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Factores más influyentes del potencial productivo y calidad de la fruta en cerezo

Carlos J. Tapia, ingeniero agrónomo, M.Sc., especialista en producción de cerezos y director técnico de Avium SpA, analiza algunos de los pasos más importantes para lograr la calidad de cerezas que harán la diferencia del negocio en los próximos años. No hay una receta mágica, sino una suma de acciones bien hechas, de acuerdo a la fenología de la planta. Estrategia de fertilización poscosecha, asegurar la acumulación de reservas en el verano, atención a las condiciones de la dormancia y el correcto uso de rompedores del proceso, selección del sistema de control de heladas, efectos de las coberturas, poda de renovación de estructura, regulación de carga oportuna, entre otros… Todos estos aspectos son analizados por el especialista, quien además entrega una reveladora información de las características de la fruta que se está obteniendo en las principales variedades, a partir de la recopilación de datos efectivos.

12 de Septiembre 2018 Equipo Redagrícola
Factores más influyentes del potencial productivo y calidad de la fruta en cerezo

La temporada, en términos de acciones reales, comienza en poscosecha, explica Carlos Tapia. En ese periodo ocurren procesos muy importantes, como son la diferenciación de flores y la recuperación del sistema de raíces.

Para defenderse del riesgo de deshidratación frente a los estreses por altas de temperaturas en el verano, la planta de cerezo reacciona y cierra los estomas de sus hojas. Sin embargo, junto con evitar la pérdida de agua, esto detiene también el intercambio gaseoso, y por lo tanto no hay captación de dióxido de carbono, CO2. El carbono es un nutriente fundamental que nos regala la naturaleza –“es gratis”, enfatiza el especialista– pero, producto del calor, la planta puede dejar de recibirlo justo en uno de los periodos más importantes de formación de sus estructuras para la siguiente temporada, que es la diferenciación de yemas flores (enero, en la zona central). El carbono constituye la base para la formación de azúcares de reserva, indicado principalmente como almidón.

Cuadro 1. La incorporación de un enraizante de acción auxínica (ABA) a inicio del segundo flash de raíces (80-90 días después de floración) aumenta la actividad del sistema representado en gramos de raíces por m3 de suelo.

IMPACTO DE LOS BLOQUEADORES SOLARES EN LA ACUMULACIÓN DE RESERVAS

Tapia señala que, después de varios años de investigaciones sobre el correcto uso de bloqueadores solares, ha podido comprobar su utilidad para enfrentar el problema descrito. Las caolinitas (caolín al 95%) por sí solas constituyen una buena herramienta, remarca, cuyo efecto puede ser reforzado con agentes que ayuden a la planta a enfrentar el estrés térmico, como son los extractos de algas, por ejemplo. La curva de la temperatura de las hojas sin protector solar sigue la misma forma que la curva de la temperatura ambiental, en tanto que la curva de una hoja tratada con bloqueador muestra temperaturas marcadamente más bajas, especialmente después del mediodía (figura 1). Los ensayos para determinar los efectos de esta diferencia sobre la fisiología del cerezo indican consistentemente que los bloqueadores solares inciden en una mayor reserva de almidón (reserva carbonada), en los dardos cercanos a las hojas.

En el mismo ámbito de formación de reservas, el experto indica que en ensayos de aplicación de postcosecha al suelo de productos basados en auxinas, estas promueven, también consistentemente, el desarrollo de raíces, medido en gramos por metro cúbico de suelo, en comparación a testigos sin aplicación (cuadro 1). En cambio, aplicaciones de esos productos en primavera no siempre logran dicho efecto tan marcadamente. Si bien al medir reservas en raíces en términos de concentración no se observan diferencias con o sin tratamiento, sí se da una mayor cantidad de reservas totales al aplicar enraizantes porque, a igual concentración de reservas, el total es más alto en la planta con mayor volumen radicular, razona el asesor.

Figura 1. Temperatura ambiental y del envés de la hoja en testigo y tratamiento de bloqueadores solares en dos fechas de medición en enero del 2018.

¿Cómo incide todo esto al momento de la cosecha? Los análisis para medir el impacto del uso de sistemas de protección contra el sol y enraizantes no entregan diferencias significativas en producción, pero sí revelan un incremento relevante del porcentaje de la fruta con calibres sobre 28 mm (56% sin los tratamientos, versus 68% con ellos). Al mayor diámetro de fruto se suma, en general, un contenido más elevado de materia seca, más sólidos solubles y un más alto nivel de dureza (durofel).

