Los fertilizantes foliares siguen ganando la confianza de la industria agrícola
Usados como un complemento de la fertilización al suelo, cuando se detecta una baja de la disponibilidad de un nutriente en el perfil o una carencia evidente en las plantas, el uso de los fertilizantes foliares se ha consolidado entre los productores agrícolas. Si bien hay ciertas creencias enquistadas en la mente de agricultores e investigadores, con el tiempo se han ido derribando mitos sobre esta categoría de productos, la que ha demostrado, en términos generales, ser efectiva.
Cuando se ha establecido un huerto en condiciones limitantes de suelo o clima, la fertilización foliar asoma como la práctica más adecuada para aportar nutrientes a las plantas, lo que ofrece ciertas ventajas, ya que de esta forma se aplica nutrientes directamente al follaje, permitiendo corregir o prevenir rápidamente deficiencias nutricionales. Sin embargo, aun resta por conocer exactamente cuáles son los mecanismos mediante los que las soluciones penetran en las hojas. La buena noticia es que en el último tiempo se han logrado importantes progresos en la comprensión de esos procesos, con el consiguiente abandono o modificación de ciertos conceptos, a pesar de que algunos de ellos siguen teniendo fuerza entre los agricultores. Para la Dra. Victoria Fernández, investigadora del Grupo de Genética Forestal y Eco-Fisiología de la Universidad Politécnica de Madrid, hay muchos factores químicos y ambientales que aún falta por conocer. A ello, hay que añadir que todavía resta por comprender bien las propiedades de las superficies en las que se aplican los productos.
Pero, ¿por qué su uso está creciendo? En las últimas etapas de crecimiento de ciertos sistemas de cultivo es común ver una desecación en la parte alta del suelo, lo que podría limitar la capacidad del sistema radicular para absorber de forma efectiva los nutrientes minerales presentes en las capas superficiales del terreno. No es lo único ya que, según el profesor doctor Ismail Cakmak, de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Naturales de Universidad de Sabanci, Estambul, en Turquía, una mala distribución de boro y calcio dentro de la planta, debido a su baja movilidad en el floema, puede provocar deficiencias de esos nutrientes en los órganos generativos o en los órganos de rápido crecimiento, como son las semillas o los brotes, incluso a pesar de su alta concentración en las hojas completamente expandidas. Por ello es que, bajo estas condiciones, la fertilización foliar aparece como una práctica efectiva para asegurar una mejor nutrición mineral de las plantas.
Según el profesor Cakmak, los reportes de deficiencias ocultas de nutrientes en los cultivos son más comunes de lo que se pudiese esperar. Estas podrían provocar un descenso productivo de entre un 10 y 15%. Eso, sin que se observen síntomas visibles de deficiencias de nutrientes, y es que esta ‘deficiencia oculta’ suele manifestarse en sistemas de cultivo de alto rendimiento y también bajo programas de nutrición desbalanceados.
Para el académico de la Universidad de Sabanci, la aplicación de fertilizantes foliares es clave para evitar esa ‘deficiencia oculta’. Señala que la deficiencia de magnesio es un buen ejemplo de ello, la que puede ser inducida por una alta fertilización potásica, por el cultivo de variedades de alto rendimiento, por una disminución de la absorción de magnesio del suelo (especialmente en suelos ácidos y ricos en aluminio) o una exposición de las plantas a calor y a alta radiación.
AJUSTE DE LAS DOSIS
Otro aspecto que deben tener claro los productores, es que el ajuste de las dosis al cultivo y al clima donde se ha establecido un huerto no es un asunto trivial. La Dra. Fernández ha señalado que una de las claves es el tiempo de secado de las gotas sobre las hojas. Es decir, mientras más tarda en secarse la disolución que se está aplicando, mayor es la oportunidad de que esta penetre en las hojas, sobre todo porque solo hay absorción cuando la fase es líquida. Por contrapartida, si la aplicación se realiza un día con altas temperaturas y una humedad relativa baja, las gotas se secarán más rápido que si se aplican en condiciones favorables (bajas temperaturas y humedad relativa en torno al 85%). Por ello es que el factor de secado juega un papel importante en zonas productoras con un clima árido o semiárido.
La experta española sostiene que hay mucha evidencia sobre las ventajas y beneficios de las aplicaciones de fertilizantes foliares. Por ejemplo, mejora de la calidad de la cosecha y aumento de los rendimientos productivos. Sin embargo, aún hay desconocimiento sobre los diferentes factores que inciden en la efectividad de las aplicaciones foliares, lo que va limitando los resultados que se podrían esperar con esta práctica. Así, por ejemplo, si bien se conoce que las hojas, flores, brotes y frutos pueden absorber soluciones nutritivas, hasta ahora no ha habido evidencia científica de que existan procesos metabólicos que actúen para la absorción de estos elementos. La incorporación de los nutrientes, entonces, se debería a gradientes de concentración entre la superficie de la planta y su interior.
