La hora de las fresas
Tradicionalmente la producción de fresa en el Perú se ha concentrado en diversas localidades del ‘norte chico’ de Lima, aunque desde hace dos años su cultivo está creciendo más al norte e incluso en zonas de Arequipa y Cusco. Si bien instalación de una hectárea es cara y requiere agricultores con ‘espaldas financieras’, es un cultivo rentable para los productores. Precisamente esto último es lo que ha motivado el crecimiento en la superficie cultivada, que hoy llega a unas 2,000 ha en el país.
Barranca, Huaral, Huaura, Huacho, son ciudades que conforman el llamado ‘norte chico’ de Lima, y se ubican a casi 200 km de la capital del Perú, cerca de Caral, la civilización más antigua de América. Esta zona concentra la mayor cantidad de plantación de fresas en el país. El clima costero es ideal para el desarrollo de esta fruta, se trata de un ‘trópico modificado’ por la corriente del Humboldt, y no llueve, como en otras partes del mundo donde se producen fresas. Isidro Luque Parwani tiene 55 años y desde 1988 se dedica a este rubro, siguiendo la tradición familiar que iniciaron sus tíos en el distrito de Aucallama, “ellos fueron los primeritos en sembrar fresas en Huaral”. Ahora está al frente de Inversiones y Negocios Luque Laurente. Y bajo el sol inclemente de Barranca del mediodía, en el vivero de 10 ha que maneja la empresa Miska Farm S.A.C., a quien le compra las plantas para producir fresas, se coge el mentón, achina los ojos y sentencia: “Ya no hay chacra en esta zona. Por eso la gente se está yendo hasta Huaraz”.
“Yo trabajo para Frozen Foods S.A.C., la empresa que le compra la fresa al señor Isidro”, cuenta Juan Bueno, mientras visita los campos para acopiar fresas y asesorar a los agricultores. Juan ha llegado en moto al vivero y agrega: “Los productores buscan nuevas zonas para evitar el ataque de las plagas. El problema de rotar tanto, año tras año, en la misma zona es que las plagas se adaptan al cultivo y se vuelven endémicas. Atacan desde el inicio de campaña hasta el final, los costos se elevan y ya no es rentable para el productor, que va a buscar campos relativamente vírgenes. Es raro encontrar a un productor fresero sembrando todos los años en un solo campo”.
Cynthia Falcón es la gerente general de Miska Farm y ha estado escuchando atentamente al ingeniero de Frozen Foods y, con una mirada aguda detrás de sus lentes con medida, interviene: “Pero ese es el caso del agricultor tradicional, que siembra con riego por gravedad. Por goteo se puede sembrar todos los años en el mismo suelo pero hay que desinfectar, sobre todo con metam sodio”.
Una hora antes, en las oficinas de Miska Farm, Cynthia ya había hablado con Redagrícola al respecto. Dijo: “El 90% de la fresa que se siembra en el Perú está en manos de la agricultura tradicional, de los pequeños agricultores, y se hace con riego por gravedad. Por ejemplo, siembran este año en un campo determinado, terminan en diciembre, lo riegan, dejan que las plantas vivan para sacarlas en febrero y sembrarlas en otro campo. Y así hacen año a año. Entonces la fruta es de bajo rendimiento, no dura más de un día, llega toda aplastada a su destino, en cajas de madera de ocho kilos… La fresa esa una fruta muy delicada”.
Según información proporcionada por Miska Farm, en el Perú se siembran de 1,500 a 2,000 ha de fresas, en promedio, cada campaña. El rendimiento esperado es de 40 t/ha, entre los meses de agosto y diciembre, y otras 40 t/ha la siguiente campaña, pero eso depende mucho del manejo del campo y las condiciones climáticas. En todo caso, el promedio nacional es de 20 t/ha. En campaña, producen de agosto a diciembre.
El año pasado, Miska Farm vendió 3 millones de plantas y este año esperan vender 5 millones de plantas, cifra gracias a la cual manejarán el 5% del mercado. Entre sus clientes se cuentan grandes productores como Agroworld, Agropackers, Del Ande, Mebol, Frozen Foods e Inversiones y Negocios Luque Laurente, de Isidro Luque Parwani, que vende sus fresas a S./ 4.50/kg en el Mercado Mayorista de Frutas de San Luis, en Lima.
