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Alejandro Carvajal, gerente general de Fegurri

Encaminados para evitar la asfixia radicular

Las lluvias no arrecian sobre los campos de Piura. Aunque los volúmenes de agua aún no se comparan con lo registrado en el fenómeno del Niño de 2017, la preocupación es que aun a mediados de abril no había fecha que diera fin a este evento climático. En tanto, campos como los de Fegurri, están trazando sus estrategias para contrarrestar los efectos de las lluvias y salvaguardar las producciones de la próxima campaña.

21 de Abril 2023 Equipo Redagrícola
Encaminados para evitar la asfixia radicular

Por Marienella Ortiz

Cuando Fegurri se instaló en Piura en 2015, su gerente general, Alejandro Carvajal, hizo lo que siempre le recomendaban hacer en su tierra natal de Chile: conversar con los pobladores más antiguos y preguntarles por los eventos climáticos más intensos que hubiesen vivido. “Acá llovió hasta 200 milímetros (mm) por noche, durante el fenómeno del Niño de 1984. Todo quedó inundado”, recuerda que le comentaron, lo cual lo dejó impresionado. Su conclusión fue que debían prepararse de alguna manera para ese escenario. Lo siguiente fue proponer al directorio un sistema de evacuación de agua en base a drenes, lo que les está permitiendo hoy en día salvaguardar el sistema radicular de los parrones frente a las continuas lluvias presentes en la zona desde fines de febrero.

“En Piura, todo puede pasar, más aún si vemos que la planta crece diez centímetros por día. Por eso y pensando en estos eventos climáticos, planteé al directorio que hiciéramos los drenes. Yo traía la experiencia de haberlo hecho en Chile, así que hicimos un trabajo de topografía previo para conocer los suelos. Por lo pronto, para el Niño de 2017 funcionó. Salvamos la cosecha e incluso sacamos más que el año anterior”, comenta. Sin embargo, se muestra cauto al indicar si eso mismo ocurrirá en esta oportunidad, pues todo dependerá de hasta cuándo sigan las lluvias.

Alejandro Carvajal, gerente general de Fegurri.

Hoy cuentan con un plan de contingencia basado en drenaje abierto y francés, que ayuda a canalizar el agua hacia una determinada zona. Allí cuentan con una bomba para evacuar el agua que, a su vez, se direcciona a un reservorio. Todo ello, teniendo como principal objetivo evitar que las plantas mueran por asfixia radicular. La tarea es responder al nuevo escenario climático con todo lo que esté al alcance, afirma.

-Nadie estuvo preparado para el volumen de precipitaciones que se observan en Piura, tras el paso del ciclón Yaku y hoy el calentamiento del mar (Niño Costero).

-El ciclón llegó en febrero, aproximadamente, partiendo con lluvias suaves, para luego pasar a ser de mayor intensidad. En marzo, a partir de la semana diez en adelante (con El Niño Costero), todo han sido lluvias y lluvias muy intensas, con lo cual ya el suelo está saturado, no infiltra el agua; todo se encharca y hay arrastre de tierra. Se hace urgente sacar el agua, sobre todo donde están las plantas para evitar la asfixia radicular. Junto con ello, todas las condiciones actuales son favorables para que se desarrolle el mildiú que daña órganos de la planta como hojas y yemas, y eso atenta contra la fertilidad de la planta. Por toda esta situación, se hace difícil entrar a los campos para hacer aplicaciones con nebulizadores o vía tractor. Por tanto, también se complica cumplir con el programa fitosanitario y nutricional vía foliar. El tema de la asfixia radicular y el mildiú son dos puntos relevantes en la agenda actual.

El drenaje francés permite canalizar el agua hacia otra zona. De allí. Fegurri utiliza una bomba para evacuar el agua y de allí direccionarlo a un reservorio.

-Algunos campos se han inundado y están sacando el agua con motobombas. ¿Cómo han enfrentado ustedes el exceso de agua en el campo?

-Afortunadamente, si bien en mi zona (Bajo Piura) también llueve, comparado con el medio y el alto Piura, no es tanta la intensidad. Hay campos que han sufrido inundaciones, porque tienen otro tipo de suelos más retentivos, franco-arcillosos, arcillosos, limosos. En todo caso, con tanta lluvia no hay suelo que tolere toda esa cantidad de agua; por lo tanto, se empieza a acumular en la superficie. En nuestra zona, quizá por el viento costero, tenemos menos presencia de lluvia, pero el problema es que sigue lloviendo, no ha parado y eso sí preocupa. Se estiman lluvias fuertes hasta el 20 o 21 de abril y, supuestamente, va a seguir lloviendo durante los meses restantes hasta julio. Entonces, está bien complicado el panorama y lo que se debe hacer hoy es tener un plan de contingencia para lluvia.

-Es decir que aún no tienen un panorama claro de los días que restan de lluvias.

-Todo este evento es irregular. Si tú miras estas aplicaciones que pronostican el tiempo, te aparece lluvia toda la semana en Piura, pero en tu zona llovió dos días, y en la siguiente semana, igual. Pero, igual se te hace difícil entrar a los campos con las aplicaciones foliares y se evalúan otras alternativas, quizás drones o avionetas para aplicaciones aéreas. Esas son las dificultades de hoy, pero la gran preocupación es que esto no tiene fecha de término. El riesgo continúa.

“Hay campos que han sufrido inundaciones, porque tienen otro tipo de suelos más retentivos, franco-arcillosos, arcillosos, limosos. En todo caso, con tanta lluvia no hay suelo que tolere toda esa cantidad de agua; por lo tanto, se empieza a acumular en la superficie”.

-¿Con qué plan de contingencia vienen enfrentando esto?