MITOS POSITIVOS Y NEGATIVOS SOBRE LA FERTILIZACIÓN FOLIAR
Si bien muchas teorías sobre el uso de fertilizantes foliares, han sido abandonadas o modificadas, aun hay algunas visiones que permanecen en la mente de productores, y también, de algunos investigadores. Otros expertos han elaborado un listado de los mitos positivos y negativos de este tipo de productos:
Creencia de que se puede remediar cualquier deficiencia nutricional (mito positivo): La Dra. Fernández explica que en ciertos casos puede ser, aunque ello también dependerá de factores tales como el cultivo que se está nutriendo y del elemento que se va a suplementar, sobre todo porque este puede o no ser móvil en la planta. Asimismo, dependerá de si este es capaz de restaurar la fisiología de la planta.
Los programas siempre se orientarán más al objetivo de lo que puede ser un tratamiento a la raíz (mito positivo): Ello dependerá del cultivo, del elemento y del clima, entre otros factores.
La nutrición foliar tendrá menos impacto en el medio ambiente que la nutrición al suelo (mito positivo): Los agricultores californianos suelen aplicar muy altas concentraciones de zinc, sobre todo poco antes de que las plantas pierdan las hojas, como forma de mejorar la absorción de este elemento. Sin embargo, esas altas concentraciones podrían no ser tan inocuas como se supone.
Creencia de que la fertilización foliar es una alternativa ‘natural’ a las aplicaciones al suelo (mito positivo): Esta práctica debe considerar que los órganos aéreos de las plantas están diseñados más para minimizar el intercambio de materia con el medio ambiente que para absorber nutrientes minerales. Una cutícula lipofílica, más o menos repelente de agua, cubre las hojas, y es esa cutícula la que resiste la penetración de solutos hidrofílicos con nutrientes. Por su parte, los estomas están protegidos contra la infiltración de agua líquida. Por tanto, el principal reto es superar la barrera de la superficie foliar de modo que los nutrientes sean absorbidos por las hojas a una tasa adecuada como para corregir la deficiencia de nutrientes, pero lo bastante baja para evitar que las hojas se quemen.
Creencia de que las hojas absorben activamente los nutrientes foliares (mito positivo): Al contrario de la absorción radicular, los procesos involucrados en la absorción foliar son pasivos y, por tanto, la penetración de nutrientes en la superficie de la hoja no es selectiva. Así, los nutrientes aplicados a la hoja penetrarán independientemente de los requerimientos fisiológicos de la planta.
Creencia de que las estrategias de foliares no son efectivas (mito negativo): Se piensa así asumiendo que los nutrientes aplicados al follaje no son absorbidos por las hojas o que luego no son incorporados al metabolismo.
Creencia de que no se puede usar nutrición foliar en todas las áreas productivas (mito negativo): Se piensa que solamente tiene efectos positivos en algunos cultivos.
Creencia de que la cutícula es la única vía de entrada disponible (mito negativo): Diversos trabajos señalaban que los estomas jugaban un papel importante en la penetración de la hoja. Se observó que las tasas de absorción se correlacionaban con la presencia, frecuencia o apertura de estos. Por contrapartida, quedaba claro que la infiltración a través estomas de la solución aplicada a la hoja no se producía por flujo de masas, salvo que la tensión superficial fuera disminuida por un muy efectivo tenso activo en la superficie. Esta paradoja se resolvió cuando quedó demostrado que nano partículas penetraban los estomas por difusión en la superficie de los poros estomáticos y no por flujo de masas de la solución.
Creencia de que la cutícula es (siempre) la principal vía de absorción (mito negativo): Sin embargo, las sales minerales fertilizantes pueden ser absorbidas cuando se aplican a la superficie de la hoja (sin estomas), indicando que el modelo de disolución y difusión en la cutícula, el que es válido para solutos apolares lipofílicos, no puede explicar satisfactoriamente la absorción cuticular de los solutos hidrofílicos. Debido a ello es que se desarrolló el modelo de poros acuosos polares, donde el agua puede ser absorbida por la cutícula y formar conjuntos acuosos internos. Si se absorbe suficiente agua los conjuntos pueden formar un puente acuoso dentro de la cutícula lipofílica en el que los solutos hidrofílicos pueden difundir entre la superficie más externa de la hoja y las células epidermales. Se ha demostrado que con una disminución de la HR de 100 a 90% decrece la permeabilidad de la cutícula de peras por un factor de 10, y que con 50% de HR la permeabilidad decrece aun más, por un factor de 100. Se ha concluido, entonces, que mientras más baja sea la HR, menor será la permeabilidad de la cutícula. En esas condiciones, la contribución de la absorción estomática puede ser particularmente importante.
FORMULACIÓN DE PRODUCTOS DE ACUERDO AL CLIMA
Para la Dra. Fernández, los productos foliares deberían ser formulados dependiendo del clima de la zona en que se utilizan, pero aún falta mucho conocimiento para llegar a ‘hilar tan fino’. Hoy en día es algo que no se hace porque las empresas que los fabrican venden el mismo producto en todas partes. Existe una enorme generalización tanto para las especies cultivadas como para el clima como para otros factores.
