INSECTOS RIZÓFAGOS DE IMPORTANCIA ECONÓMICA PARA EL ARÁNDANO
Dr. Ernesto Cisternas A. Ing Agr. INIA La Cruz
La asociación insecto planta de arándano es relativamente nueva en el país desde su introducción por el INIA en la década del 80 en el Sur del país. El incremento sostenido de la superficie cultivada y las nuevas variedades han permitido la incorporación de nuevas zonas y áreas productivas, por ello aun observamos y detectamos nuevas asociaciones Insecto – Planta. Actualmente el área de distribución productiva en el país se ha extendido, desde la Región de Coquimbo hasta la Región de Los Lagos, asociado a diferentes condiciones edafoclimáticas, agroecológicas y de biodiversidad.
GUSANOS BLANCOS (Coleoptera: Scarabaeidae): Pololos, Pololitos, San Juanes
Hylamorpha elegans, Sericoides viridis, S. obesa, S. spp.,Brachysternus prasinus, B. spectabilis, Phytholaema herrmanni, P. dilutipes y Tamarus villosus serían las especies más frecuentes que conforman el ensamble de gusanos blancos. Desarrollan su ciclo en un año la mayoría de las especies. El adulto se alimenta principalmente del follaje de árboles y arbustos nativos y en menor medida del follaje del arándano, salvo las especies de Sericoides en su estado adulto, presentan una mayor asociación como alimento al follaje del cultivo. La hembra, una vez apareada, se introduce en el suelo y deposita aproximadamente unos 60 huevos blancos. Las larvas de estas especies se encuentran regularmente en la sobre hilera, junto a las raíces de las plantas y en la entre hilera asociada a la carpeta vegetal. Sobre la hilera o camellón, las larvas se alimentan de raíces y raicillas del arándano lo que produce un debilitamiento general e incluso la muerte de plantas jóvenes. Las heridas producidas por las mordeduras son puerta de entrada de diversas enfermedades. Las plantas atacadas muestran síntomas de estrés hídrico y menor crecimiento. El mayor daño se observa en plantas recién establecidas y menores de 4 años.
Monitoreo: Antes del establecimiento revisar unas 20 muestras de suelo (cubos de 20x20x30 cm de profundidad) por sector. Durante el crecimiento del cultivo, plantas con algún grado de ataque presentarán síntomas de déficit hídrico, amarillez e incluso enrojecimiento prematuro que puede hacernos pensar incluso en déficit nutricionales. Por lo tanto, debe ser revisado su sistema radicular y descartar daños radiculares y presencia de insectos. La detección temprana de las larvas de estos insectos se debe hacer entre fines de verano y otoño a través de la revisión de 15 a 20 muestras de suelo por sector de similar manejo, variedad, etc. Cada muestra (20x20x20 cm) deberá ser tomada en la sobre hilera al costado de una de las caras del cuello de la planta.
TÁCTICAS DE MANEJO PARA UN BUEN CONTROL
Cultural: Las poblaciones de gusanos blancos que más daño producen a las plantas ocurren en los primeros 4 años de establecidas, por lo tanto, es relevante el combate de las poblaciones presentes en el suelo antes de la plantación. El laboreo del suelo, el establecimiento de un pre-cultivo (cereal) y la incorporación de insecticidas antes de la plantación reducirá la densidad de larvas. Si el cultivo presenta una cubierta de plástico, la incidencia de muchas de las especies será menor en comparación a otro tipo de mulch. Si el cultivo presenta una cubierta vegetal viva o enmalezamiento, la incidencia de un mayor número de especies de gusanos blancos será mayor.
Natural: Estos insectos son controlados naturalmente por aves (bandurria, tiuques), avispas y moscas parasitoides (Tachinidae), hongos entomopatógenos (Metarrhizium, Beauveria), protozoa (Gregarinida, Coccidia, Microsporidia), nemátodos entomoparásitos e insectos depredadores como carabidos (peorros), asílidos (moscas ladronas). Los mayores niveles de control lo ejercen los hongos entomopatógenos.
Biológico: Desde un tiempo a esta parte, el INIA ha desarrollado y desarrolla investigación para el control de estos insectos nativos con HEP (Hongos Entomopatógenos), este arduo trabajo se ha traducido en que en la actualidad se cuente comercialmente con cepas para diversas especies de gusanos blancos como H. elegans, P. herrmanni y Sericoides viridis. La aplicación preventiva y curativa de Hongos Entomopatógenos, solo debe cumplir la regla de la identificación correcta de la especie a combatir, ya que su alta especificidad no permitirá un control de especies distintas a la que fue seleccionada la cepa.
Químico: El uso de productos de síntesis química cada vez esta más restringido, por lo tanto las alternativas disponibles son escasas. Antes de la plantación, si la presencia y densidades de gusanos blancos es superior a 10/m2 , se deberá aplicar un insecticida de suelo, incorporándolo con el último rastraje. Aplicar insecticidas registrados y respetando los períodos de carencia para el control de los adultos es una medida de control eficaz.
