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Paul Barclay, sobre el panorama varietal de la uva de mesa

“Existe el riesgo de marearse con tantas variedades”

55 son las variedades de uva de mesa que produjeron las empresas peruanas en la campaña 2019/20. Algunas de ellas ya están consolidadas, mientras otras recién están en fase de experimentación, este número grafica el dinamismo de los productores locales, que no tienen temor a probar algo nuevo. ¿Lo próximo? Las variedades resistentes o tolerantes a ciertas enfermedades, algo que ya muchos quieren ver en sus campos.

24 de Julio 2020 Miriam Romainville
“Existe el riesgo de marearse con tantas variedades”

Para nadie es un misterio el salto en renovación varietal que ha hecho Perú en pocos años. Y cada vez más, es evidente el peso que ha perdido la Red Globe frente a variedades de nueva generación. No es la única, porque también han disminuido las áreas sembradas de Crimson, Flame y Sugraone. Por contrapartida, las hectáreas de variedades como Sweet Celebration o Sweet Globe siguen expandiéndose y, se presume, que es algo que continuará de cara a las próximas campañas.

“Hace cinco años, la Red Globe representaba casi el 80% de lo que producíamos. Hoy representa entre el 35% y 40% del volumen”, destacaba Paul Barclay, director de la Asociación de Productores y Exportadores de Uva de Mesa del Perú (Provid) y gerente de  Sociedad Agrícola Saturno, en el IX Simposio Internacional de la Uva de Mesa, celebrado a mediados de febrero en Santiago de Chile.

Si bien aún existe mercado para la Red Globe, la búsqueda de menores costos de producción y la demanda de frutas con mejor textura, sabor y calibre ha empujado a la industria a ensayar (y luego plantar) nuevas variedades de uva de mesa, con un gran dinamismo en las últimas campañas y, se presume que esto continuará los próximos años.

La composición de la nueva oferta varietal de uva de mesa del Perú está liderada por las ‘rojas sin semilla’. En la campaña 2018/19, las variedades ‘rojas sin semilla’ representaron el 26.5% de los envíos al exterior, de forma similar que las uvas ‘blancas sin semilla’, que representaron un 24.5%, según datos del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) recogidos por Provid. En el caso de las uvas ‘negras sin semilla’ y las variedades no declaradas representaron el 2.8% y 5.8% de las exportaciones de uva de mesa, respectivamente. Frente a la campaña 2014/15, se observó un incremento de casi 13 puntos porcentuales en las rojas sin semilla y de 12 en las blancas sin semilla.

Ica y Piura continúan liderando la reconversión varietal de uva de mesa y, resulta interesante ver como en Piura se han introduico variedades que aún no están en Ica, como son Adora, Carlita, Sweet Mayabelle y Sweet Joy, aunque aún a una escala acotada, en fase de ‘prueba’. No obstante, aún Red Globe, la uva pionera de la exportación peruana, sigue a la cabeza de la superficie sembrada, al llegar en la campaña 2019/20 a cubrir una superficie de 5.816 ha.

RETOS QUE IMPONEN LAS VARIEDADES LICENCIADAS

Aunque el camino hacia la reconversión varietal está en marcha, el director de Provid considera que los productores de uva de mesa deberían enfocar su estrategia en tener un manejo óptimo de su producción de nuevas variedades. “Debemos tener cuidado de tener demasiadas variedades y no ser buenos en ninguna”, advertía Barclay, tras agregar que aún hay trabajo que hacer respecto a las mejoras en rendimientos por hectárea.

Paul Barclay, director de Provid y gerente general de Saturno.

Dos son los principales retos que enfrentan los productores de uva de mesa de exportación: conocer el límite máximo de productividad de las plantas y tener información precisa del manejo técnico de cada variedad de uva de mesa, debido a que no todas se adaptan de igual manera al entorno geográfico donde fueron desarrolladas. “Lidiar con más o menos veinte variedades hace que nuestra gente tenga demasiados desafíos”, sostenía Barclay y añadía: “Los productores deben evitar que se cargue mucho a la planta, con el objetivo de tener altas producciones, ya que eso podría provocar que no se llegue a los grados Brix deseados, o que se presenten problemas de bayas blandas y raquis débil. Para tener certezas, se deben buscar esos altísimos rendimientos de manera controlada y acotada, no en grandes áreas, y buscando siempre tener la planta bien y balanceadamente nutrida”.

