Expertos han determinado un aumento aproximado del 70% en el precio de los fertilizantes químicos.

Niklas Wiberg R.

La seguridad alimentaria a nivel global ha observado con precaución el aumento de los precios y la escasez de fertilizantes químicos en el mundo. Por ello, agricultores de diferentes países han coordinado distintas pruebas para determinar los límites mínimos de las cantidades de nutrientes sintéticos que pueden ser aplicadas sin arruinar el rendimiento de los cultivos, según informó Bloomberg.

Y es que la problemática asociada a la falta de fertilizantes podría parecer lejana para el ojo común. Sin embargo, la escasez de estos insumos podría provocar problemas a largo plazo asociados a un menor rendimiento de las cosechas y un aumento en los precios de diversos productos relacionados con la productividad de las cosechas. Por ejemplo, en países desarrollados la escasez de nutrientes sintéticos podría producir alzas significativas en el precio de la leche y alimentos envasados. En tanto, en las economías emergentes el fenómeno podría provocar dificultades nutricionales, inestabilidad política y pérdida de vidas humanas.

Ante esta situación, surge la duda de por qué se han disparado los precios de los fertilizantes. Entre las principales razones  que explican el alza destacan el aumento en el precio del gas natural, principal recurso utilizado en la producción de fertilizantes nitrogenados, la interrupción de la cadena de suministro mundial provocada por la pandemia y las incesables tormentas que tuvieron lugar en la Costa del Golfo de Estados Unidos durante el verano.

Por su parte, expertos han estimado un alza aproximada del 70% en el precio de los fertilizantes con respecto al año pasado, lo que ha traído diversos problemas relacionados a la producción y tratamiento de las cosechas. Por ejemplo, en Filipinas el precio de la urea, un fertilizante nitrogenado para la producción de maíz, tiene un costo aproximado de 57 dólares por saco, precio que triplica el precio de 2021, lo que podría provocar una caída aproximada del 10% en el rendimiento de la producción. En tanto, en Perú se esperan caídas de hasta el 40% en la producción de alimentos como el arroz, las papas y el maíz debido al déficit de 180.000 toneladas métricas de urea. 

En base a la problemática, los agricultores han desarrollado estrategias de dosificación para el uso de nutrientes sintéticos. Los métodos han incluido la agricultura de precisión, que contempla una serie de procedimientos asociados a la recopilación de datos y supervisión de los cultivos para aumentar la eficiencia de las cosechas. Así, la tendencia actual sugiere que la búsqueda de suelos ricos en nutrientes podría funcionar como una alternativa al uso de fertilizantes, estrategia que ha sido utilizada por décadas en Estados Unidos y partes de Brasil.