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La uva de mesa sigue siendo el principal cultivo de exportación en la región

La mejora de la calidad es el motor en Ica

Pese a las dificultades para seguir creciendo por las limitantes del agua, los productores de uva de mesa mantienen sus esfuerzos en seguir mejorando el manejo de esta fruta sembrada en valles que van desde Pisco, Paracas hasta el mismo valle iqueño. La puntería es seguir elevando la calidad cada campaña, como una respuesta a la creciente competencia proveniente de jugadores locales e internacionales.

13 de Diciembre 2021 Equipo Redagrícola
La mejora de la calidad es el motor en Ica

Marienella Ortiz

El volumen de exportaciones de uva de mesa que salen de Ica se mantiene sólido año a año, con un liderazgo que continúa –al menos hasta el 2020- frente a otras regiones. Si revisamos el reporte regional del Mincetur al cierre del año pasado, los envíos del cultivo alcanzaron los US$466 millones, un 18% más que un año anterior. Este es un salto importante si observamos que en el 2016 Ica exportó uva de mesa por el monto de US$287 millones.

En cuanto a la participación dentro de todos los productos que se exportan desde Ica, incluido los mineros, las uvas de mesa representaron el 13%. De acuerdo a estimados del BCRP, la producción en toneladas de la región alcanzó en el mismo periodo las 328,734 toneladas, lo que significó un crecimiento de 20,3% con relación al 2019.

Más allá de los volúmenes crecientes de uva de mesa, el principal foco en la región, según indican los agroexportadores, es lograr que todas las variables externas e internas, que giran alrededor de cada campaña productiva, estén alineadas de la mejor manera para obtener la fruta de mayor calidad tanto de las variedades tradicionales como de las licenciadas, más aún porque los principales programas de mejoramiento genético (IFG, SNFL, Arra, SunWorld) han podido colocar su material en campos de la región.

Rafael Cilloniz, gerente general y director ejecutivo de Campos del Sur (Casursa), recalca que la fruta de mayor calidad es retribuida en los mercados internacionales y a eso se busca apuntar, para dar solvencia y sostenibilidad al negocio. “Estamos hablando de mercados maduros que no manejan los mismos precios que antes, según la tendencia en los últimos 10 años. Entonces, hay que tener fruta de muy buena calidad y a bajo costo, sobre todo porque tenemos competidores fuertes, como Chile, Brasil y California”, indica.

Para Abel Montalva, jefe de predios sur de Agroindustrias AIB, otro punto necesario es ser cada vez más eficientes tanto en riego, fertilización, programas sanitarios. Y esto resulta complicado en la actual coyuntura pandémica en que ciertos insumos y materiales escasean y el costo logístico se ha elevado.

EXTENDER LA CAMPAÑA

Por su clima y geografía, Ica sale luego de la producción piurana, entre noviembre a febrero. Sin embargo, los intentos de las empresas agroexportadoras de la región tienden a distribuir de mejor manera los volúmenes de cosecha, para no tener picos que se concentran por lo general en las dos o tres últimas semanas de diciembre y las dos primeras de enero.

Para lograrlo, Montalva señala que es determinante la fecha de la poda para definir el plan de cosechas y tomar en cuenta si las variedades se adaptan a ser podadas más temprano o más tarde. Algunos han comenzado a podar en dos o tres tiempos, adelantando algunos lotes para tener un porcentaje de producción en noviembre, incluso desde octubre. Otros por el contrario buscan podar más tarde, aunque esto puede resultar un riesgo frente a una posible ola de frío, que pudiese afectar la brotación. La expectativa incluso es llegar a marzo y abril con uva de exportación.

Otra de las razones para no incrementar la oferta de uva de mesa en determinados picos es por un tema de disponibilidad de recursos y personal. Según Manuel Yzaga, gerente general de Vanguard Perú, tener un pico de cosecha significa tener el ‘dinero dormido’ el resto de tiempo, en cuanto a toda la infraestructura y logística inmovilizada. Montalva puntualiza que ahora requiere de 100 trabajadores y ya no los 150 que necesitaba cuando la cosecha se concentraba en pocas semanas.

PROBLEMÁTICA DEL AGUA

Frente al estrés hídrico que vive la región, los productores han buscado algunas soluciones parciales con la construcción de reservorios que se llenan con las aguas de avenida, para utilizar en menor medida lo extraído de los pozos. Igualmente, como gremio de productores han logrado empujar un proyecto de infiltración artificial de agua en las zonas con menos disponibilidad en el valle de Ica. Otro trabajo que desarrollan es ser más precisos en el riego y para ello deben conocer las necesidades del cultivo en cuanto a dosis y periodicidad que lo logran con las sondas de capacitancias u otras herramientas más sofisticadas, como viene ocurriendo con Vanguard Perú.

Sin duda, los productores tienen claro los retos que implican la producción de uva de mesa en Ica. Pese a ello, Rafael Cilloniz destaca que la mejor zona para producir este cultivo es  Ica, en especial, en la zona de valle, porque tiene los mejores suelos y el mejor clima. Esto queda demostrado en la experiencia de cinco fundos que se relatan a continuación, donde se han mantenido las inversiones para reconversión varietal o de crecimiento en número de hectáreas, pese a los problemas internos y externos en estos dos años.

Por lo pronto, las empresas Vanguard Perú, Agroindustrias AIB, Fundo Sacramento, Campos del Sur y Grupo Huamani proyectan en esta campaña crecimientos productivos y mejores retornos que en la campaña anterior, la misma que estuvo marcada por el paro agrario y la pandemia.

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