Fertiriego en maíz y otros cultivos: Los grandes beneficios de fertirrigar por pivote
Según el Dr. Iván Vidal, ingeniero agrónomo -en Chile- en solo cerca de la mitad de las alrededor de 40.000 ha regadas mediante tecnología de pivote se aplica los fertilizantes al cultivo a través del sistema de riego. Esto a su juicio es una deficiencia importante ya que el fertirriego permite ahorrar fertilizantes, evitar problemas de contaminación al medio ambiente y disminuye las pérdidas de nutrientes. Además de ofrecer ventajas operativas y agronómicas.
De acuerdo a Iván Vidal –ingeniero agrónomo, doctor, profesor de la Universidad de Concepción, socio de la empresa Irrifer y autor del libro “Fertirrigación: cultivos y frutales” entre muchas publicaciones– el área regada por pivotes en Chile sería de unas 40.000 hectáreas (ha). En los alrededores de La Serena hay una superficie importante y luego la mayor concentración se registra entre la VI y la IX Región, aunque Vidal los ha visto instalados hasta Aysén. En los últimos 10 años se ha notado una importante tendencia al crecimiento, que se asocia a los déficit hídricos experimentados por el sector agrícola.
No obstante la importante penetración de esta tecnología, el experto estima que solo la mitad de quienes cuentan con pivotes los utilizan para aplicar fertilizantes. Ahora, si por fertirrigar se entiende algo más que diluir la urea y distribuirla un par veces en la temporada a través del riego, aprovechando en cambio la posibilidad de nutrir a las plantas de acuerdo a un monitoreo sistemático, probablemente la cifra se reduzca a un 10% de quienes tienen pivotes.
Y esta es una deficiencia importante, considera el académico, pues al disponer de un riego presurizado “la fertirrigación no es una posibilidad ni una alternativa, sino que una necesidad, dadas las grandes ventajas de agregar fertilizantes por intermedio del agua de riego, desde el punto de vista productivo, de ahorro de fertilizantes, menos problemas de contaminación al medio ambiente y menos pérdidas de nutrientes”, indica el entrevistado. Por otra parte, añade, hay efectos operativos, porque se elimina la necesidad de tractores y equipos para aplicar los productos, hay un menor gasto de combustible y se evita la compactación del suelo por efecto de esa maquinaria (ver artículo sobre el tema en la página 72). Además, las pérdidas por lixiviación no deberían ocurrir con un adecuado uso del sistema, porque el riego no sobrepasa la profundidad de las raíces.
Incluir el kit de fertirriego desde el principio tiene un costo menor
Si bien la instalación de pivotes se hace para dar un uso eficiente del agua, se debería incluir el sistema de fertirriego desde el inicio, considerando que no encarece mayormente el proyecto:
–Un kit de fertirriego considera uno o dos estanques, al menos de una capacidad de 5.000 litros –describe Iván Vidal–; un agitador normalmente de aire, y la bomba de inyección de la solución madre preparada en los estanques. No tiene un costo de más de 2 a 3 millones de pesos, independientemente del tamaño del pivote; un porcentaje muy menor respecto de la inversión total que se hace en un equipo.
Aun cuando esa inversión es bastante variable, dependiendo de la superficie regada y de las condiciones en que se instala, para un pivote que va a cubrir 100 ha se habla del orden de 1.500 a 2.000 dólares/ha. Al valor de cambio actual lo requerido para los equipos de fertirrigación en ningún caso supera el 3% de costo total. Y en gran parte se financia con el aporte del Estado a través de la Ley de Riego, acota Vidal, con subvenciones que llegan al 50-70%.
– ¿En qué cultivos está más extendido el fertirriego?
– Se está usando mucho en maíz grano, maíz de silo, remolacha, papa, y en semilleros de maíz, maravilla, canola. Cuando tienes un sistema de esta naturaleza buscas las alternativas más rentables.
