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Fertilización de nogales

Una correcta nutrición mejora un buen negocio

La nuez chilena no es cualquier nuez. La foto que abre este artículo ilustra un fruto que es reconocido en el mundo por su calidad. “Claro que no el 100% de nuestras nueces son así”, afirma el asesor Vittorio Bianchini. “Pero en una variedad como Chandler perfectamente se puede conseguir el 95% de la producción con nueces de primera calidad”, anima el experto.

24 de Marzo 2017 Equipo Redagrícola
Una correcta nutrición mejora un buen negocio

Actualmente Chile tiene una superficie de 34.000 ha de nogales, de las que hay unas 17.500 ha en plena producción, desde donde se obtienen unos 53 millones de kilos. La pasada temporada, teniendo en cuenta los efectos de las heladas, dejó una media productiva nacional de 3.028 kg/ha. Si no hubiese ocurrido ese fenómeno climático, la media estaría en 3.371 kg/ha, en una industria que sólo sabe de crecimientos, donde se esperan aumentos del 13% anual, que dejaría una producción de 96 millones de kilos en 2018.

“Los productores se han confiado de los precios de los últimos años”, afirma Bianchini. Y por ello es que algunos no tienen secadores ni tampoco se preparan para la cosecha, básicamente porque saben que las nueces buenas se las pagan bien y las malas se las pagan casi igual de bien. “Creo que esto afectará en la ecuación y obligará a que los trabajos se hagan bien, porque hay mucha gente que hoy tiene temor y se pregunta qué pasará con todas las hectáreas plantadas de nogales. El que produzca 5.000 o 6.000 kg/ha de nueces de buena calidad no le pasará nada, pero el que produce 2.000 kg/ha de nueces negras lo más probables es que deberá cambiarse de negocio”, estima. El asunto es que produciendo esos 2.000 kg/ha con los precios que hoy existen, sigue siendo un buen negocio para los agricultores.

LOS CONSUMIDORES DEMANDAN MÁS NUECES

La producción mundial dio un gran salto productivo en las temporadas 2007 y 2008, un salto productivo al pasar de 1.037 millones a 1.203 millones de kilos en un año. Pero no fue el único. El segundo se dio las temporadas 2009 y 2010, donde se pasó de 1.356 millones de kilos a 1.508 millones. Son alzas importantes y cuadran con la baja de precios. “Tradicionalmente se decía que las nueces chilenas escapaban de esa tendencia porque los turcos las compran todas. Es cierto, pero también es cierto que las producciones mundiales las arrastran hacia arriba o abajo”, dice. 

Los volúmenes han crecido un 6,5%, mientras que los precios han aumentado un 8,2%, alcanzando su peak la temporada pasada, cuando el kilo de nueces se pagó a US$4,90. Lo que está claro es que el consumidor se ha comido las nueces e incluso hay demanda para más producto, porque de lo contrario, no se explicaría un alza de los precios, sino que lo más lógico sería una mantención de éstos.

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California es la zona productora que marca las pautas a nivel mundial. El alza que se produjo en 2008 se debió en gran medida a la buena producción californiana que ese año creció en 100 millones de kilos. “El problema es que las últimas cuatro cosechas californianas han sido bastante planas, con un crecimiento medio del 2,4%. Pero se espera que en algún minuto volvamos a tener un tremendo crecimiento. Lo más probable es que hubiese ocurrido este año, pero california ha sido afectada por una sequía”, analiza el asesor. Aun así, está claro que habrá más nueces, alrededor de unos 50 millones de kilos más. Ello generará un impacto en los precios, sobre todo porque también hay que contar con los 16 millones de kilos que sumará la producción chilena y otros tantos que sumarán los países asiáticos. Entonces, se espera que esta temporada sea un poco más complicada en términos de posibilidad de venta.

PRODUCIR MÁS PARA SER SUSTENTABLE

Ante una situación como la descrita, no queda otra que producir. “Si produzco más, gano más dinero”, dice Bianchini. “Muchos agricultores pueden decir que ganan produciendo 2.000 kg/ha, pero es mucho mejor negocio producir 6.000 kg/ha. Si un agricultor produce 3.000 kg/ha, con los precios de esta temporada, las utilidades son US$9.700/ha, mientras que si el mismo agricultor produce 6.000 kg/ha, las utilidades son US$20.900. Si quiero tener una producción estable de 8.000 kg/ha, me gastaré US$12.000/ha, pero igualmente será un buen negocio”, explica el asesor.

Según Bianchini, para pensar en grandes producciones hay tres pilares fundamentales: riego, nutrición y la formación del árbol. En el caso de la fertilización, se ha pasado de 500 kg/ha de urea como única fertilización a estar cada vez más preocupados del fósforo, nitrógeno, potasio, magnesio y zinc. Como comparativo, para sacar 4.000 kg/ha, se están aplicando 160 unidades de nitrógeno, 60 unidades de fósforo y 180 unidades de potasio, mientras que en huertos donde se obtienen unos 7.000 kg/ha se emplean 220 unidades de nitrógeno, 80 unidades de fósforo y 300 unidades de potasio.

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En el caso de la formación, el uso eficiente de la luz es importante. El huerto debe estar listo, en términos de estructura, al quinto año para llegar a altas producciones al sexto año. Se debe tener estructuras productivas eficientes y hay que preocuparse de la estructura radicular. “Si tenemos un mal sistema radicular, tendremos una mala defensa para guardar nutrientes en invierno y una mala posibilidad frente a cualquier problema de riego. Un sistema radicular pequeño es capaz de aguantar pocos días, algo que no pasa con un sistema radicular grande. Además, las altas producciones siempre están asociadas a sistemas radiculares profundos y bien distribuidos. Es decir, si tenemos raíces de 40 cm no producirá más de 4.000 kg/ha”, explica.

