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Olmos es el epicentro productivo

Limón Tahití: anotaciones para un cultivo con alto potencial

El dinamismo que registró el limón Tahití al cierre del 2021 es un anticipo del potencial exportador del cultivo, que continúa captando el interés de productores de regiones como Lambayeque y Piura. Las principales compañías agrícolas de limón Tahití coinciden en que hay condiciones mínimas que se deben seguir para cumplir con los estándares de calidad de exportación. Empezando por una correcta irrigación y fertilización, sumado a temperaturas óptimas para el desarrollo del cultivo.

22 de Febrero 2022 Miriam Romainville Izaguirre
Limón Tahití: anotaciones para un cultivo con alto potencial

Camuflándose entre los arbustos y sobre extensas áreas productivas, crece un cultivo que se anticipa como promisorio: el limón Tahití, conocido en México como “limón sin semilla” y en Estados Unidos como lima de Persia (Persian lime) o limón de Tahití (Tahitian lime). El fruto se consume principalmente en su presentación fresca y cuenta con disponibilidad durante todo el año, factor determinante para poder programar cosechas de enero a abril, el periodo de poca oferta de México, principal proveedor mundial.

Sergio del Castillo, gerente general de la Asociación de Productores de Cítricos del Perú (Procitrus), destaca que ha habido un crecimiento importante de esta categoría. “En los últimos diez años se incrementó en 60,000 toneladas la demanda a nivel mundial. Esto ha gatillado la siembra de limón Tahití en Perú”, sostiene. El limón Tahití ha sido la variedad que ha impulsado las exportaciones de limones desde el Perú y desplazado al tradicional limón Sutil: solo en el 2021 sumó envíos por 17.878 toneladas, 61% más que el año previo, de acuerdo a informaciones de Fresh Fruit Perú. Los principales destinos fueron Chile, Reino Unido y Países Bajos.

Evolución de las exportaciones de limón Tahití en Perú (en toneladas).

El crecimiento de la categoría ha sido tal que algunos expertos advierten del riesgo de saturar los mercados y presionar los precios a la baja en el corto a mediano plazo. “En limón aún no tenemos muchas puertas abiertas, por lo que hay que estar atentos antes de incrementar la oferta de manera sorpresiva”, advierte Gabriela Roldán, analista de Fresh Fruit Perú. La especialista pone como ejemplo el caso del arándano, cuya súbita alza de oferta hizo caer los precios. “Eso no afecta a las empresas que lideran las exportaciones, pero sí podría afectar a las pequeñas, sobre todo en productos como el limón”, precisa. Con el objetivo de diferenciar la fruta según país de origen, un aspecto en el que se suele incidir es el de elevar los estándares de calidad, y por consiguiente, aumentar el porcentaje de fruta exportable.

El Perú no es el único país que se ha inclinado por esta variedad y que ha visto como principal mercado a Chile, que representó el año pasado casi el 53% de sus envíos. Brasil —que en noviembre pasado consiguió la luz verde del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) para ingresar a Chile, pero que a la fecha aún no ha concretado envíos— ve a esta plaza comercial con buenos ojos y apunta a una participación de 50% del mercado. Este país también tiene la ventaja de producir durante todo el año. Luiz Eduardo Rafaelli, director internacional de la agrupación de productores brasileños Abrafrutas, consideró que para posicionarse en el mercado tendrán que ofrecer un limón de calidad y a un costo más accesible.

ENFRENTANDO LOS RETOS PRODUCTIVOS

Edwin Valdivieso, asesor agrónomo de Limones Peruanos — la segunda mayor exportadora de limón Tahití del país. Dedicada no solo a la producción y exportación del cítrico en la presentación fresco, sino además de aceite esencial destilado y cáscara deshidratado— considera que el principal reto en el país es aumentar la productividad y disminuir el porcentaje de descarte de fruta cosechada. “Se está promocionando al limón Tahití, pero sin saber cómo se maneja”, complementa el gerente general de Procitrus, ya que existen ciertos estándares respecto al color, tamaño, contenido de jugo y firmeza al que deben apuntar los productores. Si bien uno de los grandes retos es tener un fruto libre de plagas y enfermedades, hay dos factores externos que juegan un rol crítico en la etapa de producción: la temperatura y el riego.

Diego Oneto, gerente agrícola de Frutícola Olmos.

Olmos es una de las zonas más propicias que tiene el país para producir limón Tahití, pese a que tiene una participación de 18% de la producción total, según anota Fresh Fruit Perú. En palabras de Diego Oneto, gerente agrícola de Frutícola Olmos, “es un valle netamente limonero”. La temperatura es uno de los principales atributos que valoran los productores. “Olmos es un desierto seco, la media promedio del verano es 32° C entre el mediodía y la 1 de la tarde”, explica. Sin embargo, advierte que este año la temporada de verano ha sido más fría que las anteriores, lo que ha repercutido en un crecimiento más lento. “Ahora lo más bajo en la noche es 18° C. Acá en verano deberías tener en la noche 26° C”, refiere. Y continúa “de hecho estamos un poco lentos con la cosecha porque ha habido días en que no ha salido el sol”.

