Fibra de coco: ventajas y estrategias del sustrato más popular en la horticultura protegida
El tezontle dio paso a la fibra de coco para que esta se transformarse en el sustrato más usado por la horticultura protegida en el país. ¿Qué ha motivado este cambio? En gran parte, por sus características, que son superiores a otros que hay en el mercado. En las siguientes líneas, Osvaldo Camacho, experto del Instituto Tecnológico de Tlajomulco, explica los conceptos para hacer un buen uso de ellos en cultivos bajo cubierta.

La hidroponía en México se inició con el tezontle, pero hoy el coco lleva la delantera.
Actualmente, los sustratos representan un componente importante para la hortofruticultura moderna, ya sea al aire libre (por ejemplo, arándanos) o bajo cubierta (hortalizas y berries). Por ello, es que la elección adecuada de un sustrato, podría determinar el éxito o fracaso productivo de un cultivo. Si hasta hace unas décadas, el México el 80% de la horticultura se desarrollaba en suelo y solo un 20% en sus- tratos, hoy en día esas cifras se han invertido.
“El uso de cultivo en sustratos ha ido creciendo por varias razones, entre ellas, los problemas de salinidad en el suelo y el ataque de enferme- dades como el Fusarium, algunos nemátodos y plagas que impiden el buen desarrollo de las plantas”, explica Osvaldo Amador Camacho, jefe del laboratorio de suelos en el Insti- tuto Tecnológico de Tlajomulco. El experto añade que, independiente- mente del sustrato que se elija, sus componentes deben de poseer características físicas y químicas que, combinadas con un programa adecuado de manejo, permitan un desarrollo radicular óptimo de la planta.
Entre las propiedades físicas más importantes, Camacho destaca la porosidad del aire, drenaje y capacidad de retención de agua. Así, el sustrato que se elija, deberá tener una porosidad total de, al menos, un 70%, con base en volumen.
Por su parte, la capacidad de aire o porosidad de aire, es probablemente la propiedad física más relevante de los sustratos empleados en la horticultura y aunque no existe consenso de cuál es el valor óptimo; algunos autores señalan debiera estar entre 10% y 35% para sustratos en maceta, mientras que otros señalan que debe situarse entre 20% y 30%.

La roca volcánica o tezontle es uno de los materiales más usados como sustrato en México, dada su alta disponibilidad y su bajo costo en el mercado. Este es un sustrato que presen- ta buen drenaje, densidad aparente de media a alta, y con capacidad de retención de humedad que es dependiente del diámetro de su partícula. Así, si las partículas son más bien pequeñas, presentará una alta retención de humedad; mientras que si son de un tamaño más grande, la retención del agua será baja.
“La hidroponía en México se inició con el tezontle, el sustrato más económico que hay. Por ejemplo, el transporte de seis toneladas puede llegar a costar 600 pesos, pero si nos detenemos en algunas de sus características, este tiene un 30% de porosidad, es decir, no tiene la retención de humedad de un sustrato como la fibra de coco, que llega al 35%”, señala Ca- macho y añade que, en algunas zonas de producción, como Jalisco, ciertos productores están optando por hacer mezclas de 70% y 80% de fibra con coco, con 30% y 20% de tezontle.
Sin embargo, aunque hoy en día se continúa haciendo uso del tezontle, la fibra de coco ha cobrado mayor relevancia por sus características fí- sicas: presenta una buena porosidad de aire, manteniendo un pH natural entre 5,7 y 6,5, además de una alta capacidad de intercambio catiónico dentro de su uso como cultivo hidropónico.
“Este sustrato se usa mucho porque cuenta con una porosidad de 85%, tiene 35% de retención de humedad y además permite que la raíz de las plantas crezca más rápido al haber menos estrés por el oxígeno”, subraya Camacho y añade que, aunque hay producción de fibra de coco en zonas algunas zonas del país, como Colima, es un material que se suele importar desde Sri Lanka, uno de los principales productores de fibra de coco del mundo.

