La realidad productiva de Los Lagos-Los Ríos-Araucanía Sur
Nelson Gallardo, ingeniero agrónomo, asesor.
LECCIONES DE UN VERANO MUY LLUVIOSO
En las zonas de producción de cerezas de las regiones de Los Lagos, Los Ríos y la Araucanía Sur, se enfrentan condiciones de cultivo muy distintas a la que presenta la zona central de Chile. Muestra de ello es que el pasado verano, el principal problema que enfrentaron en la zona centro sur fueron los incendios forestales asociados a causas que aún se estudian; en tanto que, en la zona sur, las precipitaciones que ocurrieron durante los meses de diciembre y enero fueron las mayores que se han visto en los últimos años. Empujando indirectamente la alternativa de resguardar la producción de cerezas con carpas plásticas de modo de minimizar el daño por lluvias.
La pasada temporada, una primavera benigna luego de un invierno con suficiente frío invernal, apropiado para un buen termino de la diferenciación floral, provocó que las plantas, en términos generales, adelantaran sus estados fenológicos en entre una o dos semanas, lo que derivó en que los manejos de alta producción también se adelantaran, sobre todo la aplicación de fitoreguladores dirigidos a follaje y fruta (AG3). Las lluvias estivales golpearon fuerte la expansión y crecimiento forzado de la fruta, ocasionando daños y rajaduras, incluso a nivel de carozo, lo que no había sido visto hasta ahora. Además, la condición de fruta persistentemente mojada provocó una mayor proliferación de hongos de poscosecha, lo que significó -en algunos casos- pérdidas de 60 a 70% de la producción, en el que se estimaba sería el año del gran cosechón.
Sin embargo, la producción frutal, originada de las flores más tardías, las que no estaban reactivas durante la aplicación temprana de fitohormonas, siguieron su desarrollo y lograron llegar bien a cosecha. Esto nos deja como conclusión que es fundamental monitorear con mayor precisión el momento y la oportunidad de la aplicación dirigida, así como la dosis de ingrediente activo y el estatus hidrico, en el caso de huertos sin carpas. En el caso de los encarpados, por su parte, se debe tener presente que la dinámica térmica y la evolución de la apertura floral -por una parte-, y el cambio de color en pre pinta será distinto y muy acelerado, adelantando la fenología. Esto hace imprescindible regular el cubrimiento o mojamiento disminuyendo la deriva y manteniendo la concentración de ingrediente activo.
Sumado a lo anterior, la fruta de huertos con carpas, también tuvo un alto porcentaje de rajadura, lo cual valida la teoría de sobre hidratación y aumento volumétrico por ingreso violento de agua a través de los sistemas radiculares. Esto implica que, además de carpas, se deben incorporar sistemas de drenaje o conducción de agua superficial, en los casos en que la matriz de suelo está alojada sobre un substrato muy fino y de arcilas muy densas, como alofán o suelos ñadis, propios de zona de Los Lagos. Es importante anticipar en preplantación, mediante calicatas en profundidad, la necesidad de sistemas que permitan evacuar y minimizar ingreso excesivo de agua por las raíces, sobre todo en la arboleda perimetral del sistema de encarpado.
Ensayos con productos para mejorar y regular el aborto de frutitos cuajados habían mostrado resultados muy promisorios y beneficiosos en cuanto a número y calibre de frutos, por lo que se debe seguir evaluando para obtener consistencia en el uso y recomendaciones probadas de manejo.
No obstante toda la pérdida de cosecha, la fruta que se envío en buenas condiciones logro buenos precios, al igual que años anteriores, lo cual confirma que la comercialización es positiva si se envía cerezas de calidad y sobre todo, en condiciones para viaje largo.
