Misión difícil pero posible: Gestión de residuos en fruta de exportación
En los siguientes artículos repasamos las múltiples dificultades para cumplir con las cada vez mayores exigencias y buscamos las recomendaciones de los expertos.
La gestión de residuos de pesticidas e incluso de residuos de reguladores de crecimiento en los productos agrícolas, en un país exportador de fruta como Chile, es una tarea compleja. Esto porque la fruta chilena se cultiva para múltiples mercados de destino, los que presentan distintas exigencias fitosanitarias y en muchos casos, además, estas exigencias son dinámicas. Por ejemplo, no es lo mismo producir para un mercado con cero tolerancia a especies de plagas cuarentenarias, como puede ser México, que para mercados menos limitantes en ese aspecto.
El problema con las plagas cuarentenarias es que muchas veces no se puede evitar aplicar pesticidas, por ejemplo contra Brevipalpus chilensis, porque la presencia de un solo individuo puede provocar el rechazo de una partida de fruta o incluso porque así lo exige el System Approach (Sistema integrado de medidas de mitigación de riesgo).
Por otro lado, la mayoría de nuestros mercados está a grandes distancias, obligando a largos viajes y al uso de fungicidas para llegar a destino con fruta sana, lo que incide en que el número de fungicidas detectados sea muy alto. Este aspecto es particularmente importante en el caso de la uva de mesa debido al impacto de botritis en la poscosecha de esta fruta. Los expertos coinciden en que Botrytis cinerea es el principal problema sanitario de la uva de mesa desde San Felipe al sur, y que es el que aporta más ingredientes activos en los análisis multirresiduo, ya que los botriticidas, por las dosis y por los momentos en que se aplican, difícilmente no serán detectados.
RESTRICCIÓN DE INGREDIENTES ACTIVOS Y DESARROLLO DE RESISTENCIA
Así mismo las restricciones de uso que afectan a cada vez más ingredientes activos, a los que se le retira el registro por razones de inocuidad o para los que se fija límites máximos de residuos difíciles o imposibles de cumplir (caso de Europa), limita el número de las herramientas químicas disponibles para controlar plagas y enfermedades, incrementando el uso reiterado de moléculas del mismo modo de acción. Repetición que incide en el desarrollo de poblaciones de hongos y plagas potencialmente resistentes a los productos permitidos, dificultando todavía más su control efectivo.
Por ejemplo, en el caso de botritis, la fitopatóloga de la Universidad de Chile Marcela Esterio llama a cuidar las pocas moléculas fungicidas hoy disponibles que nos permiten llegar a los mercados con uva de mesa sana, en un escenario en que se descontinúa el uso de cada vez más productos y en que el número de moléculas en desarrollo contra botritis es muy escaso; lo que reduce las posibilidades de jugar con distintos ingredientes activos para prevenir o enfrentar la resistencia y al mismo tiempo no sobrepasar los límites máximos permitidos.
LÍMITE MÁXIMO PERO TAMBIÉN NÚMERO DE RESIDUOS
A exigencias de límites máximos de residuos individuales cada vez más bajos se suma que en ciertos mercados se limita a cinco el número de activos presentes en la fruta, e incluso -como ocurre en Europa- algunos poderes compradores exigen una fracción mucho menor de lo aceptado por la norma y restringen los analitos a tres. Es así que hasta hace algún tiempo el principal problema era exceder el límite máximo de un residuo y provocar un rechazo, pero en la actualidad se están sumando transversalmente niveles bajos de residuos aunque no se sobrepase ninguna tolerancia. “Antes un producto químico era analizado verticalmente pero en la actualidad se están sumando transversalmente por si el residuo tiene algo que se relacione con el residuo que está al lado”, señala a Redagrícola el entomólogo Dr. Roberto González.
González, quien participa desde hace casi 30 años en el capítulo de Residuos de Plaguicidas del Comité del Codex Alimentarius y que en Chile edita la Agenda de Pesticidas de la Asociación de Exportadores (ASOEX), también afirmó que “Chile es, especialmente en uva de mesa, el país con más residuos en la fruta que llega a la UE. La uva es el producto que tiene el mayor número de detecciones de residuos en Europa. Además hay una serie de organismos Europeos que informan sobre estos casos, uno de ellos es Pesticide Residues Monitoring Report del Reino Unido que informa a la Comunidad sobre residuos en alimentos de origen extra europeo, que se publica en forma trimestral e incluye estudios de riesgos toxicológicos”.
“La industria esto ya lo ha incorporado, manifiesta el entomólogo Dr. Renato Ripa, porque tiene claro lo limitante de las restricciones sobre los residuos de agroquímicos. Sabemos que se debe aplicar el mínimo de veces, lo más temprano posible y ojala con productos de registro amplio”. Ripa lidera el Centro de Entomología Aplicada (CEA), el que trabaja con reconocimiento del SAG en el registro y validación de productos.
