“En las zonas de nueces que se ubican más al norte, el problema se controla con gran éxito en dos o tres intervenciones de cobre y sin un daño económico mayor. Sin embargo, en la VIII Región estamos hablando de 14 o 15 intervenciones. En la temporada 2012/13 hubo pérdidas del orden del 60% en la provincia del Biobío. La primavera se caracterizó por ser muy lluviosa, condición de humedad favorable para la propagación de la bacteria”, relató Arias.

CONTROL VA DESDE MEDIADOS DE SEPTIEMBRE A MEDIADOS DE ENERO

Aun cuando la campaña 2013/14 fue benigna, los productores mantuvieron el número de aplicaciones. Estas se inician en hinchazón de yemas, lo que debiera darse a mediados de septiembre y terminan con el endurecimiento de la cáscara, en la primera quincena de enero.

Ya se realizaron distintas acciones de evaluación, tales como:

• Monitoreo de la peste negra a distintas alturas del árbol. La mayor presencia se detectó en los estratos inferiores cercanos a la humedad del suelo.

• Eficacia de prácticas culturales, entre ellas el manejo de podas, control de aplicaciones y regulación de equipos nebulizadores.

• Pruebas de productos cúpricos, ensayando distintas dosis y periodicidad.

• Toma de muestras de material vegetal y de aguas para determinar la población de la bacteria.

• Eficacia de bacteriófagos para el control biológico.

LA ENFERMEDAD ES UNA “CONDICIÓN DE LA ZONA” Y REQUIERE ESTRATEGIAS LOCALES

Pedro Arias, quien además forma parte de un grupo de transferencia tecnológica cuyos 10 integrantes representan alrededor del 60% de la superficie de nogal de la provincia, considera que la enfermedad es una condición propia de la zona:

“Creemos en el cultivo y queremos desarrollar técnicas de control para convivir con ella, porque estamos en una región de pluviometría alta. En la zona central se están dando producciones de 5 a 6 mil kg. Nuestras expectativas eran mucho menores, y los proyectos aquí fueron evaluados con 3 a 4 mil kg. Nos encontramos con la sorpresa de que los rendimientos no van a estar lejanos de los mejores de los de la zona norte. El año pasado tuvimos en la provincia algunas producciones que bordearon los 7.000 kg. Además se da la particularidad de que el porcentaje de extralight es muy alto y superior a la zona central. Esto ha despertado el interés de exportadoras como Huertos del Valle y Pacific Nuts y otras por venirse a nuestra zona”.

Para cuantificar el impacto económico de la peste negra, Arias ejemplifica que con una producción de 5.000 kg/ha a un valor de 4 dólares/kg ($550/US$) una disminución de 10% se traduce en una merma de $1.100.000/ha.