-Tenemos el dren francés, por ejemplo, que nos ayuda a canalizar el agua de un dren principal abierto hacia una zona donde tenemos una bomba para evacuar el agua y de allí direccionarlo a un reservorio. Eso nos está ayudando bastante. En Chile lo utilizamos en zonas inundadas por la lluvia. Básicamente, con un levantamiento topográfico se miden las partes más bajas del terreno, y se traza el plan con relación al ancho, profundidad y largo del dren, el mismo que se construye con una base de piedras de 2 a 4 pulgadas. Sobre esa capa de piedras, va una manguera con perforaciones junto a sus ramales y luego se tapa con piedra hasta quedar al mismo nivel del suelo. Cuando viene la lluvia o vienen las inundaciones, el agua empieza a circular a través de la piedra y a través de la manguera se canaliza hasta un punto donde se acumula el agua y desde ahí se toma una bomba, para enviar esa agua a un reservorio. Con eso logramos sacar esa agua del campo evitando acumulación y asfixia radicular.

-¿Cuánta agua han sacado de esta manera?

-Los días que han llovido intensamente se han llegado a sacar hasta mil metros cúbicos por día. En un día normal, cuando deja de llover y empieza a escurrir el agua, se captan entre 300 y 400 metros cúbicos. Esta es una tarea diaria de estar sacando agua. El suelo está escurriendo siempre. La napa freática debe estar a 1,50 metros, pero si llueve y no saco esa agua, va a subir y si se tiene la conductividad alta, va quemar las plantas. Por eso que tengo que mantener la napa freática entre 1,50 y 1,60 metros. No puedo dejar que suba porque mis raíces están a un metro.

-¿Esto se compara a la situación del fenómeno El Niño del 2017?

-El mes de marzo del 2017 fue mucho más lluvioso, con lluvias de 200 mm por día. No sé si hoy en otras zonas habrá pasado lo mismo que el 2017. El problema es que si esto continúa puede que se repita el mismo escenario. Nosotros hemos tenido de 30 o 40 mm por día en esta zona. Vuelvo a repetir, en esta zona. Por lo tanto, nos ha dado tiempo a sacar el agua y que salga el sol y vaya secando el suelo.

Lluvias como las que han ocurrido en Piura, tendrán un efecto en la producción de la próxima campaña.

“Hay que dejar de aplicar nitrógeno, porque de lo contrario, la planta seguirá creciendo. En la actualidad, parrones en los que ya teníamos aplicado todo se activaron y el problema es que queremos empezar la poda de producción en un mes más. Entonces, debemos dejar el nitrógeno y manejar la aplicación de potasio mucho más anticipado de lo que estaba programado”.

LA PLANTA SE VOLVIÓ A ACTIVAR

El personal de Fegurri tiene programada la poda de producción la primera semana de mayo. Hoy día, el trasloque y el receso inducido que suele hacerse en Piura para que la planta acumule sus reservas en la yema, las raíces, se hace difícil. Con la humedad relativa y temperaturas altas, la planta se vuelve a activar y continúa desarrollándose vegetativamente. Con diferentes aplicaciones de potasio se espera darle una señal a la planta y poder frenarla, según indica Carvajal.

-Entonces, ¿qué modificaciones al plan nutricional se deben hacer?

-Hay que dejar de aplicar nitrógeno, porque de lo contrario, la planta seguirá creciendo. En la actualidad, parrones en los que ya teníamos aplicado todo se activaron y el problema es que queremos empezar la poda de producción en un mes más. Entonces, debemos dejar el nitrógeno y manejar la aplicación de potasio mucho más anticipado de lo que estaba programado. El riego también hay que restringirlo, hay que ser muy responsable a la hora de regar para poder cumplir el objetivo, que es tener una planta en receso y que podamos tener una buena brotación en la etapa de producción.

-¿Has visto mildiú en el campo?

-Hasta el momento, no. Quizá mañana o pasado, no lo sé. Todo va a depender de cómo sigan las lluvias. Tenemos un programa preventivo de mildiu que lo hemos ido ejecutando de acuerdo a lo planificado y ha funcionado. Además, utilizamos otros productos, como los aceites o productos a base de biológicos que también ayudan en el control de oídio. También aparecieron larvas y trips. Por lo tanto, se hace necesario poder aplicar, según el calendario, el programa de aplicaciones que tenemos.

En los días que han llovido intensamente se ha llegado a sacar hasta mil metros cúbicos por día.

“Sin ninguna duda que va a haber un impacto negativo en la producción. Sería irresponsable de mi parte decir que no habrá ningún problema. Si sigue lloviendo un mes más o llueve hasta julio creo que podemos perder la producción de la temporada, pero eso va a depender mucho de cómo venga el tema climático”.

-¿La experiencia de El Niño en 2017 puede generar que en muchos campos, se responda de manera correcta a la situación?

-Nosotros ganamos experiencia de todas maneras. Tenemos drenes para evacuar el agua acumulada del campo. Hasta ahora, todo es controlable, pero, como te digo, nadie nos asegura que esto termine esta semana. En todo caso, estamos trabajando para salvaguardar el cultivo y mantener la planta sanitariamente bien.

-¿Qué tanto afectará la productividad de la próxima temporada?

-Sin ninguna duda que va a haber un impacto negativo en la producción. Sería irresponsable de mi parte decir que no habrá ningún problema. Si sigue lloviendo un mes más o llueve hasta julio creo que podemos perder la producción de la temporada, pero eso va a depender mucho de cómo venga el tema climático. Mientras tanto, que las plantas estén constantemente con humedad, en algún minuto pasará la cuenta. Por eso, es importante ajustar la nutrición, el riego y el tema sanitario. Sobre todo, para estos hongos que son letales, no hay que dejar de hacer las aplicaciones, pues, de lo contrario, se puede perder la producción de una temporada.

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