El complejo sistema europeo:
ACTORES INDIVIDUALES Y GRUPOS DE PRESIÓN
Green Peace en Alemania reparte miles de folletos al año a la salida de los supermercados para alertar sobre el posible exceso de residuos de pesticidas en las distintas frutas. Además se han creado organismos independientes, como el “Pesticide Commitee”, en Inglaterra, que publica información periódica y cataloga a los supermercados europeos de acuerdo a las exigencias que imponen a sus proveedores respecto a residuos de plaguicidas. Es así que los supermercados se sienten presionados para exigir a sus proveedores niveles de residuos mucho más bajos que las normas nacionales, regionales o comunitarias.
El ingeniero agrónomo chileno Óscar Salgado está vinculado a la empresa que importa fruta a la UE, Origen Fruit Direct, con sede en Rotterdam (Holanda). Salgado explica que las decisiones sobre residuos en Europa “muchas veces no son muy técnicas” y que en ese mercado las restricciones pueden afectar tanto a pesticidas como a algunos reguladores de crecimiento. “En el continente europeo se dan dos realidades contrapuestas. Una es la del norte, donde no se produce casi nada de fruta y la otra es la realidad del sur de Europa, que produce absolutamente de todo. Gran parte de los productos frescos son cultivados en el sur: Italia, España, Portugal, Grecia. Por esto, los representantes de la zona sur son bastante más orientados a los aspectos productivos o agronómicos, en tanto que los poderosos representantes del norte se orientan más a la defensa del consumidor y con un pánico tremendo a los grupos de interés”, señala el experto.
En Europa, la European Commission a través de su Departamento de Protección de la Salud del Consumidor (Health Consumer Protection Directorate-General), es responsable del monitoreo de residuos en alimentos frescos, congelados o procesados y de la fijación de los límites máximos de residuos (LMRs), para lo que realiza revisiones periódicas. Pero además en la UE hay decisiones de actores individuales, por ejemplo de los supermercados alemanes o ingleses, que imponen restricciones que van más allá de las decisiones comunitarias.
En la UE, con un mercado de perecibles semejante en valor al de EEUU, entre el 70 y el 80% de los alimentos se vende en los supermercados, por lo que el poder que tienen estos actores en Europa es muchísimo más grande que el de sus homólogos en EEUU (donde venden el 50%). Pero además en el continente europeo hay influyentes grupos de interés, con la ecología como bandera, que juegan un papel muy relevante. Los supermercados temen verse expuestos a publicaciones o a campañas negativas si sus productos no cumplen con alguna normativa.
Si bien hasta hace algún tiempo la instancia europea de toma de decisiones sobre residuos de pesticidas -según Salgado- era un organismo cerrado con poco contacto con la realidad agrícola, hoy esta instancia incorpora miembros como Freshfel Europe, asociación de la que –por ejemplo- forman parte ASOEX y FEDEFRUTA. “Este tipo de asociaciones, explica Salgado, son tremendamente importantes en la defensa de los intereses de los importadores y los importadores defienden los intereses de los proveedores, ya que ganan en la medida que siguen importando y abasteciendo al mercado europeo. Freshfel representa tanto a productores como importadores de prácticamente toda la industria europea de alimentos frescos. Ellos son un agente muy importante y son gravitantes en los cambios en las legislaciones, los que muchas veces no obedecen a criterios técnicos”.
Como ejemplo de una decisión poco técnica Salgado recuerda el caso del Ethrel (Ethephon), un regulador de crecimiento que libera etileno dentro de la fruta e induce madurez o senescencia de los tejidos. Esta es una herramienta ampliamente usada en Chile, por ejemplo en nogal y manzanas tempranas, en kiwis para salir antes de los neocelandeses, para color en uva de mesa, etc. En tanto que en otros países se aplica en plátano o piña.
“El Ethephon tiene una molécula de fósforo por lo que a alguien en Europa se les ocurrió que era muy parecido a un órgano fosforado (familia de plaguicidas muy tóxicos). Por esto se aplicó una restricción que era imposible de cumplir en uva de mesa y en muchos otros cultivos. Se restringió de una parte por millón (1 ppm) a 0,05 ppm y la nueva norma se aceptó. Luego costó mucho que la gente que tenía la información técnica lograra anular esa decisión. Al final se echó pie atrás y se subió el límite de 0,05 a 0,7. Pero durante un par de semanas estuvo vigente el límite en 0,05, lo que demuestra lo negligente o poco amigable que puede ser el sistema en términos productivos”. Lo que ayudó a resolver el conflicto fue este se produjo en la pretemporada de España, cuya industria presionó para que se corrigiera.
En opinión de los expertos, en Europa si bien hoy existe un equilibrio de poder entre proveedores y consumidores, en ocasiones aun se toman decisiones como la que involucró al Ethrel, las que a veces son rectificadas gracias a la presión de las grandes agroquímicas y de las organizaciones que representan a la industria (Bayer, Syngenta, Freshfel…).