Para Bianchini es primordial entender que el nogal es más parecido a un árbol forestal que a un frutal, ya que se trata de árboles que miden entre 7 y 8 metros, que deben tener un sistema radicular profundo.

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Nutrición en pañales

“La nutrición de los nogales en Chile está en pañales si lo comparamos con lo que pasa en otros países”, afirma Bianchini. “La realidad chilena no nos permite hacer mucha investigación en nutrición porque nadie la paga, ni el Estado ni las federaciones productivas”, critica. Un estudio que desarrolló ChileNut y SQM, pretendió monitorear el crecimiento de nutrientes en la temporada. Lo que se hizo fue arrancar un árbol, se extrajeron sus  raíces, se pesaron, se midieron y se calcularon las cantidades de nutrientes que había en este sistema (ver cuadro 2).

NUNCA MÁS SOLO UREA PARA FERTILIZAR NOGALES

Nitrógeno: “Lo más interesante es que hoy sabemos dónde está el nitrógeno en la planta y tenemos que el 37,9% se destinó a la madera aérea, el 20,3% al crecimiento vegetativo, el 20,5% al fruto y el 11,2% a las raíces”, explica el asesor.

El rango foliar de nitrógeno que se calcula a fines de enero o primeros días de febrero debiera ser mayor a 3, pero aún no se sabe con exactitud cuál es su valor. Hoy se controla con seguimientos nutricionales que se realizan desde octubre a marzo, con aplicaciones continuas de octubre a enero, “sabemos que el nitrógeno parte muy alto en octubre, después baja y vuelve a subir. Sabemos también que el nitrógeno ingresa por arrastre flujo masivo, es decir, mientras más transpire la planta, toma más agua y puede incorporar más nitrógeno al sistema”, precisa Bianchini. En el caso del nitrógeno se puede aplicar por fertirriego y en todos los riegos mantener una solución de nitrógeno.

En la práctica los expertos han visto que el sistema anda bien con 35 unidades de nitrógeno que se repongan por tonelada extraída. Si se toma como referencia un huerto que produce 6.000 kg/ha, debiese fertilizarse con al menos con 210 unidades de nitrógeno, lo cual es mucho menos que lo que consumió. En la práctica ese número se consideraba alto, pero “lo que está demostrando este estudio es que ese número no era tan alto y hay otras fuentes de nitrógeno que no son las que estamos aportando nosotros y puede que el árbol esté tomándolo de allí”, precisa el especialista.

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Fósforo: gran parte del fósforo está en la madera (41,1%), un 24,5% en la fruta, un 21,9% en el crecimiento vegetativo y un 12,4% en el sistema radicular. Idealmente, el rango foliar debe estar sobre el 0,16%, “porque el fósforo es más complicado que entre en la planta y hay un gasto energético y también debe haber diferencias de concentración porque de lo contrario el fósforo no entra. Tiene que haber mayor cantidad de fósforo fuera de la raíz para que se absorba, pero la necesidad de fósforo no es tan alta. Creemos que es necesario aplicar 12 unidades por cada tonelada extraída, lo que genera unas 72 unidades de fósforo/ha en un huerto que produzca unos 6.000 kg/ha. El fósforo se aplica concentrado para generar un efecto de concentración y así tener más fósforo en el medio que en las raíces”, explica.

Potasio: es el más importante de este sistema. El estudio concluyó que gran parte del potasio (53,7%) está en los frutos e idealmente el rango foliar debiera ser mayor a 2%. “Se estima que 45 unidades de potasio por tonelada extraída debiese andar bien, lo cual serían 240 unidades para un huerto que produce 6.000 kg/ha”, precisa Bianchini. La fecha de aplicación es un poco más tarde. Parte en noviembre, un poco más fuerte la segunda quincena, muy fuerte en diciembre, seguida de la primera quincena de enero y a ello se suma una aplicación en marzo. Dado que la gran parte entra por difusión, necesitamos generar concentración. Entonces no hay que hacer aplicaciones de 20 kg por riego, sino que ojalá de 75 kg por riego de nitrato de potasio para poder generar la concentración necesaria para que entre el producto”, precisa el asesor. 

Calcio, magnesio y zinc: generalmente no es necesario aplicar calcio porque entra por flujo masivo y si se tienen estos niveles (23,6% en las raíces, 33,4% en la madera aérea, 35,6% en el crecimiento vegetativo y 7,4% en los frutos) “se puede estar tranquilo”, afirma el experto. El magnesio necesita un rango foliar de 0,5%, mientras que el del zinc debiese estar sobre los 30 ppm. “Ambos nutrientes deben pensarse para aplicarlos vía foliar y en el caso del magnesio, se deben realizar cuatro aplicaciones, junto con las de polilla. En el caso del zinc se debiera partir en la floración”, concluye Bianchini.

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Según el experto, ya es hora de dejar atrás las tradicionales aplicaciones de urea como único componente de importancia en la nutrición de nogales y lo de arriba es una base de lo que sería la forma de fertilizar que se promueve hoy en día. Pensando en dar el salto productivo que asegure a los nogaleros chilenos un nivel productivo sustentable en todos los posibles escenarios futuros.

 

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