“El principal mercado de la fresa es Lima, pero cuando baja su precio la vendemos a empresas de congelado que la llevan a EE UU y a países europeos, como Francia.”, acota Isidro para luego agregar: “¿Si la fresa es un negocio rentable? ¡Claro que sí!”. Si se consigue un rendimiento de 40 t/ha, por ejemplo, teniendo en cuenta que el precio de la fresa, en promedio, podría ser de S./ 2.50/kg, se puede llegar a ganar S./100,000/ha, aunque a esa cantidad habría que restarle los costos de producción, que varían de S./ 50,000 a S./ 60,000.
LA OPORTUNIDAD TAMBIÉN ESTÁ EN EL CONGELADO
Cynthia Falcón, añade: “El negocio más importante es el fresco. Lo que más mueven los grandes productores y los industriales, es el congelado, que están exportando cada vez más. Les ha ido tan bien que están aumentando sus áreas de producción y quieren desarrollar también en fresco. Por ejemplo, en fresco, al año pasado han exportado, a España y Estados Unidos, por avión, empresas como Agrovida y Del Ande, que además producen para supermercados como Wong, Tottus o Plaza Vea”. La gerente precisa que el productor que siembra con riego por gravedad empieza a sembrar en marzo y en julio empieza a cosechar, mientras que el productor que trabaja por goteo empieza en mayo o junio para alcanzar el pico de producción en los meses de exportación es decir, desde fines de septiembre hasta la primera semana de diciembre. El cultivo de la fresa es multipropósito: dependiendo de la campaña se produce para mercado fresco (local o exportación), congelado o para industria. Octubre es el mes donde hay más envíos de exportación. “Nuestra campaña de plantas va de mayo a septiembre”, señala Cynthia.
Juan Bueno, de Frozen Foods, también tiene algo que decir al respecto: “La producción de fresas ha sido tal este último año que han venido muchas empresas exportadoras al norte chico; aquí, en la zona, ahora hay como seis empresas acopiadoras de fresas para exportar en congelado. Estas empresas hacen seguimiento a todos los productores con los que cuentan para ver el tema de la residualidad de pesticidas”.
‘SAN ANDREAS’ LA VARIEDAD MÁS VENDIDA
“Antes no había nada. Hace cincuenta años se sembraba fresa en la Molina, en Cineguilla, en Manchay, pero aquí, en esta zona, no había nada de fresa. Cuando empecé en este negocio, en 1988, habían variedades como ‘Brujita’, ‘Sancho’ y ‘La Holandesa’, que era muy buena, tenía mucha duración”, refiere Isidro.
Pero los productores necesitaban otras variedades, que dieran fresas de calidad y una mejor poscosecha. Las importaban en el marco de un engorroso proceso que implicaba poner en cuarentena sus cultivos para combatir las plagas, pues esa era la exigencia del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa). “Les ‘volteaban’ los campos. Ahora nosotros les vendemos las plantas a los productores, pero igual tenemos que pasar por dos meses de cuarentena pues importamos las plantas madres. Acá, en el vivero, producimos las hijas; esas son las que vendemos a los productores”, indica Cynthia Falcón.
La sociedad Miska Farm creó un vivero de plantas de fresas –el único certificado en el Perú–, a raíz de la firma del Tratado de Libre Comercio entre Perú y los EE UU en 2011, que conllevaba la apertura de la Protección a la Propiedad Intelectual en el país y por tanto las Variedades Vegetales Protegidas quedaban bajo la reglamentación de la Unión Internacional para la protección de las Obtenciones Vegetales (UPOV), una vez registradas en Perú, en Indecopi. De esta forma, Miska Farm S.A.C. obtuvo la licencia para el Perú de las variedades de fresas de la Universidad de California, de la mano de su Master License para Perú, la empresa española Eurosemillas S.A.