FDA de EEUU:
UN ORGANISMO MUCHO MÁS TÉCNICO Y ORIENTADO A LOS PRODUCTORES
En EEUU la Food and Drugs Administration (FDA) o Agencia de Alimentos y Medicamentos, división del Departamento de Salud y Servicios Humanos, es -para varios de los entrevistados- un organismo mucho más técnico y orientado a los productores que su equivalente europeo.
Sin embargo, según los entendidos, los norteamericanos se han dado cuenta de que tienen que cambiar sus hábitos, por el nivel de obesidad de la población -en particular de los niños- y porque son uno de los países más contaminados y que más contamina. “Esto va a ir forzando cambios en EEUU pero no creo que se llegue al extremo de los alemanes, ya que EEUU es bastante más formal en ese sentido”, dice Salgado. “Por ejemplo, continúa el entrevistado, muchos de los documentos que entrega la FDA o que entrega la EPA (Agencia de Protección del Medioambiente) son documentos que en Europa se toman muy enserio como referencia”.
En comparación con la UE los EEUU son más estructurados, más técnicos y más conscientes en la toma de decisiones y, muy importante, “California tiene un peso enorme y cuando dice no es no. No creo que en EEUU se formalicen más restricciones, tal vez revisen un poco más, pero EEUU es bastante más maduro en ese sentido. En Norteamérica los grupos ambientalistas no tienen el poder que tienen en Europa, donde incluso están en los parlamentos y forman partidos políticos”, explica Salgado.
EN CHILE AUN FALTAN CURVAS DE DEGRADACIÓN
Es clave conocer cómo se degradan los productos en la fruta luego de ser aplicados y en ese sentido los últimos 10 años las empresas químicas han comenzado a entregar más información sobre cómo se comportan los residuos de sus productos. “Chile es uno de los pocos países en el mundo en que se hace tanta curva de degradación, explica Roberto González, y la entrega de estos resultados se hace a través de la publicación periódica de la ASOEX la ‘Agenda de Pesticidas’. En ella se informa los días de carencia, los que se obtienen a partir de las curvas de degradación (ver recuadro). Estas curvas se obtienen en ensayos supervisados conducidos en las regiones de Chile Central, bajo las normas de la FAO. Se obtienen en base a trabajos locales, lo que es muy importante. Hay países que no tienen este trabajo y que incluso usan curvas generadas en Chile”.
Sin embargo, aun hay productos químicos que se comercializan en nuestro país que no tienen curvas de degradación locales y estas curvas deberían hacerse para todos los productos químicos y para todas sus alternativas de uso.
Y un dato que nos aportaron en Perú: “Un aspecto importante, afirma un destacado productor-exportador de uva de mesa peruano, es que usamos sólo productos de calidad, con moléculas protegidas, donde el inerte que acompaña al principio activo ayuda a la degradación del producto. Esto porque hay agricultores que usaron moléculas chinas o indias y la curva de degradación no resultó como se decía porque faltaba el coadyuvante. Desde el problema de residuos de la uva de mesa india que los supermercados ingleses se han puesto cada día más exigentes”.
“LOS AGRICULTORES DEBEN CONOCER LOS PRINCIPIOS ACTIVOS DE LOS PESTICIDAS”
Así lo advierte Roberto González. Es así que en su opinión los nombres comerciales deberían dar a conocer el nombre químico ya que ni en el Codex ni en la Agenda de Pesticidas se utilizan nombres comerciales. En el mismo sentido el entomólogo recomienda leer las etiquetas. “Casi nadie las lee, porque la letra es muy chica y porque muchas etiquetas son exageradas e informan que controlan muchísimas plagas. Eso está mal”. Así mismo opina que se requiere de mucha transferencia tecnológica, ya que “se podría estar cinco años dando a conocer toda la información que se genera y a esa información habría que sumarle todo lo nuevo que cambia cada día”.
Renato Ripa -por su parte- enfatiza la necesidad de que la aplicación de químicos sea lo más eficiente posible de modo de reducir el número de aplicaciones por temporada. “Por esto trabajamos en la capacitación de operarios y en la correcta calibración de la maquinaria de aplicación de agroquímicos ya que esa es una de las labores que peor se ejecuta en Chile. Si un producto se aplica mal queda la misma cantidad de residuo en la fruta que si se aplica bien pero si se aplica mal hay que repetir la aplicación. Entonces, si se cambia de producto se suma un nuevo residuo o, si se utiliza el mismo producto, se incrementa la cantidad de residuo”.
¿QUÉ SON LAS CURVAS DE DEGRADACIÓN?
Las curvas de degradación permiten determinar la declinación de un residuo a través del tiempo (DDA), expresado en mg/Kg (ppm) del ingrediente activo por peso del cultivo analizado. Una curva asíntota confrontada con el eje de abscisas en un ensayo supervisado con unas 4 o 5 fechas de muestreo (DDA) proporciona esta información, sea en forma directa o proyectando la curva en el tiempo hasta que intercepta el LMR, estableciendo así el intervalo de seguridad o plazo de carencia. Si se proyecta la curva más allá de la carencia se alcanza el nivel de no detección, este último muy válido si el plaguicida carece de registro o de tolerancia.