CLAVES DE MANEJO DE LA FIBRA DE COCO EN HIDROPONÍA
Antes de emplearla en algún cultivo, es recomendable lavarla con una solución de nitrato de calcio para lixiviar las sales acu- muladas en las cáscaras del coco. Esto, de acuerdo al especialista, ayudará a eliminar cualquier residuo salino y permitirá que las plantas crezcan sin problemas.
“En ocasiones muchos productores desconocen que la fibra de coco tiene sodio y no realizan el lavado y este es fundamental”. Para esto, de acuerdo con Ca- macho, se debe agregar nitrato de calcio, 200 ppm. “La fibra de coco nos puede estar llegando con una conductividad eléctrica de 20.000 decisiemens y si no la lavamos vamos a quemar las plantas”, advierte.
En este lavado con nitrato de calcio lo que se realiza es desplazar al sodio. Es decir, se bajan 350 ppm de sodio, con unos dos o tres lavados. “Hacemos un primer lavado, lo dejamos 24 horas en remojo y luego lo lavamos nuevamente con agua para quitar los excesos hasta llegar a por lo menos una conductividad eléctrica de 2.000 decisiemens”.
Asimismo, es clave monitorear el sodio y darle a la planta un buen manejo nutricional. Camacho menciona, por ejemplo, que están desarrollando trabajos de investigación sobre la aplicación de zeolitas en el agua de riego, ya que estás son capaces de encapsular y retener el sodio. “Es un manejo que se está trabajando ahora en sustratos, porque además tenemos mu- cho sodio en el agua y vamos a contaminar el sustrato y como lo menciono líneas atrás el coco retiene mucho sodio y esa sería una desventaja”. A diferencia del tezontle que no retiene el sodio, se lixivia mucho más rápido que en el coco.
Si bien la fibra de coco es el sustrato más usado, tiene ciertas desventajas. Si se usa por más de dos ciclos, este tiende a contaminarse, ya sea por virus o por salinidad o el mismo uso lo va des- gastando. “Si se hacen más de dos ciclos de cultivo, podemos tener mucho fosfato de calcio y, además, el coco tiende a volver- se impermeable por mal manejo de la nutrición, en algunos casos por agua contaminada”, explica Camacho. Por ello, dice que, si se quiere reutilizar, es necesario esterilizar con peróxido de hidrógeno.
El manejo del riego dependerá del cultivo, de la temperatura y de la conductividad eléctrica. “Si aplicamos riego de nutrición, todos los días tenemos que monitorear la conductividad eléctrica y el pH, porque si tenemos un pH muy alto, podemos tener problemas de clorosis férrica y precipitación de fósforo”, advierte el especialista y apunta que es necesario hacer riego por pulso, de unos 30 minutos y en diferentes ciclos, dependiendo de la zona y la radiación solar.
Camacho es claro en mencionar que el riego y la nutrición en cultivos en sustrato es lo más complejo. Por ejemplo, si se apli- ca demasiado fósforo se van a tener problemas de compactación del sustrato. En el caso del calcio, el experto subraya que el lí- mite del calcio está en 100 ppm. “Si añadimos más de eso, estaremos bloqueando al fósforo”.
Y es que tanto en riego como en nutrición se cometen muchos errores. Así, por ejemplo, si se tiene un sustrato y no conozco el manejo adecuado del oxígeno (debe haber mínimo un 25% de oxígeno en el sustrato) y se hace un riego muy pesado, se saturará con agua y no habrá oxígeno suficiente. “Es ahí donde tendremos problemas de movimiento de nutrientes”, recalca Camacho y agrega que, por ello, previo a regar y nutrir la planta, se deben tener en cuenta factores como porcentaje de porosidad, tamaño de partícula y manejo de oxígeno en el sustrato.
“Definitivamente para un manejo adecuado del cultivo en sustrato, debemos monitorear todo el tiempo la temperatura y el oxígeno. Porque si regamos de más, vamos a bajar el oxígeno y por tanto la planta no va a ab- sorber el potasio y el fósforo y no vamos a tener los resultados esperados en calidad y rendimien- to de la planta”, concluye.

suelos en el Instituto Tecnológico de Tlajomulco.
Uso de zeolita y micorrizas viene cobrando relevancia en el manejo de sustratos
En el Instituto Tecnológico de Tlajomulco, vienen realizando trabajos de investigación sobre el uso de zeolitas impregnadas con nanofertilizantes para que liberen y ahorren consumo de nutrientes y agua en los cultivos establecidos en fibra de coco. “Las zeolitas ahorran un 30% de agua y retienen más tiempo el nitrógeno y el potasio, lo que se traduce en un ahorro del 20% en la fertilización”, dice.
Por otro lado, menciona que en cultivos de arándanos vienen usando micorrizas las cuales han determinado, permiten un ahorro de 30% en fertilizantes y agua. Y adicionalmente, dentro de las líneas de investigación también han incorporado el silicio como un elemento que ha ido abriendo, según dice Camacho, un paradigma muy importante para el manejo de Phytophthora.