Los retos de producir en un año complicado
2020 fue un año atípico en todo el planeta y en todo orden de cosas, incluso para la industria frutícola global. En Ica, además de la pandemia ocasionada por el Covid-19 tuvo un fuerte impacto el paro de trabajadores agrícolas de fin de año. En un escenario así, fue complicada la producción de uva de mesa, según cuenta el asesor Ing. Agrónomo César Espinosa Lagunas; más aún porque hubo condiciones climáticas que no fueron del todo favorables en determinadas épocas del año. Sin embargo, con los manejos agronómicos adecuados, hubo un crecimiento, mayor al que había proyectado a inicios de campaña.
Rodrigo Pizarro Yáñez
Que en 2004 que el asesor, especialista en uva de mesa, César Espinosa L., tuvo el primer contacto con tierras iqueñas. Ese año (y los siguientes) arribaba a Ica como ayudante de otro asesor de vid, Andrés Martínez, “quien con gran generosidad me transmitió todas sus experiencias, lamentablemente ya no está con nosotros. Venía tres veces al año hasta que en 2016 empecé a trabajar con más estabilidad en Ica, primero asesorando y realizando ensayos con agroquímicas, y después ya asesorando campos de diversas agrícolas”, cuenta. A partir de la campaña 2017/18 pasó a viajar cada quince días al mes a Ica, concretamente asesorando fundos en la Pampa del Villacurí, y zonas del centro y sur de Ica, empresas de capitales peruanos y extranjeros. “Como muchos campos en Perú, ya hemos iniciado un recambio varietal, si bien tenemos variedades tradicionales, nos estamos moviendo hacia las licenciadas. La idea, en uno de los campos es tener 50 y 50, mientras que, en otros clientes, el objetivo es 60/40”, explica.
¿La idea es incluir Sweet Globe? Pareciera que todos quieren Sweet Globe…
Sweet Globe ha pasado a ser la variedad nueva más plantada en Perú y la que esta produciendo mayor volumen actualmente dentro del abanico de variedades nuevas, con 7,8 millones de cajas en todo Perú con una participación de Ica con 3,6 millones de cajas. Es la variedad que actualmente todos pretenden tener en Perú. Hoy no la tenemos plantada, pero es un objetivo a corto plazo tenerla. Existen dificultades con la adquisición del material vegetativo (plantas y licencias).
¿Has visto otras que te llamen la atención?
Creo que hay variedades de las distintas líneas genéticas que pueden adaptarse muy bien a Perú en sus distintas zonas productivas, como así se está viendo en la actualidad. Esto depende principalmente de las características agronómicas y comerciales que se busque. Estuve en diciembre en Piura viendo las variedades españolas de ITUM. De hecho, tenía planificado un viaje a Murcia, España, para verlas allí, pero lo suspendimos por la pandemia. ¿Sabes lo que pasa con las variedades? Es que hay muchas, creo que hay que determinar bien las que interesen con el objetivo comercial de venta. Todas tienen cualidades distintas y son muy productivas. Eso es cierto. Pero falta mucho para que expresen todos sus defectos que pudieran presentar en el tiempo, con la madurez de las plantas, porque todas los tienen. En Piura las vi y se ven muy bien las ITUM. La que encontré más atractiva dentro de esta línea es la ITUM 7. Con buen color, que es lo que quieren los mercados, estaba roja, brillante, muy atractiva. También es importante destacar que el vivero está produciendo plantas barbadas y eso es una evolución positiva en cuanto a la producción de plantas de parte de los viveros.
Esta es una campaña en Ica marcada por dos eventos: la pandemia y el paro agrario, ¿cómo les afectaron?
Sí, ambos fueron perjudiciales. Pero si nos vamos a la parte productiva con el comienzo de las cosechas, a partir del 15 de noviembre en adelante, el paro agrario fue muy perjudicial en cuanto a pérdidas por oportunidad de cosecha y aumento de costos, que inclusive lleva a replantearse el negocio. En mi opinión, perjudicó todo el período de cosecha.