EL DILEMA DE PODAR O NO PODAR
La respuesta a la pregunta sobre si se debe podar o no hacerlo, solo puede ser una. Para renovar centros frutales se debe revegetar, vitalizar, rejuvenecer la estructura del árbol o -más bien- la arquitectura o sistema de conducción, sobre todo si el proyecto esta plantado sobre portainjerto semi enanizante, precoz en producción de centros frutales. Pero antes de podar, resulta de perogrullo lograr una buena sanidad. Se debe actuar pro activamente para mantener la corteza de los árboles constantemente protejida de ataque de hongos, tanto patógenos como también saprófitos, que en esta zona provienen del ecosistema arbóreo nativo y son arrastrados como esporas. Estas medidas están establecidas en un programa fitosanitario que es propio de nuestra zona, el que ajusta las recomendaciones técnicas de manejo de producción, asociado a plagas y enfermedades propias del cultivo y sus hospederos secundarios. Por lo tanto, la poda como manejo es un segundo elemento de conducción, limpieza y renovación de brotes y centros frutales, en madera con problemas de mala iluminación, de modo de mejorar la luz en las yemas.
Entonces, en los arboles-huertos con sistema de portainjerto semi enano-enano, es necesario renovar desde la primera alta producción, ya sea cuarta o quinta hoja, el piso de producción más alto, el que dificulta la cosecha peatonal en el caso de sistemas con ejes o multi ejes, y lateralmente orientar la renovación de ramas por medio de la emisión de brotes que posteriormente deben ajustarse, haciendo un trabajo permanente de restauración y control de vigor con poda en el ciclo productivo. Esto ya que en esta zona el manejo de raleo para control de carga y regulación de calibre, que se postula en sistemas con variedades auto fértiles, no es aconsejable por la caída post cuaja que tiende a regular y retener la fruta que perdura hasta cosecha.
NUEVAS PLANTACIONES EN EL SUR
En el sur, el cultivo de cerezos se puede definir específicamente como el cultivo de la combinación Regina o Kordia sobre portainjertos semi enanos. Es decir la gama o amplitud de oferta productiva no es amplia sino que más bien concentrada en la etapa tardía. Producción que se ha desarrollado sobre un patrón probado, muy precoz, de corto periodo juvenil improductivo (entre uno y dos años), lo cual implica un cambio en el marco de plantación, la densidad y, lógicamente, en el sistema de conducción.
Por lo visto, no hay mucho interés en innovar sino que más bien se utiliza lo ya probado o se mejoran sistemas de formación en eje o ‘step leader’, lo que privilegia la emisión de ramas a través de poda de rebaje cada año y hasta tres años, durante los cuales la madera presenta endardamiento, el que tiende a ir incrementando la producción. Esto, hasta lograr llenar espacio, pero siempre pensando en una altura que facilite la cosecha peatonal.
En cuanto a superficie, se esta cumpliendo lo pronosticado ya que se estan desarrollando nuevos proyectos que permiten proyectar una superficie en formación para los próximos años, de sobre 3.000 ha en la zona. Por esto, es muy importante evaluar el sitio de plantación a tiempo, junto a los estudios técnicos locales correspondientes, para desarrollar una gestión calendarizada de obras extraprediales e intraprediales. Por ejemplo, caminos, perforación para extracción de agua subterránea, electrificación y emplazamiento de riego. Pero antes, se debe estar seguro de que se va a contar con plantas de primera calidad y sanidad del vivero escogido para la producción de material vegetal injertado.
LA PRESENTE TEMPORADA
Esta temporada las condiciones climáticas son diferentes al año pasado. Observamos un clima más agresivo en cuanto a precipitaciones invernales-primaverales. Pero, además, los estudios climatológicos muestran que las temperaturas de las corrientes marinas asociadas a eventos de sequia o mucha lluvia, corresponden a años neutros o normales, lo cual implica que debemos estar preparados para precipitaciones de verano.
En cuanto a volumen de producción, hemos visto hasta floración, que de no mediar condiciones extremas posteriores, esta temporada puede ser el gran año que estábamos esperando. Los productores, los exportadores y los técnicos tenemos en gran parte la lección aprendida, pero no basta con solo aprenderla sino que debemos ocuparnos de lo que se viene: alta producción y necesidad de renovación de huertos para sostener o sustentar en el tiempo al menos unos cinco a siete años este nivel potencial, para que la industria se vea beneficiada con una alta producción y buena calidad, de modo de que sigamos marcando diferencias como fruta tardía Premium.