OTOÑOS CÁLIDOS AFECTAN LA VIABILIDAD DE LOS DARDOS

En los últimos años se ha verificado la ocurrencia de otoños cálidos. Abril ha mostrado temperaturas veraniegas, lo que afecta el apresto de los árboles antes de entrar al primer periodo de dormancia. La falta de horas de frío en ese mes hace que las plantas no comiencen su dormancia en buenas condiciones. En lugar de brácteas de yemas completamente cerradas, “limpias”, se aprecian puntas verdes que no terminan de lignificarse y no solo no completan adecuadamente la dormancia, sino además las yemas quedan expuestas a daños por aplicaciones de cobres invernales, heladas y rompedores de dormancia. La inclusión de estos dardos al momento de contar para hacer las proyecciones de cantidad de frutos puede conducir a errores significativos.

Figura 2. Curva de floración acumulada (%) de los distintos tratamientos de rompedores de dormancia en cv. Santina. Temporada 2015/16.
Presentación de Carlos Tapia en el Full Day Cerezas 2018, organizado por Avium para sus clientes, que tuvo una gran concurrencia.

 

EFECTOS DE LOS ROMPEDORES DE DORMANCIA EN ADELANTAMIENTO DE COSECHA Y CONCENTRACIÓN DE FLORACIÓN

El equipo de Avium ha llevado a cabo múltiples investigaciones donde se ha revelado el efecto de distintos rompedores de dormancia disponibles en el mercado, en comparación a un testigo sin aplicación. Entre ellas, en la temporada 2015/16 se evaluó la utilización de cianamida hidrogenada y rompedores de dormancia alternativos, tanto cada producto por sí solo como en secuencia (cuadro 2). El estudio se efectuó en Santina, variedad que, aunque en Chile se considera temprana, en realidad es de media estación, con un requerimiento importante de horas de frío: alrededor de 700 o más.

Cuadro 2. Tratamientos de utilización de distintas estrategias de aplicación de rompedores de dormancia.

Como se aprecia en la curva de floración acumulada (figura 2), Fiore y Erger adelantaron en 8 días el logro de plena flor (80% de flores abiertas) en comparación al testigo, mientras que la cianamida hidrogenada fue consistentemente la que más aceleró el proceso, considerando cada producto por sí solo: 10 días. Sin embargo, el mayor impacto se logra al usar los productos en tándem (tratamientos 4 y 5), ya que la plena floración se alcanzó 20 días antes que el testigo. Cabe señalar que la investigación se realizó en un año con poca acumulación de frío, y que en una variedad de menor requerimiento en este aspecto, Lapins por ejemplo, las diferencias serán menos marcadas. Se debe indicar, además, que un adelanto de 10 días en plena flor no se traduce en 10 días menos a la cosecha, sino probablemente en unos 5 a 6 días, en tanto un avance de 20 días puede convertirse en unos 10-12 días menos a cosecha.

En cuanto a obtener una concentración de la floración (figura 3), la cianamida hidrogenada no genera ningún efecto. En esta variable los otros rompedores de dormancia resultan más eficaces, pues sí acortan la distancia entre inicio y término de la curva de floración gracias a su modo de acción relacionado a factores nutricionales.

La elección de estrategia en cuanto a rompedores de dormancia, por lo tanto, dependerá de la prioridad que se asigne a la concentración de la floración, al adelanto de la misma y al grado de intensidad deseada en dicho adelanto.

REQUISITOS NECESARIOS PARA UN BUEN USO DE ROMPEDORES DE DORMANCIA

Con todo, debe tenerse presente que los adelantos generados por los rompedores de dormancia inducen un cierto nivel de estrés, el cual será más marcado mientras mayor sea esa anticipación. Por lo tanto, la aplicación debe cumplir rigurosamente ciertos requisitos:

1. Sanidad del huerto: básico, no se debe aplicar rompedores de dormancia si existen problemas fitosanitarios.

2. Acumulación de frío: no se debe despertar una variedad si todavía no ha acumulado un 70% de sus requerimientos de horas de frío. Hacerlo forzadamente antes produce un desequilibrio innecesario en su fenología.

