La apuesta por la propagación clonal ‘in vitro’ de aguacate Hass
Debido a la falta de material vegetal de calidad, Cartama, el principal productor y exportador de aguacate Hass en Colombia, empezó a trabajar de la mano con la Universidad EAFIT para producir plantas de aguacate a través de la propagación clonal ‘in vitro’. La empresa, tras concluir una primera etapa del trabajo, tiene una meta ambiciosa: en seis meses llevar los primeros materiales a campo.
Ximena González V. Fotos: Cartama/Universidad EAFIT
Cartama, el principal productor y exportador de aguacate Hass en el Colombia y que cuenta con más de 6.000 hectáreas propias distribuidas en los departamentos de Antioquia, Caldas y Risaralda, desde el año 2018 se ha venido preocupando por qué en el país no se cuenta con el material vegetal suficiente y de calidad para poder sembrar aguacate, sobre todo porque no hay patrones identificados o caracterizados que se adapten a las condiciones climáticas del país. Por ello, la compañía se vio en la necesidad de buscar alternativas para la producción de su propio material vegetal.
En ese sentido y para hacer frente a esta situación, en 2018, la compañía creó su propio vivero, el cual está ubicado en el municipio de Supía, departamento de Caldas y donde tienen la capacidad para producir unas 400,000 plantas al año. Además, destaca que, debido a la falta de material vegetal, empezaron a trabajar con la Universidad EAFIT, entidad que les brindó una alternativa muy interesante, con unos desarrollos previos para la producción de plantas a través de la propagación clonal ‘in vitro’ de aguacate.
Establecimiento de una metodología para la propagación clonal ‘in vitro’ de aguacate
La empresa Avofruit SAS (Cartama) y los investigadores del grupo de investigación CIBIOP que hacen parte de la ‘spin-off’ Natural Vitro, de la Universidad EAFIT, llevan trabajando desde hace cerca de tres años en el establecimiento de una metodología para la propagación clonal ‘in vitro’ de aguacate vía morfogénesis y microinjertación, utilizando como patrones o portainjertos criollos y copa cv Hass que la empresa ha caracterizado y utiliza para la obtención de material élite utilizando técnicas de propagación convencional.
La Universidad EAFIT, representada por sus investigadores, cuenta con una tecnología que ofrece la producción de plántulas ‘in vitro’, empleando la microinjertación del aguacate cv. Hass, la cual, se encuentra protegida como secreto empresarial. De igual forma la EAFIT, cuenta con la capacidad de evaluar esta tecnología empleando patrones criollos que se encuentran en el país.
De acuerdo a este contexto, Cartama está desarrollando de manera conjunta la producción de plántulas microinjertadas de aguacate, una solución tecnológica que brinde una alternativa para los planes futuros de siembra de aguacate en sus unidades productivas. Durante esta primera etapa el objetivo del proyecto fue establecer la metodología para la propagación clonal ‘in vitro’ de aguacate vía morfogénesis y microinjertación.
“Desde Cartama se hace una fase inicial que es la producción de las plantas etioladas bajo condiciones de oscuridad en las cuales las plantas se elongan generando unos tallos alargados, de los cuales se pueden sacar las porciones de tallos necesarios para cultivar in vitro”, explica Susan Saavedra, jefe de Investigación, desarrollo e innovación del Grupo Cartama. Destaca además que en este momento están cerrando la primera fase del proyecto. “Tenemos un resultado muy interesante, una serie de plantas que están listas para ser llevadas a la siguiente fase, la fase de endurecimiento y posteriormente a la fase de vivero para luego ser llevadas a campo”.
Por su parte, Alejandro Gil Correal, investigador de la Universidad EAFIT agrega que, “desde la universidad ya teníamos propiamente unos desarrollos iniciales para el establecimiento, introducción y propagación de aguacate principalmente de la variedad Hass, pero tal como lo menciona Cartama, existe la necesidad entre los productores de que también se pueda hacer el proceso directamente con materiales criollos sin injertación en Hass que es parte del desarrollo que nosotros tenemos en el laboratorio”.
