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En huertos de aguacate, en Colombia

MIPE, estrategia dinámica para control de plagas y enfermedades en aguacate

El aguacate Hass es un cultivo que debe convivir con diferentes plagas y enfermedades que incluso pueden llegar a afectar los frutos para exportación. Evitar lo anterior es clave para tener un huerto y frutas sanas y, debido a las restricciones que imponen los mercados internacionales, el MIPE surge como una técnica eficaz para el control de foco que haya en los huertos.

19 de Octubre 2022 Texto Ximena González V. Fotos Jesús Zuleta
MIPE, estrategia dinámica para control de plagas y enfermedades en aguacate

Detrás del manejo integrado de plagas y enfermedades (MIPE) no hay una fórmula mágica. El asesor externo, Jesús Zuleta, deja en claro que este tipo de control requiere de estrategias dinámicas, que pueden variar de una campaña a otra, según los problemas que se vayan presentando en el campo.

Dentro del MIPE, el especialista destaca que uno de los aspectos claves es el manejo cultural. Lo primero pasa por hacer una buena adecuación de suelos, así como identificar arvenses hospederas de plagas y enfermedades y otras actividades como los aporques y la eliminación de malezas, hospederas de una serie de plagas. En el momento en que se va a establecer un huerto de aguacate, previo a la siembra debe haber una adecuación de suelos y esta debe estar relacionada con sus características físicas y químicas. Los suelos se deben drenar porque el aguacate es muy susceptible a encharcamientos y aquí es clave el conocimiento sobre el perfil del suelo para poder definir a qué profundidad, de qué tamaño y en qué dirección deben de ir esos drenajes, si no se tiene presente, como efecto secundario van a incrementar los problemas de hongos y bacterias que afectan la raíz del aguacate como efecto de la asfixia radicular.

LA CALIDAD, CRUCIAL PARA ESTABLECER UN PROGRAMA DE MIP

Actualmente, el MIPE es una práctica común en Colombia y pese a que los agricultores cada vez están más conscientes de que hacer manejo integrado, es bueno para sus huertos, aún falta implementación de algunas técnicas. “El país está avanzando, pero aún nos hace falta”, advierte el experto. Para ello, enumera tres claves para mejorar el manejo: material de siembra, adecuación del suelo y manejo de plagas y enfermedades.

Material de siembra: Según el especialista, en Colombia aún se debe mejorar la calidad de este. “Hoy se está transitando por un problema grande de material de siembra, en el sentido de que algunos viveros están mejorando en las técnicas de producción, pero hay otros que están en cuidados intensivos”, subraya, sobre el hecho de que esto está propiciando ataque de diferentes patógenos que se están trasladando desde el vivero a la plantación, como es el caso de Lasiodiplodia sp, Fusarium sp, Cladosporium sp. “Además, en la medida que se siga ocupando material de patrones criollos, hace que la uniformidad de los cultivos no sea la mejor”, advierte Zuleta.

Adecuación de suelos: Zuleta indica que el país debe profundizar mucho más, pues aún no es tan común que se hagan pruebas de infiltración o que, por ejemplo, se analicen arcillas y esto al final se traduce en la pérdida de vigor de los árboles y muerte de los mismos.

Manejo de plagas y enfermedades: “Cada vez la restricción al uso de moléculas químicas es más alta y los productores se van quedando sin herramientas. Por eso es necesario hacer más desarrollos en control biológico, microbiológico y posiblemente también el fitoquímico”, explica.

PLAGAS DE IMPORTANCIA

Entomofauna benéfica: Reduviidae – Hemiptera depredando larva de S. catenifer.

Actualmente, una de las plagas cuarentenarias a las que le están haciendo frente y que tiene mayor o menor presencia en algunas regiones del país es Stenoma catenifer. “Esta plaga ataca los brotes tiernos de la planta y frutos en diferentes estados de desarrollo y se ve favorecido por hospederos alternos y brotes tiernos. El daño lo causa la larva y tiene un ciclo de vida que se desarrolla en promedio entre 44 y 52 días”.

El ciclo del adulto de S. catenifer está entre cinco y ocho días, siendo más longeva la hembra, mientras que, el huevo puede tardar entre cinco y seis días para eclosionar. “La hembra oviposita un 68% de sus huevos en el pedúnculo del fruto o cerca de los brotes tiernos y, al ser un huevo expuesto esto hace que se pueda recurrir al uso de algunos parasitoides de huevos como es el caso de liberaciones de Trichogramma sp”, explica Zuleta y destaca que esta es una de las herramientas que han establecido dentro del MIPE para el control de esta plaga.