El director de Provid remarcaba que no siempre se conoce cuál es el límite de productividad de la planta. “La gran mayoría de las variedades nuevas tienen una muy buena fertilidad, por lo que luego de la poda es común que se tengan muchos racimos que podrían dar muy altas producciones. Eso hace que el potencial productivo sea grande, de 5,000 hasta 6,000 cajas por hectárea, en plantas adultas. Pero existe el riesgo de que se cargue mucho, buscando altas producciones, y que en ese intento, la parra no pueda terminar la fruta bien”, precisaba.

 

Eficiencia en el control de plagas y enfermedades

“Como industria joven, debemos conocer a nuestros enemigos, especialmente en el campo. A veces pensamos que las plagas y enfermedades son un mundo entero y en realidad no son tantos. Podemos contarlos con nuestras manos. Entonces deberíamos ser muy buenos controlándolos”, advertía Barclay en el simposio.

A la fecha, las principales plagas que afectan al cultivo son el Planccocus sp. o chanchito blanco, el Colomerus vitis o ácaro de la yema, el Thrips tabaci, Frankiniella sp. o Trips, y el Tetranychus urticae, también denominado arañita roja. Como principales enfermedades se tiene al Erysiphe necator o Oidium, Botrytis cinerea, Plasmopara vitícola o Mildiu, y Penicillium sp., Aspergillus sp., Rhizopus sp., o pudrición ácida.

Un aspecto importante, y en el cual están trabajando diferentes programas de mejoramiento genético, es la incorporación a la oferta variedades, algunas resistentes al oídio, mildiú y botrytis.

Debido a la gran cantidad de variedades que existen en el mercado —en la campaña 2019/20 se contabilizó 55, según Senasa— , “existe el riesgo de marearse con tantas variedades”, advertía Barclay, sobre todo porque el manejo técnico de cada variedad es complejo y único. “Cada variedad tiene un manejo único para llegar a la excelencia. Por ejemplo, en la vid hay cuatro o cinco grupos de hormonas sobre las cuales intervenimos con dosis y momentos diversos. Cada variedad puede pedir algo distinto”, anotó. Por ejemplo, algunas variedades requieren de cuidado especial para el desgrane, para que no queden trazas de semillas, y para evitar manchas en los frutos, mientras que en variedades verdes la preocupación está en cómo llegar con una fruta limpia y sin manchas a la cosecha. Para ello, la selección de productos fitosanitarios y saber qué se puede mezclar y qué no es elemental, de acuerdo a Barclay.

“A mayor cantidad de pruebas, mayor complejidad para el manejo y con eso nos alejamos de lo simple y de la capacidad de controlar y hacer las cosas bien. Eso, sin contar la complejidad que se arma en el frente comercial”, subrayaba Barclay, quien pronostica que, al igual como ocurrió con la ‘Red Globe’, los productores mejorarán en el manejo técnico de las nuevas variedades sin semilla. Sin embargo, antes se debe tener claro qué variedades se sembrarán, sobre todo porque ello implica una alta inversión. “Uno se debería casar con su parra unos quince años. Para ello es importante leer y conversar mucho, visitar lo que se pueda y seguir los números de áreas de variedades plantadas”, sugería.

DIVERSIDAD DE MERCADOS, PARA REDUCIR EXPOSICIÓN

Si bien los principales mercados para la uva local son EE UU y Europa, para Barclay, el mayor potencial de crecimiento está en el mercado asiático. “Somos conscientes de que nuestros mercados actuales, o más importantes, son Estados Unidos y Europa, tenemos que cuidarlos. Pero el potencial de crecimiento que veo está en Asia, especialmente”, destacó Barclay. Pese a que la uva de mesa peruana ya llega a China y Corea del Sur, el peso de ambos mercados como destino no ha crecido en las últimas tres campañas. En la campaña 2019/20 China y Corea del Sur contribuían con el 13% y 3%, respectivamente, de las exportaciones totales.

Aunque el consumidor chino, principalmente el que se ubica en ciudades como Shangai, Nanjing, Hefei, Hangzhou y Suzhou, posee una gran diversidad de gustos, lo que da espacio a nichos de mercados con diferentes variedades de uva de mesa, según Promperú, también es muy exigente en términos de la calidad de la fruta que consume. Es por esa razón que variedades como la uva blanca sin semilla, Sweet Globe, están teniendo éxito en el gigante asiático.

De acuerdo a Provid, el Senasa también viene trabajando en abrir el mercado de Japón para la uva de mesa peruana. En este mercado habría la posibilidad de obtener un mayor premio sobre los precios, porque es un país con alto poder adquisitivo y donde las uvas se destinan incluso como regalos, según Provid. Según Barclay, “es importante tener opciones”, ante la posibilidad de que se reduzcan los precios de uva de mesa. “No necesariamente con más países, sino tal vez con más volumen para algunos de nuestros mercados”, subrayaba.

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