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Retos al futuro para ser competitivos

La industria del espárrago en el sur busca nuevas formas de florecer

El espárrago marcó el inicio del segundo ‘boom’  exportador de Ica hace tres décadas y todo indica que en el mediano plazo este cultivo continuará teniendo un papel importante, más no exclusivo, en la canasta de productos de las principales agroexportadoras. Para que el crecimiento sea sostenible, jugará un rol crucial la garantía de contar con el recurso hídrico y la incorporación de nuevas variedades híbridas, una de las cuales se lanzaría el próximo año.

22 de Junio 2020 Miriam Romainville
La industria del espárrago en el sur busca nuevas formas de florecer

La industria de espárragos en Ica ha dado pasos agigantados en la última década y ha logrado sostener volúmenes de producción ascendentes, con excepción de lo ocurrido en el 2008 post Fenómeno El Niño. Así, en los últimos 25 años la producción de espárrago en la región se multiplicó por diez, según la Dirección Regional Agraria de Ica (DRA Ica). Sin embargo, para lograr ser sostenibles en el tiempo la industria está en búsqueda de nuevos motores de crecimiento.

“La industria del espárrago verde fresco nació en el sur allá por 1986, hace más de 30 años. De ahí ya se propagó a toda la costa peruana. Si bien el espárrago sigue siendo uno de los cultivos líderes en el sur, como todo negocio ha ido cambiando en el tiempo”, anota Andrés Casas, director del Departamento de Horticultura de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM).

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Las principales agroexportadoras que se encuentran en Ica, como Sociedad Agrícola Drokasa (Agrokasa), IQF del Perú y Agro Export Ica, continúan apostando por la producción de espárrago fresco, sin embargo, también se han orientado por tener una canasta de productos más diversa. Por ejemplo, Agro Export Ica produce también palta, uva de mesa y cítricos, mientras Agrokasa cuenta con producciones de palta, uva de mesa y arándano.

“En el tiempo aparecieron nuevas alternativas. Ahora es la palta, uva, arándano que generan mucho más divisas del espárrago. La rentabilidad de esos cultivos le está quitando espacio al espárrago”, explica Casas. Si antes Ica destinaba entre 12,000 hectáreas y 15,000 hectáreas al espárrago, que era el producto líder, ahora se destina aproximadamente 8,000 hectáreas. “Aun así sigue siendo negocio”, agrega el especialista.

Andrés Casas, investigador de la UNALM.

 Los principales productores iqueños de espárrago han enfocado su estrategia en reajustar su circuito productivo para aminorar costos. Por ejemplo, en el fundo Machucado, donde nació la empresa Espárragos del Perú, se han realizado ajustes en la fertilización química, basados en las analíticas del suelo, agua y planta. Ello ha permitido que se reduzcan hasta en un 23% las aplicaciones. “Estos manejos apuntan a ser eficientes en cada etapa del proceso productivo, en el proceso de agua, en el uso de insumos agrícolas como pesticidas. Tienen que integrar todos esos conocimientos y cumplir las normas de calidad”, refiere Casas. Para el ingeniero agrónomo, el truco de la eficiencia en el proceso productivo “está en conocer bien el cultivo, el clima, y en usar adecuadamente la tecnología”.

 “No vamos a competir en costos logísticos, esa es la mayor desventaja que tenemos nosotros respecto a otros mercados. Por ejemplo, los mexicanos gastan en el rubro logístico aproximadamente 50% de lo que gastamos nosotros. Por eso lo único que nos queda es ser cada vez más exigentes, mejorar nuestros rendimientos, ser competitivos, tener tecnologías más eficientes que nos protejan en nuestros costos operativos”, agrega.

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Como una de las principales regiones productoras de espárrago, los agroexportadores han logrado además tener un mayor manejo integral del cultivo, incorporando a su vez biopesticidas. Así se ha logrado hacer un control preventivo de larvas de las especies Spodoptera, Heliothis y Copitarsia. El único “dolor de cabeza” de la industria de espárrago iqueña es la incidencia de Prodiplosis longifila, conocida como mosquilla de los brotes, y cuyas larvas raspan el tejido epidérmico provocando la distorsión y deformación de los brotes de espárrago. “Es complicado y costoso manejarlo, hay mucha investigación al respecto”, explica Casas. Hasta el momento, los productores han optado por un manejo integral y el uso de diversas metodologías, como trampas, evaluaciones y agroquímicos para controlar la mosquilla de los brotes. Para las evaluaciones, se siguen criterios como identificación de presencia de adultos, larvas o pupas. “Se trata de un control integral porque integra varias metodologías: ecológico, biológico y químico”, explica el ingeniero agrónomo. A futuro lo que se busca es controlar la incidencia de esta plaga con la ayuda de entomopatógenos, predadores y biopesticidas, anota Casas.