Cambio climático aumenta la patogenicidad de algunas plagas

El cambio climático y, por ende, las altas precipitaciones han hecho que, según Zuleta, se incremente la patogenicidad de algunas enfermedades. “Plagas del suelo como Cladosporiem sp y Fusarium sp han aumentado con los niveles de humedad”. Esto, dice el experto, está llevando a los productores a hacer un mejor drenado en los suelos donde se piensa establecer el cultivo de aguacate. “Además, se están implementando técnicas para hacer pruebas de infiltración que con el apoyo de hojas de cálculo se logran obtener resultados más rápidos, conociendo el flujo hidráulico del suelo, definiendo de esta manera a qué profundidad se deben hacer los drenajes con relación a las características físicas de los horizontes del suelo”.

En ese estado de la plaga (huevo), el especialista indica que es importante la aplicación de un ovicida, “hay productos a base de sílice que funcionan bien para bajar la población de huevos”, precisa. Y es que una vez que el huevo eclosiona, se pasa de inmediato a un estado de larva que puede durar de 18 hasta 26 días. “La larva es la que más daño puede causar a un huerto de aguacate”, advierte el experto, ya que es ella la que consume tallos y frutos y allí pasa un tiempo un poco protegida porque lo que hace es perforarlos y empezar a hacer galerías”. Ya en su etapa más adulta, S.catenifer sale del fruto o del tallo y cae al suelo, donde se inicia otro estado biológico: la pupa.

Anillos para pruebas de infiltración.

La importancia de la larva es tal, que los productores podrían usar diferentes herramienta como Bacillus thuringiensis, los cuales atacan muy bien larvas de lepidópteros. Además, se pueden hacer liberaciones en campo de algunos parasitoides como Glyptapanteles sp de la familia Braconidae-Hymenoptera y aplicar ecdisonas, que son unas moléculas químicas que detienen la muda de la larva, es decir, no permiten que pase de un estado a otro y, de esta manera, se detendrá la presencia de adultos.

Mientras que, en su estado de pupa, que puede durar de once a doce días, se puede recurrir a liberaciones de Spalangia cameroni, la cual tiene la capacidad de parasitar pupas y encontrarlas en la hojarasca que hay en el suelo. Asimismo, se pueden hacer aplicaciones de hongos entomopatógenos como Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae.

Si la plaga llega a su estado adulto, y al ser esta un insecto de hábitos nocturnos, Zuleta dice que se puede optar por la instalación de trampas de luz negra para su captura. “Además, hoy en día se están haciendo algunas evaluaciones de feromonas atrayentes sexuales para adultos de S.catenifer, no se ha visto una muy buena respuesta, pero algo capturan”.

Todas estas alternativas son claves en el MIPE, pero es diferente a lo que normalmente se viene haciendo. “Se opta por aplicar un producto químico de amplio espectro que barra con todo, pero lo que se quiere es tratar de rebobinar el casete y hacerle entender a los productores que hay que convivir con una población baja de plagas que cause el menor daño o no cause daños, pero incrementando el equilibrio de la entomofauna benéfica en el sistema productivo aguacatero”, explica sobre el control de esta plaga, que no es la única que afecta al cultivo del aguacate en el país, ya que además asoman otros problemas como trips, ácaros, Monalonium y cucarrones marceños. Para cada una de ellas están desarrollando un panorama parecido de manejo como en el caso de S. catenifer.

LASIODIPLODIA, LA ENFERMEDAD MÁS LIMITANTE

Lasiodiplodia en árboles de un año.

En el caso de las enfermedades, una de las más limitantes es Lasiodiplodia theobromae y resalta que esto los ha llevado a cambiar muchas de las prácticas que se venían haciendo en el cultivo. “Era normal que se utilizaran los residuos de poda, ramas y troncos como mulch para el cultivo del aguacate, pero con esta enfermedad que ha tomado importancia eso cambió y los productores deben dejar de hacer mulch con ramas y tallos de podas, porque este hongo se incuba allí y sigue su ciclo. Entonces lo que hay que hacer es destruir esos residuos”.

La presencia de L. theobromae también ha hecho que se cambie la forma de podar, ya que si bien se podaba solamente para ‘airear el cultivo’, se hacía una poda de realce y de aclareo para bajar dominancia apical; hoy en día es necesario podar hasta donde se encuentre tejido sano y hacer siempre desinfección de las herramientas de poda de árbol a árbol.

Entre los factores que favorecen el desarrollo de L. theobromae está el estrés hídrico, pero no solo por falta de agua, sino también por exceso, además de la mala nutrición. “Por eso se deben implementar planes nutricionales balanceados y, para ello, se debe partir de la información que reportan los análisis de suelos y foliares”, finaliza Zuleta.

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