Cuadro 3. Efectos de aplicación de distintas concentraciones de AG3, 15, 30 y 45 ppm sobre el calibre final en cv. Lapins.
Cuadro 4. Diferencial de peso de fruto por categoría de calibre y variedad, y su relación con materia seca, sólidos solubles y durofel.
Figura 3. Tasa de floración en porcentaje (homogenización) de los distintos tratamientos de rompedores de dormancia en cv. Santina. Temporada 2015/16.

3. Fecha de aplicación: el momento de uso de un rompedor varía de acuerdo a las condiciones de temperatura de cada año, pero dentro de ciertos límites. “Si en un invierno frío –ejemplifica el profesional– el 70% del requerimiento de frío de Lapins se alcanzó el 20 de junio, no significa que se aplique en esa fecha. La eficacia del producto también tiene que ver con la respuesta fisiológica a las temperaturas posteriores. No se saca nada despertando a un huerto en junio si no va a haber al menos los 15°C diurnos necesarios para que las plantas evolucionen fenológicamente. A menos que se cuente con ambiente controlado para ello y para evitar el riesgo de heladas”.

4. Uso de concentración: los rompedores de dormancia no se trabajan en dosis por hectárea, sino en concentración o porcentaje: por ejemplo, 2 litros en 100 L (2%), 3 L en 100 L (3%), etc. La dosis por hectárea va a estar dada por las necesidades de cubrimiento que se explican a continuación.

5. Cubrimiento: En investigaciones efectuadas en el pasado se determinó que el cubrimiento óptimo de aplicación, para lograr el objetivo y minimizar el riesgo de intoxicación, es el 75% del volumen de copa (VHA) medido en la fecha de aplicación. En consecuencia, por ejemplo, si la concentración recomendada fuera de un 2% de cianamida hidrogenada y el 75% de cubrimiento se alcanzara con 750 L/ha, se requerirían 15 L del producto/ha. Si en lugar de ello se aplicara con un 100% de cobertura, se usarían 1.000 L de agua y 20 L de cianamida por hectárea, provocando una sobreexposición de los dardos a este producto, con el consiguiente riesgo de intoxicación, además de un incremento injustificado del costo y sin mejorar el objetivo propuesto.

6. Calibración del equipo: “tirón de orejas para nuestra industria”. Los equipos de aplicación deben necesariamente ser calibrados y chequeados antes de la aplicación de rompedores de dormancia. Se debe lograr una aplicación uniforme y sin riesgos.

VISIÓN PERSONAL: VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LOS SISTEMAS DE CONTROL DE HELADAS

Hasta hace pocos años en Chile había un consenso respecto de que las heladas resultaban más graves cuanto más avanzado se encontraba el estado fenológico, pero esta precepción cambió en el último tiempo, afirma el ingeniero agrónomo, M.Sc. Sin embargo, comenta, en las dos últimas heladas grandes sucedió que en yema hinchada y estados iniciales, el daño sobrepasó al que ocurrió en plena flor.

–Parece tener sentido –reflexiona–, porque las floraciones generan etileno y la emisión de gases aumenta la temperatura. Aun cuando las flores se queman por encima luego de una helada, hoy le temo más a un evento en yema hinchada o en ramillete expuesto.

Sin ser especialista en el tema de control de heladas, en su experiencia se ha formado la opinión de que la forma más adecuada para la principal área productora de cerezas corresponde a las torres de viento, idealmente con calefactores. Se trata de una inversión del orden de alrededor de 50.000 dólares por unidad, para cubrir unas 5 a 6 ha para heladas “normales”, pero que si la temperatura pasa de los -5°C probablemente el control eficiente de heladas se reduzca a unas 3 ha.

Respecto del control de heladas con agua, cree que se ha subestimado el requerimiento necesario para cubrir los volúmenes de copa del cerezo:

–Si logramos dar con los caudales para controlar heladas, primero tenemos que disponer de agua suficiente, y no se nos puede acabar a mitad del evento. Y, segundo, debemos tener un suelo que sea capaz de absorber unos 150 a 200 mm en 3 o 4 días de heladas seguidos, algo complicado y poco probable de resolver en muchos suelos de la zona central.

