¿Es el silicio un bioestimulante?
Dado que el silicio es inmóvil dentro de la planta, su efecto se manifiesta únicamente en los tejidos que lo reciben directamente, mientras que los tejidos nuevos quedarían desprovistos de silicio si su disponibilidad en el suelo es limitada.
Según investigaciones, especialmente la de Griffin et al. (2015), se ha demostrado que la suplementación de las plantas con silicio incrementa su resistencia a insectos, moluscos, patógenos fúngicos y bacterianos, virus y nematodos. Aunque, la mayoría de los estudios se han enfocado en los mecanismos identificados y asociados con la resistencia de las plantas a las plagas, esta defensa física se debe a la deposición de silicio en los tejidos vegetales en forma de fitolitos (compuestos en su mayoría por sio2), que se acumulan irreversiblemente en la planta (Katz, 2015). Estos fitolitos actúan como una barrera física, reduciendo el daño causado por patógenos como la penetración de hongos (Kim et al., 2002).
En observaciones al microscopio realizadas en la Universidad Nacional de Colombia con el producto Blinder Duo, se observó un incremento del 34% en la capa más externa de la cáscara del aguacate, pasando de un promedio de 200 micras a 268 micras, lo que confirma lo señalado por Tesfay et al. (2011).
Este enfoque de defensa ha sido ampliamente comprobado en diversos cultivos, aunque presenta una limitación: dado que el silicio es inmóvil dentro de la planta, su efecto se manifiesta únicamente en los tejidos que lo reciben directamente, mientras que los tejidos nuevos quedarían desprovistos de silicio si su disponibilidad en el suelo es limitada. Además, el silicio influye en las concentraciones de una variedad de metabolitos relacionados con la defensa de las plantas (Rahman et al., 2015), incluyendo un aumento en la actividad de enzimas de defensa como los flavonoides, peroxidasas y quitinasas, inducidas por el silicio en respuesta a patógenos necrotróficos (Fortunato et al., 2013).
Ye et al. (2013) también demostraron que las fitohormonas juegan un papel clave en la resistencia de las plantas al estrés biótico y que estas hormonas son inducidas por el silicio, destacándose una combinación de ácido salicílico, ácido jasmónico y etileno. Estudios previos analizaron el papel del ácido salicílico, el ácido jasmónico y el etileno en la respuesta de Arabidopsis frente a la alimentación por trips.
Con el fin de corroborar esta información, se plantearon evaluaciones a nivel de laboratorio, que permitiera evaluar las aplicaciones de Blinder Duo en tejidos expuestos a Frankliniella sp y ácaros Tetranychus urticae. Se realizaron tres aplicaciones con tres días libres. Se hizo liberación de individuos después de la última aplicación.
RESULTADOS EN LABORATORIO
Aunque el producto no tiene un efecto directo sobre los trips ya que no es un insecticida, se observó en los resulta dos de laboratorio una un resultado sobre la mortalidad de la población de trips del 37%.
En los resultados más sobresalientes, se determinó la disminución del daño del área foliar en 73% pasando de un 99,7% en el testigo sin aplicación a 26,95% en el tejido aplicado. Esta reducción evidencia los resultados en la misma vía de diferentes artículos, donde el silicio y el calcio le confieren resistencia a los tejidos y que la presencia de diferentes hormonas vegetales como ácido salicílico, ácido jasmónico y etileno tienen funciones importantes en las respuestas de las plantas a la alimentación de insectos (revisado por Sakar 2017, Rey nolds et al., 2016).
En la evaluación realizada los 10 días después de aplicado el producto y estar en contacto directo con Trips, se observó que las larvas procedentes de los adultos tratados disminuyeron en un 45%, lo que evidencia que al insecto se le disminuyó la capacidad de incrementar la población. Esto con cuerda con resultados en Arabidopsis de Ellis et al. (2002) donde evidenciaron que la señalización de ácido jasmónico genera una mayor tolerancia a los insectos.
Al disminuir la población de trips, los adultos de la segunda generación observados tras 25 días después de la aplicación, son 41% menos, al contar con menos larvas (ver cuadro 3). Los estudios también han aclarado la función de las hormonas como el ácido salicílico incrementan en la tolerancia de las plantas contra el ataque de insectos.
Caso similar ocurre con ácaros adultos, donde después de 21 días el número de huevos es 67% inferior comparado con testigo sin aplicación.
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