Oportunidad de aplicación: gran ventaja sobre fertilización convencional en maíz
Iván Vidal compara una fertilización convencional en el maíz versus la fertirrigación:
–Uno no puede entrar al cultivo después de octava hoja, aproximadamente, o sea el momento en que los agricultores hacen una aporca. Por lo tanto es preciso aplicar antes, en un periodo en que las demandas de nutrientes son bajas todavía. El fertilizante queda expuesto a procesos importantes de pérdida. En cambio en el fertirriego uno sincroniza las demandas de la planta con el aporte, que es posible llevar a cabo en cada riego. Lo puedes hacer sin inconveniente en el momento en que se necesita más, por ejemplo en floración, donde no es factible fertilizar con el sistema convencional. En vez de hacer una o dos aplicaciones, como en el modo convencional, acá haces 8, 10, 12 aplicaciones menores, pero sincronizadas con las demandas de la planta a través de toda su temporada de desarrollo.
Mientras con la aplicación convencional la eficiencia de un elemento como el nitrógeno (N) no supera el 50%–vale decir que la planta de cada 100 unidades de N extrae solo 50–, con fertirriego se logran fácilmente eficiencias en torno al 80-85%.
–Eso en maíz son como 120 unidades de N, unos 250 kg de urea que te puedes ahorrar por ha. En costos son unos $60.000 a $80.000 menos/ha. Y sin considerar los otros elementos.
Aplicar a través del agua no es una solución milagrosa
Pero no es tan simple como aplicar los fertilizantes a través del agua para alcanzar ese nivel de eficiencia. La posibilidad de ir agregando fertilizantes de acuerdo a los requerimientos del cultivo implica conocer cuánto se encuentra disponible y cuánto necesita la planta. Un servicio que prestan empresas especializadas, como la de Iván Vidal:
–Nosotros hacemos monitoreo del fertirriego. Periódicamente estamos midiendo qué sucede con la proporción de nutrientes en la solución de suelo, que es donde las plantas absorben los elementos químicos. El análisis de suelo convencional te entrega la reserva a largo plazo, pero cuando uno hace fertirrigación, lo que interesa es lo que está disponible para las raíces, por lo cual procesamos las muestras de suelo en el laboratorio de una manera distinta a la convencional, similar a lo que se efectúa en Holanda. Y también hacemos el análisis foliar. Cada 20-25 días tenemos una fotografía completa de suelo y planta, y vamos reaccionando a través del fertirriego, porque puedes sacar un fertilizante, incluir otro, reducir o ampliar las dosis de acuerdo a los resultados. Así garantizas mantener una nutrición óptima.
En términos económicos el monitoreo suma resultados a los efectos ya indicados respecto del porcentaje de eficiencia de extracción de nutrientes:
–En maíz se aplica comúnmente dosis que superan los 350 y hasta 500 unidades de N/ha. Con el monitoreo, donde uno va chequeando y calibrando las dosificaciones, nosotros nunca hemos superado 280 unidades de N, y hemos alcanzado rendimientos de 200 quintales de grano. A la inversa, quienes siguen con el esquema de fertilización convencional y usan el pivote para aplicar esos fertilizantes en dos o tres oportunidades, incluso pueden quemar el cultivo con esa dosificación.
– ¿Existe cierto riesgo de toxicidad al “bañar” las plantas con fertilizantes?
– Hay que tener precauciones de no superar ciertos niveles de concentración.
Amplia gama de fertilizantes disponibles para fertirriego
–¿Cuando hablamos de fertirrigación en N, estamos refiriéndonos solo a urea o hay otras opciones?
–Hay muchas alternativas, aunque en este momento la urea es el fertilizante más económico por unidad de N. No obstante, en el aspecto técnico a veces conviene hacer aplicaciones de fuentes nitrogenadas más balanceadas, como nitratos de calcio, nitrato de amonio, o fertilizantes líquidos, como el UAN 32. Por ejemplo, en el periodo de formación del grano de la planta se necesita que la planta absorba una alta proporción de potasio (K). Cuando yo estoy haciendo uso de un fertilizante 100% amoniacal, como es la urea, ese amonio resulta antagónico con el K en términos de metabolismo de la planta. Entonces en esas etapas claves puede funcionar muy bien una fuente que tenga nitrato, el cual es sinérgico con el potasio. Si bien el producto será algo más caro que la urea, en esas condiciones se justifica y se recompensa por el efecto productivo y de calidad del grano.