En cuanto al uso de los techos, ayudan a mantener 1 a 1,5°C bajo la carpa, principalmente en eventos de heladas radiativas. En heladas polares, el resultado varía en la medida que exista ventilación y salida para la masa de aire frío; si hay una barrera física que la impida, el resultado podría ser inverso, con una disminución mayor de la temperatura. La estrategia que propone el consultor es cerrar la cobertura desde yema hinchada hasta 15 a 20 días después de plena flor, para aprovecharla contra lluvias en flor y las heladas tempranas. Luego, mantenerla abierta y volver a alertase desde inicios de pinta, teniendo en cuenta que no se puede pensar en bajar los costos de operación a costa de una merma en la oportunidad para techar toda la superficie requerida.

Más allá de las heladas, Tapia realizó una evaluación donde probó la mantención de la cobertura desde yema hinchada a cosecha en comparación al huerto sin techo (testigo), en Royal Down y Bing. Bajo la carpa siempre se observó más peso y diámetro de fruta, posiblemente debido a una mayor humedad relativa. Esta colabora a una mayor expresión de vigor, lo cual gatilla el aborto o caída tardía de fruta, disminuyendo el número de frutos y favoreciendo su crecimiento. Por otra parte, la dureza del fruto (durofel) disminuye bajo techo, y la materia seca no es necesariamente más baja sino que resulta dependiente de la variedad. A los 45 días después de la cosecha luego de almacenaje en frío, se aprecia incremento de machucón y de adhesión (juntura de frutos) respecto del testigo. En síntesis, la mantención de la cobertura durante todo el período no es conveniente, a menos que se realice un manejo diferente de la ventilación, el control del vigor y la nutrición, básicamente reduciendo nitrógeno en primavera, y aumentando el calcio y potasio.

Entre las otras opciones distintas a la cobertura, considera que los helicópteros funcionan bastante bien frente a lluvias de precosecha y ha sido testigo de la repetición de su uso por parte de quienes han elegido usarlos en sus huertos. También menciona los blower, a los cuales califica como complementarios de los helicópteros, pero que “por sí solos botan bastante agua”. Pide no confundirlos en ningún caso con las nebulizadoras, pues estas no con capaces de arrojar el flujo de aire necesario en esta operación.

Figura 4. Relación hoja/fruto optima en cerezos.

LA MEJOR METODOLOGÍA PARA REGULAR LA CARGA ES LA PODA, LUEGO EL RALEO DE YEMAS

Para comprender la ganancia real en tamaño, se debe tener presente que la división celular de los frutos termina 30 a 35 días después de plena flor; por lo tanto, ese es el periodo en que se asienta el potencial de crecimiento del fruto. En esta etapa las raíces recién están despertando, de manera que todo el proceso se sustenta en las reservas acumuladas durante la primavera y verano anterior.

La regulación de la carga resulta fundamental para la obtención de fruta grande. Y, a juicio del especialista, “el mejor regulador de carga, el más eficiente y más barato, es la poda”.

Defiende en general las podas que mantengan maderas autosoportantes de su fruta para unificar el criterio del calibre y de la distribución de azúcar. Para él, el segundo método más adecuado de regulación de carga corresponde al raleo de yemas.

–¿Cuántas yemas hay que dejar?

–Depende de la condición de fertilidad y de la sanidad en cada caso. Sabemos que en algunas situaciones extremas, por ejemplo Lapins sobre Gisela 6, tenemos que dejar dos yemas florales por dardo todos los años. Si no, no logramos ni calibre ni cosecha. Sin embargo existen muchas situaciones con relación a una combinación variedad/portainjerto en que no se justifica este tipo de intervención. Y para recuperar una planta débil, el raleo las yemas es la mejor solución, incluso sin poda; ya no peleamos más con esa duda. Finalmente, el objetivo es tener hojas. ¿Qué estoy haciendo con el raleo de yemas? Aumentando la relación hojas/fruto desde mucho antes de que se produzca la competencia con el brote.

 

RALEAR CUANDO LA CARGA ES MUY ALTA, INCLUSO SI FALTAN POCAS SEMANAS PARA COSECHA

Siempre lo deseable es terminar el ajuste de carga no más allá de los 30 días después de plena flor. Ni el raleo de flores ni el de frutos son lo más aconsejable, continúa Carlos Tapia, pero deben hacerse si la situación lo amerita. Cuando se trata del raleo de yemas, es fácil para el productor seguir una indicación de la forma de hacerlo; por ejemplo, la indicación “dejar tres yemas por dardo” se verifica fácilmente. En cambio con las flores y frutos no resulta tan simple; por ejemplo, es difícil definir a qué y cuántas unidades corresponde sacar un 45% de flores o frutos.