RELEVANCIA DEL PROYECTO DE PROPAGACIÓN CLONAL ‘IN VITRO’ PARA EL SECTOR AGUACATERO COLOMBIANO
De acuerdo con Saavedra, en la compañía tiene muy claro que la producción de material a través de esta tecnología les va a permitir garantizar la genética. Para ello, es que han venido trabajando con Duke 7, que es un material libre y con materiales criollos que se han encontrado en las diferentes regiones aguacateras de Colombia. “Lo que queremos con este proyecto es garantizar la genética tanto del patrón como de la copa, que efectivamente sea Hass, que sea material de calidad y sano”, precisa.
Frente a esto, dice que al ser producido bajo condiciones de laboratorio y al sembrarse en unos medios de cultivo muy específicos, en los cuales no hay ni hongos, ni bacterias, se garantiza sanidad, genética y homogeneidad. Además, aunque estos materiales se demoran un poco más en entrar en producción, son muy productivos y además se pueden producir grandes cantidades en espacios muy reducidos. “La capacidad que tiene el laboratorio es de 150,000 plantas año y el espacio de los cuartos de crecimiento actuales no supera los 50 metros cuadrados, entonces en un espacio menor se tiene una capacidad de producción mucho mayor”, agrega Gil.
COLOMBIA NECESITA CALIDAD, SANIDAD Y GRANDES CANTIDADES DE MATERIAL VEGETAL
De acuerdo con los expertos, lo que Colombia necesita en estos momentos es calidad, sanidad y producir grandes cantidades de material porque, por ejemplo, compañías como Cartama que tienen más de 6.000 hectáreas, aunque solo entre 2,500 y 3,000 ha están sembradas, por lo que se requiere de material para seguir sembrando y cultivando. Asimismo, muchos huertos en el país necesitan iniciar un proceso de rejuvenecimiento y de recuperación. Por ello, se necesita tener la capacidad tanto para sembrar las áreas nuevas en Colombia como para ir rejuveneciendo los cultivos más antiguos con material de mejor calidad. Y, si bien se han hecho evaluaciones con patrones como Duke 7 y criollos, es necesario evaluar otra serie de patrones que permitan mejorar los niveles de productividad, dependiendo de las condiciones edafoclimáticas.
PRODUCTOS CON CERTIFICACIÓN
Tanto Cartama como el laboratorio de la Universidad EAFIT cuentan con las certificaciones ICA tanto para el tema de investigación como para la producción de material vegetal inspeccionada, un elemento esencial para que una vez los productos salgan a la comercialización cuenten con esas garantías y esas certificaciones que la norma colombiana exige. “Desde la fase vegetativa hemos venido trabajando para que cuando los productos resulten sean plantas cobijadas por la normatividad colombiana”, sostiene Gil.
“Es necesario hacer mucha más investigación de la que venimos realizando, ver cómo se adaptan estos materiales y la producción de las plantas que, al ser por reproducción asexual y al no tener esa raíz pivotante o embrionaria, sino adventicia, necesitamos ver cómo es la adaptación de estos árboles a las condiciones de suelo que tenemos en las diferentes regiones productoras de aguacate”, cuenta Saavedra. De acuerdo a la especialista de Cartama, la principal característica que deben tener los portainjertos es la resistencia a diferentes patógenos, tales como Phytophthora que es habitante natural del suelo. Sin embargo, hay muchos otros patógenos, tanto hongos como bacterias a los cuales el patrón debe ser tolerante.
No es lo único, ya que estos materiales deben ser tolerantes a las condiciones de estrés hídrico, tanto por exceso de humedad como por déficit hídrico. “Actualmente estamos hablando de excesos de humedad porque estamos en un Fenómeno de La Niña, pero, probablemente el otro año pueda iniciar un fenómeno del niño. Por eso, necesitamos patrones que se adapten a esos cambios de humedad en el suelo y que la raíz sea capaz de volver a crecer o generar nuevos crecimientos cuando se den estos cambios”, explica.
LA META ES LLEVAR LOS PRIMEROS MATERIALES A CAMPO EN LOS PRÓXIMOS 6 MESES
La meta que tienen Cartama y los investigadores de EAFIT es que en los próximos seis meses se puedan llevar los primeros materiales a campo. “Ya los materiales están listos para llevar a la etapa de endurecimiento (que son tres meses en invernadero y tres meses en vivero) y posterior a eso la siembra en campo”, destaca Saavedra. En paralelo a este proceso, seguirán con la producción de las plantas en el laboratorio para poder llevar una mayor cantidad a campo. Después de tenerlas listas para campo, la idea es seleccionar zonas que sean críticas y de alta importancia para la empresa y para el sector aguacatero, para ver cómo se adaptan bajo esas condiciones.