Con respecto a condiciones de la fruta durante la campaña, ¿cuál es tu análisis?
Creo que hay tres parámetros ambientales que son determinantes: temperaturas mínimas, temperaturas máximas y la humedad relativa. Hubo semanas muy frías y húmedas en plena época de floración, entonces eso nos tuvo muy preocupados. Y eso te conlleva a tomar varias medidas estratégicas y productivas. Creo que siempre hay que estar abierto a observar el entorno, ya que las plantas responden a las condiciones ambientales porque están fijas, no se mueven, por lo tanto, responden a señales del entorno y a las que nosotros también generamos con riegos, fertilizaciones, intervenciones culturales, aplicaciones foliares, etc. Entonces, están totalmente expuestas a esas condiciones. Por ello es necesario realizar estrategias de trabajo de acuerdo a cómo se vaya presentando la campaña.
Hay momentos críticos, donde es importante tener una brotación homogénea, después vienen etapas fenológicas determinantes para la producción como son la floración y la cuaja, que ojalá tenga las mejores condiciones naturales o ambientales para enfrentar una floración que te lleven a tomar decisiones agronómicas para que se te dé con mayor facilidad estos eventos en las plantas. Pero si una floración viene con bajas temperaturas y con alta humedad relativa, ten por seguro de que luego será muy difícil de poder ralear esos racimos. Entonces ahí va cambiando, ahí uno tiene que ser versátil para poder enfrentar con distintas estrategias y técnicas para poder superar esos eventos. Y esas condiciones que fueron bastante duras, yo recuerdo que duraron 15 días y afectó a un número importante de variedades. En los distintos fundos pudimos superar estos eventos cambiando las estrategias agronómicas adaptándonos a los acontecimientos y creo fueron las medidas correctas en su momento.
“Todos los que estamos involucrados en este negocio debemos ser flexibles y estar predispuestos a los cambios, pero al mismo tiempo debemos entregar a los clientes una uva que cumpla con todas las características de calidad y que sean atractivas para el consumidor final. Para eso es fundamental tener crocancia (consistencia) de baya y escobajo firme”.
¿Pero te afectó eso en la producción final?
No. Te lo menciono porque fue una etapa difícil, pero creo que hubo varios aciertos y la pudimos saltar. En cuaja y crecimiento también se dieron condiciones desfavorables, y también se tuvieron que tomar varias medidas para poder enfrentar la campaña final.
¿Y qué paso allí en esa etapa de cuaja? ¿Cuáles fueron las situaciones que se dieron?
Las temperaturas mínimas fueron bajas, tuvimos entre 1.5 y 2.5°C más bajos que la campaña pasada. También hubo una alta humedad relativa y alternancias de temperatura entre días. Hubo días muy calurosos, días de temperaturas suaves y días muy fríos. Entonces, cuando hay alternancia de temperatura, las tasas de crecimiento de baya también son variables, entonces si tú lo enfrentas en buena forma o la estimulación para el crecimiento de las bayas se realiza siendo precavido frente a estas condiciones, se puede solventar. Pero si no, uno se expone a tasas de crecimiento menores de baya, puede que la fruta no crezca lo que uno estaba esperando.
¿Y eso te afecta a todas las uvas en general o hay algunas variedades que son más susceptibles que otras?
Las más susceptibles siempre son las de periodos fenológicos más cortos. Generalmente estas situaciones ambientales afectan, en mayor medida, a las variedades de fenologías tempranas, entonces todos estos cambios bruscos les afectan. Sin embargo, a pesar de todos estos inconvenientes, fue un excelente año productivo, solo falta esperar el resultado final de rentabilidad del negocio en esta campaña.
¿En producción y calidad de fruta?
