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Claves para obtener mayores rendimientos productivos

Factores que influyen en un correcto plan de fertilización del espárrago

Hay un momento crítico en la nutrición del espárrago y ese es poco después de la cosecha. Es allí donde se definirá el destino de la próxima producción. Sin embargo, para cumplir con la expectativa de buenos rendimientos y calidad óptima es necesario establecer un programa de fertilización que tome en cuenta diferentes factores productivos.

18 de Marzo 2021 Marienella Ortiz
Factores que influyen en un correcto plan de fertilización del espárrago

La edad de la planta, las toneladas cosechadas en la campaña anterior, la disponibilidad de nutrientes del suelo y el clima son algunos de esos factores que son necesarios incluir en la ecuación que arrojará el programa más idóneo de fertilización para el espárrago. Los errores que restan productividad y calidad a esta hortaliza se centran en no analizar las diferentes variables en el manejo nutricional del cultivo, explica Andrés Casas, investigador de la Unalm.

El espárrago, la hortaliza pionera de la agroexportación, cuenta con un momento fisiológico, tras la cosecha, donde hay una demanda de una mayor disponibilidad. “Para el buen funcionamiento, la planta necesita de todos los nutrientes en ese primer mes o hasta el segundo mes en que nuevamente crece. En esa fase, entonces, es cuando establecerán los resultados de la siguiente cosecha”, explica. Y es que es en esta etapa cuando la planta forma su follaje, que generará todas las reservas que requiere para la formación de los turiones que serán cosechados y exportados.

Andrés Casas, Investigador de la Unalm

Para Casas, este es el momento crítico, al que todos los programas de fertilización deben apuntar, tanto en función del rendimiento de la planta como a la disponibilidad de los nutrientes que están en el suelo. Entonces, la nutrición estará concentrada en la segunda o tercera semana de terminada la cosecha, cuando ya el follaje entra en actividad total. Un mes y medio después, la planta ya no exigirá tantos nutrientes como en ese momento.

En base al rendimiento y otros factores externos, el especialista señala que se diseña el programa nutricional. “Este programa se alineará a la capacidad productiva de la planta, que a su vez depende de las condiciones ambientales de temperatura, luminosidad y otros. Estos son componentes que pueden determinar que un valle produzca más que otro”, puntualiza

 

Adaptar los programas

“El espárrago fue introducido en la década del 70 y se cuenta con mucha información sobre cómo manejar este cultivo. Simplemente, hay que adaptarlo a la situación donde está instalado el cultivo. Sobre la relación clima, planta, agua y suelo, uno debe saber interpretarlo”, señala.

DIFERENTES RESULTADOS, SEGÚN EL SUELO

“El espárrago es uno de los cultivos al que sí le importa mucho el tipo de suelo, donde está asentado”, indica. Si se analiza la data solo en Ica, existen esparragueras en suelos de valle y otras en eriazos, y asumiendo que el clima es similar, se observa que esta hortaliza entrega mejores rendimientos productivos en suelos de valle.

La capacidad productiva de ambos es diferente. En un suelo de valle, una esparraguera rinde  16 t/ha/año, mientras que en un suelo eriazo se llega a producciones de 12 t/ha/año, bajo tratamientos similares en su fertilización. Entonces, la capacidad de extracción de nutrientes es diferente en ambos tipos de suelos.

En el caso de Chavimochic, el experto destaca que, si se comparan los resultados en suelos eriazos versus los de valle, al igual que en Ica, en los suelos de valle se obtienen los mejores resultados. En su genética, el espárrago se desenvuelve mejor en los suelos fértiles. “De que puede prosperar en cualquier suelo, eso sí, pero los rendimientos serán diferentes”, indica.

Lo que se observa en el rendimiento de una planta es el conglomerado o integración de muchas variables. Si se comparan las producciones de huertos ubicados en Ica y Trujillo, otro factor importante es el climático. “Al espárrago le gusta más del clima de Ica”, subraya.

“La planta requiere de todos sus nutrientes esenciales, tanto de los macro como los micronutrientes, pero de todos en las dosis adecuadas para que funcione bien. Si se le echa más o menos calcio o potasio, será en función de lo que se analizó. Si existen nutrientes en forma abundante en el suelo, pero la planta no lo puede tomar, entonces, para eso también es necesario realizar un análisis del suelo para ver por qué no los toma”, dice.

