La apuesta por altas densidades para aumentar productividad
Desde su creación la compañía Despoux Produce Export-Import ha tenido claro su foco de acción: la intensificación y manejo de las altas densidades en el mango. Su ejemplo ha sido replicado a lo largo del Valle de Casma, en el que hoy también se observa una mayor presencia de cultivos alternativos como la palta Hass. En un entorno más competitivo, la compañía se ha visto en la necesidad de buscar nuevos mercados, como Corea del Sur y Japón, y de explorar cultivos con alto potencial.
Miriam Romainville Izaguirre
Siguiendo el legado de su padre, José Luis Crousillat Despoux, quien fuera conocido como uno de los primeros productores en sembrar mango en el valle de Casma, Luis Crousillat Velásquez ha continuado con la producción de este fruto tropical, convirtiéndose en pionero en el manejo de altas densidades en la segunda zona productora más importante de mango a nivel nacional.
“Allá por 1996 participé de un curso dictado en la Pontificia Universidad Católica de Chile sobre frutales, que incluía las altas densidades en palta. Decidí replicarlo en Casma porque en el valle hay un solo flujo, un solo brote al año que se manifiesta en 20 cm, 30 cm. En cambio, en Piura puede brotar tres veces al año. En otras palabras, el árbol se desarrolla en Casma un 30% menos de lo que se desarrolla en Piura”, sostiene Crousillat, gerente general de Despoux Produce Export-Import y presidente del Comité de Sanidad Agraria (Cosagra) de Casma. Por aquella época, los productores casmeños de mango trabajaban con densidades de 8×8 y 9×8, lo que significaba en promedio 156 a 200 plantas por hectárea (plantas/ha).
Hace 25 años, Crousillat decidió trabajar con marcos de 7×5, para pasar luego a marcos de 5×4, 4×3 y llegar en el 2010 a una distancia récord de 3×1. “Es una locura tener más de 3,300 plantas/ha. Era 33 veces más de lo que hacían los piuranos antiguos. Hace 20 años en Piura se hacía siembra de 10×10, 100 plantas/ha. De ahí comenzaron con 250, 280, 300 plantas/ha. Recuerdo que uno de nuestros lotes empezó a producir al cuarto año el doble de lo que producía mi hermano, que tiene mango de 30 años, con una densidad de 9×9”, manifiesta. Remarca que, en el caso del mango, el máximo potencial de producción se alcanza al séptimo año.
El experto explica que empezaron a trabajar con altas densidades porque en Casma el precio de terrenos es alto y hay poca disponibilidad de agua. “Eso nos llevó a decidir magnificar la producción con altas densidades”, recalca, tras sostener que se considera altas densidades a partir de 500 plantas/ha. Su ejemplo fue replicado por varios productores casmeños. Actualmente, en el valle el marco más usado es el de 4×4, o 625 plantas/ha, pero también se trabaja con distancias de 3×2 y 4×2.
En esa línea recomienda trabajar con altas densidades durante los primeros diez años, tomando en consideración que el árbol de mango empieza a producir al segundo año. El especialista indica que en Casma lo ideal es empezar con 3×1 para terminar con marcos de 5×1. Esto considerando que en campos grandes lo ideal es apuntar a la mecanización de los procesos. “En campos grandes trabajas con agricultores que pueden sacar las ramas, cortar, botar”, añade.
Crousillat considera que es importante que se apunte a tener una floración total en el fundo cuando se trabaja con altas densidades. “La idea es tratar de madurar bien las yemas y tener una floración de 100%, si es posible. Cuando se florea a media llega el momento en que la fruta está formada y viene el famoso brote, el brote te eleva el volumen de hojas, lo que afecta el fruto porque lo sombrea. En cambio, cuando está todo fructificado desde el comienzo recibe luz y agarran chapa”, manifiesta, tras agregar que el frío y la poda influirán en la floración. De acuerdo con Crousillat, la poda debería realizarse máximo a fines de marzo, cuando aún hay un buen calor. “Este año, la campaña 2020/21 en Casma se retrasó un poco y las podas se realizaron de forma tardía”, dice. A la par, cuando la planta está bien floreada será necesario hacer una labor de raleo para no tener calibres muy pequeños.
Explica que la estrategia de intensificación de densidades se puede aplicar de dos formas: en el caso de pequeños lotes se recomienda retrasar la poda y mantener las altas densidades máximo hasta 20 años. Sin embargo, cuando se trata de lotes extensos surge la necesidad de hacer una raya y eliminar un 50% de las plantas. “Eso es algo que hicimos para esta campaña 2021/22. De 3,300 plantas/ha pasamos a unas 1,600 plantas/ha”, sostiene Crousillat. La decisión se tomó luego de que en la campaña 2020/21 se observara una menor calidad de fruto, en parte explicado por la falta de luz. A la fecha, en el fundo están trabajando con diversas densidades. “Tenemos densidades de 4×3, 4×2, 5×4”, detalla.