Sí, en el caso de algunos fundos logramos superar todas las estimaciones que se proponen en la campaña a las gerencias de las compañías y, en otro caso, se mantuvieron. Solo bajamos en las variedades nuevas que sufrieron partiduras previo a su cosecha, por lo cual bjaron los rendimientos.
¿Se puede mover Ica a abril?
¿Podría aprovechar Ica de cosechar en abril?
Es una apuesta que, en algún momento se pensó y en Nasca se ha hecho. En mí opinión actual para Ica, la condición favorable para cosechar fruta es durante todo el mes de diciembre. Las condiciones naturales durante este mes son muy favorables para producir en Ica, creo que es el mes más favorable de todos (fines de noviembre a primera quincena de enero). Ahora, ¿qué es lo que pasa? Después del 15 de enero se ponen las condiciones ambientales más difíciles porque hay más probabilidades de lloviznas y suben mucho las temperaturas mínimas.
¿Por qué es más difícil por el tema de las temperaturas mínimas?
Porque en el caso que tú estés madurando en esas fechas se te hace más complejo para las variedades de color poder terminar bien la coloración de las bayas. Ahora, ¿qué pasa? Si tú quieres producir en abril tienes que pensar que en enero y febrero vas a estar en cuaja de fruto (la floración de las variedades tempranas y tardías se produce al día 65 o 70, aproximadamente.). Entonces, también en Ica en los últimos años en febrero ha habido condiciones ambientales desfavorables, y es una zona donde ha habido problemas con los huaycos en las últimas temporadas. Pero, en resumen, es una fecha factible de cosecha para la zona, sólo se debe considerar todas las variables involucradas (productivas y comerciales) antes de definir la fecha de cosecha.
¿Y cuánto habías proyectado?
En el caso de mi principal cliente, superamos las estimaciones en 12.5% sobre el total producido con todas las variedades, aunque hay variedades, como Red Globe, con la cual llegamos producir en varios lotes sobre 5.000 cajas/ha, con una proyección inicial de 3.800 cajas/ha.
“Ninguna variedad salió libre de las lluvias que afectaron a Chile a fines de enero”
Los campos de la zona central de Chile no lo han pasado bien con las lluvias de finales de enero, ¿te ha tocado ver campos afectados?
Sí, por supuesto que sí, tengo clientes en la Región Metropolitana. Uno de ellos tiene una zona del huerto con plástico, mientras que el otro tiene todo su huerto descubierto, como la mayoría de los fundos en Chile. Los daños han sido muy graves. Y en todo tipo de variedades: blancas, rojas, variedades tradicionales y variedades nuevas. Sin duda, las más afectadas son las blancas, las rojas también están afectadas, tanto tempranas como aquellas tardías. Aquellas que estaban entrando en envero o en el inicio de ablandamiento les afectó en menor medida, pero igualmente tienen daños. Ninguna variedad salió libre de estas lluvias, de hecho, me toca ver parrones bajo plástico y también con daño, aunque daños menores que aquellos que no estaban cubiertos, sin duda es una protección efectiva.
Es que cayó mucha agua.
Claro. Me toca ver campos donde cayeron entre 40 a 78 mm, mientras que en invierno caen hasta 200 mm. En el caso de algunos predios cercanos hubo cuarteles o lotes como se menciona en Perú que cedieron sus estructuras con el peso de la fruta sumado a la lluvia y cayeron al suelo. Será un año muy complejo para los productores. Estamos haciendo todos los esfuerzos por cosechar fruta en estas condiciones adversas, pero depende caso a caso de cada compañía… Si es que solo producen, si producen y venden a exportadora o si exportan por cuenta propia. La evaluación, como en todo ámbito de cosas, deberá ser fría para poder rescatar los parrones de cara a la próxima campaña.