CRECIMIENTO FOLLAJE. Luego de la cosecha, el follaje comienza a crecer y ese es el momento crítico en que se debe aplicar gran parte de los nutrientes.

PARÁMETROS EN EL PLAN NUTRICIONAL

“El espárrago es un cultivo perenne y que, una vez establecido tiene una vida entre 10 y 15 años, dependiendo de cómo es manejado en este tiempo. Los rendimientos varían de acuerdo al año. Además, las condiciones no serán siempre las mismas, pese a que tienen el mismo clima y suelo. No hay clima igual, año tras año. Entonces, es necesario tomar todos los parámetros como la edad del cultivo y cuánto produjo la última vez. Todo eso va sumando y todos esos componentes e información se integran para nuestro plan”, señala.

Por lo tanto, un plan nutricional no será igual para una planta joven, que produce 6 t/ha/año, y una planta adulta, cuyas producciones estarán entre 12 y 14 t/ha/año. Entonces, el programa tendrá que estar asociado a la cantidad de minerales que extrae la planta, según su crecimiento.

Cuando se instala el espárrago en el campo, el investigador recomienda la realización de análisis de agua y suelo, para ver cuántos nutrientes existen y si están disponibles o no para la planta. Estos varían en cada valle, por lo tanto, es necesario tener estos indicadores como referente.

Si el espárrago está en condiciones óptimas y adecuadas, entonces, no habrá problemas en sus rendimientos. Si vemos que adolece de elementos como aminoácidos u hormonas, será necesario complementar esas deficiencias de mantenimiento en la planta y, para ello, se podrán usar otro tipo de productos, por ejemplo, bioestimulantes.

LOS PROGRAMAS NUTRICIONALES EN PLANTAS ANTIGUAS

Respecto a si un programa nutricional tiene incidencia en mantener la productividad de una planta antigua, Casas dice que la esparraguera nunca deja de rendir. Sin embargo, lo que uno toma en cuenta para seguir o no cosechando es la calidad de los turiones que se espera exportar. Y, la calidad está básicamente centrada en el grosor; ya que, con el tiempo, los turiones se van haciendo más delgados. “Cuando estos son muy delgados, no calificarán para las exigencias del mercado”, menciona y refiere que las mayores longevidades están en Ica y allí también están los mejores rendimientos, comparado con otras zonas. Entonces, son diferentes variables que harán que la planta rinda y dure más, porque la misma genética que se siembra en Ica se siembra en el norte.

EL RIEGO Y LA NUTRICIÓN

La planta está diseñada para recibir los nutrientes via fertirriego o por gravedad. Actualmente, la presencia de un gran número de pequeños y medianos productores ha llevado a que una importante superficie de esta hortaliza se riegue por gravedad, en especial, en suelos de valle. Para ello, dice que se debe aplicar en conjunto todos los nutrientes, luego de la cosecha.

Cuando se trata de riego por goteo, el programa puede plantear que sea diario, interdiario o semanal, para distribuir en una manera más eficiente, mientras la planta va pasando por las diferentes etapas de desarrollo.

Adicionalmente, también es posible ofrecer a la planta nutrientes vía foliar para complementar, “porque uno puede tener dudas si está disponible o no disponible para el espárrago”. “Puede ocurrir que se observe algún síntoma de deficiencia en el suelo o mal equilibrio en los minerales y la planta presenta algún síntoma de deficiencia, entonces, se comienza a bombardear de forma foliar. El problema con ello es que hay que echarlo varias veces para que ingrese en la cantidad deseada”, explica.

ALGUNOS ERRORES QUE SE COMETEN

El principal error que se comete cuando se diseña un programa nutricional es no analizar las distintas variables. “Muchas veces no se toma en cuenta lo que aporta el suelo, la edad del cultivo, el rendimiento que se ha sacado en anteriores campañas. Entonces, o le echas de más o le echas de menos”, señala.

Por lo tanto, destaca la necesidad de realizar un seguimiento constante a la esparraguera, relacionado a los rendimientos y a la calidad de los turiones cosechados. Para ello se cuenta con las herramientas necesarias, como los análisis foliares que te permiten ver con claridad el estatus de cómo están los nutrientes en el follaje. De un buen análisis de toda información deriva un buen plan de nutrición, finaliza.

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