La evolución del arándano hacia una fruta para ‘snack’
El mercado global del arándano está en plena transformación, con una tendencia clara hacia la diferenciación de calidades. Esta evolución plantea nuevos desafíos y oportunidades para los productores, quienes deben adaptarse a la creciente demanda de frutas premium. El asesor Sebastián Ochoa analiza cómo esta tendencia redefinirá el futuro de la industria, destacando la importancia de la genética.
Con el tiempo, los arándanos se diferenciarán en calidades y, por ende, en precios, de manera similar a lo que ocurre con los tomates, que se destinan a diferentes usos como ‘snack’, ensalada o salsa. Esta fue la visión que Cort Brazelton, CEO de Fall Creek, compartió recientemente con Sebastián Ochoa, gerente general de Consultoría Agrícola y Comercial Santa María (Casm Blueberries), sobre el futuro de la industria global del arándano.
La conversación tuvo lugar durante un almuerzo en un restaurante en China, a miles de kilómetros de Latinoamérica.
Pero, ¿a qué se refería Brazelton en particular? Al igual que los tomates, que se clasifican en variedades específicas para ‘snack’, ensalada o salsa, los arándanos también comenzarán a dividirse en distintas gamas.
Las bayas destinadas al consumo como ‘snack’ se posicionarán como un producto ‘premium’ y obtendrán los mejores precios, lo que debería ser el objetivo de los productores de arándanos. Además, habrá fruta destinada para ensaladas o para la producción de mermeladas y jugos.
Sebastián Ochoa, quien compartió este análisis de uno de los principales proveedores de nueva genética para la industria, durante la Conferencia Redagrícola Ica, subraya que, para producir un arándano tipo ‘snack’, se deben seguir algunos pasos clave.
Y es que, para bien o para mal, la genética es determinante; no se puede seguir trabajando con variedades antiguas, como Ventura o Biloxi, que han perdido competitividad frente a la diversidad genética actual.
Un claro ejemplo de esto se observó en la última campaña, fuertemente impactada por las alteraciones climáticas, lo que afectó la productividad y los precios según la variedad. La variedad Ventura, la más plantada en Perú, experimentó una notable caída en productividad, algo que ocurrió en menor medida con las variedades nuevas.
Esto también se reflejó en los precios de la temporada pasada, explica Ochoa. Mientras que la fruta de los programas ‘premium’ alcanzó retornos entre US$10/kg y US$12/kg, Biloxi logró precios solo entre US$5/kg y US$6/kg, siempre y cuando el productor hubiese logrado una baya de la calidad y condición exigida por los mercados.
Ventura, en comparación, solo superó a Biloxi por US$1/kg. “El negocio cambió”, advierte tajante Ochoa. “En un año tan apretado como el pasado, el productor de Biloxi perdió plata, el de Ventura empató. En tanto, los productores de variedades ‘premium’ lograron ganar dinero y este año debiese caminar todo nuevamente bajo esa lógica”.
Por tanto, deja en claro que, “si yo no tengo la genética para poder competir, quedaré fuera del negocio”. Teniendo una genética de alta gama desde un inicio, destaca que una operación que tiene mayor probabilidad de éxito es aquella que en cada proceso de la operación aisle la mayor cantidad de riesgos, como ya viene ocurriendo en algunas empresas peruanas.
“Estos son campos que no escatiman en invertir en calidad. Si hay un sustrato A que vale la mitad que el B, pero el B es muy bueno, usarán el B, aunque sea más caro. Si hay que poner ósmosis inversa, porque hay algún nivel de riesgo, aunque no sea tan alto, lo hacen. Al final, en la agricultura estamos llenos de riesgos, por todos lados”, apunta.
Por lo tanto, deja en claro que no se puede producir una fruta para ‘snack’ “si no tengo ni la tecnología ni las ‘lucas’ a la hora de invertir en este negocio”. Recuerda que Chile introdujo en 1976 el arándano como un cultivo menor, de pocas hectáreas, que no demandaba tanta tecnología.
“No me gusta que el conejillo de indias sea el productor. Por ello, hemos visto a muchos productores quebrar, porque apuestan por una variedad que supuestamente es la que los iba a sacar adelante y a los tres meses se murió todo o la fruta no cumplía con los estándares de exportación”.
Sebastián Ochoa.