Con todo, sacar tardíamente la fruta que quedó en exceso siempre es mejor que dejarla en el árbol, a juicio del asesor, incluso si faltan pocas semanas para la cosecha:

–Lo que no se nos puede olvidar es que a partir de pinta las hojas asumen el rol de principal responsable de mover los azúcares a la fruta. Si elimino fruta de un árbol sobrecargado, estoy aumentando la relación hoja/fruto. Como no puedo agregar hojas, lo que hago es quitar frutos. Se habla de 3 a 5 hojas por fruto. ¿Pero hojas de qué tamaño? Los científicos han dicho que 200 cm2, más o menos una hoja de cuaderno.

EL MOMENTO Y FORMA DE UTILIZACIÓN DE ÁCIDO GIBERÉLICO SON MUY INFLUYENTES

La acción del ácido giberélico se orienta principalmente a la elongación de células, la cual comienza al término de la etapa II del endurecimiento de carozo, y se reconoce visualmente por el “quiebre de color” o “color pajizo”. A partir de allí la aplicación induce un aumento del volumen celular, y por lo tanto es el momento de hacerla; no antes. Una vez más está el problema de definir qué es “color pajizo”: ¿un 10% de la fruta amarilla…?, ¿un 20%…?

–Lo mejor es hablar de inicio de pinta –propone Tapia–. Cuando se ven los primeros frutos pintando, lo más probable es que ya el 70 a 80% de la fruta esté sobre la etapa III, un momento apropiado para la aplicación de ácido giberélico.

–¿En cuantas pasadas aplicarlo?

–En mi opinión, todo de una vez. Si voy a utilizar 30 partes por millón (ppm), es mejor entregarlas en una pasada que en dos de 15 ppm, para no perder eficiencia, considerando que su efecto es principalmente de contacto. Además resulta más simple y con menos costo.

Las investigaciones demuestran que el peso y diámetro del fruto aumentan con las aplicaciones de ácido giberélico (cuadro 3) en distintas concentraciones. El mayor gradiente de este incremento se logra al pasar de 0 ppm a 15-20 ppm, efecto que continúa pero de manera más atenuada al ir subiendo la concentración. Ya superados los 30 a 45 ppm muchas veces no se observan diferencias. Concentraciones mayores no generan ganancias sino gastos adicionales, pero además conllevan el riesgo de sobrestimular el crecimiento de las cerezas y por consiguiente tanto la probabilidad de partidura como de un desorden en la ganancia de color de cubrimiento.

Evaluaciones del efecto del ácido giberélico sobre la condición de la fruta muestran siempre un mayor nivel de azúcar (ºBrix), de materia seca (%) y de dureza del fruto (durofel). Luego de 45 días de almacenaje los tratamientos, sin importar la concentración utilizada, tienen menos machucón y menos adhesión. No hay incidencia o tendencia clara sobre la disminución de pitting. “Creo que una buena selección del giberélico aplicado en el mejor momento, con la concentración justa, entrega solo ganancias”, concluye el ingeniero agrónomo, M.Sc.

Evolución del proceso de poda de renovación en Bing/Gisela® 6 efectuada en invierno del 2017 hasta su recuperación de ramas en junio del 2018. Fotos: Carlos Tapia, 2018.

CARACTERÍSTICAS DE LA FRUTA QUE SE ESTÁ OBTENIENDO POR VARIEDAD

El equipo de I+D de Avium, con dirección de Carlos Tapia y con la activa participación del ingeniero agrónomo Emilio Martínez, efectuó una recopilación de información de las ultimas seis temporadas, acerca de las características reales de calidad de 6 variedades: Royal Down, Santina, Bing, Lapins, Sweet Heart y Regina (cuadro 4). Las variables estudiadas fueron peso promedio de frutos por cada categoría de calibre y su relación con dureza (Durofel), materia seca (%) y sólidos solubles (°Brix).

La sistematización lograda con los antecedentes, en primer lugar, permite hacer mejores pronósticos de producción. El productor puede ver la distribución de sus calibres, ponderar el peso y estimar el resultado sobre una base que cuenta con mayor fundamento.

–Si el peso ponderado promedio se estima en 10 g y finalmente resultan ser 12 g, el error es de un 20% –ejemplifica Tapia–; pronóstico que implica diferencias importantes en el cálculo de cosecheros, materiales, escaleras, cajas, etc.