NUEVAS OPORTUNIDADES
En Despoux Produce Export-Import tienen 60 ha de mango en San Francisco (Ancash) y proyectan crecer tímidamente un 10% en Piura. Su producción se exporta a través de una exportadora propia que formó con tres socios piuranos, Milton Calle, Luis Terrones y Elías Bentín. El fundo está ubicado en San Francisco, zona que a diferencia de otros distritos tiene un mayor acceso a recurso hídrico para la producción de frutales. “Donde hay menos agua es en la parte alta de Buenavista para arriba, el famoso Valle del Río Loco. El agua viene a veces una hora y a veces no viene más”, comenta. Si bien el mango tiene una mayor resistencia al estrés hídrico, sin un adecuado riego y un óptimo manejo agronómico no se podrán obtener los calibres deseados. “Creo que el mango es tan noble como un algarrobo, ha habido casos en que hemos visto campos que con riego de pozo lo lograron. No es lo espectacular, pero te puede cubrir costos”, indica.
SE REVIERTE IMPACTO NEGATIVO
En la campaña 2020/21 se obtuvieron precios más atractivos. “En promedio general se ubicó entre US$0.40 a US$0.45 el kilo, el año anterior fue US$0.15”, dice Crousillat. Y es que en la campaña 2019/20 la ausencia de lluvia en Piura hizo que se retrasara la cosecha, lo que derivó en un traslape con Casma y Motupe. El mercado de Europa se llegó a saturar y los precios se vieron afectados.
POSIBILIDAD DE INDUSTRIALIZAR
En la campaña 2019/20, un 60% de la producción de mango de la empresa fue destinado a la industria, mientras en la campaña 2020/21 este porcentaje se redujo a 35%. Crousillat ve un gran potencial en el llamado mango de descarte. No solo bajo la presentación de congelado, sino como mango picado, listo para comer. La futura inauguración de una planta de deshidratado y una mayor presencia de plantas de congelado abre espacio para continuar impulsando este segmento de negocio.
El ejecutivo añade que para atender las necesidades hídricas de los cultivos se está promoviendo la construcción de la represa Bombón. “Se va a usar agua de lluvia. La represa contribuirá al suministro de agua, estará dirigido a los agricultores que estamos establecidos. Casma tiene algo de 30,000 ha en todos los valles, pero cultivado algo de 15,000 ha, de las cuales unas 10,000 tienen árboles frutales de exportación”, dice. De igual modo, se está evaluando la formación de mancomunidades, con el objetivo de tratar de represar todas las lagunas, “desde que empieza la parte de Comandante Noel hasta la sierra, donde nace el agua en Punta Callán”.
De otro lado, durante varios años se realizaron ensayos para impulsar el recambio varietal en el negocio de mango. El propósito fue incorporar variedades alternativas al Kent, tales como Keitt y Tommy Atkins. No obstante, debido a las preferencias del mercado la variedad Kent ha logrado mantener su lugar como rey de las variedades. “Nosotros teníamos algo de 8,000 plantas Keitt, las hemos eliminado todas. Realmente el Kent es el rey del mango”, afirma. El patrón de mango más usado por la compañía es el Camboyano, muy resistente al estrés hídrico y a la salinidad. “Este año ha sido severo por la sequía en Casma, los campos que están con este patrón no sufrieron mucho”, añade.
Luis Crousillat, quien ha sido testigo de la evolución de la producción de mango en el Valle de Casma, comenta que lo que sí ha crecido es la necesidad de buscar nuevos mercados para el mango de exportación. Desde que el mango se convirtió en un cultivo relevante en Casma, Europa ha sido el mercado destino por excelencia. A diferencia de Piura, que atiende a EE UU y Europa como principales mercados. “Ellos mandan 40% de su producción a EE UU y 60% a Europa”, anota. El incremento constante de los volúmenes enviados ha hecho que se llegue a saturar el mercado. “La media para que un precio tenga un retorno aceptable es no pasar de 300 contenedores semanales, para no saturar el mercado de Europa. Sin embargo, estamos presentando en algunos momentos 500 contenedores semanales. Ahí tenemos un grave problema”, comenta.
LUCHA CONTRA LA MOSCA DE LA FRUTA
Crousillat destaca que se ha intensificado el control y en el valle se ha incorporado 20 trampas/ ha. Si antes un solo agricultor podía registrar 2,000 moscas, ahora se contabilizan en la zona costera del valle aproximadamente 1,900 moscas. “Ningún agricultor se escapa del control de la mosca de la fruta”, indica. Debido a la disciplina con la que se vienen cumpliendo las indicaciones, la perspectiva del experto es que Casma sea declarada una zona libre de mosca de la fruta en el 2023.
