orgánica disuelta) y a un aumento en la materia orgánica estable a los cambios climáticos (la asociación materia orgánica-mineral). Referencias bibliográficas Beyá-Marshall, V.; Seguel, O. y Baeza, B. 2020. Diagnóstico de las condiciones físicas de suelo y su relación con el potencial productivo de paltos y cítricos en la región de O’Higgins. En: Beyá-Marshall, V. y Galleguillos, M. (Eds). Optimización del riego en paltos y cítricos. Serie Ciencias Agronómicas N° 34, Universidad de Chile. Chile. 176p. Cotrufo, M. F.; Wallenstein, M. D.; Boot, C. M.; Denef, K. and Paul, E. 2013. The Microbial Efficiency-Matrix Stabilization (MEMS) framework integrates plant litter decomposition with soil organic matter stabilization: do labile plant inputs form stable soil organic matter? Glob. Change Biol. 19: 988–995. Gitelson, A.; Y. Kaufman and M. Merzlyak. 1996. Use of a green channel in remote sensing of global vegetation from EOS-MODIS. Remote Sensing of Environment. 58(3): 289–298. Hines, S.; Van der Zwan, T.; Shiell, K. et al. 2021. Alkaline extract of the seaweed Ascophyllum nodosum stimulates arbuscular mycorrhizal fungi and their endomycorrhization of plant roots. Sci Rep 11, 1349. Kassambara, A. 2015. Multivariate Analysis 1: Practical guide to cluster analysis in R (real version). Taylor & Francis Group. 1–187. Kellerman, A. M.; Dittmar, T.; Kothawala, D. N. and Tranvik, L. J. 2014. Chemodiversity of dissolved organic matter in lakes driven by climate and hydrology. Nature Commun. 5, 3804. Kitajima, M. and Butler, W. L. 1975. Quenching of chloro- phyll fluorescence and primary photochemistry in chloro-plasts by dibromothymoquinone. Biochim. Biophys. Acta 376: 105-115. Kleber, M. 2010. What is recalcitrant soil organic matter? Environ. Chem. 7: 320–332 (2010). Lavallee, J. M., Soong, J. L. and Cotrufo, M. F. 2020. Conceptualizing soil organic matter into particulate and mineral-associated forms to address global change in the 21st century. Glob. Change Biol. 26: 261–273. Lehmann, J. and Kleber, M. 2015. The contentious nature of soil organic matter. Nature, 528: 60−68 Lugato, E.; Lavallee, J.M.; Haddix, M.L.; Panagos, P. and Cotrufo, M.F., 2021. Different climate sensitivity of particulate and mineral-associated soil organic matter. Nat. Geosci. 14: 295–300. https://doi.org/10.1038/s41561-021-00744-x. Maxwell, K. and G.N. Johnson. 2000. Chlorophyll fluo-rescence. A practical guide. J. Exp. Bot 51(345): 659-668. Oster, J. D.; Stottlmyer, D. E. and Arpaia, M. L., 2007. Salinity and water effects on ‘Hass’ avocado yields. J. Am. Soc. Hortic. Sci. 132: 253–261. https://doi.org/10.21273/JASHS.132.2.253. Schaffer, B. and Whiley, A. W. 2002. Environmental physiology, Chapter 6. In the avocado: botany, production and uses, 135–160 (Eds A. W. Whiley, B. Schaffer and B. N. Wolstenholme). Wallingford, UK: CABI Publishing Schaffer, B.; Gil, P.; Mickelbart, M. and Whiley A. 2013. Ecophysiology. In: Schaffer B., Wolstenholme B. and Whiley A. (ed.): The Avocado: Botany, production and uses, 2nd ed. Pp. 168-199. CABI Publishing, Wallingford, England. Schmidt, M. W. I.; Torn, M. S.; Abiven, S.; Dittmar, T.; Guggenberger, G.; Janssens, I. A.; Kleber, M.; Kögel-Knabner, I.; Lehmann, J.; Manning, D. A. C.; Nannipieri, P.; Rasse, D. P.; Weiner, S. and Trumbore, S. E. 2011. Persistence of soil organic matter as an ecosystem property. Nature 478: 49−56. Stover. E., F. Wirth and T. Robinson. 2001. A method for assessing the relationship between crop load and crop value following fruit thinning. HortScience 36:157-161. von Lützow, M.; Kögel-Knabner, I.; Ekschmitt, K.; Flessa, H.; Guggenberger, G.; Matzner, E. and Marschner, B., 2007. SOM fractionation methods: Relevance to functional pools and to stabilization mechanisms. Soil Biol. Biochem. 39: 2183–2207. https://doi.org/10.1016/j.soilbio.2007.03.007.