De la tabla, el director de Avium destaca los resultados obtenidos por Santina, Bing y Regina, que confirman el gusto de los clientes. Sin embargo, hace la salvedad de que las otras también son buenas variedades y que no es justo subestimarlas. Respecto de Santina, agrega un comentario especial:

–Presenta un promedio de 16,6°Brix. Estamos cosechando una variedad de media estación en una zona de producción temprana; su requerimiento de frío es medio-alto; su floración, tardía, por lo tanto estamos acelerando todo el proceso de multiplicación celular, endurecimiento de carozo, elongación celular… ¿Por qué podríamos pedirle mas de 18°Brix?. Es un tremendo desafío que va contra la naturaleza de esta excelente variedad. Más bien deberíamos advertir a nuestros clientes cómo es la Santina y qué podemos ofrecerles.

RECONOCIMIENTO

Carlos Tapia entrega un agradecimiento especial a:

– Equipo Técnico Avium, Emilio Martínez y Fabiola Cruz.

– Luis Valenzuela, Óscar Carrasco, Matías Kulczewski y Óscar Aliaga, por su constante ayuda y aporte a la industria.

– Productores, exportadoras y compañías proveedoras de insumos, por su constante apoyo en el desarrollo de investigación y extensión.

EXPERIENCIA EN RENOVACIÓN DE ESTRUCTURA PRODUCTIVA, ACIERTOS Y DESACIERTOS

Además de la constante preocupación que se debe tener en la renovación de estructura productiva, de manera que se mantenga un óptimo equilibrio de madera joven permanente, Carlos Tapia aborda el tema de la renovación de huertos envejecidos. En los últimos años, ha probado una estrategia de recuperación de huertos con poda “más dura”, eliminando sistemáticamente todas las ramas de uno de los lados de la planta. “Como si hubiera pasado una sierra, no selectivo”, grafica, dejando “tacos” de ramas de 30 cm. El otro costado recibe una poda muy suave, “quizás solo eliminando chupones”, de manera de compensar la eliminación, en la práctica, de la mitad del volumen productivo del árbol.

–Hemos visto que, en situaciones de alta producción, la eliminación de un pequeño porcentaje de las ramas (1 a 3 ramas por planta), no tiene una respuesta satisfactoria en renovación de estructura. Queremos que cada vez que eliminemos una rama, la respuesta de esta sea una renovación de al menos 80 cm para poder proyectarla como una nueva rama productiva. En un huerto de buen potencial de carga, eso lamentablemente no sucede, por sombra y por la misma competencia de la fruta. En otro caso, en huertos pobres de estructura, con poca oferta de centros frutales y potenciales de producción bajos (< 6 toneladas/ha), esta renovación es una salida rápida a poder mejorar la oferta de ramas y acceder a un mejor potencial futuro.

A nivel comercial esto se hace el primer año en la mitad de la superficie, de manera que el rendimiento total se reduzca, en la teoría, solo en un 25%. Sin embargo, en realidad la caída de producción es un poco menor, señala el ingeniero agrónomo, M.Sc., pues al dejar las ramas un poco más largas en el costado de poda suave, se logra algo más de fruta. Las fotos muestran la extraordinaria reacción del árbol en una poda como la descrita, entre agosto de 2017 y junio de 2018, en un huerto de Bing sobre Gisela® 6 en un suelo de condiciones difíciles. La principal razón del rápido desarrollo, de acuerdo al especialista, es el gran aumento en la disponibilidad de luz y la eliminación de competencia en al menos una cara del eje. Una vez que el primer lado se recupera, luego de 2 años, cuando las nuevas ramas entran en estado productivo, se efectúa la poda intensa en el otro costado.

La idea es hacerlo en alternancia con el 50% de la superficie, y siempre esperar una temporada para realizar la cara del eje que no se ha renovado.

Año 1: lado A del huerto, 50% del eje.

Año 2: espera.

Año 3: lado B del huerto, 50% del eje.

Año 4: espera.

Año 5: lado A del huerto, 50% restante antiguo.

Año 6: espera

Año 7: lado B del huerto, 50% restante antiguo.

–Al cabo de 7 años obtienes un huerto completamente nuevo, para 15 años o más. Siempre que esté sano, lógicamente. Funciona. Es muy drástico, pero funciona. No necesariamente debe ser en este tiempo, ya que si están las condiciones se puede alternar en menos años pero obviamente considerando un mayor porcentaje de merma productiva.

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