Esto ha llevado a varios productores a explorar nuevos mercados. A la fecha, algunas compañías locales ya han realizado envíos a Corea del Sur y están explorando más oportunidades comerciales en el continente asiático. Precisamente, en la campaña 2021/22 Despoux Produce Export-Import prevé exportar 1,250 toneladas de mango, 4% más que la campaña previa. “Este año se exportará a Corea del Sur y Japón”, adelanta, tras sostener que han recurrido a la maquila ya que no poseen una planta de tratamiento hidrotérmico. Además, la compañía anticipa sumar más volúmenes a mercados de Sudamérica, como Chile y Argentina.
Respecto a las características que buscan los consumidores coreanos, el experto anota que se valora la apariencia, la firmeza y que el mango no presente ni una raspadura. Asimismo, se aprecian los calibres que van del 7 al 10. En cambio, en Europa existe más predisposición a recibir diversos tipos de calibres. De acuerdo con Crousillat, el 70% de lo que se envía al Viejo Continente son 7, 8 y 9, mientras el porcentaje restante incluye calibres más pequeños, de 10 a 12. Existen dos opciones de envío de mango de exportación: el marítimo y el aéreo. En el caso de la primera opción se demanda un Brix de 6.5 a 7.5, mientras en envíos aéreos se requiere un Brix de 8 a 8.5.
La estrategia de los productores casmeños pasa también por reducir los costos asociados al proceso productivo —por ejemplo, optando por el análisis de hojas para identificar qué hongos se debe combatir y usar los productos necesarios para las plantas. O, usando productos fungicidas de carácter preventivo que sean accesibles, como los que contienen sulfato de cobre— y certificar al mango con un sello orgánico. “Nosotros ya tenemos producción orgánica certificada en el caso de la palta. Estamos tratando de sacar este año la certificación para el mango. Eso puede ayudar a tus ingresos. Se estará certificando con CAAE”, ratifica Crousillat.
Asimismo, se busca continuar incrementando la producción de mango y, al mismo tiempo, diversificar la cartera con cultivos alternativos. “Creo que Casma llegó a su tope en mango. Estamos con 7,000 ha de mango. Hay que empezar a mirar otros cultivos”, afirma. El gerente general de la exportadora comenta que ya poseen 43 ha de palta y en los próximos dos años proyectan sumar 20 ha más. Este cultivo ha logrado adaptarse a los suelos casmeños gracias a patrones antillanos y Zutano. La perspectiva del experto es que Casma terminará convirtiéndose en una zona productora de frutales, incorporando más superficie de palta, uva, tangelo, higo y hasta pecanas. La empresa que dirige ya viene haciendo pruebas con higo, en aproximadamente 4 ha situadas en la parte baja del valle, y pecanas, en 0.5 ha situadas en San Francisco.
“Tenemos un vivero y siempre piden mango y palto, últimamente han pedido más palta. Creo que Casma va a terminar cerrando con puros frutales, algunos campos que los alquilan para espárrago, para ajíes, yo creo que van a terminar siendo frutales, también la uva está creciendo un poco”, cuenta Crousillat, cuyos abuelos franceses y peruanos tenían en el pasado haciendas en Casma para criar ganado y trabajar el algodón y el maíz.
Con mucho esfuerzo los productores casmeños han perfeccionado a lo largo de los años el dominio que poseen del mango. En esta segunda fase, el reto ya no pasa solo por incrementar la producción, sino también por buscar fórmulas para obtener mejores rendimientos. Algunas de las principales estrategias que se están incorporando pasan por diversificar cultivos y mercados, así como por obtener la certificación orgánica de mango y contar con nuevas fuentes de recurso hídrico.
UN RIESGO LATENTE
En el 2017 los estragos dejados por El Niño costero en la región Ancash se reflejaron en 3,603 ha de cultivos perdidos y 8,893 ha afectadas, lo cual representa un perjuicio económico para la agricultura de S/76 millones, según la Dirección Regional de Agricultura de Ancash. Crousillat recuerda bien lo que significó aquel fatídico evento para el negocio de mango.
“El Niño costero aisló a Casma por completo. El río se llevó el puente Huambacho y las otras rutas para salir a Lima también quedaron bloqueadas. Cuando eso ocurrió me faltaba exportar el 50% del mango. En 20 días perdimos como 200,000 kilos de mango en el suelo. Mucho mango estaba en cámaras para exportar, mucho mango en el árbol. Tuve que esperar que pasaran los días. Como hubo escasez se fue por la nube el precio y me ayudó a compensar la pérdida”, comenta.
Aunque no existe una proyección claro, el experto indica que cada diez años se suele presentar un fenómeno de Niño o Niña costeros, que terminan afectando la producción. “Cada determinado tiempo los climas cambian y hay efectos fuertes”, advierte. Una forma de evitar que la historia se repita es a través de obras hidráulicas, como encauzamientos de río. “Ahora no se ve ningún trabajo, está en proyecto”, remarca. Recién este año la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) suscribió un contrato para el diseño y construcción de las defensas ribereñas que forman parte de las soluciones integrales de los ríos Casma y Huarmey, que se espera beneficie ciudadanos de los distritos Comandante Noel, Casma, Buena Vista, Yaután, Huayán, Huarmey y Coris, en la región Ancash.