Lo más complicado serán las pudriciones
Tremendo, muy complicado porque están todas las condiciones dadas para que se expresen con más fuerza los microorganismos patógenos de la fruta. Soy partidario de aplicaciones continúas de fungicidas y bactericidas de distintos modos de acción. Hablo de cada cuatro a cinco días estamos haciendo aplicaciones tanto con maquinaría tradicional (turbo) como con maquinaría electroestática y hemos visto que han sido efectivas, deteniendo el avance de las pudriciones (botritis y pudrición ácida). Además, después de la lluvia tuvimos 15 días con mucha llovizna en la mañana y temperaturas bajas. Entonces, los parrones han estado expuestos continuamente al desarrollo de enfermedades.
¿Y la fruta que se logre sacar llegará bien a los mercados?
Esa es una tremenda duda. En teoría las probabilidades de llegar con problemas aumentan notablemente, pero obviamente se tienen que hacer los mejores esfuerzos en la medida de que se sepa lo que uno está haciendo. La fruta tendrá menor vida de poscosecha, por lo que los riesgos que la fruta presenten mayores problemas en viajes largos aumentan.
COMPETENCIA INTERNA PIURA-ICA
¿Cómo ves esa competencia interna que se está dando entre Piura y Ica?
Creo que considerando las fechas de cosecha de Piura que se cruza mucho con la producción tardía y guarda de mercado norteamericano, es desfavorable. Si miramos lo que ocurrió en California hace un par de años y se volvió a dar esta campaña, donde tuvieron mucha fruta de guarda, sabemos que eso perjudicará a la fruta piurana. Por ese lado, y pensando en el mercado americano, veo un escenario más complejo para Piura. Eso que pasó en California se podría repetir y, en el caso de Ica, seguirá saliendo con fruta fresca y con variedades que puedan ser de fenología más temprana. La fruta californiana de guarda es de fenología más larga y ahí nos vamos moviendo, en planificar estrategias comerciales.
El trabajo de los comercializadores es estar monitoreando y visualizando año a año cómo se están comportando los distintos mercados para justamente cambiar, y los agrónomos de producción debemos cambiar las estrategias si viene un año complejo bajo una etapa fenológica. Los departamentos comerciales deben anticiparse al comportamiento de los mercados porque no nos podemos quedar estáticos. Así es como hay años en que se pronostica, por ejemplo, que un 45% de la uva peruana irá a EE UU, pero finalmente termina siendo un 36%. Esa variabilidad es consecuencia de lo que ha pasado en los mercados y son las señales que dan los departamentos comerciales.
Otro tema que está marcando la pauta en la producción de uva de mesa son los costos de producción.
El precio de retorno de la uva está ajustado. Y si vemos lo que pasa en el norte, que con las repodas, el costo productivo se eleva hasta US$6,000 -7,000/ha, son temas que van sumando. Entonces, todos los que estamos involucrados en este negocio debemos ser flexibles y estar predispuestos a los cambios, pero al mismo tiempo debemos entregar a los clientes una uva que cumpla con todas las características de calidad y que sean atractivas para el consumidor final. Para eso es fundamental tener crocancia (consistencia) de baya y escobajo firme.
¿Y en ese tema de la firmeza hay mucha diferencia entre variedades tradicionales y nuevas?
No me atrevería a decir eso, porque con una variedad tradicional, y haciendo los esfuerzos y manejos técnicos podría llegar igual de firme que una variedad nueva. No diría que ‘per se’ una variedad nueva va a llegar más firme que una variedad tradicional, lo que sí hay, son variedades nuevas que tienen características genéticas que mejoran características de calidad de la fruta como por ejemplo la firmeza de baya, pero no se debe asegurar solo por ello que la fruta cumpla con esa característica ya que se debe considerar el vigor de la planta, carga frutal final, riegos, fertilización, etc.
¿O sea, los trabajos que ustedes hacen en campo con una variedad nueva para que te llegue firme son, entre comillas, menos que los que tienes que hacer con una variedad tradicional?