Y con el fin de abaratar costos es que se mezclan nutrientes con fitosanitarios, aumentando el nivel de azar, según afirma la especialista, ya que mientras más variables se involucren habrá una mayor probabilidad de que no funcione el herbicida, por ejemplo, ni tampoco el nutriente. “Es el caos total”, sostiene y añade que este aún es un campo que necesita exploración, ya que se ha visto que, tras mezclar zinc con un herbicida, se potencia la acción del agroquímico. Asimismo, puede haber reacciones entre los nutrientes, el agroquímico y el surfactante, provocando que algunos productos no se activen.
Factores importantes que afectan la respuesta de las plantas a los fertilizantes foliares
Factores ambientales
- Luz
- Humedad relativa
- Temperatura
- Velocidad del viento
- Lluvia, niebla
Factores de formulación
- Punto de deliquescencia
- Solubilidad
- Tasa de retención
- pH, carga eléctrica
- Tamaño molecular
- Facilidad para ser incorporado metabólicamente
Factores relacionados a la planta
- Topografía de la superficie y química
- Estado fenológico de la planta
- Ritmo circadiano y metabólico (apertura estomática, flujo xilematico, etc.)
- Estado hídrico y nutricional de la planta
- Incidencia de factores potenciales de estrés
MERCADO, REGULACIÓN Y REGISTRO DE PRODUCTOS FOLIARES A NIVEL MUNDIAL
De acuerdo a la información publicada en el libro ‘Fertilización Foliar: Principios Científicos y Experiencias de Campo’, actualmente no existe una regulación específica para los fertilizantes foliares, ni en la Unión Europea, ni tampoco en EE UU; y estos solo se deben regir por aquella desarrollada para los fertilizantes en general. Así, hay muchos productos actualmente certificados como fertilizantes en EE UU cuyo uso todavía no está permitido en la UE. Eso dejaría a los productores ‘indefensos’, ya que según explicaba la Dra. Fernández a Redagrícola, podrían estar vendiendo algunos productos que tienen muy poca posibilidad de penetrar en las hojas.
Sobre el porcentaje de productos que realmente funciona, la experta española sostiene que hoy en día en el mercado se venden muchos productos que son sales puras y nada más, por lo que resulta bastante poco probable que penetren. Solo podrían penetrar con la ayuda de un surfactante, por ejemplo. Y, respecto a las diferencias de precios, la especialista ha comprobado que algunos de los productos que ha ensayado están mejor formulados que otros, ya que algunos fabricantes se esfuerzan en diseñar productos que penetren de mejor forma, y que por lo tanto, pueden ser más caros. En cambio, en aquellos productos que son solo sal, la penetración en algunas superficies es muy baja.
FERTILIZACIÓN FOLIAR PARA EVITAR LA MALNUTRICIÓN
Algunos de los más recientes trabajos de investigación que se han hecho en el planeta, han estado relacionado con la nutrición humana. Y es que unos 2.000 millones de personas son afectadas por el ‘hambre oculta’, causada por el consumo de cereales con bajo contenidos de micronutrientes. Por tal motivo, es que en los últimos años se ha expandido el desarrollo de fertilizantes foliares con micronutrientes, a fin de mejorar el valor nutricional de granos, sobre todo en los aportes de zinc y yodo. Así, por ejemplo, aquellos cereales que contienen alrededor de 10 μg de yodo/kg, están por debajo de las necesidades diarias de ese elemento, principalmente en los países en desarrollo, donde el consumo de cereales es muy alto. Se ha determinado que, entre todas las deficiencias de micronutrientes, la deficiencia de yodo es alta entre los niños de los países desarrollados. Bajo el proyecto HarvestZinc se han realizado diferentes trabajos de investigación en trigo y arroz, donde se demostró que la aplicación foliar de micronutrientes, incluido zinc y yodo, incidieron en sustanciales incrementos en la concentración de dichos microelementos tanto en el grano mismo como en la endosperma.
NUEVAS TECNOLOGÍAS DE APLICACIÓN
Entre las últimas novedades de aplicación está la electroestática, una tecnología que requiere de la misma concentración de producto y de los mismos adyuvantes, por lo que solo se traduce en un menor tamaño de gota. Sin embargo, se requiere de mucho más tiempo que la tecnología convencional de aplicación, para lograr mojar bien las superficies. La Dra. Fernández afirma que aún queda mucho por investigar en este tema.
Sobre la nanotecnología, y si bien hay especialistas que se han mostrado favorables al uso de esta tecnología, la especialista de la UPM no lo ve tan sencillo. “Si somos capaces de envolver partículas más pequeñas de ciertos elementos, para que sean más estables, y si ese material resulta ser más soluble en la cera de la cutícula de las plantas, podría ser un aporte”, sostiene y pronostica que aún se requiere recorrer un largo trecho para que una tecnología como esta esté disponible para toda la industria agrícola.