“Las microalgas pueden ser el gran nuevo producto de exportación”
En aras de generar una nueva industria con fines no solo económicos sino altruistas, Alimenta ha invertido US$3 millones en la investigación de microalgas, consideradas como uno de los alimentos del futuro. Vasco Masías señala que ya es tiempo de pasar del ‘boom’ exportador al ‘boom’ de la biotecnología, y apuesta por la agricultura regenerativa.
Gabriel Gargurevich Pazos
Para entender lo que hacen hoy en el Grupo Alimenta, holding con más de veinte años de trayectoria, es preciso echar un vistazo al pasado, de la mano de su gerente general, Vasco Masías. Su abuelo hizo innovaciones en la sierra peruana, como la incorporación de ganado de lana para mejorar la productividad en el ámbito ganadero. Debido a la Reforma Agraria, en 1969, la familia Masías, con Tallo, su padre, a la cabeza, dejó de ser latifundista para trabajar en un pequeño pedazo de desierto, en el sur del país, viéndose en la obligación a reinventarse, ¿cómo? Usando los primeros sistemas de riego tecnificado. En esa época, en los años setenta, y ya inmersos en la producción de huevos, se abocaron a optimizar el proceso de la crianza de gallinas, transformando el guano en metano. Así nació La Calera. “Toda crisis trae una innovación”, dice Vasco. “La innovación en esa época fue sobrevivir con dos o tres cosas que nos marcaron para siempre. Y la inspiración siempre vino de trabajar con la gente”, añade.
El hoy gerente general de Alimenta, recuerda que en determinado momento sus hermanos y él se preguntaron de qué manera podían continuar el camino de la innovación trazado por su padre y abuelo. “En esa misma línea, tenemos que generar mayor valor para el país”, se dijo Vasco. “De chicos, siempre hemos escuchado que nuestro país está destinado a no despuntar porque exporta materias primas. Yo me acuerdo haber dicho que eso no podía ser, que teníamos que invertir en investigación, en laboratorios de desarrollo que nos permitan vender productos de valor agregado”.
El Grupo Alimenta ofrece lo anterior, como dice Vasco, en las empresas que lo conforman, donde están plasmadas “esas ganas de ganarle a la generación anterior, ese es el reto”, sostiene. Las empresas son: Ecobaf (micro organismos benéficos), AV Fertilizantes de Precisión (fertilizantes), Ovosur (derivados del huevo), Alimenta Algae (microalgas), VIA Foods (ingredientes para pastelería) y Alimenta.
Ante todo, Vasco, acota, que estas empresas no tienen como objetivo solo hacer dinero, sino tener también un propósito altruista. En las próximas páginas deja constancia de ello.
–¿Cuál es el objetivo principal del Grupo Alimenta?
–El objetivo principal es generar valor agregado, pero empezamos a darnos cuenta de que hay un montón de problemas en el mundo. Hay situaciones que realmente te cambian la vida y una de ellas para nosotros fue el 15 de agosto del 2007, cuando sucedió el terremoto de Pisco. Se trató de nuestra gente, en Ica, Chincha… En Chincha se cayeron 600 casas de trabajadores nuestros, en una noche… Al día siguiente todo era un desastre, no se podía llegar. Me llamó mi madre desde Chincha, que estaba ayudando en los comedores; me dijo que le mandara un poco del huevo en polvo que estábamos produciendo en la planta de deshidratado en Lima y que exportábamos a Corea, Tailandia…
–¿Aun no existía el Grupo Alimenta?
–No, existía Ovosur, empresa a partir de la cual se funda Alimenta. Es una empresa que yo fundé, en 1995.
–¡Bastante joven!
– Sí, a los 17 años. Vengo de una familia en la que tenías que hacer empresa. En el 2007, Ovosur ya tenía 10 años y vendía a cinco países en el mundo. Y teníamos este huevo en polvo que servía para hacer panetones, pastas, pero que no era rico para comer directamente. Transformarlo implicaba un proceso de seis meses a un año. Pero, ante el terremoto, lo hicimos en una semana. Fue impresionante cómo se puso a trabajar el equipo; inventamos, mezclamos una serie de ingredientes; lo hicimos un poco más rico, lo pusimos en unas bolsitas y lo llevamos al lugar del desastre. Y cuando vimos el efecto que podíamos generar en las vidas de la gente gracias a la innovación, nos dimos cuenta de que podíamos hacer una empresa totalmente diferente. Eso nos llevó a fundar tres empresas más…
–¿Implicó riesgo?
