La variedad 100% chilena que busca conquistar a productores en medio del momento recesivo de la uva de mesa
El desarrollo genético de INIA y Biofrutales, que destaca por su color verde crema y por ser de fácil producción, está intentando ubicarse como una alternativa en Chile, principalmente pensando en variedades de media estación que se han arrancado, en medio de años complejos para la industria de la uva de mesa en el país.
Variedad INIA-G4 en La Platina, con protección para pájaros.
Este martes se realizó un día de campo en INIA La Platina, para mostrar a productores y asesores la nueva variedad INIA-G4.
Este desarrollo, producto del trabajo en conjunto del instituto de investigación con el consorcio Biofrutales, lleva ya 5 temporadas de pruebas y ensayos, y está pronto a estrenar un nombre comercial para poder conquistar a productores y empresas agrícolas.
La variedad, gracias a sus características, ha sido señalada para ubicarse como una alternativa para reemplazar la variedad Thompson Seedless, otrora reina de las variedades en Chile.
Pese a que el ánimo de los productores de uva de mesa no ha estado muy alto debido a un encadenamiento de temporadas complejas, por la fuerte competencia con Perú o factores climáticos que han mermado los rendimientos, siguen interesados en buscar alternativas que puedan capear la crisis.
Actualmente la industria de la uva de mesa vive profundos arranques de variedades antiguas, que han llevado a pasar desde 50.000 ha hace algunos años a menos de 30.000 ha en 2023, y se espera que esto siga así.
Y si bien la coincidencia del martes 13 -culturalmente reconocido como día de mala suerte-, con el día de campo y el momento de la uva de mesa sacó algunas risas entre los presentes, la variedad sigue llamando la atención.
Cabe destacar que es la primera variedad blanca desarrollada 100% en Chile, y cuenta con características que podrían ayudar a los productores a reducir costos en mano de obra, ya que no necesita arreglos intensivos como otras variedades.
Además, es vigorosa y productiva; no ha presentado problemas de daño por sol o lluvias, y cuenta con una buena poscosecha de más de 60 días, de acuerdo a los expertos encargados de la presentación, como la Dr. Cecilia Peppi y el Dr. Bruno Defilippi, ambos investigadores de INIA.
“Tiene muchos atributos en el campo, en términos de reducción de costos, de facilidad de manejo para los productores, no hay que botarle pámpanos, necesita arreglos súper simples, y tiene fertilidad que da los kilos necesarios, además no se mancha, entonces tiene tolerancia a la manipulación”, explica Andrés Valdivieso, gerente comercial de ANA Chile, empresa licenciataria de esta variedad que está disponible exclusivamente a través de los viveros sublicenciados por ANA Chile: Viveros El Tambo y Univiveros®.
‘VERDE CREMA’
Si bien en un principio el característico color ‘verde crema’ que tiene la variedad INIA-G4 generó algunas dudas, principalmente por el prejuicio de que en el mercado americano se espera una uva de mesa demasiado verde, casi al punto de inmadurez, reuniones con importadores de fruta norteamericanos han ayudado a desmitificar eso.
De acuerdo a Valdivieso, su color sirve como diferenciador en un mercado que actualmente cuenta con mucha competencia de variedades blancas. Su tono crema además es acompañado por un buen sabor, raquis más resistente que otras variedades, “entonces cumplía con varias características que los comercializadores le piden a las variedades”.
Y si bien no es una variedad especialmente crocante, complementa el representante de ANA Chile, sí cuenta con calibres de entre 20 a 22 milímetros y “cumple con destacadas características de poscosecha, ahí estuvo el foco del programa desde el inicio”.
La variedad destaca además -de acuerdo a la Dr. Peppi-, por ser de media estación pero entre 5 a 7 días más temprana que Thompson Seedless. Pese a esto, esta temporada tuvo un retraso de una a dos semanas en zonas del centro al sur del país donde realizaron pruebas, pero mantuvo su condición temprana en zonas del norte como Vicuña.
FACILIDADES PARA ACCEDER
ANA Chile, licenciatario del programa genético, aún no ha podido vender plantas de esta nueva variedad, principalmente por el momento recesivo de la uva de mesa, que se sigue contrayendo en su superficie en Chile.
“Los productores simplemente no están plantando ni esta ni otras variedades aunque sean variedades increíbles o campeonas; nadie está invirtiendo”, señala Andrés Valdivieso, gerente de ANA Chile.
Es por ello que, con tal de probar el mercado, han bajado los royalties para las plantas -de US$1,25 a US$0,75-, además de una rebaja en royalties para producción, e incluso están dando facilidades de pago posponiendo estos pagos de regalías hasta finales de 2025 para los primeros 50 productores que elijan esta variedad.
Pero la incertidumbre del sector ha sido más fuerte, aunque pese a esto, ANA Chile ya está haciendo ensayos semicomerciales en alianza con productores en la zona de Aconcagua, que el próximo año darán sus primeras cajas.
ENCONTRÓ UN HOGAR EN BRASIL
Gracias a los acuerdos y protocolos entre reguladores sanitarios entre Chile y Brasil, y a través del productor chileno pero radicado en Brasil, Carlos Santana, la INIA-G4 ya está en el gigante latinoamericano, donde se plantará para producir en condiciones tropicales a partir de yemas enviadas por ANA Chile, licenciatario de la variedad.
La idea de Santana, quien estuvo presente en el día de campo, es que produzca entre 2 a 3 veces por año, aprovechando las características de vigor de la variedad y de buen comportamiento frente a lluvias, en la zona de Petrolina, entre los estados de Pernambuco y Bahía, donde ya se producen 12.000 ha de uva de mesa y cuentan con la variedad local, ‘Victoria’, con 3 producciones al año.
“Esta es una variedad de ciclo corto, y en esta viticultura de trópico les hizo sentido esta variedad”, señala Andrés Valdivieso, indicando que esperan trabajarla como un cultivar de ‘sprints’ de 100 a 105 días para producir, darle un pequeño descanso y volver nuevamente a la producción.
INIA-G4 TEMPRANA
Además del día de campo realizado este martes, el pasado 9 de enero también mostraron la variedad en la estación experimental del INIA en la localidad de Vicuña, región de Coquimbo.
En la ocasión, también pudieron destacar el color verde crema homogéneo, fertilidad y productividad, pudiendo proyectar alrededor de 4.000 cajas por hectárea como potencial productivo.
La instancia sirvió además para exponer la compleja situación en que se encuentra la región por la escasez hídrica que golpea los valles de la zona, donde productores luchan por sacar adelante producciones comerciales con cantidades de agua muy por debajo de lo requerido.
Pese a que el centro experimental de INIA tampoco fue la excepción y la falta de agua afectó considerablemente a las plantas, de acuerdo a ANA Chile el producto final siguió siendo consistente en cuánto a sus características varietales.
“Esto la valida técnicamente como una alternativa varietal que se adapta con facilidad a las condiciones de estrés, que cada vez se hacen más presentes al momento de producir fruta”, concluyó Valdivieso.