–¿A qué nivel llega ese impacto?
–Nosotros hemos hecho trabajos usando fuentes más combinadas en periodos de floración y hemos tenido incrementos efectivos de rendimiento sobre 10%, en algunos casos.
El entrevistado se preocupa de aclarar que para todos los nutrientes existe una formulación soluble en el mercado nacional, aplicable por fertirriego, tales como fosfato monoamónico para fósforo, nitrato de calcio, sulfato de potasio, cloruro de potasio, sulfato de magnesio, y también los demás microelementos.
Respecto de la posibilidad de utilizar fertilizantes líquidos, el especialista considera que existen a veces ideas equivocadas:
–Hay servicios donde te llevan el líquido al campo de acuerdo a tus necesidades, no necesitas estar haciendo mezclas o pesando ingredientes. Pero la gran parte de esos líquidos proviene de materias primas convencionales, sólidos solubles disueltos en agua para alcanzar ciertas concentraciones de NPK.Algo bien distinto a los fertilizantes fabricados en forma líquida desde su inicio, pero que en el mercado chileno tienen un uso limitado, como el UAN, productos con potasio y polifosfatos, por nombrar algunos.
–En cuanto a otros tipos de fertilizantes, ¿tiene sentido usar los de liberación lenta en el fertirriego?
–Pierden sus ventajas, el efecto de entregar poco a poco los nutrientes no tiene mucho propósito cuando uno puede manejar la cantidad que quede inmediatamente disponible.
–¿Es complejo tener que estar preparando mezclas diferenciadas y aplicándolas en distintas oportunidades?
–No. Obviamente se necesita un mayor conocimiento por parte del operador de riego que realiza las disoluciones y la calibración del pivote para aplicar esos fertilizantes, pero de acuerdo con nuestra experiencia, con uno a dos días de instrucción queda capacitado para hacerlo.
No confundir con las aplicaciones foliares: en fertirriego los productos van al suelo
El experto enfatiza que cuando se fertirriega por pivote la aplicación va al suelo, no es fertilización foliar, sino que el producto es absorbido por el sistema radicular. Ello se debe a que el diseño de estas estructuras se calcula sobre la base del aporte requerido frenta a una alta evapotranspiración. Por ejemplo 7 mm de evapotranspiración son 70 m3/ha. De esos 70.000 litros de agua, en un cultivo normal podrían quedar unos 1.000 retenidos en el follaje, de manera que casi todo el fertilizante foliar que se aplique va a dar al suelo.
Sí, en cambio, el kit de fertirrigación resulta muy apropiado y se está empleando con mucho éxito para la distribución de herbicidas de preemergencia en cultivos como remolacha o maíz. También se ocupa para insecticidas:
–Lo hemos hecho nosotros en el caso de canola –menciona Vidal–. A veces el mojamiento de un pulverizador no alcanza para llegar a toda la canopia de la planta, cuando esta llega a cubrir todo el suelo. El volumen de la vegetación en ese caso fácilmente pude retener 3 a 4 mm; con el pivote la humedeces por completo con el producto que va disuelto en agua y tienes mayor efectividad sobre los insectos.
También se puede usar productos tales como bioestimulantes, ácidos humicos o cualquier tipo de complejo, “pero siempre hay que visualizar que la aplicación es al suelo y no se trata de aplicaciones foliares”. Obviamente hay que considerar la solubilidad, la cual debe ser superior a 100 g/L, con lo cual la posibilidad de taponamiento prácticamente no existe pues las boquillas más pequeñas de los pivotes son del orden de 2,5 mm hacia arriba.
Un punto clave: verificar la uniformidad de la aplicación
Un factor que conviene considerar con mucha atención es la uniformidad de la aplicación del agua, puesto que en caso de ser desuniforme también lo será la distribución de los fertilizantes:
–Nos hemos encontrado con sorpresas. Incluso que el diseño diga una cosa y en la práctica la precipitación real del equipo resulte muy distinta. Siempre cuando se instala un proyecto de esta naturaleza resulta aconsejable hacer una evaluación inicial respecto de la uniformidad de la lámina y que responda a sus especificaciones técnicas.