BURRITOS (Coleoptera: Curculionidae): Cabrito, Burrito, Capachito, Gorgojo
Aegorhinus superciliosus, Aegorhinus nodipennis, Aegorhinus phaleratus, Otiorhynchus sulcatus, Otiorhynchus rugosostriatus, Naupactus xanthographus, Naupactus leucoloma y Naupactus cervinus, serían las principales especies presentes en el cultivo. Los estados adultos se encuentran en el campo desde fines de primavera hasta principios de otoño según la especie. Las especies O.sulcatus y O.rugosostriatus son de actividad nocturna a diferencia de las otras especies, que son de actividad diurna. O. sulcatus y O. rugosostriatus pueden invernar como adulto e iniciar la postura de huevos temprano en la temporada siguiente a su emergencia.
Sus tamaños, coloridos y formas son variables según la especie; pero fácilmente identificables. La alimentación de los adultos ocurre principalmente en las hojas produciendo características escotaduras en ellas, a diferencia de las especies de Aegorhinus que pueden cortar los peciolos de hojas y frutos y en menor medida consumir follaje. El estado larval presenta en común la ausencia de patas, siendo el estado del insecto que produce los mayores daños a la planta, ya que consumen y dañan raíces, raicillas y corona. Por las heridas ingresan patógenos que pueden producir la muerte de la planta. El ciclo de estos insectos es anual y en algunos supera los 15 meses su desarrollo. La emergencia de los adultos comienza a fines de primavera, concentrándose en los meses de verano.
Monitoreo: Antes del establecimiento revisar entre 15 a 20 muestras de suelo (cubos de 20x20x30 cm de profundidad) por sector. Durante el cultivo, plantas con síntomas de déficit hídrico, amarillez y enrojecimiento temprano en la temporada, como así mismo evidentes síntomas de déficit nutricionales, debe ser revisado su sistema radicular y descartar daños radiculares y presencia de insectos.
TÁCTICAS DE MANEJO PARA UN BUEN CONTROL
Cultural: Estas especies de burritos deben combatirse antes de la plantación. Si el cultivo anterior a la plantación ha sido una pradera naturalizada o mejorada o cultivo de leguminosas, N. leucoloma (Burrito del frejol), será una especie dominante en el ensamble, la que a muy bajas densidades produce daños considerables a las plantas nuevas. Relevante en extremo deberá ser la sanidad de las plantas en origen y procedencia (Viveros), en relación a la presencia de burritos, O. sulcatus y O. rugosostriatus (Gorgojos de los invernaderos y de la frutilla) respectivamente, la tolerancia a estos insectos debe ser “cero”. Revisar el perímetro del cultivo para detectar adultos en bordes boscosos, A. superciliosus, A. nodipennis y A. phaleratus e implementar medidas que eviten su ingreso al huerto, tales como protecciones perimetrales, (malla, zanja). No plantar sobre suelos con infestaciones comprobadas de burritos de estas especies, sin hacer rotaciones largas 2 años con cereales y/o crucíferas.
Natural: El grado de control natural de estas especies con regularidad es bajo tanto para las especies introducidas y nativas. Las especies de Otiorhynchus presentan escasos enemigos naturales, por su comportamiento nocturno la depredación por aves silvestres y domésticas es casi nula a diferencia de las especies de Aegorhinus y Naupactus donde su comportamiento diurno los hace presa más fácil de las aves. Los grillos y carábidos adultos se alimentan de los adultos de las diferentes especies de burritos y cabritos y el estado larvario de carábidos y asílidos depredan estados de larva y pupa bajo el suelo. Moscas (Taquinidae) y avispas (Braconidae) parasitoides de adultos de Aegorhinus y Naupactus respectivamente, además de microavispas (Platystasius asinus) parasitoide de huevos de N. xanthographus, que en predios donde no se aplican insecticidas el porcentaje de parasitismo es mayor. Los insectos atacados por hongos entomopatógenos y nemátodos entomoparásitos son escasos y difíciles de ver, ya que los insectos atacados se desintegran en poco tiempo. En las especies nativas es más común encontrarlas en forma natural.
Biológico: El combate de estos insectos plaga el INIA los priorizó a través del uso de agentes microbianos como HEP (Hongos entomopatógenos) y NEP (Nemátodos entomoparásitos), específicos para algunas de las especies. Actualmente se cuenta comercialmente con cepas de HEP específicas para diversas especies de burritos y cabritos N. xanthographus, N. cervinus A. superciliosus y O. sulcatus y además se cuenta con un NEP para A. superciliosus. Actualmente se encuentra en desarrollo un proyecto que busca los agentes HEP y NEP específicos para A. nodipennis. La aplicación preventiva y curativa de hongos entomopatógenos, solo debe cumplir la regla de la identificación correcta de la especie a combatir, ya que su alta especificidad no permitirá un control de especies distintas a la que fue seleccionada la cepa.
Químico: Los mercados, la carencia y el registro de productos de síntesis química ha restringido el uso de muchos productos, es por ello, que las alternativas son pocas al momento de construir los programas de manejo. Antes de la plantación, si la presencia de burritos es detectada, se deberá aplicar un insecticida de suelo, incorporándolo con el último rastraje. Si las especies corresponden a Othiorhynchus, las medidas se deben extremar a no solo químicos. La aplicación de insecticidas registrados y respetando los períodos de carencia para el control de los adultos es una medida de control eficaz.