Esta situación anómala ha despertado su preocupación, dada la relevancia de este factor en la producción. La temperatura influye significativamente en el desarrollo de las plantas. Un aumento puede afectar de modo exponencial la velocidad de los procesos fisiológicos, en especial incrementa la energía cinética de los sistemas enzimáticos. Mientras una disminución provoca el efecto contrario. En esa línea, Oneto enfatiza que mientras más baja sea la temperatura, más lento será el crecimiento de la planta. “Bajas temperaturas desencadenan que las limas no se desarrollen y no alcancen el tamaño deseado”, anota. La oscilación de la temperatura además influye sobre el contenido de sólidos solubles totales y la acidez.

Alexander Gallegos, jefe de calidad de IRPM.

Por su parte Alexander Gallegos, jefe de calidad de International Realty Property Management (IRPM), la cuarta empresa que más volumen de limón Tahití exporta del país, refiere que la temperatura del valle de Olmos permite un uso más eficiente del recurso hídrico. “Es como regar el jardín de tu casa, si lo riegas a 30 °C la humedad va a aguantar un poco más y vas a tener que echar menos agua. En cambio, a 42°C debes usar más agua y evitar la aplicación cuando el sol está en plenitud”, explica el especialista, tras indicar que, en Piura, departamento que concentra el 54% de la producción de limón Tahití, se ha logrado alcanzar los 43 °C.

Gallegos refiere que este año no se han registrado lluvias en la zona norte del país, pese a que tradicionalmente suele haber precipitaciones entre los meses de diciembre y febrero. “Incluso hubo cuatro días en Piura que estuvo seco el canal grande”, detalla. Los elementos climáticos como la temperatura y la humedad condicionan la fenología de las plantas y el desarrollo de las prácticas de manejo de los cultivos como riego, fertilización, podas y manejo fitosanitario. Por ejemplo, la cantidad de lámina de riego requerida en Frutícola Olmos es de 0,005 litros/día/ha. “Esa es la lamina de agua que le doy al limón Tahití todos los días. Nosotros hacemos todo con riego tecnificado. Tenemos agua 24/7”, explica Oneto.

Por su parte, en Limones Peruanos cada árbol requiere ± 130 litros/día, durante 45 días. Esta indicación de riego se da durante el amarre de la fruta, añade Valdivieso, tras sostener que el promedio anual está entre 20.000 a 25.000 litros/año/planta. Mientras en la compañía IRPM lo habitual es regar 14.000 litros/ha durante tres días. “Nosotros regamos tres días y luego cortamos”, precisa Gallegos. El riego es importante para que el limón Tahití adquiera un óptimo contenido de jugo. Un estándar de porcentaje de jugo en la industria oscila entre 85% y 95%, de acuerdo con Oneto. “De nada te serviría aplicar demasiada urea para tener un limón de un calibre super extra, los 60 milímetros de diámetro ecuatorial, para que al momento de cortarlo no tenga mucho zumo, mucho jugo, porque no se le ha aplicado agua”, agrega Gallegos. En general, comenta que el sector apunta a tener calibres de limón Tahití de entre 48 a 58 mm.

EXPERTOS. Frutícola Olmos se estableció en Olmos en 2015, dedicándose a la producción de limón Tahití orgánico.

Una condición que influye en la frecuencia de riego es el suelo, ya que en el caso de suelos arenosos (suelos con baja tasa de infiltración) se requiere una mayor frecuencia de riego. El jefe de calidad de IRPM precisa que el tipo de suelo influye en el intervalo de tiempo o días que deben suceder entre dos riegos sucesivos. Mientras en suelos arenosos el intervalo de riego es de 10 días, en suelos arcillosos las plantas se riegan cada 15 días. El experto precisa que en Olmos hay más presencia de suelos arenosos, mientras que en Piura hay más suelos arcillosos. Cabe destacar que es importante estudiar las características específicas del suelo de cada una de las localidades productoras de limón Tahití, en especial la capacidad de retención de agua para determinar qué cantidad de lluvia recibida pueden almacenar y suplir la demanda real de la planta. Dentro del uso del riego se advierte que algunos productores, especialmente piuranos, tienen la necesidad de tener una época de estrés con el propósito de que se presente la inducción de la floración. “Se debe inducir un quemado o estrés a la planta. Primero le quitas el agua y luego haces una poda. La quemada se suele hacer con nitrato de calcio. Se puede aplicar 5 kg de nitrato de calcio a un cilindro que contiene 250 litros de agua. Luego de un tiempo prudente, casi 30 días después, se comienza a realizar aplicaciones vía foliar, una a dos veces al mes. Posteriormente, ya se comienza a aplicar agua y se deja a la planta florear. En ramas sueles tener de 15 a 20 flores, luego de un tiempo la planta va abortando. Esto no quiere decir que la polinización estuvo mal o que hubo algo que no se cumplió”, expresa Gallegos. Añade que, tras la aplicación de productos foliares, se sugiere aplicar urea, un fertilizante 100% amoniacal. Algunos productores de limón Tahití además utilizan hormonas que estimulan el crecimiento, como la giberelina.

