Etiología de las enfermedades poscosecha en mango
Manchas necróticas y pudrición peduncular, dos graves problemas que afectan al mango, fueron parte de una investigación que puso en evidencia la presencia de una diversidad de hongos, además de Colletotrichum y Lasiodiplodia, que vienen afectando al cultivo y mermando los porcentajes exportables en los campos piuranos.
Dr. Edgar Rodríguez-Gálvez, Profesor Principal de la Facultad de Agronomía. Universidad Nacional de Piura
El cultivo de mango (Mangifera indica) es uno de los más importantes en Piura y se estima que existen 27,000 ha sembradas con este cultivo. Durante muchos años se observó la presencia de manchas necróticas en los frutos adjudicadas a Colletotrichum gloesoporioides, como agente causal de esta anomalía; sin embargo, se comprobó a inicios del año 1999 que además de C. gloeosporioides existía otro género de hongos responsables de esta enfermedad, que fue identificado como Alternaria.
La pudrición peduncular es otra de las enfermedades que se presentan con frecuencia y que es causada por Lasiodiplodia spp. Igualmente, se comprobó que existían otros hongos que podrían causar la misma enfermedad con síntomas similares.
Durante tres campañas: 2011-2012, 2014-105 y 2016-2017 se desarrollaron investigaciones tendientes a esclarecer la etiología de las enfermedades poscosecha en este cultivo. Los trabajos se desarrollaron en la Universidad Nacional de Piura y fueron financiados por la Asociación Peruana de Productores y Exportadores de Mango (APEM).
Se determinó que, efectivamente, existían dos enfermedades post-cosecha completamente diferenciadas por los síntomas como lo son el manchado de frutos, causada por Colletotrichum, y la pudrición peduncular, causada por Lasiodiplodia, y, asimismo, que existían otros hongos asociados a estas enfermedades además de Colletotrichum y Lasiodiplodia.
SÍNTOMAS DE MANCHADO DE FRUTO
Los síntomas causados por Colletotrichum fueron manchas necróticas pequeñas que se inician en los hombros del fruto donde las conidias desarrollan y lo infectan en condiciones de alta humedad relativa. La presencia de agua libre en pequeñas cantidades en el hombro del fruto permite que al desplazarse, por efecto de la gravedad, hacia el ápice del mismo, lleve consigo una gran cantidad de conidias que van infectando el fruto en su trayecto y producen manchas necróticas que en conjunto se denominan “manchas de lágrima”. Estas manchas necróticas comprometen el mesocarpio (pulpa) del fruto.
En cambio, las manchas por Alternaria son causadas solamente en las lenticelas. Las conidias de Alternaria caen en las lenticelas del fruto y, por efecto de la alta humedad relativa, se desarrollan en este espacio y producen necrosis en las mismas, lo cual causa manchas necróticas grupales en el fruto. El hongo no atraviesa el epicarpio (cáscara) del fruto y tampoco alcanza el mesocarpio (pulpa) del mismo.
SÍNTOMAS DE PUDRICIÓN PEDUNCULAR
La pudrición peduncular causada por Lasiodiplodia se caracteriza por la presencia de necrosis del fruto que se inicia en el punto de inserción del mismo; esta pudrición se extiende en forma radial por el epicarpio mostrándose una necrosis irregular que, en casos extremos, puede comprometer todo el fruto. Este patógeno sí coloniza el mesocarpio, pudiendo llegar incluso hasta la semilla y causar una pudrición del tejido que compromete todo el fruto.
Los síntomas causados por infecciones del pedúnculo a causa de Aspergillus se caracterizan, en cambio, por presentar una pudrición clara con depresiones marcadas de la zona infectada y, en todos los casos, la presencia de signos del patógeno como son conidióforos y conidias de color negro apreciables a simple vista.
VARIACIONES DE LOS PATÓGENOS – MANCHADO DE FRUTO
Durante las tres evaluaciones realizadas se comprobó que las especies de Alternaria son ya patógenos establecidos e importantes. Durante la campaña 2011-2012 fue el hongo más frecuente con valores que duplicaron a Colletotrichum. En la campaña 2014-2015, Colletotrichum tuvo una frecuencia de 43% frente a Alternaria con 37.84%. Finalmente, en la campaña 2016-2017, nuevamente, Alternaria supera a Colletotrichum significativamente (51.43 frente a 6.57 por ciento). Estos resultados demuestran definitivamente que el género Alternaria es ya un patógeno de consideración que merece ser tomado en cuenta en el manejo fitosanitario del cultivo de mango.
Dentro de las especies de Alternaria identificadas mediante el corrido de claves, es decir, mediante características morfométricas, destacan Alternaria alternana (la más frecuente), A. solani; A. raphani; A. tenuisima; A. dianthi; A. dianthicola, A. brassicola y A. citri.
VARIACIONES DE PATÓGENOS – PUDRICIÓN PEDUNCULAR
Aspergillus se aisló con mayor frecuencia en la campaña 2011-2012, superando a Lasiodiplodia, con valores de 61% y 23% respectivamente. Penicillium se aisló también pero con una frecuencia de 15.7%. Durante la campaña 2014-2015, Lasiodiplodia remontó a Aspergillus con 55.6% frente a 43%, respectivamente. En esa campaña, Penicillium sólo alcanzó el 0.51%. Durante la campaña 2016-2017, Aspergillus se muestra con mayor frecuencia con valores de 53.8%, Lasiodiplodia lo hace con 38% y Penicillium sólo con 7.79%. Estos resultados indican entonces que Aspergillus es ya un hongo a tener en cuenta como agente patógeno poscosecha en el cultivo de mango.
La pudrición peduncular, tal como lo escribí en un reportaje la edición 52 de esta revista, es de suma importancia porque los daños en los frutos se presentan cuando la fruta está madura y en destino e implica un rechazo total de la fruta o un re-empaque de la misma, que resulta demasiado costosa y, por ende, resulta en pérdidas económicas significativas.
Las especies identificadas mediante análisis morfométricos indicaron la presencia de Aspergillus niger como el más frecuente, seguido de A. fumgicatus, A. flavus y A. terreus; dentro de las especies de Penicillium identificadas figuran Penicillium expansum; P. digitatum y P. italicum.
Con estos resultados se demuestra que la diversidad de los hongos fitopatógenos que afectan los frutos de mango ha variado en el tiempo por las condiciones climáticas, en especial, por la humedad relativa. Las formas de manejo de rastrojos infectados es otro de los factores que influyen en la frecuencia de daño de estos hongos.
Este trabajo también contribuye en el planeamiento que debe darse en las plantaciones para el control de estas dos enfermedades.