Las empresas también han adoptado mayor tecnología para cumplir con los estándares de calidad de los países destino y lograr transportar vía marítimo el espárrago a lugares lejanos como Japón, algo que hace años se creía imposible. “No es fácil que un producto llegue a Japón. Aun así, llega y eso implica un manejo integrado desde el campo hasta el mercado. En otros países difícilmente se hacen estas travesías”, destaca Casas.  

Parte de las soluciones que ha probado la industria es el uso de soluciones biológicas que permiten extender la vida útil en poscosecha del espárrago de exportación, así como plásticos especiales. Casas recalca que aún se sigue investigando cómo mantener la calidad del espárrago, uno de los productos más perecibles que existe. “Se investiga bastante con los empacadores”, remarca Casas. Así, se viene evaluando nuevos tipos de empaques o presentaciones, como films especiales y el rol de los minerales en la duración de la vida poscosecha del producto.

En esa línea, una investigación en la que participó Casas resaltó que la composición mineral también puede influir en la vida útil de las lanza verdes del espárrago. Así, por ejemplo el calcio (Ca) y el magnesio (Mg) tienen un papel activo en la conformación de la pared celular de la planta y la estabilidad de la membrana de la planta, mientras que el potasio (K) puede ayuda a proteger el tejido vegetal contra los patógenos de las plantas.

RESPUESTA A LOS NUEVOS DESAFÍOS

Dos son las variedades más presentes en la producción de la región Ica: la UC 157, variedad tradicional que aún no ha logrado ser desplazada debido a su resistencia a plagas y enfermedades, y la UC 115, esa última ingresó al país en el 2008. “La UC 115 entró de forma comercial al Perú después de ocho años de haber sido desarrollado en California”, recuerda Casas. Además, se están haciendo pruebas con la variedad Atlas, debido a que se adapta bien al suelo arenoso y tiene buenos calibres.

Ante los desafíos que plantean el mercado internacional y el propio cambio climático, el especialista sostiene que se viene trabajando en nuevos híbridos. Las características que se buscan es que tengan mayor rendimiento, resistencia a enfermedades y plagas y adaptabilidad. “Por eso estos híbridos se prueban en Piura, Lambayeque, Trujillo, Ancash, Lima, Ica, para ver su adaptabilidad porque a veces hay híbridos que funcionan en Ica, pero no en Trujillo”, sostiene. Casas adelanta que un híbrido desarrollado por una empresa de California ya se viene probando en La Libertad e Ica desde hace cinco años y que ha destacado por los rendimientos y calidad que ofrece. “Es probable que se lance el próximo año”, proyecta.

Aclara que este nuevo híbrido no estaría vinculado a las variedades que liberó hace dos años la Universidad de California Riverside: la variedad Espada F1 y la relanzada UC 115 F1, más conocida como DePaoli. Esta última variedad es un híbrido diploide, que tiene aproximadamente un 20% más de rendimiento que la UC 157 F1 desde las primeras cosechas. Además, tiene una excelente calidad de punta y una buena distribución de calibres.

Otro aspecto que aún continúa siendo un reto para la sostenibilidad de la industria iqueña es la disponibilidad del recurso hídrico, dado la dependencia del agua subterránea proveniente principalmente del acuífero de Villacurí, según la Autoridad Nacional del Agua (ANA). “Definitivamente en Ica se han sumado muchos aspectos positivos, como las diferenciales de temperatura y la luminosidad. Los mejores rendimientos de espárrago, palta, uva, de lo que quieras están en Ica. El factor limitante es el agua. Si Ica tuviese agua sería un emporio”, remarca Castro, y agrega, “el recurso existe en el otro lado de la Cordillera, se pueda hacer un trasvase del agua. Pero ¿quién se encarga del gasto? Nadie quiere hacer el gasto”.

Ica continúa perfilándose como la principal zona de producción de espárrago del Perú — con tandas de sembríos de entre 8 a 10 años y rendimientos de no menos de 12 tm/ha —, gracias a sus condiciones naturales privilegiadas y a la tecnología que se ha trabajado en dicha región. No obstante, no son pocos los retos para mantenerse competitivo. Lograrlo dependerá de un esfuerzo conjunto.

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