En teoría sí, pero no te olvides también que todo productor-empresario quiere sacar un buen número de cajas por hectáreas. A una variedad nueva no le querrás sacar 3,000 cajas/ha, sino querrás sacarle 3,500 o 4,500 cajas/ha. Para soportar esa carga, el esfuerzo de la planta es inmenso, entonces no por ello uno puede asumir de que toda la fruta va a estar firme. Volviendo a tu pregunta, no me atrevo a contestarte tan directamente, es decir sabes que una variedad, en teoría, tiene mejores condiciones, pero tienen otros temas también.
COSTOS DE PRODUCCIÓN: NO PASA POR AHORRAR POR AHORRAR
¿Cómo ves tú el tema del ahorro de costo de producción haciendo labores menos finas, de lo que se está acostumbrado?
Creo que frente a eso uno siempre tiene que evaluar fríamente con números en la mano, respecto a todas las labores que se hacen durante el año. Obviamente, hacemos un presupuesto y sabemos lo que va a costar esa labor y después de que la hacemos, sabemos con certeza cuánto costó esa labor. Creo que lo determinante es saber el momento si vale la pena hacer una labor más detallista o no y, si es que no hacerla o hacerla, me pueda significar un retorno, porque uno hace una labor pensando que esa labor va a tener una rentabilidad, ¿cierto? Aquí hablamos de la rentabilidad de cada labor. Por ejemplo, cuando llegué a trabajar a Ica me encontré con el penduleo, y yo esos años veía que era una labor de un elevado costo, muy detallista y lenta de hacer; pero es una labor que se hace dependiendo de la variedad. Si resulta que tenemos una variedad que es tremendamente vigorosa, donde se me pierden los racimos para poderlos contar y para poderlos trabajar, es mejor gastar dinero en hacer ese penduleo. Pero quizás frente a una variedad que no tiene estas expresiones vegetativas más fuertes, no valdrá la pena.
O sea, no es algo fijo, no es algo que vayas a decir: ya, de ahora en adelante, las labores vamos a hacer así.
Puede plantearse inicialmente, pero como vuelvo a insistir, no puedes cerrarte, tienes que tener dentro de tu presupuesto esta labor. Sabes que, si una labor costará 10, no la harás porque es muy cara, ¿cierto? Sin embargo, si tienes una uva que presenta determinadas características, sabes que esa labor deberás hacerla. Ahora, es importante que, frente a un directorio, frente a un dueño o un gerente le digamos que esta labor no la voy a hacer porque es carísima y aquí quiero ahorrar mis costos. Perfecto, en ese momento ahorrémoslo, pero si se dan condiciones que no son las más adecuadas, habrá que hacerla. Y para ello serán clave las intervenciones técnicas y comerciales. Por eso es que los trabajos no son individuales, para eso están los equipos de trabajo, aquí hay que interactuar con la parte comercial, la parte gerencial y la parte técnica (encargados de campo, administradores, gerente agrícola) porque van todos de la mano.
Y tanto la pandemia como el paro de trabajadores hicieron subir los costos de producción.
Sin duda. El paro fue un tema muy grave porque se perdió fruta. Mis clientes perdieron fruta. Ahora bien, dependiendo de la variedad creo que las que fueron más afectadas fueron las variedades que tienen periodo fenológico corto. Por ejemplo, la variedad Flame, si no la cosechamos en el momento oportuno se pasa, se pone oscura, entonces pierde atractivo comercial, por lo tanto, es pérdida. Y las variedades blancas, están más expuestas a la radiación solar, por lo tanto, tienen más probabilidades de ponerse de un tono ámbar, que también las deja fuera del circuito de comercialización internacional. Eso es algo que se da en las variedades tradicionales y nuevas. Fue un perjuicio enorme, yo he estimado pérdidas que pueden ser entre 200 y 300 cajas/ha en algunos casos, pero incluso hubo pérdidas de hasta 800 cajas/ha, dependiendo de la variedad, de la zona, de quien estuvo más expuesto o no. ¿Y el ambiente como queda tras un paro como el que hubo?