“Lo ideal sería llevarlas a zonas altas y a zonas medias en las cuales podamos probar el desempeño de estos materiales bajo diferentes condiciones edafoclimáticas, y obviamente llevar estas plantas a producción para poder comparar sus niveles productivos frente a una planta producida con injertación tradicional”, resalta la directiva.
¿POR QUÉ APOSTARLE A LOS CLONALES?
De acuerdo con Saavedra la teoría que tienen es que los clonales se pueden adaptar a todas las condiciones del país. Pues, lo que cambia en los clonales es la forma en la que se injerta, en la que se produce, pero al final la genética viene siendo casi la misma. “Solamente que estamos garantizando el patrón y la copa, y lo que queremos es poder producir mayor cantidad de material vegetal con la clonación y dejar de lado esa incertidumbre de que no sabemos qué características va a tener una semilla determinada por su variabilidad genética”.
Para los entrevistados, esta apuesta por portainjertos clonales tendrá una serie de beneficios como garantía de la genética, mayor capacidad de producción de plantas y sanidad. Por estas razones están apostando a producir plantas ‘in vitro’, porque, en estos momentos, donde las condiciones climáticas favorecen al patógeno, es necesario buscar cómo se favorece a la planta y se garantiza que haya inocuidad.
“Es importante hacer la acotación de que el material vegetal que se utiliza proviene de fincas y de un seguimiento que Cartama ha venido desarrollando alrededor de la producción de esos patrones y eso es clave para garantizar que esas plantas a futuro tengan una gran adaptabilidad lo que permitirá que la productividad en el país no se vea afectada”, agrega Gil.
Lo primero que se hace es seleccionar el material vegetal de las fincas productoras de Cartama, ese material se lleva al vivero donde se pone a germinar y se injerta y esa planta injertada después de desarrollarse cierto tiempo es puesta en condiciones de etiolación. Las plantas etioladas son las que recibe el laboratorio de la Universidad EAFIT para utilizar sus brotes o sus yemas laterales desarrolladas las cuales se pueden establecer en condiciones in vitro.
EL DESARROLLO DEL PROYECTO ESTÁ EN LA FASE DE INJERTACIÓN
Actualmente, el proyecto está en la fase de injertación, que es la fase 4 y de aquí se pasará a la fase 5 que es el endurecimiento y aclimatización que se lleva a cabo en condiciones de invernadero en una instalación que la Universidad EAFIT tiene en el municipio de Girardota. En este invernadero, el material vegetal se desarrollará con las condiciones necesarias para que se puedan hacer esas aclimatizaciones o superar el cuello de botella que tiene principalmente el cultivo in vitro, que es sacarlas de ese recipiente y ponerlas en bolsas para posteriormente transcurridos 3 meses ser llevadas a vivero donde terminarán su etapa de adaptabilidad, luego serán trasladadas a campo donde se evaluará su desempeño una vez están endurecidas y aclimatizadas. Puntualizan los expertos.
PRODUCCIÓN DE PLANTAS IN VITRO, UNA NUEVA ALTERNATIVA
La microinjertación o producción de plantas en cultivos in vitro es la tercera alternativa de producción que está empezando a trabajar Cartama. Tras la injertación tradicional y doble injertación o clonación de Brokaw, la producción de plantas ‘in vitro’ es la tercera alternativa en cuanto a producción de plantas. “Hoy no tenemos una cifra clara de cuanto quisiéramos producir tanto para nosotros como para productores terceros, en este momento la prioridad es estandarizar la metodología y ver que realmente funciona, que se da una buena adaptación y un buen enraizamiento de estas plantas en campo”, resalta Saavedra.
De acuerdo con Cartama, actualmente están trabajando de manera conjunta para dar inicio a una segunda fase del proyecto, donde se evaluará el proceso de aclimatización o endurecimiento de las primeras plantas producidas bajo condiciones de laboratorio y pasan a invernadero, posteriormente se evaluarán agronómicamente en condiciones de vivero y luego en campo, de igual forma se busca incrementar la cantidad de plantas producidas en el laboratorio para ampliar en un mediano plazo la oferta de material vegetal élite de aguacate para el país.