Ahora, sin duda, se ha convertido en un frutal mayor que se cultiva a gran escala con tecnología y que es de alta rentabilidad. La razón por la que muchas empresas chilenas salieron del negocio fue porque siguieron considerando al cultivo como un frutal menor y no invirtieron en renovación genética a tiempo, dice.
Por lo señalado le parece un sinsentido seguir empujando la producción de Ventura para mercados de alto valor, como China, por ejemplo. “Eso es tratar de vender salsa de tomate como si fuese un snack para comerlo fresco”, enfatiza.
EL AVANCE MUNDIAL DEL ARÁNDANO
El asesor internacional comenta que la producción de arándano se ha extendido en todas las latitudes, llegando a una cifra de 250.000 hectáreas (ha) de producción mundial. Lo importante es que a la par continúa creciendo a dos dígitos el crecimiento de la demanda mundial por esta baya azul. “Donde se puede producir arándano se está haciendo y donde no se puede, se está tratando de hacer con tecnología”, dice.
De este total, Brazelton considera que al menos el 10% son variedades ‘premium’, es decir unas 25.000 ha pertenecen a clubes o son materiales patentados. Al no representar una gran cantidad, Ochoa menciona que existe un gran panorama de reconversión varietal en los próximos años.
“Literalmente, todo el mundo quiere plantar arándanos, debido a todas las cualidades que tiene esta súper fruta. Es la única fruta a nivel global en este momento que crece sobre dos dígitos a nivel de consumo. Por lo tanto, es un muy bonito negocio”, comenta.
ELECCIÓN DE LA VARIEDAD
¿Cómo elegir las variedades nuevas o ‘premium’ para nuestra operación? Para el especialista hay que tomar una serie de consideraciones como la fecha de cosecha -por supuesto-, la curva de cosecha, la precocidad, entre otros aspectos.
También es crucial evaluar su adaptación edafoclimática, ya que no todas las variedades son versátiles ni pueden desarrollarse con éxito en diferentes latitudes, altitudes y condiciones.
Si bien en el Perú se producen 60 variedades, destaca que sigue un gran porcentaje concentrado en Ventura y Biloxi, seguidos de Sekoya Pop. En todo caso, destaca que en la actualidad existen variedades de distintas gamas, de las cuales muchas de ellas pertenecen a clubes, donde puede ser difícil ingresar. También hay otras variedades que son buenas y abiertas para productores medianos y pequeños.
Actualmente, menciona que hay empresas que están probando entre 25 y 30 variedades en sus campos. Para realizar estas pruebas, precisa que se requiere ordenarlos en subsectores de riego, no en hileras, como ocurre en algunos campos.
Calcula que las pruebas de nuevas variedades en el país deben equivaler a un aproximado de 10 o más hectáreas en total. “Al final el que aprende a usar la nueva variedad es el productor, nadie más”, apunta sobre los ensayos que deben realizar los fundos para dar con las variedades más idóneas.
Lamentablemente, comenta que las casas genéticas entregan el material sin mayores recomendaciones técnicas sobre el uso de las variedades que van sacando. “A mí, la verdad, no me gusta que el conejillo de indias sea el productor. Por ello, hemos visto a muchos productores quebrar, porque apuestan por una variedad que supuestamente es la que los iba a sacar adelante y a los tres meses se murió todo o la fruta no cumplía con los estándares de exportación. En el arándano ha habido fuertes resbalones”, relata.
Como proyecto particular, comenta que lleva dos años trabajando con una genetista europea en el desarrollo de una nueva variedad. Basado en esto, menciona que, si la nueva variedad que están impulsando prospera, trabajarán con productores que hagan las cosas bien, sin imponerles restricciones en sus ventas. “Hay dos o tres clubes en el mundo que controlan este tipo de desarrollos, y generalmente, todos esos programas están sujetos a acuerdos comerciales que no permiten al productor desarrollar su negocio libremente”, afirma.
Balance de la campaña pasada
De Trujillo hacia el norte del país, Sebastián Ochoa recalca que fue un año complicado para la producción arandanera por el tema climático. Sin embargo, comenta que ha quedado satisfecho con los resultados que obtuvo en los campos que asesoró en Olmos. “Quedé bien contento, porque los campos con los que trabajamos, a pesar que en Olmos se vio afectada la variedad Ventura, no hubo caídas tan fuertes. Y con el aumento de precio en esta temporada, nuestros productores ganaron más plata. Finalmente, el PxQ fue favorable”, menciona.