–Claro, ¿porque innovar qué cosa es? Introducir lo nuevo. Y lo nuevo no tiene mercado. Pasamos a obsesionarnos un poco con la nutrición infantil y desarrollamos una serie de productos a partir del huevo. Pero nos dimos cuenta que faltaba otra fuente de proteína; fue así como llegamos a las microalgas.
LARVAS DE MOSCA: UN GRAN NEGOCIO
Vasco precisa que hace tres años empezaron a investigar entorno a las microalgas y otras fuentes de proteína, en el marco de un proceso de ensayo-error. Fue un año entero el que dedicaron al desarrollo de las larvas de mosca, que luego empezaron a exportar a diferentes países. “Nos tomó un año darnos cuenta de que es un gran negocio, pero no para la escala que estábamos buscando, una escala de cientos de miles de toneladas…”, explica.
–¿Larvas de mosca como alimento?
–Es sencillo. Las larvas de mosca consumen alimentos en descomposición, como vegetales, basura orgánica, residuos orgánicos, humanos, guano de gallinas, lo que sea. Y tienen un tracto intestinal que tiene PH1, que limpia casi cualquier cosa. Y la larva crece, y se convierte en una fuente de proteína; luego la deshidratas… Las desarrollamos para alimentar gallinas, para hacer economía circular, porque a nosotros nos mueve muchísimo el desarrollo sostenible, dentro del cual está el concepto de economía circular: en la naturaleza no hay basura porque nada de desperdicia. Cada residuo de un proceso, termina siendo insumo para un siguiente proceso, que genera más residuos que continúan el ciclo, produciendo otro producto. Mucho de lo que hemos venido haciendo tiene que ver con la utilización de residuos para generar una nueva industria. Uno de los residuos más importantes que tenemos es el guano de las gallinas, del cual se producen cientos de toneladas diarias. Y cuando lo analizas, es un insumo fantástico para fabricar, por ejemplo, fertilizantes.
Pero el negocio principal seguía siendo el de los ovo productos, fabricando huevo líquido y huevo en polvo, que enviaban a otros países. “Luego iniciamos investigaciones con microalgas para nutrición humana, que son una proteína fantástica. Hoy las podemos considerar un cultivo agrícola; tal vez sea el siguiente gran cultivo agrícola del Perú. Hay tres alimentos que se consideran el alimento del futuro además de la proteína de carne: la carne cultivada, es decir, genéticamente cultivada en laboratorio, cuyos primeros lanzamientos serán en el 2019. Es un sector donde hay una inversión muy fuerte en EEUU, pero yo no creo en este producto. Los otros dos son los insectos y las microalgas. Son las tres fuentes de alimentación en las que más se está invirtiendo e investigando en EE UU, China y Europa. Nosotros probamos con los insectos y los descartamos por escala. Y así fue como terminamos en las microalgas”.
SPIRULINA: US$ 3MILLONES EN INVESTIGACIÓN
Las microalgas, explica Vasco, son organismos microscópicos, que se multiplican cada 30 horas. Reciben la luz del sol, es decir, son fotosintéticos. Transforman fertilizantes inorgánicos en proteínas orgánicas a una velocidad muy rápida. Hoy la empresa cuenta con lagunas que utilizan una tecnología muy particular, que han tardado cinco años en desarrollarla y que, sin ella, les sería imposible producir aproximadamente 40 toneladas por hectárea, cada año, de spirulina.
“La spirulina es uno de los muchísimos tipos de microalgas que existen. Esta, en particular, es atractiva por su alto nivel de proteína. La gente la conoce, se vende en tiendas naturistas, pero a un precio altísimo. La misión que nos hemos puesto es desarrollar una industria de gran escala para conseguir que la spirulina sea un ingrediente masivamente utilizado como fuente de proteína.Para el consumo humano y animal. Es el ingrediente en la naturaleza con mayor nivel de antioxidantes. Es un ‘súper alimento’ con una potencia de antioxidantes muy importante”, explica Masías.
