El arroz es un componente fundamental de la canasta básica de alimentos y es también uno de los cultivos que más agua consume, llegando a utilizar 2.500 litros para la producción de 1 kilo del cereal. Debido a esto, expertos han realizado pruebas en la región de Ñuble para implementar el Sistema de Intensificación del Cultivo de Arroz (SRI), que disminuye hasta en un 50% la huella hídrica para la producción de arroz climáticamente inteligente.

La innovación es ejecutada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA Quilamapu, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y el financiamiento del Gobierno Regional. El actual método de inundación del cultivo de arroz es difícilmente aplicable debido a la baja en las precipitaciones, por lo que los agricultores han debido adaptarse a nuevas técnicas de cultivo y variedades.

La ingeniera agrónoma de INIA, Karla Cordero, comentó que “el SRI es una alternativa que podrá sostener el negocio arrocero a través del tiempo, ya que actualmente se ve amenazado. El arroz es una de las producciones cuya huella hídrica es de las más grandes del mundo, consumiendo 2.500 litros de agua para producir 1 kg de arroz, lo que cada vez es más difícil de mantener debido a la inestabilidad causada por el cambio climático. Este sistema productivo de arroz climáticamente inteligente consiste en utilizar nuevas variedades aeróbicas, que utilizan menor cantidad de agua y son más eficientes en su uso”.

La directora ejecutiva de FIA, Francine Brossard, comentó que el gasto hídrico de la producción de arroz, que  no ha podido superar el método de cultivo por inundación, no es resiliente con las exigencias actuales que enfrenta la agricultura. “Este escenario perjudica la seguridad en la producción de este alimento clave para la canasta familiar y, por lo tanto, esta iniciativa busca instalar prácticas de manejo necesarias para acercar el mundo arrocero a la sostenibilidad”.

SISTEMA CLIMÁTICAMENTE INTELIGENTE

La innovación consta de dos partes: la mejora genética y las prácticas de manejo agronómico basadas en el uso eficiente de recursos y la disminución de insumos. El SRI realiza una siembra en seco modificada, que usa un 50% menos de semillas, se siembra en surco y se riega todo sin inundar, ahorrando más de la mitad del agua usada en sistemas convencionales.

Otra característica importante es que el cultivo se realiza a 30 centímetros entre hileras, permitiendo el uso de maquinarias desmalezadoras, lo que a la vez, optimiza la aplicación de agroquímicos. 

El proyecto se encuentra en fase de escalamiento y ya existe un prototipo de protocolo productivo, luego de un año de experimentación en campos de agricultores, que han permitido resolver conjuntamente las problemáticas que se presentan en campo, muy diferentes de las condiciones en predios experimentales.