¿Cuáles son las variedades de fresa que ofrece Miska Farm S.A.C. a los productores? ‘San Andreas’, ‘Albión’, ‘Camarosa’ y este año están lanzando una nueva variedad: ‘Cabrillo’. Cynthia Falcón amplía este punto: “La ‘San Andreas’ es la más vendida, el 70% de nuestras ventas han sido de esa variedad. Es altamente productiva, de gran calibre, que se asemeja a un fresón y tiene buena poscosecha. La ‘Albión’ es bastante sabrosa pero es un 20% menos productiva que la ‘San Andreas’. La ‘Camarosa’ ya está saliendo del mundo de la fresa, casi nadie la siembra aunque todavía es apreciada por los japoneses y algunos países asiáticos. Cada cierto tiempo surgen nuevas variedades de fresa que desplazan a las antiguas, pues se presentan con un mejor rendimiento y sabor. Con la ‘Cabrillo’ sucede algo curioso entre los agricultores… ¡Quieren cambiarle de nombre! No les gusta que se llame ‘Cabrillo’, dicen que les va a traer mala suerte, pero es una variedad más grande y rica”. Ramón Aguilar Romero, español, fundador de Miska Farm le ha dicho a Cynthia que ‘Cabrillo’ es el nombre de un conquistador español de la antigua California y que fue escogido (el nombre) por la misma universidad. Así que los agricultores tendrán que acostumbrarse.
23,000 SOLES PARA PLANTAS
La labor del vivero no es solo vender las plantas, sino que además acompaña el desarrollo y fortalecimiento de estas, no con producir frutos. En las 10 ha del vivero, trabajan 30 personas, entre deshierbadores (una persona por hectárea), regadores (se riega todos los días durante una hora, por bloques y por aspersión), sembradores, aplicadores de fertilizantes e insecticidas (labor que realizan semanal o quincenalmente). En relación a la mano de obra en el mundo de las fresas en el Perú, Cynthia dice: “Todavía se hace fácil conseguir trabajadores. El agricultor pequeño trabaja en 1 o 2 ha con toda su familia, con dos o tres personas que los ayudan a cosechar. También vienen peones de Cajabamba (Cajamarca), cuando se está en plena campaña. El problema está en la fresa tecnificada, ya que se necesita más cantidad de mano de obra, porque la cosecha es distinta, la hacen en carritos. Esto se puede agravar más adelante, por la intensiva producción de diferentes cultivos (frutícolas, hortícolas y extensivos) en la zona”.
En el vivero cuentan con una cosechadora de papas, traída de España que entra al campo con un tractor. Se asemeja a un par de tenazas y levanta la tierra y las ‘hijas’ de las plantas madres se elevan. Entonces entran los peones, sacuden las plantas hijas y las llevan a unas mesas, donde unas señoras inician el proceso de selección, armando manojos de diez plantas que meten a unas cajas –con capacidad para 250 plantas– para ser llevadas a la cámara de frío. Cynthia precisa: “Cosechamos y vendemos al instante; se despacha ahí mismo o al día siguiente de haber cosechado. Eso sí, la fresa, ni bien se cosecha, requiere ir a frío; eso es muy importante”.
Otro tema fundamental en el proceso de producción de fresas es el agua; la fresa consume altas cantidades de agua. El año pasado los pequeños agricultores, lo que trabajan con riego por gravedad y no por goteo, tuvieron un problema de abastecimiento de agua en Chancay.
Pero, ¿cuánto pagan los productores de fresas por las plantas de Miska Farm? ¿Cuál es la escala de precios? Hasta 50,000 plantas (lo que se recomienda para una ha), cada millar de plantas cuesta S./ 375 más IGV. Pero si productor encarga entre 50,000 y 100,000 plantas, el millar de plantas les costará S./ 350 más IGV. En caso de requerir más de 200,000 plantas, el precio por cada millar de plantas será de S./ 325 más IGV.