Para chequear el equipo se trabaja con pluviómetros instalados a intervalos determinados en la línea del pivote. El nivel de uniformidad debe situarse al menos en un 85-90% para asegurar un buen resultado en la fertirrigación.
–Un punto muy importante al cual en ocasiones no se le da suficiente atención es conocer cómo está funcionando el pivote y corregir si hay algún tipo de problema. A veces son situaciones de mala intalación de las boquillas, otras son consecuencia de taponamiento de los filtros, o componentes descalibrados; puede ser que la bomba no dé la presión adecuada, etc. Debería hacerse una revisión antes de comenzar cada temporada de riego.
–¿Qué pasa si llueve? ¿Cómo se usa el pivote para fertirrigar si el suelo ya tiene humedad?
–Se trataría de una situación muy excepcional, quizás para un cultivo que se sembrara muy temprano en la zona sur. Regularmente lo que manda es el riego, que se aprovecha para distribuir los fertilizantes, pero si el suelo estuviera húmedo, sin requerimiento de riego, y uno necesitara tomar una decisión de fertilizar, lo podrías hacer al máximo de velocidad del pivote, entregando 5 a 7 mm de agua, que se consumen en un par de días. No es una carga de agua significativa que te vaya a producir asfixia en el suelo ni problemas de falta de oxígeno o saturación.
El académico de la Universidad de Concepción subraya que la fertirrigación puede hacerse en cualquier sistema de riego presurizado, y eso incluye desde luego la aspersión convencional, cobertura total, los sistemas de avance frontal y sideroll.
-¿La recomendarías en esos casos?
-Por supuesto.
Tendencias a futuro: ya no se hablará de kilos de fertilizante por hectárea
Iván Vidal visualiza que la incorporación de sistemas de riego cada vez más eficientes hará del fertirriego una técnica usual y de mayor relevancia. Asimismo cambiará la forma de analizar la nutrición:
–A futuro no vamos a estar hablando de dosis por hectárea en términos de kilos de fertilizante, sino en términos de concentración de nutrientes en la solución de suelo, que son los que están directamente disponibles para las plantas. Los sistemas de riego permiten hacerlo sin inconvenientes, y con un adecuado método de seguimiento de las condiciones de conductividad eléctrica. Hacia allá va a ir el fertirriego, nos vamos a olvidar un poco de los kg/ha y vamos a estar hablando en términos de concentración, de miliequivalentes por litro, de partes por millón de nutrientes óptimos para las plantas.
–¿Qué proyecciones se ven para la agricultura de precisión?
–Es un tema técnicamente solucionado, la parte operacional y los softwares están disponibles. Aunque en Chile recién hay experiencias iniciales entre agricultores, creo que su masificación va a venir. Los pivotes permiten efectuar dosificación diferenciada cuyos buenos resultados en términos de ahorro de fertilizante y nivel productivo en cultivos como maíz o alfalfa ha comprobado en nuestras condiciones el profesor Octavio Lagos de la Universidad de Concepción.
Iván Vidal considera que la penetración de tecnologías como el uso de sensores o el control de los equipos desde el computador o el celular solo es cuestión de tiempo. Por ahora, sin embargo, el objetivo más inmediato es usar bien los elementos de los cuales disponemos:
–Algunos productores consideran que fertirriegan, cuando en realidad lo que hacen es tirar la urea dos o tres veces en la temporada a través del pivote. Ese no es realmente el concepto de fertirrigación, sino ir reaccionando frente a lo que pasa en la planta. E ir dosificando para no estar con los ojos cerrados, no aplicar de más ni que algún elemento entre en deficiencia dentro de la temporada: actuar en tiempo real.
Fertilizantes solubles
En el sitio web www.irrifer.cl es posible encontrar información adicional sobre el tema de fertirrigación, como la del cuadro que entregamos a continuación Fertilizantes solubles con su respectiva concentración y disolución máxima aconsejable para la preparación de las soluciones madres.