En su experiencia con el manejo de las variedades nuevas, comenta que en la temporada observó que no tuvieron tantos problemas productivos. Debido a la poca producción global, destaca que mucha fruta que no llegaba en las mejores condiciones en los mercados, igual fue adquirida. Sin embargo, recalca que esto mismo no volverá a ocurrir, así que recomienda mandar fruta que con seguridad llegará bien.
PERÚ SEGUIRÁ SIENDO EL LÍDER
Si bien está aumentando la superficie productiva en el mundo, el asesor internacional apunta que Perú es un país donde es fácil producir por ser un invernadero natural. No tiene grandes accidentes climáticos, pese a la presencia de El Niño cada cinco o seis años.
“Trabajo en zonas donde de repente cae un nevado y hace caer 50 ha de estructuras de malla y te aplasta todas las plantas y te destruye todo. Eso acá no ocurre”, explica.
En todo caso, la preocupación en el manejo local es controlar la presión de plagas y enfermedades que es constante, justamente por tratarse de un invernadero natural. “Con el Scirtothrips hay que preocuparse más,
controlarlo, ser muy preventivo y no bajar la guardia. Tener un muy buen programa de monitoreo”, destaca.
Otra de las ventajas de Perú es que la planta entra más rápido al pico productivo. “Si tuviera los recursos para un nuevo proyecto no elegiría plantar en Chile, debido al riesgo climático, por ejemplo. Chile debería dejarse para una empresa que ya esté consolidada, que tenga la capacidad financiera y que quiera colocar fruta en volumen entre enero y febrero, y que, si le va mal un año, no le pasa nada”, señala.
En particular, considera que las mejores opciones productivas para el arándano están en Chepén (La Libertad). “Es una zona muy interesante: tiene buena disponibilidad de agua, un clima favorable, las plantas crecen bien, y es una región con baja presión de Schirtotrips”, destaca.
Asimismo, Ochoa subraya que en Perú aún no hay una crisis de mano de obra, como ocurre en otros países productores. “El negocio del arándano tiene un límite que son las manos. No se puede cosechar con máquina para exportar en fresco”, apunta.
Esta ventaja, en todo caso, no será por siempre. Advierte que en las zonas donde hay una mayor concentración del cultivo, como La Libertad, ya se observan en determinados momentos del año problemas. Con el tiempo resulta inviable mantener campos a 100 kilómetros a la redonda que requieran miles de jornales por día.
“Este negocio va a morir literalmente cuando los genetistas inventen una variedad que se pueda cosechar con máquinas, se pueda vender en fresco y que aguante dos o tres meses, luego de cosechada”, comenta.
En definitiva, Perú continuará liderando la exportación de arándanos, impulsado por la adopción de nuevas variedades, apunta. La clave está en decidir si se quiere cultivar el arándano tipo snack o un arándano para otros usos de menor valor en los mercados. Esa decisión determina no solo el programa genético, sino también el estándar de manejo y calidad. “Invertir en una variedad premium no sirve de nada si no se acompaña con un manejo óptimo del campo”, concluye el asesor, subrayando la importancia de una estrategia integral para el éxito
en el mercado global.
El asesor Ochoa destaca que la campaña actual viene atrasada. La primera razón fue que podaron tarde. El motivo por el cual podaron tarde fue que la mayoría de los campos terminaron la anterior campaña bastante atrasados, prácticamente en marzo. “Como el precio era alto y muchos campos necesitaban sacar más volumen para poder literalmente subsistir, estiraron las cosechas”, explica.
Debido a ello, las podas no se hicieron en fecha normal y eso atrasa la partida, más no el ‘peak’ que sería en fechas similares. Las temperaturas han bajado con relación al año pasado y esto no implica ninguna alteración climatológica, al menos hasta el momento. “Estuve revisando la semana pasada curvas de temperatura y no es que estemos con más frío que un año normal. Sin embargo, si las temperaturas siguen bajando y es un año más frío, todos los procesos de la planta se ralentizarán”. Esto podría traer consecuencia en el tamaño y en el peso de la fruta. En el escenario actual, calcula que la producción total alcanzará lo pronosticado para la campaña anterior, es decir, un aproximado de 400.000 toneladas.