–¿Han conseguido ya una producción a bajo costo? ¿Se está comercializando a un nivel más importante?
–Llevamos aproximadamente US$ 3 millones invertidos en investigación, en parte gracias a fondos de Innóvate Perú, a quienes realmente tengo que agradecer por acompañarnos en todas nuestras locuras e innovaciones. Llevamos como cinco años investigando las microalgas, específicamente spirulina, en Ica. Estamos haciendo biotecnología de alto nivel en Ica, con una productividad muy buena, y eso nos permite escalar.
–¿Con cuántas hectáreas trabajan?
–La superficie más grande del mundo de spirulina está en California y tiene unas 40 hectáreas. Nosotros soñamos, y a veces me preocupa tener sueños tan grandes, con una producción de 1.000 hectáreas… Pero nuestro primer proyecto cuenta con una superficie de unas 30 ha en algunas zonas que estamos estudiando. Hoy tenemos un área piloto de 10 ha en Ica, de las cuales, cultivadas, tenemos unas 3 ha. Son lagunas artificiales, con muchísima tecnología para que el costo de mover el agua no sea tan alto… Los resultados en calidad, productividad y manejo de la tecnología hoy son óptimos. Para nosotros, estos son los primeros pasos de lo que puede ser el gran nuevo producto del agro peruano para la exportación.
–¿Qué viene a continuación?
–La etapa piloto ya terminó, ahora viene el proceso de escalamiento. Esta industria ya nos pone en un nivel de más de US$ 300,000 por cada trabajador. Es una industria de mucho mayor valor. Entonces pasaremos del ‘boom’ agroexportador al, ojalá, ‘boom’ de la biotecnología, que nos va a poder empujar a ser un país de primer mundo, ojalá…
–¿Las condiciones climáticas y geográficas del Perú favorecen al desarrollo de la spirulina?
–Tenemos un desierto plano tropical y eso es bueno para las microalgas. Estamos en el trópico, donde tenemos las mejores condiciones del planeta, yo considero, para producir microalgas. Así como el Perú es una súper potencia en producción de harina de pescado, podemos serlo en microalgas, pues incluso hay mejores condiciones. Como dije, las microalgas están consideradas como una de las tres fuentes de nutrición humana en el futuro; y además capturan carbono, no emiten carbono, como la mayoría de cultivos de gran escala, como la soya o el maíz.
BIOCARBÓN: HASTA 25% MÁS DE PRODUCTIVIDAD
Vasco subraya que en Alimenta son seguidores acérrimos del concepto de economía circular. Cuando comenzaron a trabajar con algas tuvieron que producir CO2, y el proceso para ello deja un residuo que se acumula. Es así que, de ese residuo, empezaron a obtener el biocarbón.
–¿Cuáles son los beneficios del biocarbón?
–Comenzamos a investigar y resulta que el biocarbón puede ser la base de un fertilizante fantástico. Así empezamos a desarrollar lo que llamamos ‘fertilizantes de nueva generación’, que ya tienen un potencial demostrado. Desde hace dos años, venimos haciendo pruebas en Ica, en diferentes cultivos de exportación y, en la selva, en terrenos ácidos de cultivos de café y cacao. Así, hemos visto que, gracias a este fertilizante, los rendimientos productivos aumentan de 10% a 15%, y se disminuye además tremendamente el uso de pesticidas y agroquímicos. Hemos hecho más de 50 pruebas con agro exportadores, muy científicas. Prácticamente, hemos trabajado con todas las agroexportadoras de Ica. ¿Qué pasa cuando aplicas mucho químico? Desbalanceas la vida en el suelo. Nuestra propuesta es exactamente lo opuesto; nosotros decimos: “Vamos a usar la química, pero balanceando la biología del suelo”. Cuando desbalanceas la biología del suelo, comienzan a aparecer unas bacterias que no estaban antes o las proporciones de tipos de bacterias en el suelo cambian. Entonces, nosotros no estamos hablando de aplicar microrizas o una bacteria, sino que estamos hablando de un sistema que hemos desarrollado y, gracias al cual, en poco tiempo, en dos o tres meses, se recupera el nivel de actividad biológica en el suelo. Para eso necesitamos dos elementos: el sustrato y el bioma. El sustrato es la casa de las bacterias, lo que vamos a aplicar al suelo. Ahí entra el biocarbón, el guano y una serie de técnicas que hemos desarrollado para que ese biocarbón y ese guano no se fermenten, sino que se mantengan en el suelo. Típicamente los agricultores todos los años, o cada dos años, tienen que aplicar materia orgánica al suelo. Esta no se queda en el suelo porque se evapora, se fermenta, ya que no hay vida adecuada en el suelo.