¿Qué se necesita para entrar al negocio de las fresas? Cynthia Falcón, responde: “Si bien el negocio de la fresa es rentable, hay que decir que la producción es costosa. Para cubrir una hectárea se necesitan S./23,000 solo para la compra de plantas. Así que se necesita un buen capital, para comenzar. El cultivo es caro. Luego se requiere de una desinfección de suelos y el desinfectante también es caro; se necesitan de 800 a 1,000 litros y cada litro cuesta US$2.20 más IGV. Nosotros utilizamos metam sodio, un producto que importamos y que vendemos a los productores, como parte de nuestra transferencia de tecnología. Es importante también labrar bien el suelo, construir camas elevadas y un buen sistema de riego, diseñado para hacer factible el sistema de cosecha. En resumen, el costo de plantar una ha de fresas varÍa entre S/. 50,000 y S./ 60,000/ha”.
CULTURIZAR AL AGRICULTOR PARA QUE SEA UN EMPRESARIO
La transferencia de tecnología es un tema que el fundador de Miska Farm, Ramón Aguilar Romero, explicó al detalle en comunicación con Redagrícola: “Si bien nuestro objetivo empresarial es vender plantas de fresas de las mejores variedades de la Universidad de California, en paralelo creemos que es obligatorio el desarrollo de un programa de transferencia de tecnología, que conlleva, dada la situación casi ‘prehistórica’ del cultivo en el Perú, la mejora o desarrollo de las siguientes operaciones: técnicas del cultivo en general, desinfección de suelo, mecanización, riego tecnificado, fertilización, métodos de recolección de la fruta, post cosecha, sistemas de envasado y venta de la fruta en el mercado doméstico, transporte, entre otras”.
Para Aguilar Romero, el objetivo final es conseguir la modernización del cultivo de fresa lo más rápido posible, no solo para el beneficio económico del productor, sino para que, en paralelo, se desarrollen estructuras productivas de mayor dimensión, como una Asociación de Productores, Cooperativas o Sociedades. “Así, se dotará de una estabilidad a esta modernización, como ha sucedido en el Perú con otros tantos cultivos de exportación. No hay que perder de vista, sin embargo, el matiz de que las fresas son una mercancía ‘súper perecedera’, y que ciertos sistemas que se practican en los productos citados, en este caso no prosperarían nunca, no solo en el Perú, pues la experiencia en el mundo lo ha demostrado. En resumen, se trata de culturizar al productor, para que se convierta en un empresario que finalmente comercializa su propia cosecha”.
Es importante mencionar, sin embargo, que, según los especialistas, las fresas se comportan como hortalizas, en el sentido de que necesitan de la presencia constante del ingeniero responsable en el campo para tener una reacción rápida ante posibles eventualidades como la presencia de la arañita roja, principal plaga de este tipo de cultivo. Cynthia Falcón, advierte sobre la ausencia de ingenieros freseros en los campos. “No hay especialistas en fresas en el Perú y muy pocos estudiantes se interesan por serlo. Tampoco le dan mucha importancia en el ámbito académico. Entonces en el campo se suelen cometer algunos errores como intentar combatir a la arañita roja solo con abamectina, aplicándolo cada cinco días. El asunto es que la arañita roja ha generado resistencia a este insecticida y lo que se debe hacer es rotar los productos para controlar a la arañita siendo ninfas, jóvenes o huevos”.
UNA VENTANA: LA CONTRA ESTACIÓN DE EUROPA
La exportación, qué duda cabe, es fundamental en el marco del crecimiento de un cultivo y en las fresas la ventana es bastante clara al ser la contra estación de Europa; desde septiembre hasta diciembre, tiene todas las posibilidades, aunque con el ‘handicap’ del transporte aéreo y el costo que implican los precios FOB. “Evidentemente, una de las primeras lecciones que tiene que aprender el productor de fresas, tiene que ver con el hecho de que la actividad de negocio se fundamenta en el desarrollo de tres columnas: mercado interior y su modernización, exportación e industria de procesado, congelado, ‘aseptic’, entre otras”, concluye Aguilar Romero.
El mercado de la fresa está creciendo de manera exponencial en el país. Y hoy los productores ya no solo miran con interés a ciudades como Barranca, Huaral, Huaura, Huacho o Chancay, sino también a otras más al sur del país, como Cañete e incluso Arequipa; o más al Centro como Cusco. Huaraz es también una posibilidad; y eso lo sabe bien Isidro Luque Parwani.