CALIDAD, POR SOBRE TODO. Control de calidad del cultivo con supervisión del Minagri.

Respecto a la polinización, la agroexportadora Limones Peruanos alude a la condición de triploide del pequeño cítrico. “Al ser un triploide, y no tener semillas para guardar reservas y óptimo desarrollo, el reto es un buen plan nutricional mensual. Nutrición balanceada y en el momento preciso”, expresa. Una adecuada nutrición e iluminación del árbol contribuirán al proceso de coloración de la fruta. Oneto, de Frutícola Olmos, recomienda mantener una relación aproximada de 250 unidades de nitrógeno (N), 70 unidades de calcio (Ca), 50 unidades de magnesio (Mg), 120 de fósforo (P) y 290 unidades de potasio (K) en el programa nutricional. “Si bien las unidades las vas a ir poniendo en campo durante el año, cuando acabas de podar vas a fertilizar menos cantidad que cuando estás en producción”, recuerda Oneto. Añade que la agrícola tiene la particularidad de realizar su propio compost a escala industrial y de estar en el segmento de la agricultura orgánica. Para garantizar la luminosidad es importante una adecuada poda. Limones Peruanos anota que la primera poda es general, es decir, incluye la limpieza, aireación e iluminación; después de esta primera poda se debe realizar, como mínimo, dos más que coincidan con el corte de mamones. Esto con el objetivo de mantener iluminado al árbol. “Para que puedas tener un fruto verde debes tener una buena iluminación natural, dejar que los rayos de sol pasen correctamente. Lo recomendable es, una vez al año, hacer el deshoje. Hay muchos fundos que hacen el corte de la copa de árboles con trozadora, nosotros preferimos hacerlos más manualmente”, destaca Gallegos.

PRODUCTIVIDAD. El potencial productivo de un huerto de 1 ha, al sexto año, es de 60/ha.

La densidad recomendada por la agroexportadora es de 416 plantas/ha aproximadamente, a un marco de plantación de 8×3. Oneto señala que dicha densidad le permite trabajar, de mejor manera, la forma del árbol por dentro. “Lo que te da la alta densidad es tener un mayor volumen en etapas iniciales. En una alta densidad debes podarlo de diferente manera”, añade, tras indicar que en la empresa han probado también marcos como el de 5×5 y 10×10. IRPM tiene una mayor preferencia por los marcos de 6×5, alrededor de 333 plantas/ha. Pero, ¿por qué esa preferencia? “Para cuando se comienza a podar darle una forma de copa y así dejar que los rayos del sol pasen y logre completarse su fotosíntesis”, responde el experto.

DESAFÍOS FITOSANITARIOS

El cultivo no está exento de presiones por problemas fitosanitarios. Las principales plagas son el ácaro del tostadero, arañita roja, minador de los cítricos, queresas, cochinillas y pulgones, mientras que las enfermedades más problemáticas son antracnosis y botrytis. Expertos como Oneto se orientan por un enfoque preventivo para ser más eficientes con el costo. “El lavado es la herramienta principal para que las limas no tengan problema”, afirma. Su recomendación incluye usar detergentes potásicos y lavar constantemente las hojas, que son un eventual hospedero. También sostiene que se puede recurrir al uso de azufre y aceite de neem —insecticida orgánico de amplio espectro— para mantener a raya a la arañita roja. “Debes darle mantenimiento toda la semana. Lavar cada 15 días y cada 10 días aplicar azufre para que siempre la plaga esté en niveles que no cause daño económico”, dice. Una vez que ya lo tienes en campo debes entrar con “sintéticos o con insecticidas orgánicos”, complementa. Gallegos añade que se ha observado un poco más de problemas de queresa a la hora de realizar los envíos a Chile. “El tema del frío, de cambiar la temperatura porque de acá lo saca en 8°C y al momento de la inspección en Chile apagan el frío, ayuda a disipar el insecto”, indica. Además, se ha identificado la presencia de chanchitos. “Un pulgón va sacando el dulzor de la fruta y se convierte en una melaza, eso crea un ambiente cálido para que prolifere el chanchito”, dice. Aprovechar los vientos a favor que tiene el limón Tahití pasa por entender el manejo del cultivo y elevar los estándares de calidad. Aunque hay factores que no se pueden controlar directamente, un adecuado manejo de recurso hídrico y de plagas permitirá tener fruta con mejor color, porcentaje de jugo, acidez y calibre.

POTENCIAL PRODUCTIVO

El limón Tahití alcanza su máximo potencial de producción entre los 6 y 8 años. Aproximadamente 60 t/ha. El sector apunta a tener calibres de limón Tahití de entre 48 a 58 mm.

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