–Mencionaste un aumento de la productividad de 10% a 15% con este fertilizante…
–Hemos obtenido hasta un 25% en flores. Es enorme. Además, la reducción de nematodos en el suelo es de más de 95%. Este es el resultado de años de investigación. Nuestra apuesta es ya no ser solo un país productor de productos básicos y decir que estamos orgullosos de exportar mandarinas o arándanos. Eso es fantástico, está muy bien, pero nuestra apuesta tiene que ver con también poder decir que somos exportadores de innovación.
GRUPO ALIMENTA: S/.145 MILLONES EL 2019
Vasco habla de ‘agricultura regenerativa’ al referirse a los productos fertilizantes con los que trabajan en Alimenta, pues de lo que se trata es de regenerar la fuerza de la fertilidad del suelo, pero hoy, según dice, se está abusando de los fertilizantes químicos, “la planta se vuelve adicta a los fertilizantes químicos”, sostiene. Eso, asegura, deja una ventana abierta para las enfermedades.
–¿Cómo así?
–Imagínate que a un ser humano lo pongan en un lugar estéril y le den de comer solamente palta y soya, con lo que tendría cubiertas sus proteínas. No va a tener, sin embargo, esa redondez de nutrientes. Imaginemos ahora a otra persona que no la alimentan todos los días con palta y soya, sino que le dan de comer comida de chifa que es bien variada; esta persona va a tener una serie de nutrientes y bacterias diferentes, que le van a generar una mayor fortaleza para defenderse… Una explicación sencilla es esta: nacen dos niños; un niño nace en una familia impecable, lo limpian, lo esterilizan, todo lo que le dan de comer es estéril, no dejan que nadie lo toque y tal; el otro niño, nace en el campo y crece junto con los animales y camina y a veces se mete tierra a la boca, ¿cuál niño va a ser más resistente a las enfermedades?
–¿El que come tierra?
–Así es.
–¿Por qué desarrolla más inmunología?
–Sí, inmunología… La diversidad está vinculada a la resiliencia, es decir, poder defendernos de los cambios.
–¿Cuáles son las metas, objetivos alcanzados y por alcanzar en Alimenta?
–Una meta para nosotros es impactar positivamente en la nutrición de 20 millones de niños por año. Por ello, desarrollamos una serie de productos con los huevos, con las aves; con los que estamos obteniendo un resultado humilde pero motivador: en el 2018, impactamos en aproximadamente 648,000 niños en Perú. La segunda meta tiene que ver con una agricultura de menos emisiones de carbono y más sostenible. Así, este año hemos logrado regenerar cerca de 1,000 hectáreas con estos sistemas de bacterias que he comentado. En ese sentido, tenemos una meta de lograr 50,000 hectáreas regeneradas. Estos son nuestros inicios humildes. Pero tenemos mucha claridad de hacia dónde queremos ir. De igual modo, en relación a los objetivos de vida y facturación trabajamos con la misma intensidad y la misma claridad.
–¿Han cumplido con la meta de facturación el 2018?
–Si contemplamos todo el grupo, sí. Pero todavía tenemos metas muy ambiciosas para seguir creciendo; queremos quintuplicar en cinco años. El 2018, hemos llegado a S/.100 millones aproximadamente.
–¿Y la proyección al 2019?
–Estamos proyectando a S/.145 millones, sumando las empresas del grupo Alimenta.