Investigadores hacen muestreos semanales de la chinche pintada
Con el fin de verificar presencia de adultos del insecto en campo, equipos técnicos tanto de INIA La Platina como de INIA La Cruz, se trasladan todas las semanas para realizar labores de muestreo de Bagrada hilaris, concentrada principalmente en las regiones Metropolitana y de Valparaíso.
La chinche pintada se detectó en 2016 en nuestro país. Provoca daños importantes en los cultivos de la familia Brassicaceae principalmente en la emergencia de las plántulas y en plantas adultas en hojas, tallos y suelo, lo que provoca pérdidas económicas en el cultivo. Si bien existen productos químicos registrados para su control, desde su ingreso a Chile el INIA junto al SAG y otras entidades han venido desarrollando diferentes proyectos con la idea de generar información de una plaga que era desconocida en nuestro país.
El conocimiento de la fenología, o sea de las fases de vida del organismo en relación al tiempo y clima, indica la entomóloga de INIA Nancy Vitta, permiten entender el comportamiento del insecto, lo que da un inicio de cuándo puede realizarse un control eficiente.
RECUENTO Y ESTUDIO DE LOS DIFERENTES ESTADOS DE DESARROLLO
El muestreo y monitoreo de la plaga se realiza en campos donde se sabe que Bagrada hilaris está presente. La muestra se toma directamente de la planta (si hay cultivo), de malezas y del suelo. Se muestrea principalmente donde se encuentran cultivos de brassicas ya que este hospedero es de su preferencia, explica Vitta.
El material es llevado a laboratorio, donde se procesa y se separan los diferentes estados de desarrollo de la plaga (etapas de su ciclo de vida), con el fin de conocer la proporción de ellos en los diferentes períodos. Si se requiere para crianza (realización de ensayos) es necesario llevarlos a cámaras bioclimáticas con temperatura determinada para mantenerlos y alimentarlos. De lo contrario, se hace solo el recuento de adultos y estados inmaduros.
EN INVIERNO BAJAN CONSIDERABLEMENTE LAS POBLACIONES DEL INSECTO
En invierno, informa la investigadora, las poblaciones bajan considerablemente debido a la temperatura, ya que está bajo el límite inferior que la plaga puede soportar. Esto no quiere decir que el insecto desaparezca: es posible encontrarlo escondido como adulto en grietas sobre la tierra o bajo terrones y en malezas de la familia Brassicaceae. Es difícil que ahora ocasione daños como lo hace en verano, ya que entre enero y abril alcanza sus máximas poblaciones. Luego disminuye en los meses invernales, hasta noviembre, cuando se detectan visualmente los primeros adultos y ninfas.
El manejo químico no ha sido suficiente para detener la invasión de esta plaga. Por eso, el INIA ha estado evaluando alternativas complementarias, tales como uso de hongos entomopatógenos (a cargo de Eduardo Tapia), control biológico (Dr. Ernesto Cisternas) y utilización de cultivos atrayentes (Dr. Aart Osman). Todas ellas corresponden a estrategias sustentables e inocuas.